finca-la-higeruela 

La noticia que os ofrecemos hoy me genera satisfacción a la par que una suma tristeza. Por un lado, veremos que se ha vuelto a descubrir la dinamita, es decir que la rotación de cultivos con leguminosas en agricultura de secano y ambientes semiáridos ofrece mejor balance energético que la agricultura industrial que nos intentan vender las compañías agroquímicas. La rotación de cultivos cereal/leguminosa o manejos similares, ha sido práctica tradicional en España y avalada en numerosas ocasiones por la FAO. Luego arribaron los vendémonos, es decir esa combinación peligrosa de tocagenes + empresas multinacionales, y arrasaron con sus fatuas promesas buena parte de la gestión agraria tradicional. Y así no ha ido: más erosión, contaminación por doquier, empobrecimiento de la calidad del suelo etc., etc. Para sorpresa de los más veteranos ahora aparecen como  prácticas novedosas aquellas que hasta hace muy pocas décadas eran la norma, como ya os explicamos en el siguiente post: El cultivo de leguminosas y la rotación de cultivos: ¿un mundo perdido?. Abajo se analiza el tema con la sencillez y precisión de que suele hacer gala mi entrañable amigo Carlos Lacasta, responsable de la Finca Experimental de la Higueruela, perteneciente a centros del CSIC ya extintos, y a los que Carlos y yo estuvimos siempre ligados. Tal instalación fue asignada hace pocos años al MNCN del CSIC, en el que  no saben qué hacer con ella, mientras la crisis económica, y por consiguiente la falta de financiación científica, arruina experimentos que se han dilatado durante décadas, terminando con un súbito coitus interruptus, para la desesperación de otros colegas como el tambiénd el entrañable Saturnino de Alba (experto en erosión por laboreo, cuyas indagaciones han sido vapuleadas por tales circunstancias).

El MNCN tiene, por su naturaleza, otros objetivos bien distintos, por lo que tampoco cabe atribuirles responsabilidad alguna. Eso si, la PAC (Política Agraria Común de la Unión Europea) ha sido cómplice de tanto dislate en el mundo agrario, por lo que más valdría que sus consejos de sabios fueran urgentemente reemplazados por los de los paisanos ligados a sus tierras. Y así lo ha reconocido en varios textos la recientemente creada Alianza Mundial por el Suelo (FAO). En otras palabras, mientras el valor de estas experiencias en parcelas experimentales llevadas a cabo por expertos que no se venden al mejor postor son literalmente arrasadas, cabe preguntarse ¿qué ha hecho la Unión Europea con sus devastadores PAC y las ingentes financiaciones recibidas/dispendiadas? ¿Y qué decir de esa denominada “investigación de vanguardia y excelencia” con sus transgénicos, ingentes cantidades de fertilizantes y pesticidas? Pues bien, al margen de contaminar, han colaborado esmeradamente en una dramática la pérdida de biodiversidad, como el dramático caso de los anfibios y el más grave aún de muchos insectos polinizadores, cuyo declive pone en riesgo la producción alimentaria mundial, y como corolario la soberanía alimentaria. Es decir la agricultura industrial lleva a cabo una encomiable tarea de degradación de la biosfera y agrosfera. Personalmente uno comienza a pensar que si les hubieran financiado para estos últimos fines no lo hubieran logrado hacer mejor. Carlos, como yo, y como todos los que comenzamos a trabajar en la Institución casi al mismo tiempo, no podemos más que llevarnos las manos a la cabeza e intentar terminar nuestra vida laboral no mirando hacia atrás, ya que de hacerlo la depresión mental que sufriríamos sería para llevarnos directamente al psiquiátrico.

