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El sistema Quesungual. Video. Fuente FAO

Hoy hablaremos del denominado sistema Quesungual que ha venido a aportar algo de luz a la agricultura mesoamericana. El sistema Quesungual que no deja de ser una práctica de manejo agroforestal, entre otras muchas.

A lo largo de siglos, la gestión tradicional de los paisajes agrarios solía incluir la presencia del arbolado, o de este último junto al ganado y las principales plantas de cultivo en la zona, cuando no eran de por si policultivos. Ya hemos ido repasando en nuestra categoría “etnoedafología y conocimiento campesinocomo los pueblos Latinoamericanos desarrollaron una impresionante plétora de sistemas de manejo sustentables, entre los cuales la práctica de tala y quema eran uno más, y quizás el peor. Las evidencias constatan que la extensión de este último modo de producir alimentos se expandió, justamente en los últimos siglos, cuando las culturas primigenias dejaron de ser dueñas de su propio destino.   Hace unas décadas, con el apoyo de la FAO, volvieron a introducirse prácticas más sustentables, que no dejan de ser espectros de las que ellos habían utilizado en el pasado.  Aunque debe alabarse la participación de la FAO, también resulta necesario reconocer que se trata del redescubrimiento de la dinamita, una vez más. Viejo vino que se vende en nuevas botellas. Reiteremos por enésima vez que de elaborarse un inventario (libro rojo) de las prácticas tradicionales sustentables de las culturas aborígenes, nos percataríamos que nuestras propuestas “presuntamente originales, dejarían de serlo en la mayoría de los casos. Los europeos destruimos y ahora decimos que redescubrimos y ayudamos a que los pueblos desarraigados. ¡Sin comentarios!  

 El sistema Quesungual que comienza a ofrecer exitosos resultados en Mesoamérica, no deja de ser más que una vuelta hacia el pasado, es decir a los tradicionales sistemas agroforestales y agrosilvopastorales que se usaban en una buena parte de todos los continentes del mundo.

 El sistema Quesungual, parece ir sustituyendo en parte a una práctica actualmente muy extendida, como como los cultivos de tala y quema (chamiceras) que no ofrecen los frutos deseados, pero sí degradan, empobrecen y erosionan los suelos, generando de paso una pérdida de fertilidad. Durante muchos años se nos ha vendido que los aborígenes de Latinoamérica utilizaban sistemáticamente las aludidas chamiceras, cuando en realidad, no fue cierto hasta la llegada de los europeos y el desarraigo y destrozo de sus culturas, y como corolario, de sus sistemas de manejo tradicionales.  Abajo os explicamos, haciendo uso de contenidos de ciertos documentos y páginas Web,  en que consiste el sistema Quesungual así como sus palmarias ventajas sobre los de tala y quema. “nada nuevo bajo el sol”, aunque un método de paliar la pobreza que nosotros mismos, los europeos, indujimos en las américas.  

 Juan José Ibáñez

El sistema Quesungual: cambiando vidas en Honduras

En Honduras, hasta el 78 por ciento de las tierras utilizadas para la agricultura están en laderas. Debido a los períodos de sequía y la escasez estacional de agua, el aprovisionamiento seguro de agua y la erosión del suelo son los principales problemas a los que se enfrenta la región. Estos problemas se ven agravados por la variabilidad y el cambio climáticos. Durante generaciones, esto ha tenido un impacto directo en los medios de vida, la producción alimentaria y el medioambiente de la zona. 

Cuando se desarrolló el sistema en Lempira, departamento en el suroeste de Honduras, la mayoría de los agricultores de la región usaban el método tradicional de corta y quema, talando una parte del bosque con la roza y quemando los desechos. La parcela se cultivaba entre uno y tres años, hasta que descendían los rendimientos por la disminución de la humedad y la fertilidad. Entonces los campesinos tenían que trasladarse a otra parcela para talar, quemar y plantar de nuevo. 

Este tipo de agricultura no era adecuado para una región donde la mayoría de los campos están situados en laderas y donde los suelos son frágiles y ácidos. Estas prácticas no sostenibles estaban afectando cada vez más a los recursos y la seguridad alimentaria de la región.

Para abordar estas cuestiones, hace casi veinte años, la FAO y los pequeños productores locales desarrollaron el sistema de cultivo agroforestal Quesungual, que se adapta a las condiciones biofísicas y socioeconómicas de la región.

