![]()
Más Allá del Mundo Globalizado Interregional Veslumbramos la Sostenibilidad Global

Fuente: Colaje imágenes Google
Según los autores del estudio que os mostramos hoy, emborrachados de éxito, sin darnos cuenta nos encontramos al borde del abismo. El titulo de la noticia resulta ser: “La evolución podría impedir que los humanos resuelvan el cambio climático, según los investigadores ”.
Tras las decepcionantes y vergonzantes conclusiones de la cumbre del COP 28, han ido publicándose varios trabajos que, más o menos, llegan a las mismas conclusiones que el que a traducimos hoy, desde diferentes perspectivas. La premisa básica subyacente no es ni más ni menos, que las dificultades más que técnicas son geopolíticas y como consecuencias derivadas de la insustentabilidad en un mundo fragmentado en cárteles que defienden ferozmente intereses contrapuestos. De superarse tal limitación podrimos ya ver por fin la luz en el futuro de la humanidad. No volveré a pronunciarme acerca de la visión darviniana de la evolución, por cuanto, sin mentar el tema, los autores lo dejan palmariamente claro. Sin embargo, existen otras perspectivas/publicaciones cuyos discursos, bastante dispares, topan con la misma conclusión. A diferencia de ellos, en el que os reproducimos hoy, se detalla como en los rasgos esenciales de la evolución de la humanidad en los últimos 100.000 años se encontraba la semilla del éxito anterior, pero también como llegamos al borde del precipicio rn rl que nos encontramos hoy. Más aun la tecnociencia, con sus presiones a la hora de fomentar la competitividad y el emprendimiento, prentende lanzarnos al abismo, en lugar de buscar distanciarnos de la hecatombe. Tampoco los avances científicos nos sacarán del problema, ya que pueden ser utilizadas para hacer el bien, pero también el mal.
Lo mismo podríamos alegar acerca de que la Organización de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco mundial, etc. son parte del problema, que no de la solución, ya que funcionan para garantizar las reglas actuales de la economía global, que no a la hora de encontrar soluciones sostenibles. ¿Y que decir del Consejo de Seguridad de la ONU? Este último resulta más que sangrante por cuanto unas escasísimas superpotencias tremendamente competitivas entre sí ostentan el derecho de vetar lo que no les interese, y así muchas propuestas que nos llevarían por el buen camino, en lo que concierne a distintos problemas, son rechazadas por algunas de ellas, al considerar que atentan contra sus intereses. Necesitamos una globalización, pero jamás las marcadas por la economía del mercado por si sola (Globalización económica), basada en la feroz competitividad en lugar de paz y justicia para todos. Los imperialismos llevan el germen de su propia destrucción, y no me refiero a las palabras de Marx, si no a la historia de los que nos precedieron. El problema estriba en que nos encontramos en un mundo globalizado interdependiente y competitivo, por lo que probablemente la caída de un elemento dispare el efecto dominó.
El concepto de policrisis es afortunado, ya que evitamos centrarnos en esa caja de pandora que deviene del abuso y mal uso del concepto de cambio climático. Como en un enfermo terminal suele ser habitual que las dolencias se acumulen, como en el dicho de a perro flaco todos son pulgas. (ya lo mostra en nuestro post: El Concepto de Policrisis y la Crisis Sistémica Actual)
Reitero que la nota de prensa traducida abajo, que da cuenta de las principales conclusiones de un artículo, analiza la situación desde el punto evolutivo de las sociedades humanas a lo largo de la historia, y se me antoja muy interesante por cuento se evitan numerosas perspectivas ideológicas. Como señalan los autores: “necesitamos un sistema social funcional para el planeta, que no tenemos (….) la evolución humana tiende a oponerse a las soluciones colectivas a los problemas ambientales globales”. Y yo añadiría que “basado en premisas éticas y humanitarias, que no competitivas.
Os dejo pues con la noticia
Ver también: Científicos esbozan una solución audaz al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la injusticia social
Juan José Ibáñez
Continúa……..
La evolución podría impedir que los humanos resuelvan el cambio climático, según los investigadores
por Marcus Wolf, Universidad de Maine
Las características centrales de la evolución humana pueden impedir que nuestra especie resuelva problemas ambientales globales como el cambio climático, según un estudio reciente dirigido por la Universidad de Maine.
Los seres humanos han llegado a dominar el planeta con herramientas y sistemas para explotar los recursos naturales que fueron refinados durante miles de años a través del proceso de adaptación cultural al medio ambiente. El biólogo evolutivo de la Universidad de Maine, Tim Waring, quería saber cómo este proceso de adaptación cultural al medio ambiente podría influir en el objetivo de resolver los problemas ambientales globales. Lo que encontró fue contradictorio.
