Ya os comentamos en el post titulado «Biocarbón, Fertilidad de Suelos y Cambio Climático«, que a menudo separar el grano de la paja en los contenidos de publicaciones científicas resulta ser una tarea difícil, por cuanto lo que se publica y se rechaza, a menudo, no se suele realizar con las “manos limpias”, especialmente cuando detrás se esconden intereses empresariales. Sin embargo, en el caso del biochar la estulticia llega aún más lejos ya que, como ocurre con el efecto de los transgénicos, una noticia que nos informa sobre los“dudosos” beneficios de un producto comercial, resulta a la postre ser rebatida en otros artículos redactados por sus defensores (¿promotores?). He ido narrando desde sus inicios la historia del biochar y los estudios recientes que popularizaron tal producto. ¿Para que sirve?. A bombo y platillo, desde las más prestigiosas revistas del mundo, se nos informó que los moradores precolombinos del amazonas dieron con un corrector/estructurador de suelos (que no un fertilizante) de propiedades casi milagrosas. Sus defensores proclamaron, a los cuatro vientos, que podría llegar a ser la esperada revolución agrícola del siglo XXI, ¡sí!, esa que daría lugar a una producción agropecuaria verdaderamente sostenible y ecológica. Y como veréis en los post escritos hasta la fecha sobre el tema (relación abajo por orden cronológico) el material original recogido en la Cuenca amazónica daba pie a pensar en que tal promesa, por una vez, tuviera visos de convertirse en realidad. El problema consiste en que varias multinacionales, asociadas a otras tantas instituciones científicas, creyeron (o nos hicieron creer) dar con el proceso clave de su producción, cuando realmente no es así. Dicho de otro modo, lo que se comercializa dista mucho de atesorar las propiedades del material creado por la tecnología indígena. La moda de investigar el biochar se propagó como una epidemia por todos los países industrializados. Empero los resultados distan mucho de ser los apetecidos. A renglón seguido, el marketing empresarial comenzó a agitar la coctelera. Producto de tal bamboleo fue (i) revindicar su papel como secuestrador de carbono en la lucha contra el cambio climático; (ii) obtención secuencial del biochar y biocombustibles mediante un proceso industrial conjunto y (iii) apelar a que la aplicación “masiva” de este corrector/estructurador en la edafosfera cultivada secuestraría ingentes cantidades de carbono de la atmósfera, paliando el calentamiento climático. Y así lo que se prometía como un verdadero cambio de paradigma comenzó a antojarse el “timo de la estampita”.  Mientras mi interés declinaba ante tanta estupidez, la moda siguió implantándose en las ciencias agronómicas y ambientales. Sin embargo, no terminaba de cuajar en lo que concierne a su comercialización. Pues bien, a la hora de redactar este texto Sciencedaily ha publicado otra nota de prensa en la los autores de una investigación indican, que “ya se sabe por qué el biochar afectaba negativamente la labor de ingenieros del suelo como las lombrices”, mostrando un método para solucionar tal serio problema. Todo ello apoya nuestras conclusiones aquí expuestas hace varios años. ¡No solo resultaba ser un fiasco, sino que incluso podía ser pernicioso! ¿Llevábamos razón o no?.

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Añadiendo biochar al suelo. Fuente: Biochar Project Australia

Pues bien, la mentada nota de prensa de Sciencedaily informa ahora que el biochar (carbón producido por la combustión de residuos orgánicos bajo un ambiente pobre en oxígeno) dañaba la actividad de la fauna del suelo porque se añadía en seco, no siendo pernicioso cuando se encuentra “mojado”.Ahora bien, ¿han sido relegadas sus portentosas propiedades al baúl de los recuerdos? Obviamente sí. Por otro lado, desde hace tiempo, viene denunciándose que la producción de biofuel a partir de la agroenergética, por atentar contra la soberanía alimentaria mundial, no siendopues una solución admisible con vistas a obtener combustibles de forma sustentable. Quedan pues utilizar residuos orgánicos de otra naturaleza.

