Vida Silvestre en La Era de la Globalización: A Dios Rogando y con el Mazo Dando
Fuente: Colaje imágenes Google
A Dios Rogando y con el mazo dando
Hoy os mostramos dos versiones de una misma noticia, cuyo origen podéis leer en las notas traducidas del suajili al español–castellano que os mostramos abajo. Comienza a parecerme duro, muy duro, seguir leyendo las buenas intenciones de los Organismos Internacionales (léase la ONU en este caso) y cotejarlas con la durísima realidad que recibimos a diario acerca del desastroso estado del Planeta por los medios de comunicación de masas (de borregos). Lo digo muy en serio porque duele, me duele muchísimo y un día cerraré este quiosco digital.
Las noticias científicas en cuestión versan sobre un informe acerca del estado de la biodiversidad en el mundo y su importancia para la supervivencia y el futuro de la humanidad. Más concretamente, en este caso, se abunda acerca del valor de la vida silvestre para el propio mantenimiento de las sociedades humanas, incluyendo bienes, como la alimentación necesaria para “miles de millones de personas”, o fuentes de ingresos para su supervivencia. Los urbanitas no se percatan que muchos de los productos que consumen, incluyendo fármacos, mantenerse sanos y “guapos” y un sinfín más, tanto trascendentes como intrascendentes, no estarían a su disposición debido a que proceden de organismos silvestres. Su extinción o sobrexplotación pone en riesgo a un porcentaje importante de la población mundial. No se trata exclusivamente del impacto del cambio climático en los denominados servicios ecosistémicos, sino de la amplia gama de prestaciones que disfrutamos gracias a esa vida salvaje, aunque realmente los únicos salvajes somos nosotros, y en especial los que vivimos en los países de la opulencia y marcamos el ritmo de la globalización económica convertida en la esclavitud bajo las doctrinas neoliberales.
Las dos noticias se encuentran muy bien redactadas, por lo que no abundaré en sus contenidos. La enorme tristeza, indignación o rabia, según el estado de ánimo con el que me despierte un día concreto, derivan de cotejar las necesidades sociales y ambientales con la cruda realidad en la que nos encontramos inmersos.
A los “expertos” nos reúnen los organismos internacionales con vistas a alertar al mundo del estado de degradación del Planeta y la mayoría de sus habitantes. Eruditos que somos, nos explayamos y desgarramos las vestiduras, hasta el próximo encuentro de la misma guisa, al cual nos gustaría que nos volvieran a invitar a causa de nuestros egos. Empero el drama dura décadas y décadas. Desde que se despertó en mi juventud el aliento conservacionista, hasta hoy, en día no ha habido tregua. Así, a escasos meses de mi jubilación “más de lo mismo”, pero cayendo en picado por el precipicio de la insustentabilidad. Efectivamente, las previsiones sobre El Colapso del Medio Ambiente y La primavera silenciosa ya está aquí. Rachel Carlson, la autora del libro que se publicó en 1962 (lectura de cabecera de los ecologistas ortodoxos), ya nos advertía de un mundo terrible, que ni yo mismo me lo creía por ser yan exagerado. Sin embargo, ahora soy de la opinión de que se quedó corta en sus denuncias y vaticinio apocalípticos. Por aquel entonces, la doctrina neoliberal todavía no había causado el colosal desastre que sufrimos.
La única novedad positiva que detecto en ambas noticias estriba del protagonismo y la importancia que comenzamos a otorgar a las comunidades indígenas y sus conocimientos. Se trata de un tema sobre el que he insistido desde hace 16 años en esta bitácora, con cientos de post incluidos en esta categoría. No se trata ya de salvarlos(nos), de protegerlos(nos), sino de aprender de ellos e incluirlos como participantes en nuestras indagaciones.
Si realmente los científicos deseamos pasar a un activismo constructivo, paradójicamente, lo que debíamos hacer es revelarnos y no asistir a tales macro eventos, a no ser que sea para protestar en la puerta de las sedes en donde se celebran, en lugar de ocupar los asientos. Tan solo sirven para lavar la imagen publica de los gobiernos y lobbies, ya que luego de firmar convenios, protocolos, etc., se hace caso omiso de ellos. Hipocresía descomunal que inunda los medios periódicamente. Demostrar que por los senderos actuales escogemos la ruta inversa a la que promulgamos. Este modo de proceder comienza a parecerme que nos hace participes de los que venimos a denunciar.
