El Nacionalismo y la Ciencia (La Ciencia de los Nacionalismos): Bibliografía Sobre la Historia de la Edafología

Creo que poca gente dude de que el dicho “La Historia la Escriben los Vencedores” está cargada de razón. Finalmente los vencedores son los Imperios, mientras duran, claro está. Luego son substituidos por otros, y la historia vuelve a rescribirse. ¿Se tiene este hecho en cuenta cuando se habla de la objetividad científica? Obviamente ¡no! ¿Somos pues los científicos tan objetivos como presumimos? Obviamente ¡no! ¿Existen sesgos nacionalistas en la ciencia? Rotundamente sí. En este post narraré un ejemplo que no da lugar a dudas: como mis colegas escriben libros sobre la historia de le edafología, según el país de procedencia. Hasta el siglo XIX la lingua franca de la ciencia en el mundo occidental fue el latín, mientras que hoy es el inglés. Querámoslo o no, estamos bajo la tutela del Imperio Anglosajón. ¿Cuáles serían nuestros héroes actuales si, por ejemplo, hoy estuviéramos bajo la hegemonía de Rusia o Francia? La respuesta es simple, otros bien distintos. A las pruebas me remito. Veámoslo.

Los libros escritos sobre la historia de la edafología no dejan lugar a las dudas. En la foto adjunta, que podréis ver mejor en la Galería “Artículos y Material Adicional sobre Edafología” observaréis, de arriba abajo, en la margen derecha una monografía escrita por franceses, otra por rusos y una tercera por una multinacional. Todas las del margen derecho son de procedencia anglosajona.

 

Si se ojea el libro en francés, uno llega a la conclusión de que los franceses han sido el alma mater de la edafología. Los rusos lo serían tras leer la monografía escrita por ellos, e ídem en el caso de los anglosajones. Mención aparte merece el caso de la publicación de Elsevier (la peor de todas), como veremos al final de este post.

 

La edafología procede de Rusia, de ahí pasó a Europa y después a EE.UU. Nadie lo cuestiona. Ahora bien, cada paisano ensalza a los edafólogos de su país de pertenencia y soslaya, todo lo que puede, a los de las otras. Cuando compré tales libros terminé por pensar que jamás sabría quien eran nuestros héroes de una forma “objetiva” (hablando en términos científicos). No es necesario leer los textos, ni ser experto en la materia. El descaro es tal, que tan solo es necesario pasar directamente a la sección de bibliografía, en donde apabullan las referencias de los edafólogos nacidos en el país del autor o autores. Tremendo alegato nacionalista se mire por donde se mire.  ¿Qué hubiera pasado si una de tales monografías hubiera sido escrita por españoles? (….) Corramos un ¡estúpido velo!.

 

La monografía de Elsevier, cuyo editor resulta ser un reputado edafólogo de nacionalidad israelita (Universidad Hebrea de Jerusalén), como decíamos merece un comentario especial. Estos libros pasan por “peer review seleccionándose los mejores y desechándose la mayoría. El resultado final es deplorable, inconexo y caótico. Tras su lectura uno llega a la conclusión de que no ha leído un libro de historia, sino de historietas inconexas. Realmente no ha cumplido su función. Conozco personalmente al editor. Dan Yaalon es un edafólogo ya bien entrado en edad, gruñón pero honesto. Intentó escoger a expertos de diferentes nacionalidades y escuelas, pero ni así. El Peer review resulta ser un estorbo en este tipo de libros. Si a Dan le hubieran permitido seleccionar a los autores tras realizar el un índice previo del contenido del libro, ¡otro gallo hubiera cantado! Cabe apuntillar que aparte de ser un libro paupérrimo, resulta ser también el más caro con diferencia. Ya sabemos que para eso las multinacionales no tienen freno.

 

En consecuencia, ¿por qué nos extrañamos que la literatura científica en general esté repleta de héroes anglosajones? ¿Son los mejores? ¡No! ¡Son el imperio! Eso si no intento restar mérito al sistema de I + D + i yanqui respecto al europeo. Obviamente esta regla podría ser materia de debate en el caso de habernos referido a las ciencias que han emergido y desarrollado mucho más recientemente, como la biotecnología y la nanotecnología, aunque ya el establishment con editores y referees a la cabeza se encarga de mantener el ¡orden mundial! ¿No enviamos a USA a nuestros jóvenes científicos, como mejor destino, en general? ¿No son adiestrados allí para publicar? Alternativamente, prueben a publicar un paper en el que tomen partido en una controversia por el “no anglosajón”, o bien soslayen a alguno que hubiera aportado algo. Ya verán la respuesta de la “revisión por iguales¿No son patriotas los yanquis? Muchos de los que retornan de allí, vienen con lo que denomino el efecto “charnego”: Más papistas que el Papa.

