Blogs Académicos y sus Mil formas de Aburrir al Ciudadano: Los Blogs “Somos los Mejores”

La segunda entrega de esta miniserie a cerca de los “blogs académicos y sus mil formas de aburrir al ciudadano”, versará sobre aquellas bitácoras en la que los autores, a bombo y platillo, se aplauden así mismos sin el menor atisbo de rubor. Se trata de un marketing puro y duro de la institución o colectivo al que pertenecen, soslayando cualquier compromiso social por la ciencia. En el post precedente describimos los “blogs tablones de anuncios”. Ya denunciamos que estos últimos resultaban ser solemnemente aburridos y que dada su naturaleza, con independencia de los tweets, facebooks y otras zarandajas que reciban, no son leídos más que por una ínfima parte de los cibernautas interesados en los contenidos que podría ser escritos a cerca de las temáticas que abordan. Obviamente, resultan ser muy fáciles de redactar por cuanto, en la mayoría de los casos se trata de un “corta y pega” de la publicidad que reciben de sus colegas (así como de las instituciones, asociaciones, colectivos y colegios profesionales a los que pertenecen), aderezado con las breves líneas del blogger que tenga a bien añadir el blogger (aunque a veces ni eso). Ahora bien, estas bitácoras son bastante inocuas si las comparemos con las que describimos hoy.  Resulta palmario que los blogs de auto-marketing son los preferidos por unas instituciones, la mayoría de las cuales no parecen querer entender en que consiste la divulgación científica, ahora denominada en aras de la postmodernidad, “cultura científica” (“debemos cambiar todo para que todo siga igual”). En consecuencia, entiendo que los autores que colaboran en tales blogs se encuentran, a menudo obligados a llevar a cabo tal actividad, de “algún modo”. No obstante, existen muchos modos de promocionarse, siendo lo más frecuente que padezcan un desconocimiento absoluto de cómo llevar a cabo la misión que se les encomienda. En consecuencia, es harto frecuente que más temprano que tarde terminen aburriendo a propios y a extraños, aunque puedan también terminar siendo galardonados por las Instituciones. Dentro de este grupo podemos dividir las bitácoras en dos categorías distintas. Analicemos pues sus defectos y propongamos algunas recomendaciones que resulten provechosas con vistas a que sus soporíferos post den paso a otros de mayor interés para los cibernautas.

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Blogs: “Somos los más Guapos”: Fuente: Solo Image Net

Da igual entrar en una página Web del Corte Inglés o Telefónica que en este tipo de blogs, por cuanto sus propósitos son los mismos. Ahora bien, en el caso que nos ocupa, no parecen entender que ellos “no venden nada material”. En consecuencia, el cibernauta que entra atraído por un título se encuentra decepcionado inmediatamente tras leer varios post en los que tan solo encuentran alabanzas a los progresos llevados a cabo por el equipo de investigación implicado, ya sea con razón o sin razón. Más aun, no debería extrañar que, con el tiempo, generen animosidad entre sus colegas, a los que soslayan sin piedad. Paupérrimo marketing. ¡Ni más ni menos!. Eso sí, sus autoridades se encontrarán encantados con esos “buenos chicos”.

Pero no nos engañemos, la inmensa mayoría de los blogs institucionales y aun  personales persiguen “de algún modo” “fama y gloria”. El núcleo gordiano de la cuestión estriba en como llevar a cabo tal misión, estimulando el conocimiento ciudadano, es decir mediante un verdadero compromiso social por la ciencia.   Y es aquí en donde tropiezan torpemente los blogs “somos los mejores”. Veamos por qué.

Cuando a un investigador su institución se le encomienda tal promoción de la misma, la mejor estrategia estriba en llevar a cabo una buena divulgación científica, introduciendo, de vez en cuando, cuyas publicitarias. Sin contenidos, tan solo los blogs de instituciones “verdaderamente punteras” a nivel mundial y que atesoran una masa crítica muy numerosa pueden llamar la atención de los colegas y si están hábilmente construidos, quizás también la de algunos ciudadanos.   Hablamos de Instituciones como el MIT, o en su caso en España el CSIC, en donde trabajan miles de investigadores de las más variadas disciplinas, publicando sobre una amplia diversidad de temas en las mejores revistas de impacto. Si este no es el caso, como suele ocurrir, ser muy activos termina insidiosamente acabando con la peciencia del lector que tan solo advierte que los organismos que subyacen a estas bitácoras, una y mil veces vociferan “somos los mejores”, cuando en realidad casi nunca sea así.  Y como  penas despiertan la atención del público, suelen soslayar colocar contadores públicos que denuncien su audiencia. Pero necesariamente no debería ocurrir tal hecho si supieran “ejecutar con destreza sus deberes”. Veamos un ejemplo.

