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Pisos de vegetación en las sierras de la península Ibérica en función de su humedad/temperatura. Fuente: Blog de Geografía del Profesor Pedro Oña

Tremenda la noticia que os vamos a ofrecer hoy por ser una muestra palmaria de una total ignorancia de la ecología del paisaje y los ecosistemas que la constituyen. Si un alumno de primer año de carrera universitaria contesta con el contenido de esta nota de prensa, a una pregunta en su primer examen, le calificaría con un “o” sobre 10. No hay benevolencia que valga. Afortunadamente algunos lectores de esta bitácora parecen saber más que los científicos profesionales, ¡sin duda! Sus comentarios, totalmente acertados, dan cuenta de hasta qué punto puede ser ignorantemente científico. Personalmente reconozco que a veces me enfurezco, por lo que los post pueden resultar demasiado duros. Pido disculpas, de corazón. Tan solo puedo añadir en mi descargo que termino hastiado de leer  numerosas noticias diarias que no tienen ni pies ni cabeza. Puedo entender que a veces son los plumillas (reporteros científicos) quienes retuercen la insensatez de los contenidos. Sin embargo, como tal hecho es incuestionable, desde hace ya 20 años, yo reviso los textos que pudieran aparecer en los medios de comunicación antes de se publiquen o no doy permiso para ello. Y en un par de ocasiones, se han producido situaciones tan vergonzantes que ….. si los científicos no tomamos medidas nos convertimos en cómplices ¡si, o si! de tanto desatino. ¡Quién calla otorga!.   

Ahora resulta que en el devenir espontáneo de la naturaleza, esta resulta ser  “ecológicamente incorrecta” ¿O quizás deberíamos remplazar lo ecológico por lo político?. Leo y leo noticias sobre el impacto del calentamiento de la atmósfera sobre los ecosistemas y debo contar hasta 1.000.000 antes de calmarme y no invadiros diariamente de post denunciando las estupideces que leo en la prensa pero también en los propios artículos científicos. Pero el problema más serio, resulta ser que estos manuscritos, ricos en conclusiones bochornosas, pasan la revisión por pares de revistas denominadas de prestigio. Os puedo asegurar que no me gusta descalificar a mis colegas pero es que el tema ya pasa cualquier línea roja que se os ocurra imaginar, a no ser que ya no se sepa distinguir una frondosa de un pino.

En la península Ibérica y en otros muchos ambientes mediterráneos, los Quercus (perennifolios en climas secos y caducifolios en los más húmedos), así como otras fagáceas, se distribuyen por amplias extensiones. Los pinos, como otras coníferas, en ausencia de perturbaciones humanas ocuparían espacios geográficos más restringidos (como la alta montaña) que hoy en día. Grandes extensiones de nuestros pinares son fruto de las repoblaciones forestales. Por lo tanto, si la gestión forestal es escasa y se deja seguir la dinámica natural, lo normal es que muchas de estas masas forestales, que no bosques, paulatinamente irán  siendo reemplazadas por las encinas, y otros Quercus, es decir transformándose en genuinos boques con el tiempo. Lo mismo sería cierto tras un abandono de tierras. Tal ha sido el deseo de todos los que amamos la naturaleza y los propios movimientos ecologistas. Digamos de paso que mientras los Quercus mejoran los suelos y dan lugar a un hervidero de biodiversidad edáfica, los pinos actúan justamente de forma opuesta. Si el clima se hace más seco, o el suelo ha sufrido una intensa erosión, lo “natural” es que las especies de pinos mejor adaptados desplacen a las encinas u otros Quercus. Eso sí, algunos profanos en la materia soslayan que muchos encinares moribundos lo son por enfermedades, que no por el cambio climático. ¡Otro enorme error!. 

Pero hay más, mucho más, como os hemos narrado en otros post. Existen una gran variedad de especies de pinos que se adaptan a las más dispares condiciones, y de ocurrir un calentamiento climático, varios de ellos serán afectados muy negativamente. Adicionalmente, han sido justamente las masivas repoblaciones forestales con pinos las inductoras de la mayoría de los incendios que han afectado a nuestros montes desde hace más de 70 años. Gran parte de los pinares españoles se encuentran conformados por especies pirofíticas, es decir amantes del fuego. En otras palabras si estas masas forestales y matorrales arbolados no arden, son naturalmente remplazadas por las frondosas. Como corolario, incrementar su extensión deviene en promover los incendios forestales, que al margen de degradar y facilitar la erosión de los suelos y la consiguiente desertización del paisaje, emiten ingentes cantidades de CO2 a la atmósfera, lo cual redundaría negativamente en el sistema climático actual, al aumentar las emisiones de los gases de invernadero, etc. ¿Es eso lo que proponen los autores del estudio? ¡Vaya, vaya!.  

