Concepciones Holísticas del Mundo (y La comunicación de los ecosistemas bajo el suelo)
Fuente: Rupert y Marín Sheldrake Colaje Imágenes Google
El que un libro de biología de suelo sea considerado como un bestseller por el New York Times es una inmejorable noticias en materia de cultura científica para los edafólogos
La idea de que todas las cosas del mundo se encuentran interconectadas se remonta a la antigüedad. No existe mayor falacia que defender que fue la creación de la Red de Redes, fue la primera aproximación a esta concepción del mundo. No nos remontaremos a la filosofía antigua para demostrarlo. Este post comenzó con la lectura de la noticia “El hombre que convirtió al mundo en el genio de los hongos”. Se trata de una noticia que publicita un libro redactado por un tal “Merlin Sheldrake” al que muy pocos conoceréis., aunque su libro («Entangled Life“ o “La red Oculta de la Vida”) al parecer ha sido considerado un “Bestseller por el New York Times”, fuente de la noticia de la que tan solo traducimos fragmentos abajo, por cuanto era muy extensa y repleta de detalles del autor. Este joven ha debido escribir un libro muy interesante, ya traducido al español castellano, y en la que relata, básicamente, lo que venimos alegando en nuestros posts acerca del asombroso papel de las micorrizas en los ecosistemas suelo, sirviendo como fuente de comunicación subterránea. Podéis comparar sus palabras con las de las entradas previas que hemos ido editado a lo largo de los años y que también os enlacé al final de la de hoy.
Sin embargo al leer la nota de prensa me he topado con la sorpresa de que se trata del hijo de “Rupert Sheldrake (Hipótesis de la causalidad formativa)”, del cual ya hablamos en el post precedente “Información como Campo Físico o Metafísico”, y como no, también lo hace de “David Bohm”. Rupert partiendo de la biología y David (alumno de Einstein), de la física, al intentar dar una versión einsteniana de la física de partículas, que no gustaba ni a su maestro ni a él, llegan a resultados bastante similares. De un enlace de internet y sin entrar en mis valoraciones personales se comenta: “(….), investigadores de otras ramas de la ciencia han coincidido con los planteamientos de Bohm, como el biólogo Rupert Sheldrake. Rupert propone su teoría de los “campos mórficos y de la resonancia mórfica, siendo el primero un patrón o estructura energética, subyacentemente, que organiza la vida brindándole información a las células sobre cómo se deben disponer, de forma sutil, para conformar el diseño de un individuo y de todos y cada uno de los ejemplares de la misma especie. Determina, también, sus movimientos, tendencias y comportamientos. Dando por sentado que primero es la forma y después todos los fenómenos y leyes de la naturaleza. La resonancia mórfica, según Sheldrake, sería la vía mediante la cual el conocimiento se transmite instantáneamente entre los miembros de una especie, independientemente del espacio y el tiempo”. Llegado a este punto digamos que se trata de una interpretación inadecuadamente biológica, por cuanto también la extendió al mundo inanimado, como el de los minerales. Para Ruper por encima de los campos habituales de la física, exististiría hipotéticamente otro, que conecta el universo.
David siguió trabajando habitualmente como investigador, aunque también daba rienda suelta a sus conjeturas y teorías.
