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Suelos de Europa: Libro de Libre Acceso en Internet: Recensión y algo Más.
Hace unos días, buscando información para elaborar uno de los post sobre los “Suelos y Vegetación de las Regiones Biogeográficas de Europa”, me topé con que el Buró Europeo de Suelos (ESB) había editado un libro, o mejor dicho “librito”, denominado “Soil of the European Union”. Podéis bajarlo pinchando con el ratón sobre el título. Debo entender que fue a finales de 2008 y que se ofreció al público durante los primeros meses de 2009, pero no estoy seguro. Por las razones que luego os explicaré, mis primeras sensaciones fueron “agridulces”. Tras bajarlo de Internet y ojearlo, me quedé un tanto atónito y confuso. Repasé el nombre de los autores y comencé a entender (…). No se trata de que tal monografía sea de mala calidad científica. Simplemente resulta ser tremendamente pobre en contenidos. Digamos para empezar que el pdf tiene 100 páginas, de las cuales tan solo 59 constituyen el texto, dando cuenta las demás de la portada, prefacio y apéndices, etc. Más aun, de las primeras, gran parte corresponden a mapas y gráficos por lo que en realidad no debe atesorar más de 30 páginas de texto. En consecuencia la palabra de “librero” o “librito” resulta ser más apropiada que la de un verdadero libro. Mucho trabajo para 8 autores (….). No creo que se quedaran agotados por el esfuerzo, precisamente. Considero que se trata de una gran oportunidad perdida. Si comparáis tal producto con el contenido de los post que he editado sobre la serie aludidos en las primeras líneas comprobaréis que nuestra bitácora ha aportado mucha más información sobre los suelos de Europa que la Institución que atesora las bases de datos de la UE. Francamente, no entiendo un libreto tan pobre cuando el ESB compila mucha más información de la que yo dispongo en mi poder. No existe ninguna monografía acerca de los suelos de Europa en el mercado. Se trata de un material que demanda la sociedad. Sin embargo, ¿esto es todo? Repasemos algunos precedentes con vistas a que comprendáis los obtusos entresijos que esconden las instituciones comunitarias. También seriéis conscientes del porqué de mi frustración.

Ante todo, digamos que se trata de una monografía en suahili. Lo digo para prevenir a los que no dominan la lengua del imperio. Eso si, tal hecho no desmerece el contenido, sino su propia (o impropia) pobreza. Digamos también de paso que no pretendo reprochar las actividades en general del Secretariado del ESB, por cuanto, a mi modo de ver, ha realizado una gran labor de divulgación al editar una gran cantidad de libros y mapas en acceso abierto. Del mismo modo, hay que entender que una cuestión es la que desean los integrantes del Secretariado (ESB), otra la de la Red Europea de excelencia que la “asesora” ¿? (ESBN) y finalmente, la terrible burocracia en la que se desenvuelven los centros comunitarios, que no desmerece en nada la ya aberrante que padecemos en España. Eso si os recomiendo que os lo bajéis porque “algo es algo”, aunque sea poco.
Todo comenzó en los primeros años de este siglo. Ante la posible (y después frustrada) aprobación de una Directiva de Suelos para la Comunidad Europea, el Buró Europeo de Suelos (ESB) decidió editar un “Atlas de los Suelos de Europa”. Se trataba de un producto que había reclamado durante años a su Secretario General (Luca Montanarella). Ya os comenté que el Atlas de Los Suelos de Europa: Libre Acceso en Internet padecía de unos defectos y carencias enormes. De hecho, no se explicaban los paisajes de suelos que acompañaban a los mapas, siendo tal parte reemplazada por otra más publicitaria y que, a mi modo de ver, jamás debió sustituir a la explicación de las causas que generan la distribución de los suelos en el continente. Como sabéis yo fui coautor y miembro del comité editorial. Os puedo asegurar que muchos quedamos absolutamente decepcionados, cuando no “cabreados”.
Tiempo después, ya en plena disidencia con el modo de proceder de la mayor parte de los miembros que formábamos parte del “Steering Committee” de la ESBN, propuse la elaboración de un Manual de los Suelos de Europa, al estilo de la afamada obra de Polunin y Walters sobre la vegetación de Europa y que es un bestseller desde hace ya al menos un par de décadas. Aquel año no asistí a la Reunión Plenaria del ESBN. Freddy Nahtergaele (FAO; Roma) presentó en mi nombre la iniciativa que fue aprobada. Debido a que los materiales y discusiones en los plenarios son colgados en Internet, la suerte me sonrió y sin buscarla me encontré con esta en la Web, una vez más por casualidad. Ya no me acordaba. Se trata pues de la presentación del “Handbook of the European Soil Landscapes” Allí podéis observar y comparar los contenidos de mi prepuesta con los que atesora la obra publicada. “No hay color”. Sin embargo, yo estaba en total desacuerdo con la presencia de algunos de los autores que habían incluido otros miembros del Steering Comité (no me refiero a los edafólogos españoles que allí aparecen, que yo incluí a toda costa) y otros cambios, para mi inaceptables, que propusieron después, y especialmente con los compañeros de viaje como editores. ¿Razón?: Ahí va.
