Como mentamos en la comunicación anterior sobre la construcción de clasificaciones edafológicas, la mente humana requiere “cosificar” el mundo a la hora de hablar de él. Nuestro lenguaje suele necesitar, en gran medida, la categorización. ¿En que consiste pues la categorización?

 

Como ya apuntamos al hablar de la concepción mántrica del suelo: De acuerdo al Diccionario de Ciencias Cognitivas  de Houdé, Kayser, Koening, Proust y Rastier (Amorrortu Editores, 2003): La categorización es una conducta adaptativa fundamental mediante la cual “recortamos” la realidad física y social. Su función cognitiva es la creación de las categorías (de objetos, individuos, etc.) necesarias para la transición de lo continuo a lo discreto.  Y mientras los edafólogos matemáticos dando la vara y comiéndonos la moral a los que nos llaman dinosaurios por el mero hecho de elaborar clasificaciones booleanas, es decir particiones duras. ¡Serán ignorantes estos tipos!. Insistiremos en este hecho.

 

La ciencia tiene un binomio insoslayable, como reiteradamente su puso en evidencia en los albores de la mecánica cuántica.  Se trata de él observador y de lo observado. Si entendemos ese binomio, la ciencia resulta más comprensible y sus resultados más relativizables en el contexto de una actividad cognitiva y social.  Si soslayamos este hecho y hablamos de la verdad o de la realidad de las cosas, como hechos incuestionables, abandonamos la ciencia y nos sumergimos en el ámbito de la ontología. La “verdad científica” es por definición cambiante, es decir relativa. De no ser así no podríamos hablar de progreso científico. La “realidad del mundo”, sea lo que sea escapa al dominio de la ciencia. Muchos colegas parecen no entender este hecho, por otro lado trivial. Es esta ignorancia acerca de la ontología, filosofía, psicología y ciencias cognitivas, las que les inducen a realizar aseveraciones inauditas y hato falaces. Pero esta es harina de otro costal, sobre la que ya seguiremos hablando.

 

Comencé a entender mejor mi actividad científica cuando inicié mi instrucción autodidáctica en humanidades (ejercicio que recomiendo a todos). Este acto “iniciático” cambio mi percepción del mundo y mi cosmología. Lástima de que gran parte de la comunidad científica se jacte de su superioridad frente a las humanidades, y no les preste la debida atención. La arrogancia es funesta.  Pero vayamos al meollo de la cuestión: ¿Qué es una clasificación? Puesto que ya hemos hablado de particiones difusas y booleanas, vayamos pues a una definición matemática.

 

Clasificación es el acto de elaborar categorías y de ordenarlas de forma fácilmente manipulables para la mente humana. Clasificar es el proceso de fragmentar el continuo en unidades discretas. Se trata pues, en el sentido matemático del término, de un proceso de fragmentación. Las clasificaciones basadas en clases duras (las convencionales) se denominan no solapantes, en contraposición a las difusas o solapantes.

 

La mayoría de las clasificaciones humanas son de naturaleza jerárquica. En términos de filosofía analítica diríamos que se trata de clasificaciones (no solapantes) anidadas de finura creciente (en términos de Jesús Mosterín). Por ejemplo, las clasificaciones biológicas están basadas en una jerarquía de categorías del tipo: fila, reino, orden, familia, género, especie, etc. Cada nivel categórico jerárquico de la clasificación es una partición o fragmentación del continuo del nivel jerárquico superior en el que se encuentra anidado. Por lo tanto, desde un punto de vista matemático, una clasificación jerárquica es un proceso de fragmentación iterativa basada en un conjunto de reglas matemáticas que suelen ser las mismas. Este hecho no implica que los criterios temáticos (las propiedades del objeto natural que se usen, denominadas diagnósticas) sean distintos.

 

La mayor parte de las clasificaciones de suelos son jerárquicas y no solapantes; son sistemas jerárquicos: la fragmentación del continuo edafosférica en categorías de finura creciente, es decir en edafotaxa jerárquicamente anidados. ¿Qué función tienen?; ¿Qué papel desempeñan en la ciencia? ¿Qué propiedades comunes atesoran? Ya lo iremos analizando.

 

Para terminar propondremos unas palabras clave que nos servirán de introducción a próximas contribuciones:  

 

·         Lenguaje

·         Sistemas de Información

·         Emular el mundo natural

·         Fractales

·         Curvas de Willis

·         Etc.

 

 

Juan José Ibáñez

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