Por ejemplo, una de las Teorías de David es la del Universo Implicado y según la misma página Web viene a decirnos que “(…) En la década de los sesenta, David Bohm formuló su noción del orden implicado. En ésta describe que en el universo existe lo que él denominó un orden implicado que para él es el todo indivisible, en el que todas las cosas están envueltas, lo no-manifestado. Las conexiones de este orden nada tienen que ver con la localidad en tiempo y espacio, tienen que ver, más bien, con una cualidad diferente que él denominó envolvimiento. Existe, además, el orden explicado, que es la descripción de la realidad tal y como se nos manifiesta desde el orden implicado. De tal manera que el mundo sensible es la manifestación de una energía, de un orden más profundo y de una realidad inconmensurable, el orden implicado. La alegoría con que Bohm ilustra el orden implicado es un holograma, en el que el todo es las partes y cada una de las partes contiene al todo, el universo como un holograma. El potencial cuántico que Bohm postula en la interpretación causal es el orden implicado, el cual es una realidad indivisible, e infinitamente profunda, cuya naturaleza se extiende desde la física hacia la filosofía, la biología y la religión”. En el artículo del NY Times también menciona a “Alfred North Whitehead”, un gran matemático que redactó con Bertrand Russell una de las obras más descomunales y ambiciosas de la Filosofía de la Ciencia con bases logicistas (lógica matemática), a principios del siglo XX, es decir los “Principia Mathematica”. Resulta curioso que ambos, a la postren, renegarán de aquella obra y adoptaran posturas mucho más heterodoxas, como la que narra Merlín. Se puede decir que para el padre Rupert y su hijo Merlín lo de “a tal palo, tal astilla”. Empero no olvidemos que “James Lovelock” y “Lynn Margulis” con sus teorías de la Hipótesis Gaia y la Teoría simbiogenética de la Evolución,siguen cosmologías semejantes”.
En la década de los setenta y ochenta del Siglo XX, existían aventuras de aquella guisa y libros, criticables pero que recomiendo leer porque, efectivamente, abren las mentes a hipótesis alternativas de como concebir el mundo y proponer otras. Me he acordado al redactar este post de una revista que consultaban los seguidores de estas tendencias, sorprendiéndome de que aun exista, aunque desconozco sus actuales derroteros. Hablamos de “Revision a Journal of Consciousness and Transformation”. Personalmente denomino este tipo de constructos intelectuales como: “Filosofía de la Ciencia versus “Filosofías Científicas”. Es decir, no se trata de filosofía de la Ciencia, sino de visiones filosóficas de científicos e intelectuales basadas esencialmente en lo aprendido de sus propios campos de investigación.
Me perecen mentes ortodoxamente mojigatas a aquellas que las denominan pseudocientíficas, por cuanto varias de las así consideradas, con el tiempo, han sido corroboradas, que no refutadas por las propias evidencias cientúficas. Os recomiendo lecturas como estas, con independencia de que aceptéis o no sus propuestas. El hijo de Rupert, es decir Merlín, escribió un libro así sobre los hongos del suelo y su éxito ha sido apabullante. La mejor divulgación científica del universo de los suelos, no lo dudéis. De hecho, la nota de prensa alabando el libro, me llego vía una alerta de la Revista Nature. Ósea que lo de pseudociencia sobra.
Os dejo con el entretenido relato de Merlín (y algunos textos más), aunque os aconsejo la lectura completa de la nota de prensa original.
Juan José Ibáñez
Continúa………
“Filosofía de la Ciencia versus “Filosofías Científicas”
“Categoría Curso Básico Sobre Filosofía y Sociología de la Ciencia”
Revision A Journal of Consciousness and Transformation
Algunos posts previos relacionados con el suelo
Las Micorrizas: Cableando el Suelo
El Lenguaje de la foresta bajo el Suelo
La Inteligencia de los bosques y su comunicación bajo el Suelo
La Inteligencia de los Organismos del Suelo
Ecosistemas: Redes Tróficas, Redes Energéticas, Cadenas Alimentarias y Pirámides de Población
Mohos Mucilaginosos del Suelo: La Difusa Frontera entre los Organismos Unicelulares y Pluricelulares
Plantas micoheterótrofas y micorrizas
El Ciclo de la Rizofagia: La obtención de nutrientes por las plantas a través de sus rizosferas
Las Simbiosis de Las Plantas con las Micorrizas: Comercio Justo y Teoría de Juegos
“Filosofía de la Ciencia versus “Filosofías Científicas”
“Información como Campo Físico o Metafísico”
La red oculta de la vida (Wikipedia)
LA RED OCULTA DE LA VIDA
MERLIN SHELDRAKE; PLANETA- 9788408235316
Sinopsis de LA RED OCULTA DE LA VIDA
No son plantas ni animales y se encuentran en la tierra, en el aire y en nuestros cuerpos. Están por doquier, pero cuesta verlos. Además, pueden ser microscópicos, pero también representan a los organismos de mayor tamaño jamás registrados. Comen piedra, crean suelos, asimilan agentes contaminantes, se nutren de plantas, pero también las matan, sobreviven en el espacio e influyen en la composición de la atmósfera terrestre.
