Las Coberturas Vegetales y sus Múltiples Significados
“España ha perdido un cuarto de su masa forestal” o “España ha duplicado su masa forestal” . Dos noticias un tanto antagónicas, ¿no?. ¿Resulta tan difícil estimar la masa forestal de un país? ¡Mas madera!. Increíble pero acierto. La nota de prensa de la que informamos hoy, es otra muestra de la confusión que generan los periódicos e instituciones entre los ciudadanos. Ahora bien, los ecologistas también “echan leña al fuego”. Realmente, permanece por esclarecer el origen y tipo de crecimiento de la “cobertura forestal española”, como la de otros muchos países. Desde luego, la primera duda que acecha al ciudadano puede ser contestada sin dificultad. No se trata de bosques en el sentido estricto, si no de cobertura forestal, la cual incluye a las dehesas, es decir pastizales con especies arbóreas dispersas, y a veces incluso a cultivos arbóreos. Todo depende del criterio utilizado a la hora de llevar a cabo un inventario (ver por ejemplo esta noticia: España ha perdido un cuarto de su masa forestal). Del mismo modo, casi siempre tienen en cuenta las repoblaciones forestales. Sin embargo, también es cierto que la Política Agraria Común (PAC) ha propiciado el abandono de tierras que, a la postre, han sido revegetadas por matorrales y/o “bosquecillos incipientes”, cuando no repobladas de monocultivos de coníferas. Por lo que he leído en otras noticias, la FAO incluye todos estos tipos de ecosistemas, al margen de los genuinos bosques naturales, al inventariar las masas forestales. La regeneración natural de un ecosistema forestal genuino tarda muchos decenios. Deberían quedar fuera los monocultivos forestales, que no dejan de ser lo que su propio nombre indica, ni más ni menos que cultivos. En consciencia señalar que “España ha duplicado su masa forestal” tan solo nos viene a informar de que los árboles, de cualquier tipo ganan terreno a las tierras no cubiertas por ellos. Tal información resulta ser muy pobre. Empero diversos grupos ecologistas insisten también todos los años en que este país se va a quedar deforestado a causa de los incendios forestales (….). ¿Verdadero o falso?. Rotundamente falso. Repasemos brevemente cual es la situación actual. Vaya lío, ¿no?. Efectivamente, todo es confuso y confundente.
Mapa Forestal de Europa Fuente: E.F.I.
La FAO también ha publicado varias noticias en las que se incluían las tierras agrícolas cultivadas, con algunos árboles en su seno, como masas forestales (ver post: La Agricultura y los Árboles en los Paisajes Agrarios del Mundo). Si hacemos uso de la teledetección (imágenes satelitales secuénciales en el tiempo) no cabe duda que en España y otros países europeos la “foresta” aumenta. Tal hecho no exacta exclusivamente a nuestro país, si no que acaece en otros muchos europeos. Así por ejemplo, las reforestaciones a modo de monocultivos y el abandono de tierras (auspiciado o no por la PAC, según el Estado de que se trate) ha ido generando un incremento de las masas forestales que a la postre, con harta frecuencia, son pasto del fuego (como en Rusia el año pasado). Empero en algunos casos (raramente por nuestros lares) se han desmontado bosques naturales, siendo reemplazados por monocultivos de crecimiento rápido. La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) así nos ha informado de ello.
Mapa de bosques planifolios en Europa. Fuente: E.F.I.