Los datos hablan por si mismos. A Dios Rogamos, pero con nuestro mazo de insensateces, a la naturaleza y congéneres matamos.
Os dejo pues con estas muy esclarecedoras noticias, que no servirán para nada, ya que una pandemia o una guerrita (léase en este caso el conflicto futbol Rusia- Ucrania) da al traste con todo lo que decimos y deseamos para el Planeta, las soberanías alimentarias y el futuro de nuestros hijos.
Juan José Ibáñez
Continúa………
Miles de millones de personas dependen de especies silvestres para obtener alimentos, combustible e ingresos: ONU
Por Kelly MACNAMARA; París (AFP) 8 de julio de 2022
La explotación desenfrenada de la naturaleza es una amenaza para el bienestar de miles de millones de personas en todo el mundo que dependen de especies silvestres para obtener alimentos, energía e ingresos, dijeron el viernes expertos en biodiversidad de las Naciones Unidas.
Desde la pesca y la tala hasta el uso de plantas silvestres en medicinas y perfumes, las sociedades de todo el planeta utilizan especies que no han sido domesticadas ni cultivadas, con un comercio global legal e ilegal anual de cientos de miles de millones de dólares.
Pero a medida que los humanos impulsan una alarmante pérdida de biodiversidad, y el cambio climático amenaza con acelerar la destrucción, el panel asesor científico de la ONU para la biodiversidad, IPBES, pidió «cambios transformadores» en nuestra relación con las especies silvestres.
IPBES, que ha advertido previamente que un millón de especies están en riesgo de extinción, dijo que detener la sobreexplotación era «crítico para revertir la tendencia mundial en la disminución de la biodiversidad» y elogió el papel crucial de las comunidades indígenas en la protección de la naturaleza.
Su informe, escrito por docenas de expertos y asesores indígenas y aprobado por 139 estados miembros, se produce cuando la ONU dirige un proceso internacional para proteger la naturaleza de la destrucción humana en las próximas décadas.
«El uso de especies silvestres es absolutamente crucial para la humanidad y la naturaleza«, dijo a la AFP el copresidente del informe de IPBES, Jean-Marc Fromentin, y agregó que era un «tema clave para la seguridad alimentaria».
Los expertos de la ONU estiman que «alrededor del 40 por ciento de la humanidad» depende de alguna manera de las especies silvestres, dijo: «Es mucho más grande de lo que piensas».
– Alimentos y combustible –
En general, 50,000 especies se utilizan para alimentos, energía, medicinas, materiales y otros fines en todo el mundo, según el informe, con más de 10,000 tipos diferentes cosechados para el consumo humano.
Las plantas silvestres, las algas y los hongos proporcionan alimentos e ingresos para una de cada cinco personas en todo el mundo, según el informe, mientras que unos 2.400 millones de personas dependen de la madera para cocinar.
IpBES estima que el 70 por ciento de los pobres del mundo dependen directamente de las especies silvestres y las empresas vinculadas a ellas.
Pero no son los únicos.
«Los habitantes de las ciudades en los países ricos pueden no notarlo, pero las plantas silvestres se usan en medicinas o cosméticos, comes pescado silvestre y hay una buena posibilidad de que tus muebles provengan de árboles silvestres«, dijo Fromentin.
Incluso el forrajeo sigue siendo una actividad importante para las personas en América del Norte y Europa, con tasas notablemente altas en Europa del Este, según la investigación, que dijo que hay una «creciente demanda de alimentos silvestres» para restaurantes de alta gama.
– Recurso ‘robo’ –
El mercado global de estas especies es un gran negocio.
Los árboles silvestres representan dos tercios de la madera en rollo industrial mundial, mientras que el comercio de plantas silvestres, algas y hongos es una industria de miles de millones de dólares.
Pero el comercio mundial puede desconectarse de la oferta sostenible, con una creciente demanda que pone en riesgo especies y ecosistemas, y el informe dice que existe una necesidad «urgente» de políticas efectivas que se adapten a las necesidades locales.
Un problema importante es el comercio ilícito de especies silvestres, que se estima que tiene un valor de entre $ 69 mil millones y $ 199 mil millones al año, que IPBES dijo que era el tercer mercado ilegal más grande después del tráfico de personas y las drogas.
Si bien esto se dirige en gran medida a los árboles y peces, el informe dice que incluso el comercio a menor escala de animales y plantas raros, como las orquídeas, puede tener efectos devastadores.