Ha llegado la hora de descubrir el oculto y fascinante mundo de los hongos, formas de vida extrañas y maravillosas que nos obligan a repensar el funcionamiento de la vida. Al proporcionar a los humanos pan, alcohol y medicamentos, han cambiado la historia de nuestra especie, mientras que su capacidad para digerir plástico, explosivos, pesticidas y petróleo crudo se aplica en el campo de las nuevas tecnologías.
Su capacidad para conectar plantas en grandes redes de colaboración subterráneas, la ?Wood Wide Web?, está transformando nuestra comprensión de los ecosistemas. Los hongos tienen la llave para entender nuestro planeta y nuestras formas de pensar, sentir y comportarnos aunque su vida transcurra principalmente fuera de nuestra vista.
Merlin Sheldrake obliga a reconsiderar los reinos de la vida
BESTSELLER DEL NEW YORK TIMES • Un viaje “brillante [y] fascinante” (The Guardian) a las vidas ocultas de los hongos, los grandes conectores del mundo viviente, y sus roles asombrosos e íntimos en la vida humana, con el poder de curar nuestros cuerpos. , expandir nuestras mentes y ayudarnos a abordar nuestros problemas ambientales más urgentes.
“Grandioso y vertiginoso en la medida en que recalibra nuestra comprensión del mundo natural.”—Ed Yong, autor de I Contain Multitudes
UNO DE LOS MEJORES LIBROS DEL AÑO: Time, BBC Science Focus, The Daily Mail, Geographical, The Times, The Telegraph, New Statesman, London Evening Standard, Science Friday
Cuando pensamos en hongos, probablemente pensamos en hongos. Pero los hongos son solo cuerpos fructíferos, análogos a las manzanas en un árbol. La mayoría de los hongos viven fuera de la vista, pero constituyen un reino de organismos enormemente diverso que sustenta y sustenta a casi todos los sistemas vivos. Los hongos brindan una clave para comprender el planeta en el que vivimos y las formas en que pensamos, sentimos y nos comportamos.
En Entangled Life, el joven y brillante biólogo Merlin Sheldrake nos muestra el mundo desde un punto de vista fúngico, proporcionando un estimulante cambio de perspectiva. La vívida exploración de Sheldrake nos lleva de la levadura a los psicodélicos, a los hongos que se extienden por kilómetros bajo tierra y son los organismos más grandes del planeta, a los que unen las plantas en redes complejas conocidas como «Wood Wide Web», a los que se infiltran y manipular cuerpos de insectos con una precisión devastadora.
Los hongos cuestionan nuestros conceptos de individualidad e incluso de inteligencia. Son maestros metabólicos, constructores de tierra y actores clave en la mayoría de los procesos de la vida. Pueden cambiar nuestras mentes, sanar nuestros cuerpos e incluso ayudarnos a remediar un desastre ambiental. Al examinar los hongos en sus propios términos, Sheldrake revela cómo estos organismos extraordinarios, y nuestras relaciones con ellos, están cambiando nuestra comprensión de cómo funciona la vida.
