Piratería sin Fronteras”. Los seres humanos somos como somos y no damos para más (¡que vergüenza). El otro día, a mi amigo Alfred Zinck le enviaron un pdf, que a su vez me reenvió a mí. Me pareció sumamente interesante para tocar un tema que afecta tanto al hombre como al suelo y subsuelo. Posiblemente también deba considerarse como una posibilidad más para las megapolis del futuro, por varias razones que posteriormente analizaremos. Desde luego nadie me discutirá que el tema sí merece el apelativo de “Un Universo Invisible bajo Nuestros Pies”. Conforme escribo post, me doy cuenta que la tan cacareada tecnología del siglo XXI bien podría servir para resolver numerosos problemas ambientales si la aplicáramos para agilizar y mejorar las brillantes ideas (y lo digo muy enserio) que las civilizaciones perdidas y no perdidas utilizaron hace ya miles de años. Ya os hablemos de las fascinantes propiedades de las Terras pretas do indio. Ninguna enmienda ni fertilizante moderna ha alcanzado tales límites de eficiencia y sustentabilidad. Vimos también la extraordinaria agricultura Zapoteca, y así podríamos seguir con una lista que se os antojaría interminable. Hoy hablaremos de los suelos y subsuelos como habitáculos para la construcción de ciudades y explicaremos las razones, que van más allá del maravilloso espectáculo de ingenio que vamos a mostrar. Pero antes una reflexión sobre la “cyberpiratería” entre blogs.

 

 

 

Vista desde el Valle de las Palomas. Las montañas y rocas

están totalmente huecas por dentro, debido a las

construcciones del pasado. Fuente. Travbuddy

 

Obviamente, a la hora de escribir el post no podía utilizar un material anónimo en pdf. Por tanto, tras leerlo, me ocupe de buscar información en la Web. No tardé ni cinco minutos en percatarme de que el texto íntegro pertenecía a un extraordinario post editado por la bitácora Ovejas Eléctricas. Otro blog que pinché primero (Tuve fortuna) me reenvió a él. Personas honestas. Empero al seguir analizando los contenidos en castellano relacionados con el tema, me llevé la desagradable sorpresa de que muchos blogs fusilaban parte de la información sin citar la fuente. ¡Lamentable!. Este post tan solo había recibido poco más de 3.000 entradas; ¡una pena!. Si  el Blog Ovejas Eléctricas se esmera tanto en cada una de sus entregas debierais visitarlo con asiduidad, sin duda. Para los que copian y tienen de bloggers lo que yo de clérigo: cyberexcomunión. Podéis analizar el tema vosotros mismos con vuestros buscadores.

 

 

 

«Esquema de la ciudad subterránea de Derinkuyu»

Fuente. Construmática

 

El Blog Ovejas Eléctricas, como veréis más abajo, nos muestra ciudades perdidas descubiertas casi por casualidad que nos remontan a un remoto pero apasionante pasado. Ciudades bajo tierra que al parecer se conectaban con otras de las mismas características. Eso si que es un “submundo”, en el mejor sentido del término.

 

Entiendo que muchos de vosotros me repliquéis que las construcciones subterráneas también se edifican en la actualidad. ¡Cierto!. Pero una cuestión es edificar bajo lo ya edificado, otra ocultar actividades secretas (como algunas armamentísticas) y otra bien distinta entender que las ciudades y rascacielos subterráneos pueden atesorar grandes beneficios para el futuro de la humanidad, siempre que sean diseñadas con racionalidad. No las aconsejaría por ejemplo para zonas de alto riesgo sísmico, por mucho que la tecnología actual tenga en cuenta la resistencia a este tipo de desastres naturales. Sin embargo, en otros tipos de ambientes, y teniendo en cuenta otras consideraciones, pueden ser soluciones más que satisfactorias.

 

Por una parte, existen ambientes aéreos extremos muy duros para ser habitados por el ser humano. Y cuando lo son, no serían sustentables en términos energéticos con la tecnología actual. Recuerdo que en países muy fríos, algo se ha hecho al respecto. Desconozco que existan ciudades bajo los tórridos desiertos.