 

Y más aún, como la lengua franca del imperio actual es el anglosajón, pues resulta que muchos y muy buenos científicos no se atreven a escribir un libro entero, ya que con tyoda seguridad les pondrán a parir en la multinacional de turno por el deficiente inglés, que tras ser corregido por un “nativo” no resulta tan malo, a menudo. Una cosa es redactar un paper de ciencias experimentales, con poca letra, mucha fórmula, gráficos y tablas, y otra bien distinta dominar la lengua de Shakespeare. ¿Verdad? Que me lo digan a mí, que trabajo fundamentalmente en teoría desde hace quince años (por falta de financiación con vistas a acometer otras actividades).

 

Empero en lugar de protestar, lamentarse o aceptarlo, lo que sería necesario es abordar estudios serios sobre el tema. En otras palabras necesitamos una línea de investigación en sociología acerca de las repercusiones de los Nacionalismos Científicos en la literatura. Algunos francófonos lo han intentado, pero claro está, sus documentos han sido publicados en otros idiomas. Si franceses o rusos fueran los dueños del imperio, ocurriría lo mismo bajo la bota de otra lengua franca. No nos engañemos. No sé si fue Marx, o algún famoso teórico del Marxismo, él que comentó algo así como: “Mas que el Capitalismo, el principal enemigo del socialismo son los nacionalismos». Luego se dedicaron a trasladar o “deslocalizar” ingentes cantidades de personas de unos lugares a otros, dejándonos como legado las cruentas y dramáticas contiendas nacional-religiosas que hoy padecemos.  Y por favor, que no se me enfaden los nacionalistas que cohabitamos, para bien o para mal, en el Estado Español, no se está abordando ese tema aquí. No es mi intención atacar a los nacionalismos, sino de hacer entender que, en algunos casos, tienen efectos colaterales indeseados, como probablemente también sea el caso del centralismo.

 

Buena parte de los autores de estos libros son colegas con los que mantengo muy buenas relaciones. Empero el corazón a manudo se impone a la cacareada objetividad, por mucho que un buen número de colegas lo nieguen en el caso de la ciencia.

 

Un interesante ensayo sería indagar sobre este tema usando wikipedia en los distintos idiomas. Les animo a que lo intenten con vistas a analizar si los wikipedistas han logrado sortear tal lacra. Basta con pinchar la historia de le edafología u otra cualquiera en diferentes idiomas que conozcamos (mejor aun si se analiza el apartado dedicado a clasificación de suelos). Yo la verdad la única lengua que domino con soltura es el ruso (algo de zulú sé, también es cierto), por lo que no puedo decir nada serio al respecto de los contenidos de las páginas en francés o en ingles, español o chino. Lo lamento de veras. Pero entren en wikipedia. Ahora en serio, he mirado las páginas inglesa y francesa. Son menos explícitos, pero al final se les ve el plumero. La página en español me ha hecho reflexionar. Los franceses prácticamente han desaparecido. Hace 25 años la escuela española era claramente francófona, y les referenciabamos abundantemente en  nuestros artículos en castellano. Sin embargo, una vez contafiados por el síndrome de la paperitis, las cosas cambiaron, y mucho (no aparece ni uno). Hasta se citan a yanquis no edafólogos como el geomorfólogo Davis (…) Síndrome charnego, “once again    

 

 

Juanjo Ibáñez

 

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8 comentarios

  1. Hablando de nacionalismos, el otro día terminé un extraordinario, que recomeindo:

    Nations and Nationalisms since 1870

    E.J. Hobsbawm,

    Cambridge University Press

  2. Gracias por el comentario David e intentaré conseguir el libro. Y de verdad uno que ya llave mediua vida en esto no acaba de digerir como funciona el Sistema de I + D + i y le da rabia y tristeza que a investigadores como tu tengan que sufrir tales injusticias. No me preocupas tu personalmente ya que se que estabilizarás tu posición con toda seguridad. Lo lamento por otros y me entristece que ahora tengas la moral baja. Ánimo que saldrás adelante con toda seguridad. Paciencia.

    Un fuerte abrazo y diviértete este fin de semana

    Juanjo

  3. Juanjo, nada hace mas manifiesta nuestra pequeñez moral que el chovinismo. Lamento lo del Dr.Yaalon, es una persona bien intencionada y no falta sinvergüenza que trate de sorprenderlo. Pero los imperios no son eternos y ahora sabemos por ejemplo que cierto faraon era un mentiroso megalómano. Como decimos en la PUP, las verdades eternas de hoy serán las … pendejadas del mañana.

  4. […] la famosa frase de “A hombros de Gigantes”. Ya os mostramos un ejemplo en nuestro post “El Nacionalismo y la Ciencia: Bibliografía Sobre la Historia de la Edafología”. Son muchos los colegas que han pasado años investigando en EE.UU. o UK que, indignados, […]

  5. […] Contemporánea”, aunque hemos escrito muchos más, como este otro que data de hace seis años: “El Nacionalismo y la Ciencia (La Ciencia de los Nacionalismos): Bibliografía Sobre la Historia de l…”. La identidad nacional es algo que llevamos en nuestros genes y memes. Incluso científicos de […]

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