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La Seguridad alimentaria en el mundo. Fuente: FAO

Una alerta de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo nos ha enviado un mensaje sobre la iniciativa “People4Soil”: de las que ya os he hablado en un post y sobre la que mostré mis reticencias en este otroCon independencia de cuál sea vuestra opinión, el texto del correo electrónico merece la pena ser analizado en detalle, y no precisamente por la relación entre los suelos y el cambio climático. El contenido también aparece en el sitio Web Econoticias, aunque abajo se os explica su génesis y procedencia. A título personal, como científico del suelo, creo que fui el primero en impartir una charla y elaborar una publicación sobre el tema de como devoramos los suelos más fértiles de Europa para la expansión urbana, infraestructuras etc. De eso hará entre 15 y 20 años. También, en esta bitácora, fuimos pioneros en reiterar sobre la gravedad de un tema sangrante, como puede constarse en los múltiples post incluidos en la categoría “Pérdida de los Recursos Edáficos: El Sellado del Suelo”. Obviamente, como se denuncia en el comunicado que abajo os exponemos, existen otras muchas amenazas muy graves. Pero a lo que vamos.

He recalcado en rojo y negrita los párrafos que dan motivo a este post. Halamos de la Soberanía Alimentaria. Como Europa sostiene una población densa y no manejamos racionalmente los recursos edáficos, como la totalidad de los países industrializados, nos apoderemos de las tierras fértiles de los países menos poderosos (Acaparamiento de Tierras), arrebatándoles su presente y secuestrando el futuro, es decir la posibilidad de alimentar a su población. Y así, aunque se desee ocultar, somos en parte responsables de las grandes hambrunas que padecen los más pobres. Ya expusimos un caso concreto, como el de Alemania, en donde se mostraban cifras escandalosas (Tierra Virtual o “Virtual land”: Suelos, Desarrollo Sostenible y Soberanía Alimentaria). Y mientras tanto, el modo de vida que nos ha impuesto la dictadura financiara mundial, genera que los Europeos, norteamericanos, etc., contaminemos al echar a la basura alimentos aun comestibles. Despilfarro, tras despilfarro, sin pensar que personas que morirán podrán sobrevivir con lo que aquí consideramos basura. No pensemos tan solo en el cambio climático, sino en nuestra complicidad por el sufrimiento que sufren miles de millones de personas, que no puede ocultarse tras ONGs y otras iniciativas sibilinamente humanitarias.  Permitirme que os narre una anécdota.

Viajando por Cuba con dos colegas de una universidad, paramos una noche a dormir en un hotel de los Cayos de aquel maravilloso país. Estos enclaves hosteleros son prohibitivos para la mayoría de los cubanos. Mis colegas entraron expectantes. Allí les mostré lo que era un buffet y cómo funcionabaSe quedaron atónitos, “literalmente con la boca abierta”. Inmediatamente uno de ellos preguntó: ¿Y se puede uno comer lo que quiera? Les respondí afirmativamente. Inmediatamente volvieron a interrogarme ¿Y qué pasa con los alimentos que no se consumen?. Les dije la verdad, como era mi obligación. Pronto me estremecí cuando a uno de ellos le comenzaron n a caer las lágrimas sobre sus mejillas (os lo juro). Y hablamos de Cuba, el único país del mundo con una huella ecológica “0” , considerado como un ejemplo de sostenibilidad (por obligación) y en el que independientemente de otras penurias, la alimentación de la población se encuentra garantizada. Y todo ello a pesar de que su agricultura en la isla no logra cubrir la soberanía alimentaria de sus ciudadanos.

Imagínense ahora que miles de personas, de ciudadanos hambrientos que pudieran ver aquél rocambolesco espectáculo de ostentación y despilfarro. ¿Usted qué haría en su caso?.

Los ricos nos comemos los alimentos de los pobres y luego les damos por caridad unos dólares con vistas a calmar nuestras conciencias, que no su hambre. Muchos de vosotros pensareis que soy macabro. Yo respondería macabro resulta ser nuestro cinismo. Gracias a Raúl, el secretario de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo, por hacernos llegar esta nota de prensa, que al menos a mi personalmente se me había escapado.