En consecuencia, lo que transmiten los autores del estudio (o en su defecto el redactor de la nota de prensa) que analizamos hoy, estriba en alarmar al ciudadano, al intentar que todos vayamos contra la dinámica de los ecosistemas naturales, artificializando el paisaje, es decir interrumpiendo una sucesión ecológica natural. No hay manera de defender sus argumentos, so pena que aceptemos cambiar la hermosa biosfera del pasado para poder seguir emitiendo más CO2.   Lo dicho, los ecólogos de cambio climático parecen confundir la velocidad con el tocino. ¡Tremendo!. Hemos denunciado algunos casos semejantes, que ni mucho menos todos (sería agotadoramente imposible), so pena de tener que editar más de 10 post diarios.  Triste, muy triste. Todos suspendidos. Os dejo con los mentados ejemplos, pero no os perdáis las críticas de muchos lectores que hablan con más rigor que estos “sabios”.

Juan José Ibáñez

Os dejo pues con el material aludido y la desdichada nota de prensa

 

Post donde se narran tropelías semejantes

 Sobre la resistencia de los ecosistemas forestales al cambio climático, la sequía y la respiración del suelo

Los Patrones de Biodiversidad y Fertilidad del Suelo en Zonas Áridas a Debate

Micorrizas de las Plantas y Cambio Climático

La falta de gestión forestal acelera la sustitución de pinos por encinas

La colonización de encinas, y otros árboles de hoja ancha en la península ibérica es mucho más rápida de lo esperado. Según un nuevo estudio, las causas principales son el abandono de la gestión forestal y el cambio climático. Los bosques del norte y de las montañas medias de la Península son los más perjudicados por esta sustitución, ya que podrían no resistir las sequías previstas para un futuro.

Los árboles de hoja ancha (frondosas) de la península ibérica (encinas y robles principalmente) se han mantenido normalmente en segundo plano bajo las copas de diferentes especies de pinos. Pese a esto, las sequías repetidas y el aumento del número de incendios –consecuencias del cambio climático– han hecho que las frondosas cogieran protagonismo frente los pinares, porque se adaptan mejor a estas perturbaciones.

Ahora, un estudio publicado en la revista Global Change Biology y liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) advierte que el abandono de la gestión de los bosques mediterráneos también decanta la balanza hacia los frondosas, especialmente los encinares, que están colonizando los bosques más rápido de lo previsto. El estudio se ha llevado a cabo con los datos de unas 33.000 parcelas de los Inventarios Forestales Nacionales (IFNs).

Esta sustitución podría ser considerada, de hecho, una reocupación: “La encina es una especie típicamente mediterránea que ya hace años que podría haber ocupado grandes extensiones de la Península, pero con la gestión forestal y por razones económicas han favorecido a los pinos -en detrimento de las alzines-, porque la madera se pagaba mejor”, recuerda el autor principal del artículo, Jordi Vayreda.

Queda por demostrar si estos cambios en la gestión podrían derivar en un problema para la estabilidad de los bosques, sobre todo en el norte de España. En esta región predominan especies típicas del centro de Europa y, por tanto, menos adaptadas al clima mediterráneo, como es el caso de los pinares de pino silvestre. En esta zona también se está produciendo la sustitución y los pinares están desapareciendo en favor del haya. Los hayedos no están adaptados a las sequías acusadas y, si se cumplen las predicciones de aridez generada por el cambio climático, podrían tener graves problemas para sobrevivir.

LA RESISTENCIA A LA SOMBRA TAMBIÉN FAVORECE A LOS ENCINARES

El estudio destaca al menos dos motivos más, aparte del abandono forestal, por los que se está dando la sustitución de los pinos por hayas, robles y encinas. El primero es que las semillas de las frondosas se dispersan gracias a animales, por lo tanto tienen un alcance de colonización más grande y más rápido. Y el segundo es que la mayoría de frondosas pueden germinar y crecer en condiciones de sombra, mientras que la mayor parte de pinos solo pueden hacerlo bajo condiciones de mucha luz.

La temperatura también tiene relación. Se ha visto que a más altura, donde el clima es más frío, el ritmo de colonización de las frondosas es más rápido y, en cambio, los pinos desaparecen más velozmente de las altitudes bajas.

