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Huertos Inteligentes: Fotos y Composición: Juan José Ibáñez

De la noticia que os vamos a ofrecer hoy solo me interesan cuatro aspectos puntuales, aunque no dejen de ser contradictorios. El primero concierne a la gravedad mil veces soslayadas de que, hoy por hoy, apenas quedan suelos fértiles no cultivados con vistas a aumentar la producción de alimentos a escala mundial. El segundo estriba en que la FAO, ya ha comunicado públicamente, y en reiteradas ocasiones, que la cacareada “revolución biotecnológica” que nos salvaría de cualquier mal, ha demostrado ser un fiasco propagandístico de los “toca-genes”. El tercero deviene de que necesitamos imperiosamente datos globales «fiables» para evaluar los “posibles” fututos de la agricultura a escala mundial.  Finalmente, el cuarto da fe de, como cuando se es espabilado, un centro de investigación o universidad regional puede intentar convertirse en otro de Referencia Mundial y obtener pingues beneficios, y a la postre lograr una gran notoriedad. Si hablamos del último, tan solo mentaré en esta ocasión que, con vistas a tal asalto a la fama, los británicos y holandeses son verdaderos maestros.  ¡Pero cuidado, ya que no se trata de generosidad!, ¡ni mucho menos!, sino de un proyecto del que saldría principalmente beneficiado la institución que ofrece ¿regalos? como si se tratase de  hermanitas de la caridad. ¡Lobos con piel de cordero!, aunque estén en todo su derecho de intentarlo. Sobre este tema, aún permanecen en la escena científica algunos colegas a los que unos pocos logramos cortar por lo sano sus perniciosas intenciones de convertir una iniciativa paneuropea en otra privada, de los dos países mentados.  Personalmente, tuve que pagar las dolosas consecuencias, aunque mirado retrospectivamente puedo alegar que con mucho gusto. ¿Así he ido ganando enemigos, si bien no para beneficio propio, sino de todos. Algún día hablaré como actúan tales lobbies y las habilidosas artimañas que son capaces de usar.  

La FAO ya ha advertido del problema: no quedan prácticamente suelos fértiles que poner en cultivo al objeto de solventar la soberanía alimentaria, mientras que nuestra sociedad en lugar de lograr aprovechar más tierras las degrada y como corolario mengua. Es decir, que muchos de los productivos pasan a otros usos menos necesarios, pero que procuran beneficios a ciertas empresas y otros sectores económicos. Según la FAO, más de 1,300 millones de personas correrán el riesgo de no poder ingerir bocado alguno en poco tiempo, si el neoliberalismo financiero sigue su descontrolado vandalismo. Como sabrán ya en Latinoamérica (léase por ejemplo Argentina y Brasil, a fecha de 2018), las denominadas crisis económicas de los países que denuncia públicamente tanto el Fondo Monetario Internacional, como el Banco mundial, se atajan a costa de acrecentar la pobreza de sus ciudadanos. Se realizan las reformas recomendadas,  inyectan ingentes sumas de dinero y luego se felicitan así mismos, cuando en realidad el resultado más palmario estriba en que la población termina por empobrecerse hasta límites, a veces insostenibles. España es una caso, pero el de Grecia ha sido dramáticamente espeluznante.   Se sale finalmente de la crisis, todos aplauden, cuando en realidad la pobreza y el derrumbe de la sociedad del bienestar se ha transformado en la del “mal estar viviendo”. No me entra en mi cabeza de ratón aquello de “el país gana, sus ciudadanos pierden”, que no deja de ser un parafraseado encubierto del de “la banca siempre gana, a cambio de que perdamos todos los demás”. En la nota de prensa que podéis leer abajo se explicita:

Dado que cerca del 95% de los alimentos destinados al consumo humano dependen del suelo para su cultivo, la FAO ha advertido a la comunidad científica de que si la agricultura sigue manteniendo su enfoque comercial tradicional, lo que supone la pérdida de aproximadamente 60 acres de tierra fértil cada minuto, la capa superior del suelo del planeta se habrá degradado por completo en 60 años, lo que pondría fin sin duda a las prácticas agrícolas”.