 

 

 

Blog Ovejas Eléctricas

 

Debemos tener en cuenta que, a partir de menos de un metro de profundidad las fluctuaciones diarias y estacionales de la temperatura del suelo comienzan a amortiguarse hasta que poco más abajo casi permanecen constantes. Del mimo modo, debemos tener en cuenta que el gradiente geotérmico a algunos pocos cientos de metros de profundidad, comienza a ser lo suficientemente elevado como para ser aprovechado en forma de energía. Finalmente, recordemos también que, conforme la población humana aumenta, estamos sellando bajo las ciudades e infraestructuras parte de los suelos más fértiles que, de otro modo, podrían alimentar a una parte de la población nada despreciable. De continuar con el ritmo de crecimiento demográfico que impera en la actualidad, pronto la Tierra sería un lugar hacinado y prácticamente sin vida natural como hoy la entendemos. Es cierto que los profetas del espacio nos hablan de colonizar otros mundos “siderales”. ¡Perfecto!, pero aun estamos lejos de poder realizar tales hazañas. Sin embargo, ese mundo invisible bajo nuestros pies, es un substrato más cercano, y la posibilidad de explotarlo en este sentido mucho más viable. ¿Alguien me lo va a discutir?.

 

El ser humano emula a la naturaleza desde muchos puntos de vista, aspecto que ya hemos tratado en otros post. No debe por tanto extrañarnos que ante alguna adversidad, ciertos pueblos del pasado observaran los hormigueros y termiteros y pensaran: ¿Si a estos bichos les es útil, porque no a nosotros?. ¡Dicho y hecho!  

 

El uso del subsuelo puede pues librarnos de problemas serios y dejar parte de la superficie terrestre más saludable y tranquila. En cierto sentido la filosofía os la explique en un post al que titulé: ¿Cuánto Mide un Metro Cuadrado de Suelo?. Por cierto, me han solicitado permiso para reproducirlo en un libro sobre ¡artes visuales! (¿¿??). Ya os comentaré el tema cuando me reúna personalmente con su autora o editora. Digamos de paso que si bien en los ambientes fríos o supercálidos estas ciudades serían ya más que deseables, no me atrevo a hablar de aquellas regiones en donde los permafrost son muy profundos. Mi falta de conocimientos no me permite ofreceros conclusiones sólidas.

 

 

Blog Ovejas Eléctricas

 

Obviamente (o no), dentro de las cuevas podemos cultivar champiñones u otras setas, como las hormigas. Sin embargo, una adecuada biosprospección espeleológica (como la de otros ambientes) puede repararnos otros mangares (animales y vegetales) que utilizar y/o saborear. Y tampoco olvidemos los suelos, ya que la WRB 2006 explicita en el apartado de dedicado a su polémica definición de suelos ……….

 

El objeto clasificado en la WRB

 

La definición incluye roca continua, suelos urbanos pavimentados, suelos de áreas industriales, suelos de cuevas así como suelos subácueos. Los suelos bajo roca continua, excepto los que ocurren en cuevas, generalmente no se consideran para clasificación. En casos especiales, la WRB puede usarse para clasificar suelos bajo roca, e.g. para la reconstrucción paleo-edafológica del ambiente.              

 

Pero vayamos al post de hoy, porque se trata de otra maravilla de la imaginación y tenacidad humana, pero parece que esta vez de forma sustentable. Con tal motivo, sí expondremos su contenido completo. Sin embargo, os invitamos a pinchar la bitácora ovejas eléctricas, para que observéis las numerosas e interesantes fotos que atesora. Imaginároslas con sus “mobiliarios” y transeúntes.

 

 

 

Fuente: Travbuddy

 

Blog Ovejas Eléctricas

La ciudad subterránea de Derinkuyu

En 1963, un habitante de Derinkuyu (en la región de Capadocia, Anatolia central, Turquía), derribando una pared de su casa-cueva, descubrió asombrado que detrás de la misma se encontraba una misteriosa habitación que nunca había visto; esta habitación le llevó a otra, y ésta a otra y a otra… Por casualidad había descubierto la ciudad subterránea de Derinkuyu, cuyo primer nivel pudo ser excavado por los hititas alrededor del año 1400 a.C.