Ganador del premio Wainwright, el premio del libro de ciencia de la Royal Society y el premio Guild of Food Writers • Preseleccionado para el British Book Award • Preseleccionado para el Rathbones Folio Prize
El hombre que convirtió al mundo en el genio de los hongos
Una vasta red fúngica entrelaza la vida en la Tierra. Merlin Sheldrake quiere ayudarnos a verlo.
Merlin Sheldrake, autor del libro más vendido «Entangled;
Por Jennifer Kahn, junio 8, 2023
Una noche del invierno pasado, Merlin Sheldrake, el micólogo y autor del libro más vendido «Entangled Life», (…) es un estudio científico de todas las cosas fúngicas que se lee como un cuento de hadas, y desde la publicación del libro en 2020, Sheldrake se ha convertido en un orador codiciado. (…..)
En charlas como estas, a veces se le pide a Sheldrake que responda a una pregunta que plantea en el primer capítulo de su libro: ¿Cómo es ser un hongo? La respuesta, al menos según Sheldrake, es a la vez extraña y maravillosa. «Si no tuvieras cabeza, ni corazón, ni centro de operaciones», comenzó. «Si pudieras saborear con todo tu cuerpo. Si pudieras tomar un fragmento de tu dedo del pie o tu cabello y se convertiría en un nuevo tú, y cientos de estos nuevos túes podrían fusionarse en una unión increíblemente grande. Y cuando querías moverte, producías esporas, esta pequeña parte condensada de ti que podía viajar en el aire (….).
«Entangled Life» ha convertido a Sheldrake, de 36 años, en una especie de embajador humano del reino fúngico: la cara de los hongos. Ha volado a la selva tropical de Tarkine en Tasmania para filmar una película (….). tenía previsto partir hacia Tierra del Fuego, donde se uniría a un grupo de muestreo de hongos en nombre de la Sociedad para la Protección de las Redes Subterráneas (SPUN), una organización de conservación y defensa fundada por el ecologista Colin Averill y el biólogo Toby Kiers. Sheldrake describió el viaje como parte del esfuerzo del grupo para mapear la diversidad global de micorrizas, que ayudan a las plantas y los árboles a sobrevivir, y para establecer protecciones para los hongos. (En los Estados Unidos, solo dos hongos, ambos líquenes, están protegidos por la Ley de Especies en Peligro de Extinción).
Al igual que muchos organismos pequeños, los hongos a menudo se pasan por alto, pero su importancia planetaria es enorme. Las plantas lograron dejar agua y crecer en tierra solo debido a su colaboración con hongos, que actuaron como sus sistemas de raíces durante millones de años. Incluso hoy en día, aproximadamente el 90 por ciento de las plantas y casi todos los árboles del mundo dependen de hongos, que suministran minerales cruciales al descomponer rocas y otras sustancias. También pueden ser un flagelo, erradicar los bosques (la enfermedad del olmo holandés y el tizón del castaño son hongos) y matar a los humanos. (Los romanos solían rezar a Robigus, el dios del moho, para proteger sus cultivos contra las plagas). A veces, incluso parecen pensar. Cuando los investigadores japoneses lanzaron moldes de limo en laberintos modelados en las calles de Tokio, los moldes encontraron la ruta más eficiente entre los centros urbanos de la ciudad en un día, recreando instintivamente un conjunto de caminos casi idénticos a la red ferroviaria existente (….).
«Entangled Life» está lleno de este tipo de detalles, pero también es profundamente filosófico: un argumento vivo para la interdependencia. Sin hongos, la materia no se descompondría; El planeta estaría enterrado bajo capas de árboles y vegetación muertos y sin pudrirse. Si tuviéramos una visión de rayos X específica de hongos, veríamos, escribe Sheldrake, «extensas redes entrelazadas» ensartadas a lo largo de los arrecifes de coral en el océano y entrelazadas íntimamente dentro de «cuerpos de plantas y animales vivos y muertos, vertederos de basura, alfombras, tablas del piso, libros viejos en bibliotecas (etc.), «.