Pero como sabéis que mi cabeza de ratón alberga aún alguna neurona, no dejo de preguntarme que si es así, ¿Por qué preocuparnos del cambio climático?. Chivo expiatorio, espectro/fantasma de una economía global que va hacia el abismo. Supongo que el plumillas no habrá entendido bien lo qu escribe, o lo que es peor aún que el redactor de la nota de prensa original también perdiera el norte, al señalar: “FAO ha advertido a la comunidad científica” . ¿Qué tienen que ver los científicos cuando son los ideólogos de esta economía kafkiana que padecemos los responsables?. En el peor de los casos, somos incompetentes. Empero: ¿Quién financia lo que debemos investigar y lo que no?, ¿No son justamente los que nos han empujado hacia este laberinto, casi sin salida, que sufrimos en el Planeta.  

Pero investigadores de uno de los Estados ya aludidos, trasvertido de Supermanes  obtienen un buen dinerillo y nos cogen casi siempre, la delantera, como es el caso del contenido de la noticia que podéis leer abajo, es decir: “Huertos inteligentes para ayudar a salvar el suelo de la Tierra”. Estuve unos pocos días, a finales de los años 80, en aquella Universidad cuando se encontraba sufriendo una seria crisis de financiación. Empero dejemos ese asunto porque también tiene su miga.

Para abordar este problema, la Universidad de Dundee está liderando un proyecto innovador denominado convenientemente Grow Observatory o GROW, en el cual  ha desarrollado una plataforma integral para estimular la conservación del suelo y mejorar los métodos sostenibles de producción de alimentos en Europa. El proyecto en cuestión se denomina, como hemos dicho “Grow Observatory”. El propósito, según ellos, es convencernos que con un teléfono tonto (también conocidos como teléfonos móviles inteligentes) y unos instrumentitos (sensores) que ellos nos ¿regalarán? (con fondos de terceros), ayudarán a “recopilar datos relevantes de esos huertos para ayudar en la lucha contra el cambio climático y resolver la crisis alimentaria del planeta”, monitorizando la calidad de nuestros suelos. Francamente lo dudo mucho. En el mejor de los casos, recopilarán información de alguna relevancia y luego cobrarán, una vez instaurado el andamiaje, a todos, por sus servicios prestados, publicando de paso muchos “artículos científicos a partir del trabajo de unos y la buena voluntad de otros”; verbigracia del esfuerzo de las almas cándidas que se traguen toda esta propaganda”. No lo dudéis, son así.  La única vía de escape sería que tal monitorización, que, en este caso tan solo afecta a toda Europa, pase a ser gestionada por un organismo multinacional que en nuestro caso sería la propia Unión Europea. Eso sí, como los palabros impactantes deben anteponerse a toda noticia sexy “lo de huertos inteligentes”. En fin (…) Toda la noticia en sí misma es pura demagogia, ya que la evaluación de la calidad de los suelos no se soluciona con un sensor, imágenes satelitales y un teléfono móvil.

Así anda el mundo, espejo de la bobalización que cala en gran parte de la ciencia actual. ¿Y quién tiene la culpa?. Pues… ¡El cambio climático!, que nos a atontado a todos.

O dejo con la noticia……

Juan José Ibáñez

Continua……

Huertos inteligentes para ayudar a salvar el suelo de la Tierra

ECHA | 03.08.2018; FUENTE | CORDIS Servicio de Información en I+D Comunitario

Los usuarios de teléfonos móviles inteligentes pueden ahora recopilar datos relevantes de sus huertos para ayudar en la lucha contra el cambio climático y resolver la crisis alimentaria del planeta.

Los fenómenos meteorológicos inducidos por el cambio climático y las prácticas agrícolas intensivas han desembocado en una crisis mundial del suelo que exacerbará el hambre y la escasez de alimentos en todo el mundo, un problema que podría afectar a cerca de 1.300 millones de personas, según se desprende del análisis de un reciente artículo científico publicado en la revista Global Policy. Dado que cerca del 95% de los alimentos destinados al consumo humano dependen del suelo para su cultivo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha advertido a la comunidad científica de que si la agricultura sigue manteniendo su enfoque comercial tradicional, lo que supone la pérdida de aproximadamente 60 acres de tierra fértil cada minuto, la capa superior del suelo del planeta se habrá degradado por completo en 60 años, lo que pondría fin sin duda a las prácticas agrícolas.