Como he notado que algunos desde algunos buscadores no parece poderse bajar la propuesta del mencionado Handbook, también podéis pinchar directamente en la dirección que abajo os proporciono o incluir esta en vuestro buscador:
Uno de los editores era fijo e inamovible con toda razón. Me refiero a Luca Montanarella, como secretario del ESB y responsable de la edición técnica. Sin embargo, los otros dos (….). El editor inglés pertenece al ESB por motivaciones políticas. No lograba encontrar en Internet (por aquella época, es decir en 2004) cuales eran sus aportaciones relevantes a la ciencia del suelo. De hecho no detecté ninguna. En mi opinión, es de esos gestores científicos que ahora se colocan como directores de algunos centros, pero cuya experiencia científica en la materia deja mucho que desear. Al Profesor Blum ya lo conocemos casi todos los profesionales. Antiguo secretario general de la IUSS (con su anterior denominación) se pasa la mayor parte del tiempo viajando e impartiendo conferencias, por lo que albergaba serias dudas en lo concerniente a su disponibilidad para llevar a cabo una tarea que suele ser dura e ingrata. Luca, no es un edafólogo profesional. ¿Entonces que?. Pues sencillamente que todo el marrón iba a recaer sobre mis espaldas y personalmente necesitaba al menos una persona de confianza con muy buen dominio de la lengua inglesa. Si la iniciativa se frustraba al final toda la culpabilidad sería personal. Pero tras su aprobación, en una nueva reunión del Steering Committee alzo la voz el representante alemán con el que me llevo a matar. Como veréis en el pdf yo personalmente defendía en la elaboración de los capítulos por bioregiones, como he hecho en los post aludidos. Sin embargo, este individuo deseaba que se partiera de un producto realizado en su Centro de trabajo, el BGR, que se me antoja confuso, por no emplear calificativos peores. Se trataba del mapa denominado “Soil Regions of Europe” realizado por Reinhard Hartwich, un experto en hidrología y geología, pero no en suelos. Resulta, que años atrás la elaboración de este mapa nos fue encargada al CSIC y al BGR. Sin embargo, ni el autor final ni el representante alemán en el ESB se dignaron en contestar mis mails y (…) un día, presentaron ese producto como propio del BGR, a pesar de que no se había acordado tal arbitrariedad. Así funcionan las cosas en el ESB y otras iniciativas parecidas. Debe quedar claro que no reprocho nada al BGR, sino a estos dos caballeros. El libro que yo deseaba elaborar consistía en explicar los patrones de distribución de suelos en Europa de forma asequible para profesionales y estudiantes. Sin embargo, el mapa de edaforegiones del BRG (al margen de su confusa racionalidad) no era el mejor modo de que la información de suelos llegara a interesar a los estudiantes. Me negué en redondo. Finalmente decidí que quien quisiera imponer las reglas se responsabilizara de la edición de los contenidos de un libro que cada vez era menos mío, en términos conceptuales. Dicho de otro modo, no tenía fe en la iniciativa y me desmarqué.
Respecto a los autores de aquel Manual frustrado, algunos eran más que apropiados pero a otros ni les conocía. Con ello no quiero indicar que no eran aptos. Posiblemente, podían haber realizado un buen trabajo. ¡Quizás!. Pero albergaba dudas, mientras que nadie me ofreció razones convincentes para disiparlas. Cuando se trata de contentar a toda una Red Europea de Centros de Excelencia……… terminan ocurriendo estas cosas.
Pero a lo que vamos, “Soils of the European Union” presenta cada uno de los tipos suelos de referencia de la WRB de 1998 con los datos continentales (área ocupada, etc.) y un mapa de su distribución en Europa comunitaria, dedicando a cada uno de ellos una más que pobre descripción de poco más de una página. Cuando se le resta el mapita, la “tartita” y la tabla, resulta que el texto escrito a penas alcanza el medio folio. ¿Eso es todo? Efectivamente eso es lo que hay. Una gran oportunidad perdida.
Cuando en 2006 le comenté a Luca Montanarella que dimitía del ESBN, también le dije que contara conmigo para este tipo de iniciativas en el seno del Secretariado. El me aseguró que lo haría. Todavía estoy esperando. Debo comunicarle que he escrito este post y así lo haré. Lamento su falta de confianza conmigo. Pero desde luego, no albergo duda de que con mi participación todo hubiera sido distinto. De hecho, reitero que en los post escritos sobre los suelos de Europa y los que se redactarán en un futuro, aportaré mucha más información que la que ellos publican. Luca, espero que no te enfades por expresar mi opinión, pero “son lentejas”, y si se compara mi propuesta de Manual, y peor aun la de estos humildes post, con el libro que acaba de publicar el ESB tan solo puedo decirte “pero que lástima, que oportunidad perdida”. Y mientras tanto la tarea de editar un libro “decente” sobre la geografía de los suelos de Europa sigue pendiente.
Juan José Ibáñez
(Apenado y frustrado)
PD. Los perfiles de la portada corresponden a las famosas láminas de Kubiena editadas por el CSIC. En fin (…) Sin comentarios.
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