La idea de los hongos como metáfora de la vida ha entrado últimamente en el espíritu de la época, sembrada en parte por la científica forestal Suzanne Simard, quien descubrió que los árboles están conectados a través de una red micelial, la «Wood-Wide Web«. También estuvo el exitoso documental sorpresa de 2019 «Fantastic Fungi», un tributo efusivo que (….).. Sheldrake describe el micelio como «tejido conectivo ecológico, la costura viva por la cual gran parte del mundo está cosido en relación«. En un momento en que el planeta parece estar desmoronándose, o, más bien, está siendo desmembrado activamente, la idea de que estamos unidos por un número infinito de hilos invisibles es tan hermosa que casi te duele (…).
La serie de HBO «The Last of Us«, sobre un hongo cordyceps que convierte a los humanos en zombis (basado en una especie real que secuestra los cerebros y cuerpos de las hormigas), atrajo a alrededor de 32 millones de espectadores por episodio. Las tiendas minoristas también han seguido la tendencia. Esta primavera trajo una explosión de ropa y decoración con estampado de hongos (…) además de lámparas de mesa, pufs y mesitas de noche en forma de hongo.
Si bien muchas culturas y grupos indígenas tienen una larga historia con los hongos, un video de SPUN comienza con un anciano mapuche en Chile cantándoles, Sheldrake ve el momento fúngico actual como un producto de tendencias convergentes. Junto con la crisis ecológica (….) En otras palabras, es un despertar tardío y en gran medida pragmático: los hongos como medicina y material.
Explora el mundo de las setas
Rico en umami y conocido por sus propiedades para la salud, los hongos son un reino de vida propio.
Temido y venerado: El hongo ficticio en «The Last of Us» tocó un nervio colectivo. Cuando se trata de hongos, simplemente no podemos mantener la calma.
Hongo carnívoro: El hongo ostra se ha ganado una reputación por actividades más siniestras de lo que cabría esperar de un hongo que se encuentra en la buena mesa: alimentarse de gusanos.
Forrajeo: La caza de hongos mantiene su mente y cuerpo activos, y le permite sumergirse en la naturaleza. Aquí es planear una aventura de forrajeo en la costa oeste.
Superpoderes de hongos: Ciertas especies de hongos podrían ayudar a los humanos a abordar los peligros de un clima más cálido. Un biólogo evolutivo está en una misión subterránea para descubrir su potencial.
La propia búsqueda de Sheldrake es a la vez más soñadora y más ambiciosa: hacernos ver el mundo y nuestro lugar en él de manera diferente. Hay un anhelo que atraviesa «Enredled Life«, un deseo de fusionarse con estas vidas alienígenas que exploran el mundo con millones de zarcillos, cada uno de los cuales funciona, simultáneamente, como un cerebro, boca y órgano sensorial independientes. Nos imaginamos a nosotros mismos como individuos, observa Sheldrake, cuando en realidad somos comunidades, nuestros cuerpos tan completamente habitados por, y dependientes de, microbios que el concepto mismo de individualidad comienza a parecer extraño. ¿Por qué pensamos en un «yo» cuando es más preciso identificarnos como un ecosistema andante?
Sheldrake a menudo parece haberse salido de una plantilla británica particular: el naturalista erudito y ligeramente excéntrico de inusual habilidad literaria (….).Cuando Stella McCartney organizó un desfile de temática fúngica en París en 2021, reclutó a Merlín como consultor y (….)
Sus padres son poco convencionales y ven el mundo como profundamente conectado de maneras misteriosas. (….) Su padre, Rupert, es más reservado, pero fácilmente encantado. Estudió biología en Cambridge y filosofía e historia de la ciencia en Harvard y más tarde trabajó en desarrollo agrícola, pero finalmente se consumió por la idea de que los recuerdos podían heredarse y que las intenciones (planear llamar a un amigo en particular, por ejemplo) podían transmitirse telepáticamente, un fenómeno que atribuyó a «campos mórficos». Estos campos, creía, explicaban tanto la conciencia punzante de ser mirado por otra persona como la extraña capacidad de los perros para saber cuándo sus dueños regresan a casa.