Se sigue insistiendo en que la ciencia es neutra. No lo dudo, pero a los que han destinado tanto dinero para llegar a este punto, quizás de no retorno, habría pues que darles el Premio Nobel de la Destrucción. ¿Cambiarán las cosas tras tanta, apabullante y palmaria evidencia? Francamente lo dudo, ya que bajo la dictadura financiera mundial que sufrimos siguen gobernando los que nos han conducido hasta aquí. Un abrazo enorme para Carlos, Saturnino, etc. y ya os dejo con la nota de prensa dedicada a una de sus últimas publicaciones, reiterando que casi todo esto era moneda común en la agricultura campesina hasta los años 60 del siglo XX.  Luego vino la hecatombe acompañada de palabrería zafia: «publica o perece», «investigación de vanguardia», excelencia, investigación traslacional, derrame tecnológico, emprendimiento, etc. Ellos publicarán más, pero el valor de los experimentos de campo durante décadas es irreemplazable por mucho que otros trapas con sus modelitos numéricos digan que ellos pueden reemplazarlos (jajaja). ¿Desde cuándo la simulación es más válida que la experimentación in situ?. Mentes dementes, memes demenciales.  

Juan José Ibáñez

El cultivo ecológico de cereal en regiones semiáridas es más eficiente

Noticias; 04.08.2015

Han analizado experimentalmente el balance energético de varias formas de cultivo durante más de 15 años.

 Tras más de 15 años de análisis, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han demostrado en ambientes semiáridos que, en términos de eficiencia energética, la agricultura ecológica es más productiva que los sistemas en los que se utilizan productos agroquímicos. Asimismo han comprobado que la rotación del cultivo de cereales con plantas leguminosas es, frente al monocultivo, la forma más eficiente de cultivar en estas regiones.

 El equipo de investigadores se propuso averiguar la eficiencia energética de tres maneras de trabajar la tierra y cuatro tipos de rotación de cultivos en zonas semiáridas. Para ello analizaron la cantidad de energía que era necesario aportar al sistema (maquinaria, fertilizantes, herbicidas, etc) por hectárea y año frente a la energía obtenida, es decir, la cantidad de cosecha. «Se trata de regiones en las que urge hacer una agricultura diferente de la que se hace en lugares más húmedos porque las condiciones ambientales de estos lugares hace que los productos agroquímicos sean poco eficientes«, explica Carlos Lacasta, investigador del MNCN.

Seguir leyendo………..

Durante 15 años se estudió el rendimiento del cultivo ecológico, en el que no se utiliza ningún tipo de producto agroquímico; el cultivo de conservación, en el que no se labra el suelo para preservarlo de la erosión pero se usan fertilizantes y herbicidas que evitan el crecimiento de las hierbas y el cultivo convencional, en el que se utilizan todos los recursos disponibles para obtener la máxima productividad. Asimismo se analizó el balance de energía aportada y energía obtenida con cuatro formas de rotación de cultivos: Cebada y barbecho; cebada y veza (una leguminosa); cebada y girasol y monocultivo de cebada.

 Según la investigación la energía aportada en los cultivos convencional y de conservación, 11,7 GJ/Ha (Giga Julios por hectárea y año) y 10,4 GJ/Ha respectivamente, fue entre tres y tres veces y media mayor que en el caso de la agricultura ecológica que requirió 3,4 GJ/Ha. En cuanto a la rotación de cultivos, la que aportó cosechas mayores fue la rotación de cereal con plantas leguminosas (29,3 GJ/Ha) frente a 19,1 JG/Ha del monocultivo de cereal.

Según los datos del estudio la mejor relación entre energía aportada y energía obtenida fue siempre en agricultura ecológica mientras que apenas hubo diferencias en los manejos de conservación y convencional. «Además de los problemas que genera la aparición de plantas resistentes a los herbicidas y la contaminación de los acuíferos que provoca el uso de fertilizantes, nuestros datos demuestran que, aunque produzcan menos cantidad de cosecha, los cultivos ecológicos son más eficientes energética y económicamente«, comenta el investigador del MNCN.

Las políticas agrarias no deberían mirar solo la producción porque eso puede llevarnos a la desertificación en los ambientes semiáridos y mediterráneos como los que existen en la Península Ibérica. Además, con estas investigaciones podemos hacer sostenibles zonas agrícolas de España que actualmente no lo son por los altos costes de los agroquímicos», concluye Lacasta.

