Terminado nuestro “curso básico sobre los tipos de suelos del mundo”, conforme a las directrices dimanantes de la WRB (FAO, 1998) vamos a ofreceros algunas reflexiones sobre las taxonomías actuales de suelos en relación a la conservación de la naturaleza. El suelo es un recurso natural, nadie lo duda. Sin embargo, la edafología continúa, y lo seguirá haciendo teniendo como institución nucleadora, la Alianza Mundial por el Recurso Suelo. Sin tener en cuenta otras connotaciones, tal iniciativa de la FAO hará gala, por su naturaleza, de una perspectiva utilitarista que a la postre da lugar a una disciplina que se desmarca, en buena medida, de las restantes que versan sobre el inventario, clasificación y monitorización de los recursos naturales. Ya comentamos que si los suelos tienen funciones y cualidades, ¿cuales son las de las rocas, relieve, clima, agua, o la biota, por citar tan solo unos ejemplos?. Francamente en las ciencias que dan cuenta de estos últimos ni se lo plantean, y menos aún en sus definiciones. Tales sesgos son a la postre reflejados en nuestras clasificaciones y/o taxonomías.  A la larga, pagaremos nuestra obsesión, por no hablar de obcecación, de concebir a la ciencia del suelo como una rama del conocimiento excesivamente aplicada. Hoy simplemente expondremos un ejemplo, el que concierne a los suelos someros, a los que la WRB incluye mayoritariamente en categorías como Leptosoles y Regosoles.

jaras-y-brezales-ayllon-fuente-entre-pnatas-y-bichos

Jarales y brezales sobre cuarcitas y pizarras en e Sistema Central (España); Plantas Acidificantes. Fuente: Blog Entre Plantas y Bichos

La clasificación de Leptosoles y Regosoles resulta enormemente deficiente a la hora de dar cuenta del soporte de vida que suponen para numerosos ecosistemas y especies, muchas de las cuales son endémicas y consideradas por su valor intrínseco como objetos de conservación prioritaria. En el presente post defendemos las razones que nos impelen a proponer que una mejor clasificación de estos edafotaxa estribaría en considerar como un criterio diagnóstico (o calificador en términos de la WRB) los materiales parentales sobre los que se desarrollan estos suelos.

En muchos biomas y ambientes, aunque especialmente en los que sufren déficits hídricos más o menos prolongados, abundan los paisajes erosionados. Bajo estas circunstancias climáticas, la perdida de suelo induce a que afloren las rocas que alternan en el paisaje con los mentados suelos someros en asociaciones indisociables. En estos casos ya hablemos de edafotaxa poco evolucionados, ya de los propios materiales parentales, unos y otros imprimen carácter a las comunidades que se desarrollan sobre ellos. Nadie discute casos como los de las rocas madre salinas, yesíferas, o las idiosincrásicas serpentinas. Sobre todas ellas aparecerán especies adaptadas a ambientes edáficos tan singulares y reiteremos que a menudo, por abundar los endemismos, han sido reconocidas como de especial protección en muchas legislaciones nacionales y/o internacionales.

matorrales-de-fabaceas-fija-nitrogeno-sobre-granitos-y-gneis-en-el-sistema-central

Matorrales de fabáceas fijadoras de nitrógeno sobre granitos y gneis en el Sistema Central; plantas mejorantes Fuente: Blog Apuntes de Campo   

Resulta imperativo recordar que los Leptosoles y Regosoles son dos de los Grupos de Suelo de Referencia que cubren una mayor parte de la edafosfera a nivel planetario, así como que los propios ambientes áridos y semiáridos constituyen 2/3 de la superficie terrestre emergida.

A lo largo de mis casi cuarenta años dedicado a loa indagación científica, me he visto obligado a “disfrutar” de la visita a muchos ambientes repartidos por casi todos los biomas del mundo, si bien el que mejor conozco resulta ser el mediterráneo (allí nací y aquí vivo). Cabe recordar que mi formación fue encaminada en el seno de la ecología del paisaje y mi vocación la del análisis de los patrones espaciales paisajísticos, con especial énfasis en los suelos.  Pues bien, desde mis primeros e iniciáticos viajes de campo, detectaba palmarios cambios de vegetación en rocas que, según las clasificaciones edafológicas actuales, dan lugar al mismo tipo de Regosoles o Leptosoles. Así por ejemplo, en las sierras cercanas a Madrid (Sistema Central, España), el tránsito de pizarras y cuarcitas a granitos o gneis generaba otros paralelos en los de vegetación, claramente diferenciables a nivel fisionómico (incluso para los profanos en la materia). Estos ecosistemas a su vez reforzaban las  diferencias en sus suelos, ya acusadas por las rocas en las que se formaban por cuanto los restos de su materia orgánica imprimían carácter (ya sea por acidificar el suelo, o muy al contrario mejorar sus propiedades), siendo abrumadoras las diferencias  en sus biotas edáficas. Tales equivalencias pueden detectarse en otros tipos de suelos y vegetación por doquier, es decir sobre sustratos litológicos distintos, al menos en los mentados paisajes en los que la humedad resulta ser estacional o más prolongadamente deficitaria. Eso sí, en los desiertos puros, o en donde el clima resulta ser muy húmedo, hay que reconocer que el factor litológico pierde fuerza a la hora de impactar sobre las relaciones suelo/comunidades vegetales.

Empero el tema aún puede ser más espinoso si tenemos en cuenta que diferentes subtipos de una misma roca pueden  condicionar la implantación y desarrollo de comunidades vegetales distintas. En este sentido cabria discernir que por ejemplo, diferentes tipos de granitos, pizarras o cuarcitas poseen diferencias en el grado y velocidad con que se alteran  biogeoquímicamente o desprenden sus contenido de nutrientes.

Sea como sea, si deseamos elaborar una clasificación de suelos que sobrepase los propósitos de ordenación agropecuaria y sea útil con vistas a la conservación del patrimonio biológico natural, no habría más remedio que utilizar como criterio diagnóstico los materiales parentales sobre los que se desarrollan los suelos y/o crecen directamente fitocenosis, a menudo muy especiales o idiosincrásicas. De no hacerlo, como será el caso, nuestros mapas  edafológicos adolecerán de palmarias lagunas a la hora de relacionar suelos y vegetación y por lo tanto seguirán divergiendo de los criterios que se emplean en la clasificación de otros recursos naturales. Nótese que tal propuesta no daña el valor utilitarista de los constructos taxonómicos actuales en materia de agricultura, silvicultura, ganadería, etc., sino que los enriquecen, ampliando su propia utilidad, pero también  su perspectiva.

Juan José Ibáñez            

Compartir:

Un comentario

Deja un comentario