Este comercio «priva a los países, los pueblos indígenas y las comunidades locales del acceso a sus propios recursos y medios de vida seguros«, dijo Inger Andersen, jefa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
– Ciudadano de la naturaleza –
Dejar que el mundo natural prospere es un mejor negocio.
El turismo que se basa en la observación de especies silvestres, fue una razón clave por la que las áreas protegidas a nivel mundial recibieron ocho mil millones de visitantes y generaron $ 600 mil millones cada año antes de la pandemia de Covid-19.
Mientras tanto, las pesquerías que están bien gestionadas a menudo tienen una creciente abundancia de peces.
El atún rojo del Atlántico, por ejemplo, fue pescado al borde del abismo por una explosión de la demanda del mercado del sashimi en la década de 1980.
Inicialmente, «el asesoramiento científico tenía poco peso contra los grupos de presión pesqueros y los intereses nacionales«, dijo la IPBES, pero una nueva estrategia lanzada en 2007 ha logrado reconstruir la población.
En general, la sobreexplotación es la principal amenaza para las especies marinas silvestres, dijo, así como una amenaza clave para los ecosistemas terrestres y de agua dulce.
IPBES pidió políticas que apoyen los derechos a la tierra de los pueblos indígenas, que administran vastas áreas ricas en biodiversidad y a menudo han sido subestimados o expulsados de sus tierras tradicionales en el pasado.
El informe dice que se puede aprender mucho de las comunidades indígenas, incluidas diferentes formas de medir la salud de las especies, como la cantidad de grasa en un caribú o el sabor cambiante del pescado.
El coautor John Donaldson dijo que el proceso de integración del conocimiento indígena con más investigación basada en la ciencia había sido «bastante revelador«.
El informe instó a una visión de la humanidad como «un miembro o un ciudadano de la naturaleza, entre otros».
Dijo que el concepto en muchas sociedades de que los humanos están separados y son dominantes sobre la naturaleza había «llevado a grandes crisis ambientales, como el cambio climático y la disminución de la biodiversidad«.
Importante informe sobre la vida silvestre lucha por contabilizar la explotación de especies por parte de la humanidad
La gente usa aproximadamente 50,000 plantas y animales para alimentos e ingresos, pero los científicos dicen que la estimación es conservadora.
Miles de millones de personas en todo el mundo dependen de alrededor de 50.000 especies de plantas y animales silvestres para obtener alimentos, energía, medicamentos e ingresos, según un importante informe intergubernamental preparado por docenas de científicos. Aunque el informe encuentra que la sobreexplotación es una amenaza para algunas especies, también destaca muchos ejemplos de especies silvestres que se utilizan de manera sostenible, y recomienda formas de apoyar y replicar esos métodos.
Pero científicos independientes dicen que la evaluación se queda corta en su evaluación de los usos de las especies silvestres por parte de las personas. Señalan brechas significativas en la evidencia que sustenta la evaluación. «Subestima el daño que la explotación de la vida silvestre hace a la naturaleza y exagera los beneficios«, dice la bióloga Daniela Freyer, cofundadora de la organización de conservación Pro Wildlife en Munich, Alemania.
El 8 de julio se publicó un resumen de la evaluación, realizada por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), con un informe completo que se publicará en un par de meses. Seguirá a un informe de IPBES de 2019, que encontró que la explotación de la vida silvestre es uno de los mayores impulsores de la pérdida de biodiversidad. El último informe se basa en ese hallazgo y buscó ofrecer un mensaje más optimista, dice Marla Emery, copresidenta de la evaluación.
Itinerario sostenible
El informe, cuyos autores consistieron en personas con conocimiento indígena y local, así como científicos nominados por los gobiernos, revisó más de 6.200 fuentes, incluidos trabajos de investigación e informes. A partir de ellos, calcularon que las personas dependen de aproximadamente 33,000 especies de plantas y hongos, 7,500 especies de peces e invertebrados acuáticos y 9,000 especies de anfibios, insectos, reptiles, aves y mamíferos. Sin embargo, esos son probablemente números conservadores, dice John Donaldson, otro copresidente del informe.
Según una evaluación citada en el informe, de aproximadamente 10,000 especies utilizadas por las personas, aproximadamente un tercio tiene poblaciones estables, lo que sugiere que se están utilizando de manera sostenible. El resto muestra evidencia de disminuciones de la población, que podrían ser impulsadas por los humanos.