 

Los arqueólogos comenzaron a estudiar esta fascinante ciudad subterránea abandonada. Consiguieron llegar a los cuarenta metros de profundidad, aunque se cree que tiene un fondo de hasta 85 metros. En la actualidad se han descubierto 20 niveles subterráneos. Sólo pueden visitarse los ocho niveles superiores; los demás están parcialmente obstruidos o reservados a los arqueólogos y antropólogos que estudian Derinkuyu.

 

La ciudad fue utilizada como refugio por miles de personas que vivían en el subsuelo para protegerse de las frecuentes invasiones que sufrió Capadocia, en las diversas épocas de su ocupación, y también por los primeros cristianos. Los enemigos, conscientes del peligro que encerraba introducirse en el interior de la ciudad, por lo general intentaban que la población saliera a la superficie envenenando los pozos.

 

 

Blog Ovejas Eléctricas

 

El interior es asombroso: las galerías subterráneas de Derinkuyu (en las que hay espacio para, al menos, 10.000 personas) podían bloquearse en tres puntos estratégicos desplazando puertas circulares de piedra. Estas pesadas rocas que cerraban el pasillo impedían la entrada de los enemigos. Tenían de 1 a 1,5 metros de altura, unos 50 centímetros de ancho y un peso de hasta 500 Kilos. Además, Derinkuyu tiene un túnel de casi 8 kilómetros de largo que conduce a otra ciudad subterránea de Capadocia, Kaymakli.

 

De las ciudades subterráneas de esta zona hablaba el historiador griego Jenofonte. En su obra Anábasis explicaba que las personas que vivían en Anatolia habían excavado sus casas bajo tierra y vivían en alojamientos lo suficientemente grandes como para una familia, sus animales domésticos y los suministros de alimentos que almacenaban.

 

En los niveles recuperados se han localizado establos, comedores, una iglesia (de planta cruciforme de 20 por 9 metros, con un techo de más de tres metros de altura), cocinas (todavía ennegrecidas por el hollín de las hogueras que se encendían para cocinar), prensas para el vino y para el aceite, bodegas, tiendas de alimentación, una escuela, numerosas habitaciones e, incluso, un bar.

 

La ciudad se beneficiaba de la existencia de un río subterráneo; tenía pozos de agua y un magnífico sistema de ventilación (se han descubierto 52 pozos de ventilación) que asombra a los ingenieros de la actualidad.

  

Laberintos subterráneos en Turquía, la Capadocia turca esconde un enigma arqueológico de primer orden: una red de ciudades subterráneas que los expertos aún no saben con certeza ni por quién ni para qué fueron excavadas.

 

 

 

 

Bricolage sobre fotos expuestas del blog Cuenta lo Todo

 

 A esta magnífica descripción, en el Blog “Cuenta de Todo” se añade:

 

(….)

 

A Andrew Collins, un experto en misterios de civilizaciones desaparecidas, Demir le había hecho ver algo: que algunas de las zonas más antiguas de ese entramado eran más altas que las modernas. Como si hubiesen sido acondicionadas para personas de mayor estatura. Él creía que podía remontar su antigüedad al Paleolítico. «Collins me propuso una explicación», recuerda Demir. «Cree que, hacia el noveno milenio antes de Cristo, Turquía sufrió una breve era glacial que duró 500 años. Y que los habitantes de estas regiones, más altos que nosotros, decidieron refugiarse del frío y la nieve del exterior excavando ciudades en las que la temperatura era constante. Como aquí, que nunca baja de los 10 ó 12 grados».