En definitiva, sin el calentamiento global también se produciría esta sustitución de especies, aunque probablemente no tan rápido como ahora. “Este estudio pone de relieve, una vez más, la importancia de la gestión forestal para adaptar nuestros bosques al cambio climático”, concluye Vayreda.

Comentarios

Los Pinos son árboles invasivos utilizados en las repoblaciones de forma masiva en el siglo pasado, muy propicios a los incendias por su alto contenido en resina altamente inflamable. La sustitución natural por encinas, y otros árboles autóctonos de la península Ibérica es una excelente noticia, ya que son árboles de crecimiento más lento y poco propicios a los incendios. Sin duda es una mala noticia para los piromanos y para los bichitos de la procesionaria.8WX4H

Enviado por DM (no verificado) el Mié, 17/05/2017 – 12:39

al menos en el bosque mediterráneo, la encina es precisamente el árbol de resistencia a las condiciones de estres hídrico del verano, no entiendo el artículo, el pino es una especie que permite la regeneración del bosque cuando éste sufre un incendio forestal, repoblando así rápidamente las nuevas áreas calcinadas evitando la erosión del terreno y gracias a la insolación directa. Bajo las sombras de éstos pinares rebrotan las encinas, más resistentes de crecimiento lento y perfectamente adaptadas al bosque mediterráneo como especie predominante autóctona. Mientras tanto, las semillas de aquellos pinos resisten durante décadas hasta que un nuevo incendio (habituales en verano de manera natural debido al estrés hídrico estival y a las altas temperaturas) permita de nuevo la insolación directa para volver a regenerar el bosque calcinado. La falta de intervención humana permite, por tanto, que el equilibrio natural de los bosques mediterráneos sea reestablecido. La intencionalidad de éste artículo es presionar a las administración a contratar personal innecesario a cargo de los sufridos contribuyentes.

Enviado por dario (no verificado) el Mié, 17/05/2017 – 13:21

Bochornosa noticia. Pero efectivamente muchos de los “denominados investigadores del calentamiento climático” no tienen ni la más remota idea de los conocimientos más básicos de ecología de los ecosistemas mediterráneos. Coincido plenamente con los dos comentarios precedentes. Todo esto es lamentable. Hace unos meses otros denominados investigadores proponían reemplazar ciertos usos de la tierra por brezos y otras ericáceas ya que acumulan más carbono en el suelo. Pues nada quitemos encinas y cuando sea posible repoblemos con brezos etc. Y en Latinoamérica intentan ahora vender eucaliptos monoclonales soslayando sus efectos, bien conocidos desde hace décadas.…. En fin. Hoy en día muchos denominados expertos en cambios climáticos deberían volver al parvulario. Qué triste. Que mal va esto……

Enviado por Juan José Ibáñez (no verificado) el Mié, 17/05/2017 – 13:59

Muy buen noticia para los que creemos en los bosques de verdad y no en las plantaciones que este señor llama bosques. Pero muy mala para las administraciones y para los que quieren seguir retocando bosques falsos creados por las administraciones publicas a base de pinos. Al señor Vayreda, le han debido dar su titulo en la rifa o su sueldo se lo paga el estado y las madereras. Parece mentira que diga que la regeneracion natural perjudica a los bosques. Mas bien perjudicara las ganancias de quienes le pagan. Recemos para que la falta de gestion forestal rancia del siglo pasado siga asi duramte los proximos 100 años, porque asi la naturaleza volvera a su curso sin que señores con intereses dudosos que se creen expertos (en nada, diria yo) sigan diciendo barbaridades.

Enviado por Gerardo (no verificado) el Mié, 17/05/2017 – 14:27

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2 comentarios

  1. Hola Juanjo, hola gente!
    Lo mismo pasa en Argentina en la pcia. del Neuquén con el Pehuén (Araucaria araucana) que está siendo invadido por hermosos retoños de pinares implantados. El pehuén es de crecimiento lento, fructifica después de muchos años y si llega a implantarse, es con suerte porque además, sus frutos, los «piñones», son comestibles. El problema no son los forestales (que se encuentran dentro de un programa que busca disminuir la presión sobre otras especies maderables nativas, entre otras cosas) sino el alto poder de implantación que tiene los pinos, invadiendo todo cuanto tocan, atentando también con otros estratos arbóreos y herbáceos. Como tantas cosas buenas que sin control caen en desgracia. Por suerte existen viveros de pehuén, ya que además es una especie protegida y símbolo de la provincia. Peeero, como se dan unas cosas… se dan otras, ya saben!
    Saludos!
    Rosa.

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