El abandono de tierras cultivadas, puede dar lugar a que estas se revegeten naturalmente o sean reforestadas con monocultivos. Ahora bien, ya hemos reiterado en varios post, que la revegetación natural a veces evita la erosión y en otros casos la propicia. Más aun, como demostró en su día mi amigo José Luis González Rebollar, la revegetación natural, muy a menudo genera la pérdida de la biodiversidad de ciertos territorios, al contrario de lo que pudiera pensarse en primera instancia (ver post: Las Difusas Fronteras entre las Tierras Agrarias y la Naturaleza Virgen: El Hombre los Suelos y la Biodiversidad). Por lo tanto, en términos ambientales y conservacionistas, la ganancia de “cobertura vegetal” no nos informa ni de un proceso positivo, ni tampoco de otro negativo. ¡Al parecer como suele decir el refrán español: ¡los arboles no dejan ver el bosque. Del mismo modo, cuando la prensa, radio y televisión habla de incendios, uno debe atender a una segunda lectura, entre líneas (cuando tienen a bien ofrecerla). Si se quema un matorral, monte bajo, o un bosque de coníferas de repoblación, el impacto ambiental puede “incluso a veces” ser despreciable, y frecuentemente tan solo “posiblemente” negativo sobre en lo que a la erosión de suelo concierne. Los bosques naturales en España, por su naturaleza, tienden a evadir en gran medida ser presa del fuego. Lo que ocurre, es que en el estío, a falta de otras noticias, nos alimentan con estas, más que confundentes, dando lugar a que el ciudadano piense que los verdaderos bosques españoles serán tarde o temprano pasto de las llamas. En algunos casos ocurre, cierto es. Empero suele tratarse de situaciones, afortunadamente no muy frecuentes.
Desde la Edad media, las masas forestales de la península Ibérica, con sus altos y bajos (especialmente en los periodos de hambruna, ya fuera por guerras ya por pandemias) han ido ganando terreno. Existen pruebas documentadas de tal aserto.
Mapa de bosques de coníferas en Europa. Fuente: E.F.I.
Sin embargo, relacionar todos estos hechos y procesos con la magnífica labor que se lleva a cabo en Costa Rica, tras un periodo de enorme deforestación, deviene en intentar mezclar el agua con el aceite. Allí, sí se lleva a cabo una verdadera política de preservación de la biodiversidad, aquí, ¡no!. Entre políticos, instituciones como la FAO y periodistas, el potaje alcanza una complejidad indescifrable. No estaría de más que alguien se dedicara a separar el grano de la paja para ofrecernos información relevante y no confundente como es el caso de la noticia que abajo os mostramos. Debe ser por el calor que nos encontramos padeciendo en Madrid a la hora de escribir este post, pero ya comienzo a ponerme “calentito” con tanta vaguedad, intencionada o no. Respecto a otros países europeos, España goza de una buena extensión “cubierta por árboles”, ya que poco más podemos alegar por la confusión reinante en este asunto.
Todo esto me recuerda una ridícula noticia de hace unos años sobre la diabetes. Pare poder considerar que una persona padecía tal enfermedad la OMS utilizaba unos niveles de azúcar en la sangre muy elevados. Con posterioridad rebajo los niveles con vistas a considerar una persona enferma o no. Tiempo después, la prensa generó una gran alarma social, al “denunciar que dicha enfermedad afectaba a más y más ciudadanos a modo de pandemia, cuando tan solo se había cambiado el criterio de considerar a una persona afectada por tal dolencia. Eso sí, del modo más vergonzante que uno pueda imaginarse, ciertos investigadores (en busca de subvenciones) y algunas fundaciones (intentando recaudar más fondos), mantuvieron el engaño, al encubrir tal baile de estadísticas. ¡Vergonzoso!.
Juan José Ibáñez
España ha duplicado su masa forestal
Aunque cada verano los incendios arrasan centenares de hectáreas de bosques, España es el país europeo que más ha aumentado la superficie forestal en los últimos cinco años; y, además, es el cuarto país del mundo que más ganancia de masas boscosas ha registrado en la última década, según los datos comparativos ofrecidos por la FAO. Sólo China, Estados Unidos e India muestran mejores resultados en este ámbito.
FUENTE | La Vanguardia Digital 04/07/2011
España ha crecido a un ritmo de 176.000 hectáreas anuales, lo que no sólo no se ha debido a las repoblaciones históricas, sino sobre todo a una expansión espontánea de los bosques y a un avance a costa de campos agrícolas abandonados.
Este fuerte ritmo de crecimiento le ha permitido ganar 4,3 millones de hectáreas en los últimos veinte años, con lo que el inventario forestal nacional ha pasado de 14 millones a 18 millones de hectáreas: 180.000 km2; esto es, un 36% del territorio nacional, un porcentaje situado en la media europea.
Las estimaciones de Eduardo Rojas, director adjunto de la FAO, son que en España la superficie de bosque se ha debido duplicar en los últimos cien años. Las cifras contables medibles hacia 1970 arrojan que en España había unos 12 millones de hectáreas con áreas forestales, lo que indica que desde entonces, en estos cuarenta años, el bosque ha ganado un 50% de superficie. Además, se estima que entre 1940 y 1970, las repoblaciones permitieron ganar unos 2,5 millones de hectáreas, lo cual demuestra que esa expansión aún ha sido menor.
