España: Una Sociedad Desquiciada por sus Poderes Políticos, Económicos y Financieros

Cuando escribo estas líneas hace aproximadamente tres meses que acabo de regresar de un viaje profesional y vacacional por Cuba. Todos sabemos las penurias de un pueblo que, con independencia de su régimen político, diríamos que vive asfixiado por el brutal bloqueo ilegalmente impuesto por EE.UU., conforme a propia ONU. Tras el desmoronamiento de los regímenes comunistas en Europa, este país experimentó una brusca caída del comercio de un 80% y un descenso en su PIB del 36% entre 1990 y 1993. Los bienes de consumo también dejaron de llegar, subsumiendo al país en la peor crisis de su historia reciente. Hablamos del denominado periodo especial”. A partir de aquel momento todo cambió hasta que en 2007 lograron alcanzar niveles económicos similares a los de 1990. Sin embargo, se defendieron los cuatro pilares básicos sobre los debe bascular el bienestar ciudadano: salud, alimentación, educación y trabajo. Del mismo modo, en lugar de disminuir sus inversiones en investigación y desarrollo no tuvieron más remedio que incrementarlos, con vistas a producir sus propios fármacos, etc. Con tal motivo las bio-prospecciones de sus recursos biológicos se transformaron en prioridad. Con independencia de ideologías, todo el pueblo Cubano tuvo que colaborar para reconstruir su estrangulada economía. Resulta que a día de hoy, conforme a la ONU y la WWF, Cuba es el “único país del mundo que cumple con los criterios de desarrollo sostenible, desarrollo, humano y huella ecológica (ver nuestro post Cuba: ejemplo mundial de desarrollo sostenible). Tuvieron que producir sus alimentos sin agroquímicos, derivados del petróleo, etc. Actualmente todo es ecológico por puritita necesidad. En líneas generales, el ciudadano desea una vida mejor, es decir que el “Tío Sam” deje de estrangular su economía. Ahora bien, son felices, extremadamente solidarios y afables, por no decir entrañables. La crisis geo-política-económica les dañó. Ahora bien, su respuesta fue dirigirse ineludiblemente hacia la sostenibilidad, en lugar de asfixiar al ciudadano para que pagara los platos rotos de codiciosos políticos, empresarios y financiaros. Se trata de un modelo alternativo, por no decir antagónico de enfrentarse a una  las adversidades que en los países capitalistas. Por el contrario, al otro lado del charco, la estrategia resulta ser la inversa. Son justo ahora esos pilares básicos los que se resquebrajan ante las pretensiones de nuestros gestores, políticos, empresariales y financieros. España los defensores de la economía sostenible han enmudecido.

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Juanjo Ibáñez en sus reflexiones Habaneras

(La Habana Diciembre de 2011). Foto: Consuelo Ibáñez

Regreso a España y resulta que las medidas anticrisis afectan y lo harán más aun a los susodichos pilares (educación, economía, salud, trabajo e investigación). El ciudadano paga el pillaje criminal, de los verdaderos responsables de esta crisis.  Se nos exige salvar las finanzas de los que se han hecho millonarios a costa de las clases medias y trabajadoras.

Si se comparan los datos de ambas crisis, un “Periodo Especial  a la española”, bajo la filosofía política y económica actual del neoliberalismo imperante, deviene en un modo de vida que se acerca peligrosamente al de países mucho menos desarrollados. Al paso que vamos, la patronal va a demandar al ciudadano pagar por trabajar. Ellos siempre tan atentos en salvar a la patria (¿verdad?) Los embustes de los poderes fácticos, son brutalmente falaces. Leo en la Prensa: “El salario del funcionario español crece 27 veces más que el alemán” ¿¿??. ¿No nos bajaron el sueldo el año pasado un 5%?. ¿Y entonces a los germanos cuanto?. Pues bien A finales de marzo los sindicatos y el gobierno alemán acordaron una subida salarial del 6% para 2012 y 2013). Dada la incompetencia del tejido empresarial español su única forma de seguir alcanzando suculentos dividendos es, a la China, es decir que “tolos tlabajemos pol 600 eulos ( o 400 con minijobs, mejol, mejol)”. Lo dicho, la ley de San Mateo elevada a la enésima potencia: “Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.

La sanidad, el único sector decente de la sociedad del bienestar en este país se dirige al precipicio. Ya nos lamentábamos de que la docencia en España dejaba mucho que desear, conforme a los “Informes Pisa”. Todos sabíamos sobradamente que la financiación en materia de investigación, desarrollo e innovación, no alcanzaba ni de lejos a la que invierten los países de nuestro entorno. Ahora llega el FMI y exige que esos pilares (especialmente sanidad y educación) se deterioren aun más. ¿Desarrollo sostenible?. Esta institución lo único que desea es institucionalizar la pobreza para convertirnos en lo que popularmente se conoce en Europa como una genuina “república “bananera”, es decir al servicio de los Estados más poderosos. ¿República bananera?, que paradójico ¿no? Dime de que presumes……

El día de mañana el ciudadano español será más pobre, propenso a las enfermedades e inculto, que lo es actualmente. ¿Y que decir de un futuro con menos desarrollo e innovación?. No se trata de plantearse de que hay que salvar sino ¿a quien hay que salvar?, así como ¿a que precio?.

Francamente, y con independencia de ideologías ¿Qué modelo anticrisis conviene a la ciudadanía de este país, el Cubano o el que padecemos?. Comienzo a plantearme seriamente regresar a Cuba. Allí los bienes de consumo escasean, a su pesar, debido al bloqueo estadounidense, ahora bien los pilares básicos permanecen incólumes.