El proyecto buscaba comprender tres preguntas centrales: cómo ha operado la evolución humana en el contexto de los recursos ambientales, cómo la evolución humana ha contribuido a las múltiples crisis ambientales globales y cómo los límites ambientales globales podrían cambiar los resultados de la evolución humana en el futuro.
El equipo de Waring describió sus hallazgos en un nuevo artículo publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society B. Otros autores del estudio incluyen a Zach Wood, ex alumno de UMaine, y Eörs Szathmáry, profesor de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, Hungría.
Expansión humana
El estudio exploró cómo el uso del medio ambiente por parte de las sociedades humanas cambió a lo largo de nuestra historia evolutiva. El equipo de investigación investigó los cambios en el nicho ecológico de las poblaciones humanas, incluidos factores como los recursos naturales que utilizaban, la intensidad con la que se utilizaban, los sistemas y métodos que surgieron para utilizar esos recursos y los impactos ambientales que resultaron de su uso.
Este esfuerzo reveló un conjunto de patrones comunes. A lo largo de los últimos 100.000 años, los grupos humanos han utilizado progresivamente más tipos de recursos, con más intensidad, a mayores escalas y con mayores impactos ambientales. Esos grupos a menudo se extienden a nuevos entornos con nuevos recursos.
La expansión humana global se vio facilitada por el proceso de adaptación cultural al medio ambiente. Esto conduce a la acumulación de rasgos culturales adaptativos: sistemas sociales y tecnología para ayudar a explotar y controlar los recursos ambientales, como las prácticas agrícolas, los métodos de pesca, la infraestructura de riego, la tecnología energética y los sistemas sociales para la gestión de cada uno de ellos.
«La evolución humana está impulsada principalmente por el cambio cultural, que es más rápido que la evolución genética. Esa mayor velocidad de adaptación ha hecho posible que los humanos colonicen toda la tierra habitable en todo el mundo«, dice Waring, profesor asociado del Centro de Soluciones de Sostenibilidad Senador George J. Mitchell de UMaine y de la Escuela de Economía.
Además, este proceso se acelera debido a un proceso de retroalimentación positiva: a medida que los grupos se hacen más grandes, acumulan rasgos culturales adaptativos más rápidamente, lo que proporciona más recursos y permite un crecimiento más rápido.
«Durante los últimos 100.000 años, esto ha sido una buena noticia para nuestra especie en su conjunto». Waring dice: «Pero esta expansión ha dependido de grandes cantidades de recursos y espacio disponibles«.
Hoy en día, los humanos también se han quedado sin espacio. Hemos llegado a los límites físicos de la biosfera y hemos reclamado la mayoría de los recursos que ofrece. Nuestra expansión también nos está alcanzando. Nuestras adaptaciones culturales, en particular el uso industrial de combustibles fósiles, han creado peligrosos problemas ambientales globales que ponen en peligro nuestra seguridad y acceso a recursos futuros.
Límites globales
Para ver qué significan estos hallazgos para resolver desafíos globales como el cambio climático, el equipo de investigación analizó cuándo y cómo surgieron sistemas humanos sostenibles en el pasado. Waring y sus colegas encontraron dos patrones generales. En primer lugar, los sistemas sostenibles tienden a crecer y propagarse sólo después de que los grupos han luchado o no han podido mantener sus recursos en primer lugar.
Por ejemplo, Estados Unidos reguló las emisiones industriales de azufre y dióxido de nitrógeno en 1990, pero solo después de haber determinado que causaban lluvia ácida y acidificaban muchos cuerpos de agua en el noreste. Esta acción tardía presenta un problema importante hoy en día, ya que amenazamos otros límites globales. Para el cambio climático, los humanos debemos resolver el problema antes de que provoquemos un accidente.
En segundo lugar, los investigadores también encontraron evidencia de que los sistemas sólidos de protección ambiental tienden a abordar los problemas dentro de las sociedades existentes, no entre ellas. Por ejemplo, la gestión de los sistemas regionales de abastecimiento de agua requiere cooperación regional, infraestructura y tecnología regionales, y éstas surgen a través de la evolución cultural regional. La presencia de sociedades de la escala adecuada es, por lo tanto, un factor limitante crítico.
