Las Taxonomías como Sistemas de Información y el Criterio de Ernest Mayr

Hola a todos de nuevo desde nuestro observatorio de suelos. Continuamos con el tema de la estructura de las taxonomías y/o clasificaciones. Lamento a quien le aburra pero es vital, no solo para entender los suelos, sino como intento demostrar, para poder comprender como funciona la mente humana, así como también para que reconozcamos las interrelaciones entre la ciencia y capacidades-limitaciones cognitivas en la labor de los investigadores inconscientemente. Efectivamente, una taxonomía o clasificación debe entenderse tanto como un lenguaje universal como un Sistema de Información: Un almacenamiento ordenado de nuestros conocimientos, en un ámbito determinado del saber, que nos permita utilizarlos de la manera más ágil y cómodamente como sea posible. Esta idea, permaneció oculta en nuestras mentes (no fue explicitada verbalmente) hasta la emergencia de la denomina era de la información. No me parece riguroso mezclar información con conocimiento, por cuanto el segundo es el primero una vez destilado y extraído lo que resulta ser verdaderamente sustancioso de lo espurio.

Como ya apuntamos en todas nuestras contribuciones acerca de las representaciones del sistema edáfico, como “Sistema de Información “Ordenada” bajo unos determinados criterios, una taxonomía refleja la visión que los investigadores tienen en una determinada época de su objeto de estudio. En consecuencia, tiene fecha de caducidad. A veces progresa gradualmente (la denominada ciencia normal en términos de Thomas Khun) y otras de un modo brusco (los tan cacareados cambios de paradigma). El personaje al que aludo en el título, Ernst Mayr, biólogo nacido en Alemania (como ¡no!, y capturado por los Yanquis, como la mayor parte de sus talentos; así dejaron devastada Alemania intelectualmente y en Europa no levantamos cabeza) y que ha ayudado a dar gloría al imperio (la verdad es que los anglosajones solitos, no san ni tan listos ni tan guapos como nos quieren hacer creer) es uno de los principales valedores del neodarwinismo, y en consecuencia persona non grata para mi gusto. Del mismo Ernesto ha sido el investigador que propuso el concepto biológico de especie que también, en mi modesta opinión, ha hecho un flaco favor a la ciencia contemporánea. Sin embargo, a los científicos, como a todo el mundo y en cualquier actividad, uno no debe soslayarle por no estar de acuerdo con él. En mi opinión, también tuvo ideas brillantes (y por lo tanto, menos reconocidas por los vendémonos de best sellers)  como la que hemos denominado “el Criterio de Mayr” ¿En que consiste? ¿Qué aporta al conocimiento formal de las taxonomías?

 

El Criterio de Mayr” fue propuesto hace ya algunas décadas, aunque no tuve oportunidad de conocerlo hasta que no hace mucho tiempo leí “This is Biology: The Science of the Living World (1998; ed. esp. Así es la biología, 1998)”. Por lo demás, este libro no puedo recomendárselo especialmente a nadie. Afortunadamente (para los que sepan la lengua del imperio, por supuesto) sus ideas sobre sistemas de información puede encontrase en la siguiente dirección: Two empires or three?. Par diez que tuvo una inspiración “salida de tono”, ya que por mucho que lo analiza tal ataque de iluminación choca con otras muchas de sus ideas, bastantes más pedestres y retrogradas en mi modesta opinión.

 

Mayr nos dice con su criterio que una taxonomía es un sistema de información (SI), adelantándose en este sentido a la emergencia de la era de la informática y de la información. Como tal, de una manera intuitiva, Mayr señala que las distribuciones a las que denominamos Curvas de Willis (de colas grasas –fat talils– o de colas largas –long tails– como ahora se conocen en el mundo de la economía o de internet) no conducen a los más eficientes y amigables SI. Tal objetivo requeriría que el tamaño de todos los taxa per subtaxa fuera idéntico. En otras palabras lo que propone Ernesto es un sistema jerárquico ramificatorio simétrico, es decir un fractal geométrico. Su idea, como veremos en contribuciones posteriores, ha sido corroborada por la física de los fractales. Pero las taxonomías actuales responden al primer patrón que no al último, como el propio Mayr reconoce. Como ya hemos visto al hablar del “Efecto Prototípico de Rosch”, y otros tipos de sesgos, como son los utilitaristas, que ya iremos analizando.

 

Mayr tampoco aporta nada con vista a solucionar la “Paradoja de Gregg” u otros problemas de las estructuras taxonómicas. En cualquier caso hay que reconocerle el mérito de haberse adelantado en varias décadas a las recientes tendencias asociadas a la era de la informática. Otra cosa bien distinta es que Ernesto encubre como casar esta iluminación con su caduco concepto biológico de especie y su defensa de que las especies son entes reales. Ya que unificar en un corpus doctrinal tales propuestas resulta como intentar mezclar el agua con el aceite.

 

Adelantemos, que en cualquier caso el Criterio de Mayr es acertado, pero conduce a una paradoja: la que enfrenta las estructuras naturales y cognitivas que muestran el “síndrome de Willis” con las ideales de un sistema de información amigable y eficiente. Se trata lo que domino “Tensión Esencial de las Clasificaciones”. Sin embargo también adelantaremos que las estructuras de Willis detectadas en las taxonomías son más equitativas de lo que aparentan, y mucho más que las que se dan en la naturaleza. Dicho de otro modo, inconscientemente la mente humana ya intentaba enfrentarse a la susodicha tensión esencial. Ya abundaremos sobre el tema en contribuciones posteriores

 

 

Juan José Ibáñez

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7 comentarios

  1. Bien, es importante respetar las ideas de los demás, aun cuando no este de acuerdo con ellas. Quizá para ti, este personaje no haya hecho grandes aportaciones, pero te sugiero te informes mejor y lo analices desde varios puntos de vista.

  2. Alo,

    Infórmame tu si tienes otros puntos de vista u otras fuentes. No se trata de respeto sino de aportar información alternativa si dispones de ella. Eso es un debate científico

    Juanjo Ibáñez

  3. No me gustó ni el lenguaje ni la forma en que abordan el artículo .. . Se desgastan en críticas y no explican nada. Parece escrito por un resentido y no por un cientifico. no aporta información en absoluto.

    Claudia Infante

  4. Claudia,

    Lamento no opinar como tu. Da la imporesión que ni has seguido la serie de post, ni te has enterado de que va el asunto. ¿que no se explica nada?. ¿Que hay resentimiento?. Por favor Claudia es obvio que no te has enterado de nada. Lo lamento 🙂

    Juanjo Ibáñez

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