Pero Alice Hughes, bióloga conservacionista de la Universidad de Hong Kong, cuestiona cuán sostenible es realmente el uso de algunas especies descritas en el informe. Por ejemplo, la evaluación no considera si el comercio afecta la morfología de los animales, dice. El comercio que elimina los grandes animales «trofeo» de un ecosistema podría reducir el tamaño de los animales que quedan atrás, reduciendo el acervo genético y haciéndolos menos resistentes a los cambios ambientales, dice Hughes.
Enlace pandemia
Los investigadores también cuestionan la decisión de no priorizar cómo la sobreexplotación de la vida silvestre afecta los brotes de enfermedades. Las estrechas interacciones entre las personas y los animales salvajes se han convertido en un tema candente, dada la fuerte evidencia de que la pandemia de COVID-19 probablemente se originó en un mercado de vida silvestre en Wuhan, China. «Los gobiernos se tomarán más en serio la explotación de animales salvajes cuando se den cuenta de que existen riesgos genuinos de bioseguridad«, dice Hughes.
Emery dice que un informe anterior de IPBES se centró en el vínculo entre la vida silvestre y las pandemias, mientras que este informe se concentró en los usos de la vida silvestre.
Los factores que contribuyen al uso insostenible de las especies silvestres incluyen el comercio mundial no regulado y el aumento de la demanda, los conflictos armados y el cambio climático. El informe concluye que dar a las comunidades derechos seguros sobre la tierra, junto con la sensibilización y la investigación científica, puede apoyar las prácticas sostenibles. La evaluación recomienda que las políticas estén diseñadas para garantizar que los costos y beneficios del uso de la vida silvestre se compartan equitativamente, y que se basen en diversas formas de conocimiento científico y local.
El informe revela cuán dependientes son las personas de las especies silvestres a nivel mundial, dice Anastasiya Timoshyna, coordinadora del programa TRAFFIC, una red de monitoreo del comercio de vida silvestre en Cambridge, Reino Unido. Estas ideas «no podrían haber llegado en un mejor momento», dice. Los países están negociando actualmente el próximo acuerdo mundial sobre biodiversidad, que establecerá la agenda de conservación hasta 2030.
Brechas de datos
Pero algunos investigadores señalan brechas significativas en la evidencia que sustenta la evaluación del informe. Probablemente subestima enormemente el número total de especies que se comercializan, dice Hughes. Por ejemplo, en mayo, ella y sus colegas descubrieron que se están comercializando 1.264 especies de arácnidos, la mayoría capturadas en la naturaleza, y muchas de ellas probablemente no se tienen en cuenta en el informe.1.
También faltan datos sobre algunas de las especies que el informe encuentra que se están utilizando de manera sostenible, dicen los investigadores. Es difícil concluir que las especies se comercializan de manera sostenible sobre la base de evidencia científica limitada, dice Mark Auliya, biólogo conservacionista del Instituto Leibniz para el Análisis del Cambio de la Biodiversidad en Bonn, Alemania.
El informe tampoco logra lidiar con cuánto del uso de las especies silvestres es para la supervivencia de las personas, en lugar de para artículos de lujo, y potencialmente prescindibles, dice Stuart Pimm, científico conservacionista de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. «Hay algunas preguntas realmente difíciles para las que necesitamos tener buenas respuestas cuantitativas».
Los datos son especialmente escasos sobre el uso de plantas y árboles silvestres. Incluso para productos muy valiosos como la madera, la mayoría de los árboles se comercializan bajo género u otros nombres colectivos, sin conocimiento de su especie, dice Malin Rivers, quien dirige los esfuerzos de conservación en Botanic Gardens Conservation International en Londres. «A medida que una especie se agota en el bosque, la gente simplemente pasa a la siguiente especie«. Pero incluso con datos limitados, es importante utilizar la mejor información disponible para sacar conclusiones, agrega.
Emery dice que los autores del informe llevaron a cabo una revisión exhaustiva de las fuentes disponibles hasta abril de 2021, por lo que se habrán perdido algunas de las últimas investigaciones. También reconoce que siguen existiendo enormes brechas de conocimiento en torno al uso de la vida silvestre y si eso es sostenible, lo cual es un hallazgo de la evaluación. Pero las brechas de datos no deberían ralentizar los esfuerzos para implementar prácticas sostenibles, dice. «Queremos tanta ciencia como podamos obtener, pero ya hay una fuente profunda e importante de conocimiento que podemos usar, y este es el conocimiento local indígena».
doi: https://doi.org/10.1038/d41586-022-01917-3
Referencias
- Marshall, B. M. et al. Commun. Biol. 5, 448 (2022).