Imaginemos que miembros del grupo o institución han logrado obtener unos resultados importantes e incluso espectaculares. En líneas muy competitivas, puede resultar estratégico colgar un borrador de lo que se pretende publicar en un depositario institucional  y publicitarlo en la bitácora que atesoran. Hasta aquí ¡todo perfecto! Sin embargo como tal hecho ocurre con una frecuencia que tan solo da lugar a escribir, de vez en cuando, los contenidos de su blog serán paupérrimos. Y efectivamente, abundan en demasía. Ahora bien no hacen daño a nadie ni tienen otro objetivo que dejar constancia de sus logros. Escasa audiencia, aunque no engañan al público. No obstante, en otros casos, pretenden mantener un ritmo de edición alto, y es aquí en donde surgen los problemas. Si el resto del tiempo se dedica a publicitarse mediante notas paupérrimas, entrevistas a sus miembros, proyectos logrados, congresos a los que asisten, seminarios que imparten, artículos de divulgación que escriben en los rotativos internacionales, etc. etc., los lectores se dormirán sobre el teclado de su PC, si no se irritan tras leer tanta auto-alabanza espuria.

En vista de todo ello, y con aras a ser constructivo me inclino por sugerirles la siguiente estrategia. Los contenidos divulgativos bien escritos son muy apetecidos por el público que se interesa a cerca de los avances de la ciencia. En consecuencia escribir post, con frecuencia, sobre los fundamentos y avances de su disciplina para “todos los públicos” serán bien recibidos y abundantemente leídos, lanzando hacia arriba en la bitácora en sus posicionamientos en los buscadores de tipo Google que es lo que se persigue (los rankings tipo technorati, en estos casos no sirven para nada). Cuando el equipo investigación, Departamento o Grupo pequeño, consigue resultados de interés, debería publicitarlos, ¡como no!. Ahora bien, como ya han escrito muchos post, incluir otros previos que muestren el contexto, historia e importancia del descubrimiento que van a mostrar al público resulta pertinente. Sin embargo de perseverar en el marketing puro y duro jamás lograrán una masa crítica de lectores suficientes como para alcanzar un buen posicionamiento en los motores de búsqueda. Empero si adicionalmente a los post divulgativos, si ensalzan, cuando procede, los resultados de otros equipos que trabajan en la misma línea de investigación: (i) mostrarán al público que no son tan subjetivos, y como corolario que pueden ser considerados dignos de confianza y (ii) que los equipos de investigación rivales les traten con respeto, en lugar de desconfianza.  Mediante tal modo de proceder, su marketing sería mucho más productivo tanto para ellos como para el público al que dicen dirigir sus post. ¿Nos vamos entendiendo?.

Vale por hoy. Nuestra próxima entrega se dirigirá a describir otro tipo de bitácoras bastante tendenciosas a las que denominamos “perros de presa, tras los cuales suelen esconderse grupos económicos y científicos (lobbies) de gran peso o calado, aunque a veces “se escondan en el anonimato. Se trata pues de los peor intencionados.

Juan José Ibáñez           

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11 comentarios

  1. Estos son la mayoría, diría yo. Ejemplos del fundamentalismo científico en sus versiones infantiles. Queda lo mejor para el final. Ahí veremos a los más galardonados.

  2. Muy interesantes tus reflexiones sobre los blogs. Tiemblo al pensar en qué grupo meterías al mío, je je.

  3. Jorge,

    En este país que alardeamos de sentido del humor (…) luego somos muy susceptibles con cualquier que no coincide con la nuestra. Obviamente no es tu caso.

    Supongamos que te ves reflejado en alguna de las cuatro clases de bitácoras que critico. ¡Pues no pasa nada!. Todos los post tienen comentarios para mejorar cada una de las estrategias de tal modo que incidan positivamente en sus respectivas audiencias, y a la par garanticen un “compromiso social por la ciencia”.

    Se trata de varios años leyendo los post más visitados y “jugando un poco” con los que yo hago para analizar la reacción del ciudadano. Intento criticar para luego llevar a cabo una crítica constructiva. Y creo que este aspecto es el más importante. Quien se encuentre reflejado que reflexione para mejorar. Obviamente mi blogs es muy mejorable también. Ahora bien lo que le gusta a la audiencia de un país no gusta en otros y escribimos para 500 millones de hispanoparlantes, aspecto que parece que “no nos entra en la cabeza”. Quedan dos entregas. La última será algo así como “Yo tengo un blog”, que es la más entupida de todas, pero la más inocua.

    Un cordial saludo y buen fin de semana

    Juanjo Ibáñez

  4. Estimada “Tu anciana abuela” (¿A si se llama el nombre del Blog” desde donde se me envía este comentario”). Este post no es nada furibundo. Furibundo es su comentario. Solo digo que existen blogs institucionales muy aburridos (no es solo mi opinión, aunque sobre gustos no hay nada escrito) y que pueden cumplir su misión divirtiendo e instruyendo al ciudadano. ¿Es que en este país no se puede opinar?. ¿No existe democracia?. Eso si ya te comento que a un post al mes….. lo digo por tu blog.

    Además, y como tu comentas: ¿¿¿¿¿a ti que te importa????

    Juanjo Ibáñez

  5. Pues si, tienes razón; a mi qué me importa; siento si te he molestado; la verdad es que no era mi intención.

    Intentaba solamente defender eso tan bonito de que «en la variedad está el gusto».

    pero, en fin….

  6. Efectivamente en la variedad está el gusto y yo no lo dudo. Yo también creo en la diversidad. Ahora bien, lo desagradable es que bastantes de esos blogs son los no creen en ella y defienden el pensamiento único: el Institucional».

    Yo lamento también si haber sido muy irritable.

    saludos Cordiales
    Juanjo Ibáñez

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