 

Andrew Collins, junto a autores bien conocidos en los países anglosajones como Graham Hancock, Rand Flem-Ath o Colin Wilson, defiende que existieron civilizaciones desarrolladas, mucho antes de Mesopotamia o Egipto, que se esfumaron tras la llegada de la última glaciación. Para todos ellos, aquel cambio climático de hace 11 ó 12.000 años colapsó el curso de la Historia y dio pie a leyendas como las del Diluvio -extendida entre todas las culturas del planeta- o la del hundimiento de la Atlántida. ¿Era, pues, Derinkuyu un vestigio de alguna de esas civilizaciones prehistóricas? ¿Era casualidad que en la región del planeta en la que nos encontrábamos hubiera florecido el mito de Shambalah, un mítico reino subterráneo cuyos tentáculos se extienden supuestamente bajo todo el continente de Asia?

 

Ya hablaremos sobre otros supuestos mitos (que al parecer no son tantos, como ya vimos con la civilización perdida que dijo descubrir Francisco de Orellana en el Amnazonas), que como el “Diluvio Universal” son de gran interés, incluso para los edafólogos. Agradezcamos pues al administrador del Blog Ovejas eléctricas su interesante aportación.

 

Juan José Ibáñez

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6 comentarios

  1. Juan José, agradecemos enormemente la opinión que tienes del post "La ciudad subterránea de Derinkuyu" y también que denuncies en tu blog esa falta de honestidad de muchos "blogueros" que fusilan sin citar la fuente.

    Nosotros nos sentimos muy honrados de que a otros blogueros les interesen algunos de nuestros artículos y los desarrollen en sus bitácoras. Sin duda esto es algo muy positivo porque puede estudiarse el tema desde otras perspectivas, como haces tú en este interesante artículo. Pero hay muchos que no son tan exquisitos como tú y no respetan el trabajo realizado por los demás, atribuyéndoselo como algo propio. Desgraciadamente, esto es algo que sucede con frecuencia y poco se puede hacer.

    Gracias, una vez más, por tus palabras, enhorabuena por tu magnífico blog y un saludo muy afectuoso desde OvejasEléctricas.

  2. Querida Indira,

    Gracias por tus comentarios. La verdad es que todo esto es bastante lamentable. Se supone que en las Redes Sociales, blogs, etc., prima más la cooperación que la competitividad. Pero en la práctica muchos blogueros, efectivamente, tienen un comportamiento detestable. Solo se les pide citar la fuente. Pero hay mucho descerebrado que se mete en el mundo de la blogosfera por moda. Y como no tienen una idea sana y no les gusta trabajar…… pues a choricear. Yo he tenido encontronazo incluso con blogueros científicos (profesionales de la ciencia) en donde citar al autor es sagrado. A uno le protesté en comentarios (ya eran tres veces las que plagiaba la filosofía, aunque no el contenido exacto; pero como decía leerme…….). ¿Resultado?. El y otros aláteres que leían su blog me dijeron que era un enfermo mental. Poco después dejo el blog arguyendo que la “Academia” le acosaba. Esta es la sociedad amoral en la que nos ha tocado vivir.

    Ánimo y a pasar de ellos. Y sabed que este post vuestro se ha leído en medio mundo. A mi me llegó por un amigo francés que vive en holanda.

    Un abrazo y seguir así.

  3. Suena extraño, POR DECIR LO MENOS, que en la época de Jenofonte existiese ya la iglesia y sobretodo de planta cruciforme, dado que el historiador vivió cinco siglos antes de la era cristiana. ¿ Cómo se puede explicar ésto ? ¿ o de que manera utiliza éste el término ?

  4. Hola Carlos gracias por tu aguda apreciación.

    Entiendo, por lo que he leído, aunque no soy experto en el tema que esta ciudad pudo estar habitada (y posiblemente modificada y/o ampliada) durante diversas épocas tras su primer asentamiento. Nota que fue desvcubioerto cuando un paisano …. Y no debeíra extrañarnos ya que es caso habítual en las ciudades emergidas. Debería esperarse pues una superposición de estilos y objetivos durante los periodos en que fue usada.

    Reitero que, a falta de más conocimientos (míos), es una explicación plausible. Pero también vuelvo a precisar que no soy experto en el tema.

    Un cordial saludo

    Juan José Ibáñez

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