Son muchas las noticias que asocian la contaminación de territorios por especies foráneas, denominadas invasivas, y el cambio climático. Sin embargo, suele soslayarse que tal trasiego de especies es propiciado “principalmente” por otro mecanismo generado por las actividades humanas. En el pasado, las grandes extinciones de la biosfera parecen haber sido propiciadas, ya fuera por desastres naturales de dimensiones planetarias, o más localmente (entre continentes) debido a la colisión de grandes masas de tierra, en donde sus biotas habían evolucionado aisladamente a lo largo de decenas o millones de años. Ya os hemos hablado, desde un punto de vista tectónico, del ciclo de Wilson  (ver relación de post previos al final de la presente entrega) y sus consecuencias sobre las colisiones y rupturas continentales. Según la hipótesis de J. Tuzo Wilson, los continentes se fusionan y fragmentan cíclicamente, como consecuencia de la dinámica de la tectónica de placas. Por lo tanto, también resulta ser un mecanismo global de  enormes extinciones/radiaciones de especies. Ahora bien, tan solo es necesario la colisión de dos continentes con vistas a generar cambios climáticos, pero especialmente el choque de faunas y floras que evolucionaron aisladamente, provocando extinciones en masa y la consiguiente reorganización de biomas y ecosistemas.

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Ciclo de Wilson. Extraído del Blog: Colegio Nuestra Señora de la Sabiduría: Eduardo Gómez

Así ocurrió tan solo hace dos o tres millones de años al cerrarse el Istmo de Panamá, y como corolario ponerse en contacto las muy distintas biotas de ambos continentes americanos. Digamos de paso que tal “colisión», parece que dio lugar a la aparición del clima Mediterráneo en diversas partes del planeta, al alterarse los patrones de circulación del sistema océano-atmósfera. Sea como sea, al chocar tales comunidades vivas se produjo una catarsis de extinciones, ya que  especies muy diferentes ocupaban nichos similares, por lo cual muchas de ellas se extinguieron al  no poder competir con otras. Podéis visionar un breve video sobre el ciclo de Wilson pinchando en este enlace.

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Tráfico Aéreo mundial al que habría que sumar el marítimo. Fuente: Wikipedia Commons

Empero lo que se ha denominado “aldea global” y más concretamente el tránsito de especies entre lugares antes no interconectados por la tecnología humana se encuentra ocasionando en la actualidad un choque “selectivo” de floras y faunas, (incluyendo las del suelo) a veces de forma fortuita y otras intencionada (con independencia de que sean legales o ilegales). Empero la prensa y los científicos, por fijarnos  principalmente en sus impactos ambientales, a menudo desastrosos, poco decimos de este importante mecanismo de extinción que, esta vez sí, ha sido propiciado, o enormemente acelerado, por las culturas humanas y especialmente a través de las variadas vías de comunicación entre las regiones más remotas del Planeta.   ¿En qué medida/proporción la tasa actual de extinciones podría ser debida a tal proceso?. A falta de inventarios completos de la biodiversidad global no resulta posible ofrecer una respuesta sólidamente  fundada en nuestros conocimientos científicos actuales. Sin embargo, debiéramos comenzar a preguntarnos a cerca de tales lagunas y comenzar a tomar cartas en el asunto. Ya sabemos que una vía resulta ser el tráfico ilegal de especies. Ahora bien, existen muchos otros. Abajo os dejo algún material, así como la nota de prensa que me ha hecho reflexionar sobre este asunto. Lamentablemente, cuando se hacen cálculos sobre la tasa a las que se genera la sexta extinción, seguimos responsabilizando al cambio climático de casi todo lo que ocurre, cuando no es así.

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Extinción de especies al cerrarse el Istmo de Panamá. Fuente: Blog de Abel Carrasquilla

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Colisión de las Américas como ejemplo de Gran Extinción. Fuente: geo.arizona.edu

 Juan José Ibáñez

 Sobre el Cierre del Istmo de Panamá, os mostramos una imagen muy ilustrativa en el siguiente  post El Origen de la Biodiversidad En América del Sur y la Tectónica de Placas.