Llegado a este punto también denunciamos nuestra inquietud medioambiental y recelo contra los defensores de los biocombustibles de segunda generación, como en el post titulado: Tierras Marginales y Biocombustibles de Segunda Generación: Otra Gran Mentira. Por el contrario, hace varios años defendimos que otras iniciáticas como la producción de biofuel en birreactores de algas, podía llegar a ser una vía alternativa más juiciosa. Y el tiempo nuevamente nos ha cargado de razón. A los defensores del biochar solo les quedaría hacer uso de los residuos industriales o madereros. Empero insisten una y otra vez.

No obstante, siguen permaneciendo varias preguntas en el aire que difícilmente, a día de hoy, tienen respuesta. Por ejemplo, si añadimos biochar para secuestrar carbono de la atmósfera, tal práctica debería realizarse sobre enormes extensiones, sin que se obtuvieran beneficios espectaculares por parte de los campesinos. ¿Quién subvenciona tal ingente iniciativa?. Los defensores del biochar y las empresas que lo producen alegan que los organismos internacionales. Obviamente su respuesta “no cala, ni cuela”.

Y sabemos que los investigadores que pertenecen al imperio, es decir que usan el suahili como idioma y tienden a vivir en climas templados, creen erróneamente que las lombrices de tierra aparecen en todo tipo de ambientes y suelos, ya que de no ser así estos últimos serían de mala calidad. Se trata de una opinión falaz y carente de cualquier lógica y prueba empírica. En muchos espacios geográficos sin lumbrícidos, la producción agropecuaria es  magnífica, ocupando el papel de ingenieros del suelo otros taxa, como las termitas y hormigas en los trópicos.  ¿Cómo les afecta el biochar?.

Resumiendo, las excelentes propiedades del biochar elaborado con la tecnología indígena precolombina (¡que aun desconocemos!) no han logrado ser emuladas aun por la portentosa tecnociencia del Homo tecnologicus.  Sin embargo, la comunidad científica (o una buena parte de la misma) en lugar de seguir indagando aquel secreto perdido por la Amazonía insiste en ayudar a las empresas a que vendan su producto “si o si”, a pesar de que sus bondades aun permanecen por ser demostradas en agronomía. Y es aquí en donde uno tiene ganas de echarse a llorar.

Personalmente no tengo nada contra el biochar, sino que tan solo me he llevado otra decepción más. A día de hoy este tipo de productos pueden, en cierta medida, ayudar (en algunos casos) a incrementar la producción agropecuaria, pero no desplazar a otros comerciales, y menos aun paliar el cambio climático. ¿Quien paga su aplicación en los inmensos territorios pertenecientes a los países en vías de desarrollo, pobres o recalcitrantemente pobres? Debía seguirse investigando como reproducir las propiedades del producto indígena en lugar de vender gato por libre. Esa es al menos mi opinión.

Por otro lado, permanece la deuda de las multinacionales implicadas que han pirateado (y mal) tal tecnología, con los pueblos indígenas amazónicos que la generaron. ¿Son conscientes los “vendemotos de lo verde” de este problema ético y económico?. Barrunto que la respuesta, una vez más será negativa: No lesimprta en absoluto.

Post Previos sobre los orígenes del biochar y sus propiedades

Biodiversidad, Culturas Prehispánicas y Suelos (¿Mito de los Bosques Primigenios en la Amazonía?)

Cultivos de Tala y Quema en el Amazonía (Chamiceras) y la Calidad del Suelo

Francisco de Orellana y la Cultura Perdida del Amazonía: Del Origen de las Terras Pretas a los Fertilizantes del Futuro

Terras Pretas del Amazonas: Distribución y Características Generales

Terras Pretas: Propiedades y Fertilidad (Biochar o Agrichar)

Biocarbón, Fertilidad de Suelos y Cambio Climático

Sobre algas del suelo, biorreactores y biocombustibles

Floraciones algales tóxicas, Bloom tóxicos ó HABs (Salvador González Carcedo)

Algas del suelo (Biomasa del Suelo 3. Algas) (Salvador González Carcedo)

¿La producción de Biopetróleo es una estrategia de bloom o floración algal? (Salvador González Carcedo)

Fotosíntesis, biopetróleo y el silencio de los corderos. Estado de la cuestión. (Salvador González Carcedo. La planta y sus nutrientes. Fotosíntesis 4.3.)