Para abordar este problema, la Universidad de Dundee está liderando un proyecto innovador denominado convenientemente Grow Observatory o GROW, que ha desarrollado una plataforma integral para estimular la conservación del suelo y la mejora de los métodos sostenibles de producción de alimentos en Europa.

FOMENTO DE UNA CONCIENCIA MEDIOAMBIENTAL

GROW alienta a sus usuarios a instalar sensores novedosos y gratuitos en el suelo de sus huertos para recopilar información fundamental sobre la calidad del suelo. Esta información se utilizará para verificar los datos que también proporcionan los satélites, lo que mejorará la validez global de la información recopilada.

El seguimiento, sin embargo, no se restringe a la calidad del suelo. El sensor, que está diseñado para simular un palo en forma de Y y que está camuflado adecuadamente para no parecer un objeto extraño, recopila asimismo estadísticas que permiten a los ciudadanos científicos pronosticar y prepararse para fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones y olas de calor.

Además mide el nivel de humedad del suelo para evaluar el grado de desecación o humedad del mismo. Las condiciones lumínicas y la temperatura atmosférica también se cuantifican, lo que proporciona una lista pormenorizada de parámetros que pueden emplearse para llevar a cabo una gestión ambiental eficaz y sostenible a escala local, regional, continental y, en último término, mundial.

PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD

La comunidad de GROW engloba a miles de personas, y cualquiera que tenga un huerto y esté interesado en contribuir al esfuerzo puede solicitar un sensor a través del sitio web del proyecto. Quizá una de sus características más atractivas radica en la simplicidad del proceso: toda la información recogida por los sensores instalados en los huertos se recopila mediante una aplicación para teléfonos móviles inteligentes que, después, transfiere y almacena en línea los datos en una base de datos central, a la que puede acceder la comunidad de GROW.

Cerca de diez países de regiones de toda Europa participan en un esfuerzo colectivo para identificar las soluciones más sostenibles para tres retos generales, que la doctora Deborah Long enunció de la siguiente manera en un reciente artículo de la BBC: «¿Cómo podemos cultivar más alimentos? ¿Cómo podemos cultivar alimentos más sanos? ¿Cómo podemos cultivar y acceder a los alimentos de forma local?».

Para respaldar y complementar la visión del proyecto, FutureLearn ofrece de forma gratuita tres cursos en línea masivos y abiertos de ciencia ciudadana en colaboración con la Universidad de Dundee. Junto con la plataforma pública desarrollada y la base de datos de suelos de acceso libre, GROW Observatory ofrece a los científicos aficionados la oportunidad de contribuir significativamente a la mitigación del cambio climático y la protección del suelo, ¡desde la comodidad de su propio huerto!

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2 comentarios

  1. Gracias por el artículo y tus comentarios.
    Dada la encrucijada que se encuentra la agricultura con la pérdida de suelos fértiles, que han provocado menor producción por hectárea, salvo en la agricultura intensiva de invernadero (aunque ésta esconde la problemática de la desertificación de los suelos y pérdida de agua), que ha llevado aun incremento de costes por mayor uso de fertilizantes y pesticidas, derivando en pérdida de suelo fértil.
    El problema lo quieren resolver las élites políticas y empresariales con la agricultura de precisión y más tecnología (satélites, sensores,…) y las técnicas de análisis de datos (que son una reducción al absurdo). ¿De qué sirve recoger datos de los huertos sobre humedad, sino sabemos u obviamos como se interrelaciona el suelo con las plantas, como se pueden combinar plantas para retener agua e evitar la degradación del suelo?
    Un huerto inteligente es un huerto permacultural (con rotaciones, abones verdes, abonos orgánicas) o un bosque de alimentos, pero estas técnicas suponen un cambio en la forma de producción y de vida, que creo el 90% población occidental no querrá asumir jamás.
    El resto son caramelos. La mejor forma de argumentar la implantación de esa agricultura de precisión es hacer participar a las personas en un proyecto de ciencia y Universidad, y así todos somos guais

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