Ejemplo de cómo la gestión sostenible del suelo puede dar resultados

En Centroamérica el sistema se utiliza para cultivar maíz, frijoles y sorgo (un cereal cultivado en muchas áreas de la región), además de hortalizas y soja.

Los agricultores limpian ahora la vegetación a mano. Los árboles, que antes se cortaban y quemaban, se conservan como valiosa fuente de fruta, leña y madera para muebles, además de proporcionar un microambiente fresco para sus cultivos.

Una parcela típica de entre una y tres hectáreas cuenta con 20 grandes árboles maderables y frutales y cientos de árboles pequeños y arbustos. Estos se podan regularmente para dejar entrar la luz y permitir un período de recuperación para impulsar el crecimiento. Esto significa que se puede cultivar durante todo el año en la misma parcela, sin la necesidad de trasladarse constantemente

Al mejorar la calidad y la gestión del suelo, el sistema Quesungual ha aumentado la producción, la resiliencia y la sostenibilidad en la región. Los rendimientos se han casi duplicado; se requiere menos mano de obra para limpiar y mantener las parcelas; el suelo retiene mejor la humedad –el nivel de humedad ha aumentado hasta un 20 por ciento–, lo que permite a los cultivos resistir la sequía recurrente que aflige a la zona y reducir al mínimo el riesgo de erosión y deslizamientos de tierra.

Este sistema de bajo coste también ha hecho descender las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentado la retención de carbono.

En última instancia, este proyecto ha cambiado la vida de las personas. Los agricultores obtienen más por menos y además ahora comen mejor, con alimentos más nutritivos. La gestión sostenible de la tierra ha dado resultados en Honduras.

Ver el video

 05/08/2015; Honduras

 Cuatro principios, múltiples beneficios (Ciat GCIAR)

El mejor manejo del SAQ se basa en cuatro principios claves:

1. No tala y quema: manejo (“tala y poda”) parcial, selectivo y progresivo de la vegetación natural.

2. Cobertura permanente del suelo: depósito y distribución continuos de la cobertura (“mulch”) proveniente de biomasa de árboles, arbustos, malezas y residuos de cultivos.

3. Mínima perturbación del suelo: “cero labranza” a lo largo de la estación de cultivo; siembra directa.

4. Uso eficiente de fertilizantes: aplicación adecuada (momento, tipo, cantidad, ubicación) de fertilizantes.

En investigaciones conducidas en el suroeste de Honduras por el CIAT y sus socios, incluyendo la FAO, se encontró que la aplicación de esos principios generó beneficios significativos en comparación con la práctica de tala y quema:

1. Mayor resiliencia en la producción de alimentos ante eventos naturales extremos, como sequía o exceso de agua.

2. Aumentos sostenibles de la productividad para garantizar la seguridad alimentaria a escala doméstica, al mejorar la calidad del suelo y la productividad del agua en los cultivos.

3. Excedentes de alimentos de primera necesidad (maíz, fríjol y sorgo), posibilitando su venta en mercados locales y regionales para contribuir al bienestar de comunidades agrícolas.

4. Mayor disponibilidad de leña para consumo doméstico.

5. Múltiples servicios ecosistémicos al reducir la deforestación, la erosión del suelo y el potencial de calentamiento global por reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y mayor fijación y almacenamiento de carbono.

6 Restauración y conservación de la biodiversidad local y protección de las fuentes de agua.

En Centroamérica existen cerca de dos millones de hogares productores de granos básicos; el 89% vive en zonas rurales y representan el 52% de la población rural de la región; el 66% vive en la pobreza y el 32% en la pobreza extrema. Más del 50% de la tierra de la región en uso agropecuario se encuentra en zonas montañosas y el 32% del total de tierra utilizada se encuentra sujeta a degradación. Centroamérica es una región afectada por la variabilidad climática.

El Sistema Agroforestal Quesungual incorpora un conjunto de tecnologías de manejo de suelo, agua, nutrientes y cultivos agrícolas y forestales. Su implantación constituye un factor de reducción del riesgo y de la vulnerabilidad de las familias rurales: son sistemas que aseguran la producción sostenible de granos básicos y contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional.

Honduras fue el primer país que aplicó y difundió los Sistemas Agroforestales (SAF) y debido a que son fáciles de diseñar y de instalar, su ‘’popularidad” se ha extendido en todo el corredor seco del país y, como parte de los intercambios sur-sur, su uso también se ha extendido en Nicaragua, Guatemala y El Salvador.

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