Juan José Ibáñez

Greenhouse Gas Reduction Strategy May Be Safe for Soil Animals

ScienceDaily (June 1, 2011) — A new study has found that an emerging tool for combating climate change may cause less harm to some soil animals than initial studies suggested. Earthwormsperform many essential and beneficial functions in the soil ecosystem, including soil structure improvement and nutrient mineralization. However the earthworms’ ability to perform these crucial functions can be suppressed when they are exposed to toxic substances.

A Baylor University geology researcher, along with scientists from Rice University, tested a new soil additive called biochar for its effects on the common earthworm. The researchers found that wetting the biochar before applying it to the soil mitigates the harmful effects of biochar to earthworms and the earthworms’ avoidance of soil with biochar.

«Because of the high potential for widespread application, it is essential to proactively assess and mitigate any unintended consequences associated with biochar soil enrichment,» said study co-author Dr. Bill Hockaday, assistant professor of geology at Baylor. «The results show us that depending on rainfall patterns and irrigation, wetting biochar either before or immediately after soil application would be needed to prevent the disappearance of earthworms and enable their beneficial effects on plants

The results appeared in the June issue of the journal Soil Biology and Biochemistry.

Biochar is of increasing interest because of concerns about climate change caused by emissions of carbon dioxide and other greenhouse gases. It is a byproduct of renewable energy and fuel production from plant materials like forest wastes and crop residues. Biochar is a form of charcoal that enhances soil fertility and plant growth by increasing soil water and nutrient retention, and can store carbon in the soil for hundreds of years.

The researchers found that earthworms avoided soil enriched with dry biochar, and when they were exposed, their weight decreased. After performing several different tests, the researchers found that insufficient moisture was a key factor affecting earthworm behavior in soil enriched with dry biochar. The researchers also found that biochar did not affect earthworm reproduction.

«Most importantly, we are the first to demonstrate that biochar did not stress the immune system of a very sensitive soil organism,» said Dong Li, study co-author and a graduate student at Rice. «This is an important step forward for a very promising strategy in combating climate change.»

Story Source: The above story is reprinted from materials provided by Baylor University.

Note: Materials may be edited for content and length. For further information, please contact the source cited above. Journal Reference: Dong Li, William C. Hockaday, Caroline A. Masiello, Pedro J.J. Alvarez. Earthworm avoidance of biochar can be mitigated by wetting. Soil Biology and Biochemistry, 2011; DOI: 10.1016/j.soilbio.2011.04.019

Baylor University (2011, June 1). Greenhouse gas reduction strategy may be safe for soil animals. ScienceDaily. Retrieved April 1, 2012, from http://www.sciencedaily.com­ /releases/2011/06/110601131757.htm

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11 comentarios

  1. estaría mas interesante si pudiera uno comentar públicamente en este blog

  2. que poca evidencia das sobre el biochar y su falta de eficacia en el suelo. Será que has leído sin mirar en detalle métodos? al inocularse y agregarse en mezclas está dando grandes resultados en España y centros como el CIEMAT han ya encontrado muy solventes evidencias en varios tipos de cultivo. Creo que no estás bien informado y que quizás leas «por encima» las cosas..

  3. Emiiano Maleca,
    Una cosa es la ignorancia y otra bien distinta un interés como el tuyo, ya que eres parece implicada como miembro de una compañía que saca beneficio de ello. Y hablas de un estudio concreto. Los hay que dicen lo contrario y los que están a favor. Una publicación no hace doctrina. Eta claro que científico, al menos bueno no eres.
    Propaganda encubierta. Eso es lo que ofreces al lector.

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