Abordar la crisis climática de manera efectiva probablemente requerirá nuevos sistemas regulatorios, económicos y sociales en todo el mundo, que generen una mayor cooperación y autoridad que los sistemas existentes, como el Acuerdo de París. Para establecer y operar esos sistemas, los humanos necesitamos un sistema social funcional para el planeta, que no tenemos.
«Un problema es que no tenemos una sociedad global coordinada que pueda implementar estos sistemas«, dice Waring, «solo tenemos grupos subglobales, lo que probablemente no será suficiente. Pero se pueden imaginar tratados de cooperación para abordar estos desafíos compartidos. Entonces, ese es el problema fácil».
El otro problema es mucho peor, dice Waring. En un mundo lleno de grupos subglobales, la evolución cultural entre estos grupos tenderá a resolver los problemas equivocados, beneficiando los intereses de las naciones y las corporaciones y retrasando la acción sobre las prioridades compartidas. La evolución cultural entre los grupos tendería a exacerbar la competencia por los recursos y podría conducir a un conflicto directo entre los grupos e incluso a la muerte regresiva humana global.
«Esto significa que los desafíos globales como el cambio climático son mucho más difíciles de resolver de lo que se consideraba anteriormente«, dice Waring. «No es solo que sean lo más difícil que ha hecho nuestra especie. Absolutamente lo son. El mayor problema es que es probable que las características centrales de la evolución humana estén trabajando en contra de nuestra capacidad para resolverlas. Para resolver los desafíos colectivos globales tenemos que nadar contra la corriente«.
Esperando
Waring y sus colegas creen que su análisis puede ayudar a navegar el futuro de la evolución humana en una Tierra limitada. Su artículo es el primero en proponer que la evolución humana puede oponerse a la aparición de problemas globales colectivos y que se necesita más investigación para desarrollar y probar esta teoría.
El equipo de Waring propone varios esfuerzos de investigación aplicada para comprender mejor los impulsores de la evolución cultural y buscar formas de reducir la competencia ambiental global, dado cómo funciona la evolución humana. Por ejemplo, se necesita investigación para documentar los patrones y la fuerza de la evolución cultural humana en el pasado y en el presente. Los estudios podrían centrarse en los procesos pasados que condujeron a la dominación humana de la biosfera y en las formas en que se está produciendo la adaptación cultural al medio ambiente en la actualidad.
Pero si el esquema general resulta ser correcto, y la evolución humana tiende a oponerse a las soluciones colectivas a los problemas ambientales globales, como sugieren los autores, entonces algunas preguntas muy apremiantes deben ser respondidas. Esto incluye si podemos utilizar este conocimiento para mejorar la respuesta global al cambio climático.
«Hay esperanza, por supuesto, de que los humanos puedan resolver el cambio climático. Hemos construido una gobernanza cooperativa antes, aunque nunca de esta manera: a toda prisa a escala global«, dice Waring.
El crecimiento de la política ambiental internacional ofrece cierta esperanza. Algunos ejemplos exitosos son el Protocolo de Montreal para limitar los gases que agotan la capa de ozono y la moratoria mundial sobre la caza comercial de ballenas.
Los nuevos esfuerzos deben incluir el fomento de sistemas más intencionales, pacíficos y éticos de autolimitación mutua, en particular mediante regulaciones del mercado y tratados aplicables, que vinculen cada vez más estrechamente a los grupos humanos de todo el planeta en una unidad funcional. Pero es posible que ese modelo no funcione para el cambio climático.
«Nuestro artículo explica por qué y cómo la construcción de una gobernanza cooperativa a escala global es diferente, y ayuda a los investigadores y a los responsables políticos a tener una mentalidad más clara sobre cómo trabajar hacia soluciones globales«, dice Waring.
Esta nueva investigación podría conducir a un nuevo mecanismo de política para abordar la crisis climática: modificar el proceso de cambio adaptativo entre las empresas y las naciones puede ser una forma poderosa de abordar los riesgos ambientales globales.
En cuanto a si los humanos pueden seguir sobreviviendo en un planeta limitado, Waring dice: «No tenemos ninguna solución para esta idea de una trampa evolutiva a largo plazo, ya que apenas entendemos el problema. Si nuestras conclusiones están cerca de ser correctas, tenemos que estudiarlo con mucho más cuidado».
Más información: Timothy M. Waring et al, Los procesos característicos de la evolución humana causaron el Antropoceno y pueden obstruir sus soluciones globales, Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences (2023). DOI: 10.1098/rstb.2022.0259
Información de la revista: Philosophical Transactions of the Royal Society B
Globalization beyond Business Sustainability, Energy and the Economy of the Future