En primer lugar hay que hacer algunas consideraciones generales sobre qué entendemos por suelo y cuál es su relación con el medio natural. El conocimiento científico del suelo tiene su origen a finales del Siglo XIX cuando Dokuchaev dio a conocer sus trabajos, donde se reconocía por primera vez que los suelos están formados por varias capas. Posteriormente, este mismo autor, pone de manifiesto la relación existente entre las propiedades de los suelos y los factores ambientales, en particular el clima y la vegetación. Desde entonces los investigadores que se dedican a la “Edafología (ciencia que estudia el suelo) han ido analizando las propiedades y características de las distintas capas que se encuentran entre la atmósfera y la roca, y así a través de su conocimiento, llegar a definir con la mayor exactitud posible que se entiende por suelo. Hoy día no hay una definición aceptada por todos, ya que por un lado,  el conocimiento que tenemos del mismo es aún parcial, y por otro, porque la palabra “suelo” tiene muchos significados en función de quien la utilice.

 

 

 

Bloque Diagrama del Suelo. Fuente: APA

 

El diccionario de la lengua española define el suelo como: “Terreno en el que viven o pueden vivir las plantas”, como acepción más próxima al significado que estamos analizando. Es por tanto considerado como soporte y fuente de nutrientes para cultivos o masas forestales. También se estudia como soporte para actividades urbanísticas, su capacidad de poderse comprimir o dilatar hace que determinados suelos no sean aptos para la construcción. Se estudia por sus propiedades correctoras para su uso en invernaderos, jardines, campos de golf, etc. Se analiza su capacidad de intercambio iónico en los procesos de contaminación. Puede ser considerado también como un ecosistema, porque en su interior organismos vivos, compuestos orgánicos e inorgánicos están interrelacionados.

 

 Consecuencia de esta gran diversidad se dan definiciones parciales, difíciles de generalizar y que solo reflejan una parte del total. Desde el punto de vista del edafólogo, y atendiendo a las últimas concepciones, el suelo lo podríamos definir como: un sistema complejo órgano-mineral, no renovable a corto plazo, situado entre la atmósfera y la litosfera, capaz de permitir la vida y la existencia de todos los ecosistemas terrestres y de las actividades asociadas.

 

Según esta definición el suelo, como todo recurso natural, se despliega en el espacio y evoluciona con el tiempo. Aparece el concepto de “edafosfera (1)” (equivalente a los de biosfera, hidrosfera, etc.), entendiendo como tal la capa que constituye la cubierta en la superficie terrestre. Desde esta perspectiva, la edafosfera puede caracterizarse por atributos tales como extensión o volumen, y presentar propiedades físicas, químicas y biológicas. Asimismo, ya sea mediante su evolución natural, ya como resultado de las actividades humanas, la edafosfera  puede dilatarse, contraerse, aumentar o disminuir de volumen, mutar cuantitativa y/o cualitativamente sus propiedades, deteriorarse o contaminarse.

 

Por tanto la edafosfera se le puede considerar como un sistema de tres fases: sólida, líquida y gaseosa. La fase sólida esta formada por partículas minerales que constituyen el esqueleto estructural en el que se adsorbe el humus o partículas orgánicas. Entre las partículas de la fase sólida existen espacios porosos ocupados por las fases líquida y gaseosa. La fase líquida esta constituida por agua, y condiciona muchas de las propiedades que este tiene, en cuanto a procesos de disolución y dispersión de sustancias. El agua procede principalmente de las precipitaciones, ocupa los espacios porosos de tamaño medio, y rodea los componentes orgánicos y minerales del suelo. La fase gaseosa, atmósfera del suelo, ocupa los poros no saturados por el agua. A modo de ejemplo, si tuviéramos que cuantificar, desde el punto de vista del cultivo, un suelo podría mantener un equilibrio estructural con un  45% de materia mineral, un 5% de materia orgánica, un 25% de agua y un 25% de aire. Mayor proporción de agua representaría un peligro de encharcamiento, lo que condicionaría pérdida de oxígeno y asfixia en el sistema radicular.

 

 

 

Factores Formadores: CENAMEC Venezuela

 

Una vez conocido que entendemos por suelo, describiremos, someramente, los factores  ambientales que intervienen para su formación. Como hemos visto el suelo es la conjunción de materia orgánica, materia inorgánica, agua y compuestos en estado gaseoso, por ello los factores que intervienen en su formación son cinco: material original, organismos, clima, topografía y tiempo. Todos ellos de igual importancia, ya que cada uno es absolutamente esencial para determinar la dirección, velocidad y duración de los procesos que darán lugar a la formación del suelo. No obstante, aunque estos son los factores que clásicamente se consideran imprescindibles, hay además que destacar el papel desempeñado por la erosión, los factores hidrológicos, el hombre y la contaminación.

 

Centrándonos en los cinco que denominamos clásicos, analizaremos brevemente algunas de sus características.