Cuando Merlín era un niño, él y su padre pasaban horas vagando por el brezal en todos los climas, mirando plantas y rastreándose mutuamente a través del bosque. Merlín describe a su padre como incesantemente curioso (…).
Merlín absorbió el interés de su padre en el mundo natural y su sentido de asombro. (….)
(….) Cuando era adolescente, Merlín comenzó a pasar tiempo con uno de los clientes habituales de la isla, un «evangelista fúngico» autodidacta llamado Paul Stamets, quien alentó su interés en la simbiosis: la forma en que los hongos, las plantas y otras criaturas podrían unirse cooperativamente. No mucho después de eso, leyó un libro de Karl von Frisch, un biólogo que recibió el Premio Nobel por decodificar la danza del meneo en las abejas, (….)
Sheldrake encontró estas ideas electrizantes. Cuando se fue a Cambridge, a los 18 años, decidió estudiar biología (también consideraba clásicos) y completó un doctorado. Para su disertación, pasó varias temporadas en una estación de investigación en Panamá estudiando Voyria, también conocida como plantas fantasma: pequeñas flores que viven de los nutrientes de las redes de hongos subterráneos. A Sheldrake le encantaba estudiar los hongos en la naturaleza. En «Entangled Life», describió pasar horas husmeando en la tierra mientras intentaba seguir una sola raíz parecida a un pelo hasta el punto en que se fusionó con el micelio subterráneo: los millones de hebras de hongos que se tejen a través del suelo tropical, intercambiando nutrientes y, más misteriosamente, información con las plantas y árboles sobre ellos (…).
Poco antes de mi visita, Sheldrake voló a California para una conferencia sobre el filósofo Alfred North Whitehead. Whitehead era lo que se conoce como un filósofo relacional de procesos: creía que la realidad se trata más de interacciones que de objetos. También creía que todo en el universo (personas, gatos, planetas, átomos, electrones) puede «experimentar» la existencia. «Tengo mucho tiempo para las opiniones de Whitehead», me dijo Sheldrake más tarde. «Vio todo el universo como un organismo, con organismos que viven dentro de organismos que viven dentro de organismos». Recientemente comenzó a colaborar con el filósofo whiteheadiano Matt Segall para estudiar «formas en que los hongos podrían ayudarnos a pensar en diferentes posibilidades filosóficas«.
En este espíritu, Sheldrake también comenzó a trabajar con (…) para crear protecciones legales para los hongos, (…) parte de una serie de demandas por derechos de los animales y protección ambiental que buscan dar representación en la corte a seres vivos que no son humanos. Otros proyectos son más caprichosos pero igualmente alucinantes. Después de que se publicó «Entangled Life», sembró una copia del libro de bolsillo con esporas de hongos ostra, luego filmó un lapso de tiempo de las páginas del libro que se consumían hasta que se convirtió en un ladrillo hinchado de micelio blanco, brotando hongos alrededor de los bordes de la cubierta, que permanecieron intactos. Luego se comió los champiñones, la broma era que estaba comiendo sus palabras (…).