Otros post previos relacionados con el tema

 Evolución de la Biodiversidad a lo largo de la Historia de la Tierra

 Megaedafología y Tectónica de Placas: ¿Cual es la Relación? (Geografía de los suelos del Mundo)

 ¿Una Ciencia y Dos Paradigmas?: Los Problemas de Comprensión de la Filosofía de Thomas Kuhn y las Teorías Cosmológicas

 La silenciosa conquista de las plantas invasoras

Sabemos que la avispa asiática, feroz depredador, es una amenaza creciente para la viabilidad de las abejas. Se está expandiendo por Europa y otras regiones del mundo, matando con sus poderosas mandíbulas a sus indefensas víctimas o acabando con la vida de colmenas enteras con su sola presencia, que aterroriza a las obreras y provoca su muerte por inanición.

FUENTE | Materia Publicaciones Científicas 06/05/2013

Y bien conocido en España es el caso de los visones americanos, que han ganado el terreno a la raza europea, con ejemplares de menor tamaño. Pero los animales no son los únicos conquistadores de la naturaleza: las plantas, árboles y arbustos, también tienen actitudes imperialistas.

Por lo general, son los humanos los que propician estas invasiones, trasplantando ejemplares fuera de su territorio. Y muchas de estas especies arbóreas se lanzan a la conquista en cuanto tienen ocasión. Algunos árboles y arbustos son especialmente sanguinarios: 32 de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo son plantas terrestres. Acacias, cañas, pinos, chumberas y tulipanes están arrasando regiones que no les pertenecen, secando los suelos, desterrando a la fauna autóctona, extinguiendo a la flora del lugar e incluso propiciando desastres naturales como incendios y corrimientos de tierras.

Y las conquistas no dejan de multiplicarse. En la actualidad, 751 especies de plantas están invadiendo regiones del planeta para las que no estaban destinadas, alterando sus ecosistemas. En concreto, 434 árboles y 317 arbustos, según el último recuento realizado por los mayores expertos en invasiones arborícolas para la base de datos global, una herramienta abierta y disponible online para que la pueda utilizar ecólogos y conservacionistas de todo el mundo.

UN PROBLEMA CRECIENTE

En los dos últimos años, se han sumado 139 nuevas especies a la lista (86 árboles y 53 arbustos), lo que significa un aumento de un 22% en sólo dos años. En parte, porque los problemas de especies invasoras aumentan por todo el planeta pero también, como reconocen los propios autores, porque el catálogo actual es realmente completo frente al listado previo. «Como habíamos previsto, principalmente debido a la falta de información objetiva de algunas regiones, la lista inicial estaba incompleta. Por esta razón, la actualización de la base de datos debe estar disponible para los ecólogos y gestores», explican en su estudio, publicado en Diversity y Distributions.

La información es fundamental para combatir este fenómeno y saber qué especies asaltan determinado ecosistema es crucial. En este sentido, determinadas regiones tienen un problema con la calidad y cantidad de los datos disponibles, lo que dificulta el trabajo de los especialistas. «Desafortunadamente, la mayoría de los nuevos datos provienen de zonas previamente bien cubiertas y no de las regiones en las que creemos que todavía faltan datos fiables«, lamentan.

Para catalogar a una planta como invasora no basta con que esté presente en un ecosistema, ni siquiera que se esté reproduciendo de forma viable en el lugar. Los expertos sólo consideran invasora a una especie que esté extendiéndose dentro de esa zona, ganando terreno a la vida local. La magnitud del problema se ha incrementado notablemente durante las últimas décadas, por culpa del incremento rápido en la deforestación y otros cambios acelerados del uso del suelo.

Algunos de los peores asaltantes de ecosistemas son los pinos, introducidos durante años en grandes áreas, y que están haciendo un daño terrible en importantes regiones del hemisferio sur. Algunas de estas especies, como el pino rodeno, se regeneran con fuerza tras incendios forestales, sustituyendo plantas nativas, alterando las dinámicas de los incendios, cambiando el ciclo de agua y nutrientes y modificando los hábitats de muchos animales.

La presencia de estas especies invasoras es tan escandalosa que incluso se puede estudiar su extensión sirviéndose de herramientas tan sencillas como Google Street View, como quedó demostrado en un estudio reciente publicado en PLoS ONE por investigadores españoles. Con los datos actuales, las regiones con más especies invasoras en sus suelos son América del Norte (212 especies), las islas del Pacífico (208) y Australia (203). Las principales zonas de origen de estos árboles y arbustos invasores es Asia, con más de 200 especies, América del Sur, Europa y Australia.

Autor: Javier Salas

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