 

Comenzaremos por el material original. Se le puede definir como un elemento pasivo en la edafogénesis sobre el que actúan otros factores que lo transforman. Este material original aporta principalmente los minerales al suelo y representa el estado inicial del sistema. Puede ser una roca consolidada, un depósito no consolidado o un suelo preexistente.

 

Consideramos roca consolidada a materiales autóctonos: rocas de origen ígneo -granito, diorita, basalto-, rocas de origen metamórfico -pizarras, esquistos, mármol- o, rocas de origen sedimentario -caliza, dolomía, yeso-. Son depósitos no consolidados los formados por restos procedentes de la alteración física de otros materiales. Es el caso de sedimentos lacustres, loess, cenizas volcánicas, coluviones, etc. El suelo a su vez puede ser origen de otro suelo cuando ha quedado enterrado como consecuencia de procesos geológicos o erosivos.

 

Los organismos que influyen en el desarrollo de los suelos abarcan desde seres  microscópicos hasta grandes mamíferos, incluyendo al hombre. De hecho, casi cada organismo que vive sobre la superficie de la Tierra afecta al desarrollo del suelo en una u otra forma. Su descomposición y posterior alteración se transforma en humus que se incorpora a la estructura del suelo. Plantas, vertebrados, microorganismos, mesofauna y hombre incorporan al suelo elementos específicos que tras el proceso de humificación” -transformación de la materia orgánica en compuestos húmicos-y en su caso de “mineralización”-transformación de los compuesto húmicos en elementos inorgánicosdeterminarán las características de las capas u los horizontes formados.

 

Otro de los factores formadores es el clima, las condiciones de precipitación y temperatura que tienen lugar a lo largo del año determinan muchas de las propiedades de los suelos. Presenta el clima una acción directa sobre la humedad y la temperatura del suelo y una acción indirecta a través de la vegetación. Interviene en la formación del sustrato al controlar el tipo y la intensidad de los procesos. Así, la precipitación condiciona, el lavado, lixiviación y queluviación de sustancias, y la temperatura incide directamente en la cantidad de energía que recibe el sistema.

 

La topografía se refiere al aspecto de la superficie terrestre y es sinónimo de relieve. Incluye tanto a las grandes cordilleras como a los pequeños montículos o a las ligeras vaguadas.

 

La naturaleza del relieve es uno de los factores de estación (locales) que más afecta a la génesis de los suelos, modificando el desarrollo del perfil de varias formas. Por ejemplo: influye en la cantidad de agua absorbida por el suelo, determina la erosión de los horizontes superficiales, favorece o impide la movilización de sustancias en la solución del suelo, etc.

 

En la plataforma superior, como la superficie es más estable se encuentran los suelos más viejos, con horizontes más desarrollados. En el fondo de valle, se encuentran los suelos formados por horizontes superficiales influenciados por el aporte de materiales, y los horizontes profundos, en muchos casos, con propiedades de hidromorfía, que les imprime un color más grisáceo. En posiciones de ladera, encontramos suelos sometidos a constantes procesos de rejuvenecimiento, por lo que el desarrollo del perfil es menor, impidiendo se formen, en las zonas de más pendiente, horizontes minerales de alteración.

 

Ahora bien, el suelo como ya indicamos al principio, es un bien no renovable a corto plazo, y esto se pone de manifiesto cuando tratamos el tema del tiempo que tarda en formarse. La formación de un suelo es un proceso muy lento que requiere miles y hasta millones de años y como eso supera con mucho a la vida humana, resulta imposible hacer afirmaciones categóricas acerca de las diversas etapas de su desarrollo. Los cambios periódicos en el clima y la vegetación introducen otra complicación, que a menudo desvía las rutas de la formación del suelo en una u otra dirección. No todos los suelos se han estado desarrollando durante el mismo periodo de tiempo, la mayoría iniciaron su evolución en varios momentos de los últimos 100 millones de años, aunque su desarrollo ha estado condicionado por los diferentes periodos geológicos que han tenido lugar durante este tiempo.

 

Los suelos jóvenes, de menos de 10.000-15.000 años, que corresponde aproximadamente al Holoceno, se han formado en unas condiciones del medio, en concreto del clima, muy semejantes a las actuales. Se denominan suelos de ciclo corto, monocíclicos o monogénicos, o simplemente suelos actuales. Por el contrario, a medida que un suelo es más viejo, mayor es la posibilidad de que su evolución se haya visto afectada por los cambios climáticos que han tenido lugar a lo largo del Cuaternario.

 

Analizaremos algunos ejemplos aclaratorios que ilustran la complejidad en la formación de los suelos. La capa edáfica puede empezar a desarrollarse en condiciones muy favorables, entendiendo por ello clima húmedo y materiales volcánicos, en menos de 100 años. Sin embargo, sobre calizas duras y clima templado-frío, 1 cm de suelo tardaría en formarse alrededor de 5.000 años. Un horizonte superficial (Ah húmico), tarda entre 1 y 1.000 años; un horizonte de alteración (Bw cámbico) más de 1.000 años. Un Vertisol, suelo que tiene más de un 30% de arcillas hinchables (esmectitas) en todos los horizontes, tardaría entre 3.000 y 18.000 años; un Ultisol, suelo de climas templados y húmedos, con horizonte argílico y baja saturación en bases, tardaría más de 1.000.000 de años. Por último un Oxisol, suelo rojo compuesto de cuarzo, caolinita, óxidos de hierro y aluminio, con pequeñísimas proporciones de materia orgánica, tardaría en formarse entre 1 y 2 millones de años.