“Hipocresía sin fronteras”. 

Os dejo ahora con el contenido del aludido mensaje……

Juan José Ibáñez

Continua…….

Estimados/as socios/as de la SECS,

Os envío comunicado de la iniciativa People4Soil sobre la carta enviada al presidente de la CE por una ley específica para proteger los suelos, dado que este 22 de abril es el día internacional de acción para recoger firmas para la Iniciativa Ciudadana Europea “People4Soil”:

 La carta, presentada el 22 de abril – Día de la Tierra, hace referencia al objetivo de la ONU de “detener globalmente la degradación de las tierras en 2030” y se dirige a la Comisión Europea, pidiendo que tome parte en este tema, ya que las políticas europeas ejercen una profunda influencia en los suelos del resto del mundo. El llamamiento fue lanzado por los organizadores de la Iniciativa Ciudadana Europea “People4Soil”, en nombre de las 500 organizaciones que están promoviendo la petición de la ICE en Europa (www.people4soil.eu). Piden al presidente de la CE, Claude Juncker, que detenga la degradación de las tierras y elabore un marco jurídicamente vinculante que cubra las principales amenazas del suelo.

En Europa hay 170 millones de hectáreas de suelos agrícolas, lo que equivale aproximadamente al 39% del territorio de la UE. No obstante, esta superficie es insuficiente para suministrar alimentos y materias primas al mercado europeo, que necesita el doble de la superficie agrícola cultivada. Asimismo, Europa representa el 7% de la población mundial y tiene el 20% de las 1.600 millones de hectáreas de tierras agrícolas mundiales.

Los alimentos de alto valor proteico, los residuos alimentarios y los productos no alimenticios están entre las causas de la alta huella ecológica de los países que no forman parte de la Unión Europea, donde la seguridad alimentaria depende de pequeñas superficies agrícolas cultivadas per cápita, esto contribuye a la desnutrición, la pobreza y la migración de su población.

Este es el caso de América del Sur, donde millones de hectáreas de agricultura intensiva reemplazaron a los bosques y la agricultura local, para producir piensos para el ganado europeo. También ocurre en el África subsahariana, donde las empresas europeas y asiáticas están tomando tierras y ocasionando el detrimento de las comunidades rurales, generando grandes flujos migratorios.

Si Europa tiene una necesidad tan fuerte de tierras cultivadas, ¿por qué no deberíamos proteger nuestros propios suelos? Cada día se sellan o degradan 500 hectáreas de suelo y, en muchos casos, la degradación corresponde a una pérdida definitiva de este precioso recurso. “El suelo es el recurso natural más precioso y escaso de Europa, debemos protegerlo! En los últimos 50 años, la superficie cubierta por asentamientos e infraestructuras en Europa se ha duplicado hasta alcanzar los 20 millones de hectáreas, el doble de la superficie de Hungría. Por no mencionar todas las otras amenazas del suelo: 3 millones de sitios contaminados, 10 millones de hectáreas gravemente dañadas por la erosión y 14 millones en riesgo de desertificación Si realmente queremos que la comunidad europea detenga la degradación del suelo, debemos partir de un marco común: Se necesita urgentemente una legislación para proteger los suelos”.

Una política activa de protección del suelo es también una política de seguridad y desarrollo económico: suelos saludables, ricos en materia orgánica permiten mejorar la producción agrícola y aumentar su resiliencia al cambio climático. Al mismo tiempo, detener la construcción intensiva de los territorios fértiles es la única manera de dirigir las inversiones inmobiliarias donde realmente se necesitan, en la regeneración de las ciudades. Es una política de desarrollo a largo plazo, que proteja los recursos y herencias europeas, pero también es la piedra angular de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático. Por esta razón, en el Día Mundial de la Tierra, las 500 organizaciones que apoyan la carta abierta a Juncker piden a los ciudadanos de la UE que soliciten la firma de la Iniciativa Ciudadana Europea en www.people4soil.eu.

 Raúl Zornoza

Secretario General de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo

Departamento de Ciencia y Tecnología Agraria

Universidad Politécnica de Cartagena

Paseo Alfonso XIII 48, 30203 Cartagena

Email: secs@upct.es

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