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Los Diez Mandamientos del Capitalismo Neoliberal. Fuente desconocida

Al Linchamiento del Funcionario en lugar del político, Empresario y Financiero

Tengo ya los años suficientes como para haber vivido varias crisis económicas. La historia, al menos en este caso, podría contemplarse como un patrón cíclico, aunque en realidad es una espiral viciosa. En los periodos de bonanza, el funcionario es un don nadie, con sueldos bajos, del que se mofa parte de la ciudadanía. Empero cuando comienzan las ciclicas crisis, la estabilidad laboral de los primeros, genera recelos en parte de la sociedad que trabaja para el sector privado. Obviamente uno no puede ser rico y funcionario, so pena de que las arcas del Estado se colapsen. Resulta ser absolutamente falso lo que uno puede leer en la mayoría de la prensa y esos repugnantes TDT parties. Muy por el contrario de lo que proclaman a los cuatro vientos, el funcionario del Estado ha ido perdiendo capacidad adquisitiva en los últimos años. Empero aquí emergen dos elementos nuevos en la ecuación.

Con anterioridad a la bonanza del ladrillazo, es decir en periodos de crecimiento económico de décadas precedentes, un joven y prometedor licenciado, con buenas calificaciones académicas, era premiado con un trabajo bien remunerado y un futuro aun más prometedor. Sin embargo, ya con el auge económico del siglo XXI se dio una vuelta de turca más a la situación. En lugar de premiar a esos licenciados brillantes, comenzaron reemplazarse sueldos por becas y salarios de miseria. Y así ganaba más dinero un trabajador de la construcción, o el personal dedicado a la limpieza de los hogares, que un profesional con futuro. ¡Increíble pero cierto!. El efecto bumerang fue inmediato. Se inició el descenso del número de jóvenes que se matriculaban en la universidad ¿Para qué estudiar, si uno gana mucho más como mano de obra no cualificada?. Ahora resulta que al entrar en crisis las empresas de los ladrilleros, se invirtió la situación. Kafkiano: ¡todos a las aulas en tiempo de crisis!. Ya exportaremos a Estados más responsables la masa laboral preparada y formada principalmente con fondos públicos. Y en esas estamos. Se trata de la verdadera fuga de cerebros que impregna al sector productivo español. Un cáncer mucho mayor que el que afecta a la clase científica. ¿Conoce usted a un Premio Nóbel español que lo es por haberse establecido en otro país?

Prácticamente, y al mismo tiempo, surge otra vuelta de tuerca, esta vez de matiz político, es decir una nueva situación irracional generada por este colectivo de despilfarradores impenitentes. Veamos de que hablo.

Mientras los funcionarios del Estado sufrían  hasta 2008 subidas de salario no conformes con los incrementos del IPC anual, es decir pierdían poco a poco poder adquisitivo, las CC.AA., otorgaban subidas salariales a parte de los suyos (carezco de datos para cuantificar tal desatino, salvo los que me narraron de algunas Universidades y OPis). Algunas comunidades autonómicas históricas, por mera arrogancia o para desmarcarse del resto, ascendieron las cuantías de los salarios a los funcionarios bajo su tutela. Al parecer, lo mismo es cierto en numerosas administraciones locales. Tal hecho comenzó a generar desigualdades remunerativas entre unos entes autonómicos y otros, muchos de las cuales, para no ser menos, se subieron al carro de tal tendencia. Y de este modo se ahondaba la desigualdad entre lo Estatal, lo Autonómico y lo Local. El problema estriba en que los periódicos de índole económica han venido generalizando tal hecho en la “letra grande” a todos los  colectivos mentados, mientras en la “letra pequeña si matizan”. ¿Cual era el propósito?. Ya que los sueldos en el sector privado han ido intencionalmente a la baja (que no los de los empresarios e inversores, cuyo lucro permanece) en tiempos de bonanza, deben reducirse aun más en los periodos de crisis. Y así los sueldos de los funcionarios comienzan a molestar. Lo que se pretende es que todo se vaya igualando a la baja. Ya que la innovación no existe (salvo en contadas excepciones) la patronal decide reducir gastos para “intentar” ser competitivos. Y así el estado del bienestar deviene cuesta abajo.

Alegar que los funcionarios españoles ganan más dinero que los alemanes resulta ser una patraña tendenciosa sin el menor fundamento. Los que nos vemos obligados a viajar y comparar sueldos podemos dar fe de ello.  El objetivo es poder justificar la racanería de la patronal poniendo en el punto de mira a la función pública. Empero quienes son responsables de tanto desatino son las CC.AA y administraciones locales, que se endeudaron en sueldos y mega-obras injustificables, típicas de los “nuevos ricos” manirrotos y descerebrados, así como de un tejido industrial incapaz de salir de sus propias miserias, impotencias e incompetencias. Y mientras tanto el Estado a pagar los desatinos de una crisis financiara desaforada, cubriendo las cuentas de los que ya se han forrado mediante burbujas y corrupciones. Y en esas estamos, todos viendo como el denominado estado del bienestar se disuelve como un azucarcillo en un café caliente, pero no la calidad de vida de empresarios, clase política y especuladores del mercado.

Atentar contra los pilares básicos de una sociedad para tapar los derroches de los colectivos que nos impelieron a la crisis que nos castiga, es ir en contra de la inmensa mayoría de los individuos de un país. Y esta es la política que nos quieren vender como imprescindible aunque dolosa: ¿Dolosa para quien?.  Siempre pagan los platos rotos los de siempre. Como se dice por aquí: ¡la banca siempre gana!.

¡Hace falta tener la cara más dura que el cemento y el ladrillo!, ¿verdad?

Juan José Ibáñez

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