 

De cualquier forma, se puede resumir que si las condiciones son favorables, el material original puede transformarse en un suelo “inmaduro” en un periodo de tiempo relativamente corto, menos de 1.000 años. Esta etapa se caracterizaría por la acumulación de materia orgánica en la superficie y por la escasa alteración. Sólo se encontrarían los horizontes A y C y las propiedades del suelo en gran parte serán heredadas del material de partida. Si ha transcurrido suficiente tiempo, el suelo llega a la etapa “madura” con desarrollo del horizonte B. Finalmente si existe gran diferenciación en las propiedades de los horizontes A, B y C, el suelo se encuentra en la etapa de “edad avanzada”, donde la fertilidad es menor. En el grado máximo de evolución pueden llegar a convertirse en suelos improductivos donde no es posible el desarrollo de vida.

 

Hemos tratado hasta aquí los factores que intervienen para originar un suelo, pero estos no explican su formación si no los relacionamos con los procesos que tienen lugar, concretados en un conjunto de reacciones y redistribución de la materia. Alacizaremos estos últimos en nuestro siguiente post.

 

Segunda parte del artículo remitido por el Autor a la Revista de la Sociedad Española de Historia Natural. Publicado en el número 6 de Marzo de 2004, paginas : 67-74

 

Referencias

[1] J.J. Ibáñez y J. Boixadera (2002). The search for a new paradigm in pedologyy. In: Soil Classification 2001, FAO. Italy.

2 J. Porta, M. López-Acevo y C. Roquero. (1994). Edafología. Para la agricultura y el medio ambiente. Mundi-prensa (Eds). Madrid.

 

 

Antonio López Lafuente

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26 comentarios

  1. creo que esta pagina es buena paero no esta lo que busco necesito saber como afecta las modificaciones del suelo al ecosistema

  2. ¬¬ yo quiero saber cual mier.da son los factores de la formacion del suelo

    aun asi, la pagina esta buena :S

  3. Sabastian, hay varios post que explican los procesos formadores en las "Categoría" (margen izquierda de la pantalla) que es en donde se guardan los post por temas

    Saludos

    Juanjo Ibáñez

  4. interesante pero m interesa saber cuales son los factores 😛

    SALUDOS A LOLITA, A FANI, A GRIS, A JAQUE, Y A FABY.

  5. SU PAJINA ES MUY EFICIENTE GRACIAS POR TENER TODO ESPERO Y SU PAJINA LES DE BUENOS RESULTADOS.

  6. La informacion esta buena, pero hay que ser mas concretos y así poder tener mas información, en menor espacio

  7. Hola señor Sebastian. Le queria informar que soy una estudiante de 2do año de polimodal. Aún asi puedo darme cuenta que el comentario anterior esta mal escrito: Página se escribe con "g" y tilde en la primer "A". Gracias.

  8. todo bien, pero en especifico quisiera el tema, TEMPERATURA DEL SUELO, Y FACTORES QU INFLUYEN EN LA TEMPERATURA DEL SUELO

  9. ……..genial el aporte de esta pagina…es mas, la lamina principal dl comienzo bloque diagrama de suelo es genial, la guarde de inmediato….jamas la habia visto!!!!gran aporte para mis trabajos de investigacion…SI KIEREN MATERIAL SOBRE SUELO Y CAMBIAR DOCUMENTOS E INFORMACION….coo_ler19@hotmail.com

  10. la publicaciòn esta buena pero necesito saber cuales son los aspectos energeticos del suelo porfa si saben algo de eso me podrian escribir a mi correo i_s_mary18@hotmail.com, se los agradecere en el alma.. gracias..

  11. Felicitar al autor de la página, mas completa no podía estar. A los que no encontraron los factores de formación del suelo, le recomiendo que lean. Esta muy claro…

  12. me re sirvio esta informacion muchas gracias esta re interesante la pagina 🙂

  13. FACTORES DE FORMACION DEL SUELO

    Material Madre

    Es importante distinguir el material madre y roca madre del suelo . El material madre es el producto no consolidado , resultado de la meteorizacion de la roca madre . La roca madre es el material consolidado ( en el ejerce la accion activa el clima y los organismos. )

    Clima: Precipitación, temperatura

    Seres vivos: vegetación, animales, microorganismos

    Topografía: cóncavas, planas, pendiente

    Tiempo

    Hombre: determinante en la formación o destrucción del suelo

  14. Todo esta bien detallado, pero le falto un pequeño Detalle no especifica si los suelos son recursos renovables o no renovables.

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