Caminando por Hampstead Heath con Sheldrake una mañana, mencioné un libro de Emily Monosson titulado «Blight: Fungi and the Coming Pandemic», que saldrá en julio, del cual recibí una copia temprana. El libro es como una versión sombría de «Entangled Life»: una mirada integral al lado oscuro de los hongos y su ubicuidad, incluidas varias enfermedades fúngicas que matan a los humanos (Candida auris, que prospera en los hospitales) y aniquilan los cultivos (la ráfaga de arroz Magnaporthe oryzae, que destruye suficiente arroz cada año para alimentar a alrededor de 60 millones de personas). Todos los cuales aparentemente están en aumento debido a la globalización y el cambio climático. (…) La respuesta que dio, que el reino fúngico es vasto y pocas especies dañinas, era cierta, pero también se sentía incompleta. Durante varios días de hablar con Sheldrake, me sorprendió lo cuidadosamente que parecía elegir sus palabras. Esto era en parte una cuestión de intelecto; Sheldrake es un pensador riguroso y matizado. Pero (…)
(….) Cuando Merlín era un niño, recuerda, su padre recibió cartas furiosas, a veces vitriólicas, de científicos molestos tanto por sus afirmaciones de parapsicología como por su crítica pública de la ciencia convencional. (Continuó escribiendo un libro sobre este último, titulado «El espejismo de la ciencia«). «Era algo de lo que éramos muy conscientes al crecer», me dijo Merlín. «Que tenía estos enemigos». (….) Rupert no se vio afectado en gran medida por las cartas. Pero cuando Merlín estaba en la universidad, su padre fue apuñalado y gravemente herido mientras hablaba en una conferencia sobre conciencia en Santa Fe, Nuevo México (…). Merlín describió el asalto como una culminación de toda esa ira institucional.
Mientras hacía su doctorado, Sheldrake pasó un año estudiando la historia y la filosofía de la ciencia, esencialmente tomando una mirada antropológica en su propio campo. Durante una de nuestras charlas, señaló que Galileo revolucionó la ciencia en parte al argumentar que (….). En los siglos transcurridos desde entonces, argumenta Sheldrake, la ciencia se ha centrado tanto en las cualidades primarias que ha perdido contacto con todas las cosas blandas pero profundamente vitales como la emoción, la amistad y la conciencia que, como él dijo, estaban «entre paréntesis». Esta segregación, dice Sheldrake, limita nuestra capacidad de entender el mundo en toda su complejidad y puede haber exacerbado nuestra actual catástrofe planetaria.
Después de terminar su doctorado en 2016, Sheldrake trabajó como biólogo independiente y hasta hace poco no estaba afiliado a una universidad. Pero continuó colaborando con científicos y recientemente se convirtió en investigador asociado en la Universidad de Vrije en los Países Bajos, donde trabaja con Toby Kiers y un equipo del Instituto Amolf, que están utilizando equipos complejos para estudiar cómo las redes de micorrizas coordinan su actividad. El camino de Sheldrake refleja una división más profunda en su propio trabajo entre el mundo de la respetabilidad científica y las inclinaciones más místicas de sus padres. Incluso ahora, me dijo Sheldrake, discutirá experimentos con su padre, a quien describe como «un científico muy holístico», uno cuyo enfoque del mundo natural «nunca eliminó la magia de las cosas». Y aunque «Entangled Life» se investiga rigurosamente, también parece esforzarse contra la práctica científica convencional, con su enfoque en lo objetivo y cuantificable sobre lo soñador e imaginativo (…). De vez en cuando me sorprendía soñando despierto con un mundo en el que los hongos, no los humanos, habían evolucionado para ser la especie dominante. ¿Cómo sería un mundo así, tan lleno de sentidos y experiencias compartidas? ¿Un hongo menospreciaría el perturbador aislamiento de la vida de los mamíferos, donde las percepciones y los pensamientos se limitaban a un solo cuerpo y cerebro pequeños? Fue una idea vertiginosa pero también tentadora. Y cuando el sueño se desvanecía, devolviéndome a mi cuerpo solitario y desconectado, a veces me encontraba pensando: Espera. Por favor, quédate. ¿Puedo unirme a ustedes?
Jennifer Kahn es escritora colaboradora de la revista y líder del programa narrativo en la Escuela de Periodismo de UC Berkeley. Alexander Coggin es un fabricante estadounidense de fotografías, películas y teatro. Tiene su sede en Londres, Berlín y Michigan.