La influencia de la Navidad en la historia de las relaciones internacionales

¿Cómo han influido las Navidades en los acontecimientos internacionales? Es la pregunta que trata de responder la escritora y periodista Heather Horn en la última edición de The Atlantic con un sugerente artículo divulgativo titulado “Los anales de la diplomacia navideña”.

De su mano podemos conocer cómo, por ejemplo, el régimen de Corea del Norte ha considerado este mismo año un acto de “guerra psicológica” el encendido de las luces de una torre con forma de árbol de Navidad junto a su frontera, en el territorio de Corea del Sur, y ha amenazado con “consecuencias inesperadas” al gobierno de Seúl por tamaña provocación. El árbol había sido una fuente de tensión tradicional entre los dos regímenes hasta que en 2003 Seúl canceló su encendido navideño, en un clima de distensión que se ha visto revertido en este movido 2011, en pleno cambio de liderazgo en Pyonyang tras la muerte de Kim Jong-Il y su sucesión por su hijo Kim Jong-Un (más información en la BBC).

El árbol de Navidad, arma de "guerra psicológica" entre las dos Coreas

Siguiendo el recorrido por la historia que nos propone Heather Horn nos detenemos en la batalla de Trenton del invierno de 1776, en el primer año de la guerra de independencia estadounidense, cuando el general George Washington cruzó con sus tropas el río Delaware y entró en Nueva Jersey el mismo día 25 de diciembre. Al día siguiente atacó a las tropas originarias de Hesse al mando del coronel John Rall y obtuvo una victoria crucial para el curso de la guerra y sobre todo para la moral de combate de los independentistas. Como recuerda la autora, la tradición pretende que Washington había programado su ataque para el día siguiente de Navidad, contando con que los soldados alemanes al servicio del rey de Inglaterra no estarían en la mejor situación de alerta tras los excesos de bebida, comida y diversión de la víspera, una versión que la historiografía reciente ha sometido a revisión.

La rendición de las tropas mercenarias de Hesse ante el general Washington. ¿Fueron los mercenarios alemanes víctimas de los excesos navideños? (Fuente: Wikimedia)

El siguiente hito lo encontramos en la “Tregua de Navidad” de la Primera Guerra Mundial, cuando soldados alemanes, ingleses, franceses y belgas interrumpieron las hostilidades espontáneamente el día de Navidad y se adentraron en la “tierra de nadie” entre las líneas de frente para enterrar a sus muertos, intercambiar comida y bebida y confraternizar incluso con –según la tradición, o la leyenda- la organización de partidos de fútbol. Este episodio, y su discutida repetición en las Navidades siguientes durante la duración de la guerra, ha inspirado diversas canciones, libros e incluso alguna película, como la francesa Joyeux Noel de 2005 o la de Richard Attemborough Oh What a Lovely War (una relación de algunas de estas obras aquí)

Cartel de la película "Joyeux Noël"

Heathern Horn nos recuerda también el Mensaje de Navidad del Papa Pío XII lanzado el 24 de diciembre de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, con su llamada a la paz y la reconciliación entre los combatientes, y la polémica sobre la posible referencia al genocidio del pueblo judío contenida en el siguiente pasaje: “Este voto la humanidad lo debe a los cientos de millares de personas que, sin culpa propia alguna, a veces sólo por razones de nacionalidad o de raza, se ven destinados a la muerte o a un progresivo aniquilamiento”. El mensaje completo en traducción al español puede leerse en la web del Vaticano http://www.vatican.va/holy_father/pius_xii/speeches/1942/documents/hf_p-xii_spe_19421224_radiomessage-christmas_sp.html

También se refiere el artículo de Horn al ataque al Hotel Brink en Saigon cometido por dos combatientes del Vietcong el 24 de diciembre de 1964, en una fecha elegida por ser un día en que se encontraban muchos estadounidenses en el hotel con motivo sus vacaciones (murieron dos oficiales del Ejército de EE.UU. y otros 38 resultaron heridos). Así como la lectura, retransmitida por televisión, de pasajes del Libro del Génesis por parte de la tripulación del Apolo 8 -la primera misión tripulada a la Luna- el día de Nochebuena de 1968 como parte de la competición tecnológica, política e ideológica de los EE.UU. contra la Unión Soviética (la transcripción, y el vídeo y audio de la transmisión pueden consultarse en la página web de la NASA).

Como resume la autora, la Navidad ha proporcionado tanto las más inesperadas muestras de camaradería en medio de la devastación de la guerra como una ocasión propicia para maximizar los daños por parte de los combatientes.

En la Francia del siglo XI los obispos se enfrentaban a quienes no respetaban la "Tregua de Dios" con un contundente "¡Guerra a la guerra!"

Nosotros podemos remontarnos más allá de la edad contemporánea para recordar cómo en la Francia del siglo XI los clérigos impulsaron el movimiento de la Paz de Dios para controlar los desmanes de la caballería, una iniciativa que llevaría pasados los años a la codificación de la Tregua de Dios que prohibía hacer la guerra durante determinadas fechas del calendario cristiano, como la Cuaresma, la Pascua, el Adviento y la Navidad. Quién sabe si en nuestra época de privatización de la violencia y, según algunos autores, neofeudalismo globalizado, no necesitaremos recuperar este tipo de prácticas (convenientemente ancladas en referentes culturales universales y cosmopolitas) para que la Humanidad pueda tener, entre 364 días de agitación, al menos un día y una noche de paz.

 

El artículo completo de Heather Horn puede leerse en http://www.theatlantic.com/international/archive/2011/12/the-annals-of-christmas-diplomacy/250176/. Su contenido es © 2011 por The Atlantic Monthly Group.

 

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