Situaciones parecidas se han dado en otros países europeos, como Portugal, Francia, Italia o el Reino Unido, donde el bosque había recuperado históricamente mucho espacio. Desde este punto de vista, la enorme incidencia que tienen cada año los incendios forestales es la demostración de esta expansión del bosque, muchas veces desordenada y sin una gestión económica que lo haga rentable.
El logro de un sistema de financiación que garantice el cuidado de los bosques continúa siendo la gran asignatura pendiente en muchos países, incluido España. Sin recursos económicos para su conservación (limpieza de matorrales, adecuación de caminos, podas adecuadas…), los bosques (generalmente en manos privadas) están condenados a sufrir periódicos incendios, como síntoma de su abandono.
En este sentido, Costa Rica aparece como un país modélico. Cada año gana 23.000 nuevas hectáreas de bosque, que conserva además gracias a las inversiones que garantiza la ley de biodiversidad. Esta normativa permite obtener cada año un flujo de unos 14 millones de dólares anuales destinados al manejo duradero de los bosques. El país dispone de un fondo de financiación forestal que se nutre, entre otras fuentes, de un gravamen por la entrada en los parques naturales y un impuesto en la gasolina. Todo ello ha convertido Costa Rica en un país de referencia para la protección de esas zonas boscosas.
«El caso de Costa Rica demuestra la eficacia que supone disponer de un fondo financiero permanente para proteger los bosques. Es la manera de tener los bosques en condiciones adecuadas, pues es básico mantener la protección de los suelos y compensar también la biodiversidad a los propietarios», dice Rojas.
Autor: Antonio Cerrillo
Ver Comentarios: Ver Confusión
4 comentarios
Caresth | 04/07/2011 Vigo, España
Hay veces que uno lee un titular y piensa: ‘no puede ser’. No sé qué estará pasando en otras regiones, pero en Galicia yo no veo que aumenten las zonas con árboles. Desde luego no aumentan los bosques (como zonas forestales naturales) y las zonas de cultivo forestal (aquí pinos y, sobre todo, eucalipto) parece que aumentan a costa de tierras de cultivo, lo que me parece más bien una desgracia. Cuando he pasado por Castilla, tampoco me parece que haya muchas más zonas con árboles, y mucho menos para llegar a un tercio de nuestro territorio, así que me gustaría saber dónde está aumentando la zona forestal.
Miguel | 04/07/2011
Me gustaría saber si a los cultivos de árboles (eucaliptos, pinos, etc.) también se les llama ‘bosques’ porque en realidad no lo son. Un bosque es algo mucho más complejo y rico que un cultivo.
Coral | 04/07/2011 Huelva
Me ha impactado mucho esta noticia y me he alegrado. No somos conscientes de lo importante que son los bosques para nuestro crecimiento y desarrollo. Una buena gestión de nuestro patrimonio generará más riqueza y bienestar.
http://viajandoconcoral.blogspot.com/
Carlos | 04/07/2011 Zaragoza
me ha llamado la atención que la noticia es interesante y además está bien redactada.
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[…] La noticia de la que informamos hoy, es otra muestra de la confusión que generan los rotativos de prensa y las instituciones entre los ciudadanos. Ahora bien, los ecologistas también “echan leña al fuego”. Realmente, permanece por esclarecer el origen y tipo de crecimiento de la “cobertura forestal española”, como la de otros muchos países. Desde luego, la primera duda que acecha al ciudadano puede ser contestada sin dificultad. No se trata de bosques en el sentido estricto, si no de cobertura forestal, la cual incluye a las dehesas, es decir pastizales con especies arbóreas dispersas, y a veces incluso a cultivos arbóreos. Todo depende del criterio utilizado a la hora de llevar a cabo un inventario (ver por ejemplo esta noticia: España ha perdido un cuarto de su masa forestal). Del mismo modo, casi siempre tienen en cuenta las repoblaciones forestales. Sin embargo, también es cierto que … [Seguir leyendo…] Compromiso social por la ciencia Master Site Feed Posts […]
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