Cuarenta años de datos
Con una extensión de 90 ha, la finca experimental de La Higueruela fue adquirida por el CSIC en 1972. Durante más de 40 años se han venido desarrollando en sus terrenos numerosos estudios de investigadores del CSIC y otras instituciones científicas nacionales e internacionales. La finca es representativa del 80% del territorio español, áreas semiáridas con cultivos de secano, y en sus terrenos hay numerosas investigaciones en marcha relacionadas con el manejo integral de los sistemas agrarios, agricultura ecológica en ambientes semiáridos, cambios en los usos del suelo, el efecto de la contaminación atmosférica sobre las plantas, estrategias para disminuir la erosión hídrica y mecánica o efectos del cambio climático sobre la flora y la fauna entre otros.

La diversidad de objetivos que se desarrollan en la finca, los experimentos de larga duración (más de 20 años), la multidisplinariedad, el ambiente mediterráneo-semiárido y la enorme recopilación de datos de los que se dispone después de 40 años de estudios, la hacen única en el mundo. «Pese a su gran valor la situación de la finca es crítica ya que, a corto plazo, no parece que vaya a disponer ni de los medios ni del personal necesario para su mantenimiento», se lamenta Carlos Lacasta.

Referencia de la publicación científica
Moreno. M.M., Lacasta, C., Meco, R. y Moreno, C. (2011) Rainfed crop energy balance of different farming systems and crop rotations in a sem-arid environment: Results of a logn-term trial. Soil and Tillage Research. DOI: 10.1016/j.still.2011.03.006

Compartir:

2 comentarios

  1. Estimado Juan José,

    Totalmente de acuerdo con el post y con su enfoque. No obstante, no puedo dejar de señalar, con tristeza y rabia, que todo lo que se lamenta tiene un resumen en una palabra: política. Es política que se promocione la agricultura intensiva. Es político el inefable Arias Cañete, ex ministro y comisario europeo de M.Ambiente (con acciones e intereses en la industria petrolífera). Es política nuestra ministra (ex de Fertiberia). Es política dejar morir experimentos de 20 años. Es política dejar morir fincas como la Higueruela. Es política que no haya recursos para investigación. Es política que veais con tristeza lo que vais dejando atrás. Es política que no se reponga plantilla en estos centros. Hay una frase que en las últimas semanas da vueltas por ahí: «a disfrutar lo votado».

    Un abrazo

  2. Hace cuatro años que tuve la suerte de conocer a Carlos en una de las charlas que anualmente venía a dar a un posgrado en la Politécnica de Huesca. No dejé de anotar en ningún momento y cuando repasaba mis notas descubrí un consejo en una de ellas, que me hace visitar este blog todas las semanas desde entonces.
    Dos meses después Carlos hablaba en Zaragoza ante el aparente duro público de la asociación aragonesa de agricultura de conservación para la que trabajo (y que animo a conocer antes de valorar). A los seis meses llenamos un autobús camino a la Higueruela, fue una experiencia preciosa que nunca olvidaremos. A veces de cachondeo le llamamos «el Gurú», porque todos nos lo traeríamos a casa para tomar decisiones…tanto él como Ramón han acudido siempre que les hemos llamado, y a mí me ha encantado poner sobre la mesa irrebatibles experiencias de tantos años que cuanto menos han hecho pensar a mi gente y fortalecer las bases que me hacen trabajar en agracon, la mejora de la fertilidad biológica de los suelos. Creo que es interesante que haya relaciones entre entidades que compartan ciertos objetivos, ya que es la única manera de frenar o mejorar los objetivos o técnicas en los que difieren, compartiendo opiniones y experiencias directamente. Nuestra utopía es imitar una finca como la Higueruela en Aragón, y estoy segura de que no soy la única aquí que se movilizaría para frenar el abandono de la Higueruela, o incluso pensar en algún tipo de colaboración entre asociaciones para conseguir financiación o algún proyecto común, no lo sé…ideas de bombero que seguro ya están valoradas, pero simplemente que se sepa, que hay apoyo y que no se puede dejar parar una serie de experimentos de tanta duración…creía que iba a entrar otra persona como encargado de la finca.
    Recomiendo a cualquier técnico tener siempre a mano el libro Agricultura Ecológica en secano, dejando a un lado la AE de reglamento en la que algunos dejamos de creer hace tiempo, y aprovechando la agroecología que emana de este libro, una auténtica Biblia que ayuda a entender muchas cosas, y que te hace replantear otras.

Deja un comentario