Secuestro de Carbono y Rugosidad de las partículas minerales del Suelo

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Rugosidad de las partículas de suelo. Colaje de Yahoo! Imágenes

 Ya hemos escrito en diversos post la inexplorada importancia de la rugosidad en toda índole de partículas materiales, incluyendo por supuesto las que se albergan en los suelos. La siguiente entrega es ilustrativa: Propiedades de la Materia: Composición, Tamaño, Abundancia, Forma y Superficie. La noticia que comentamos nos informa de que unos investigadores dicen haber demostrado que el secuestro de carbono por el suelo se realiza preferentemente en partículas de escaso tamaño (a veces nanomateriales) y elevada rugosidad. Conforme a estos autores, tal hecho podría ser debido a que tal propiedad induce la creación de micro-hábitats en donde residen microrganismos concretos que ayudarían, en mayor medida que otros, a secuestrar carbono. Obviamente se habla de arcillas cuya rugosidad y superficie pueden llegar a ser muy elevadas. Ahora bien cabría añadir por nuestra parte que a mayor rugosidad, mayor superficie real ya que nada en la naturaleza obedece a la geometría euclidiana. En cualquier caso, el estudio abala la conjetura que al respecto defendemos en nuestra bitácora y cuyo primer post sobre la materia se retrotrae a 2006: ¿Cuanto Mide un Metro Cuadrado de Suelo?. El resto de los comentarios de los autores son totalmente irrelevantes. cuando no confundentes (las consabidas y manoseadas implicaciones sobre el cambio climático). Resulta palmario que, como en muchos otros estudios, estos científicos desconocen realmente en que consisten tanto los modelos de circulación general de la atmósfera, como modelos climáticos regionales. Resumiendo, Tanto la rugosidad, como las propiedades inherentes que acarrea, sigue siendo una materia desafortunadamente soslayada por le ciencia actual, como hemos venido reiterado en nuestra bitácora. Os dejamos pues con la noticia de hoy, repleta de aciertos, aunque salpicada de obviedades y ornamentos innecesarios.

Juan José Ibáñez   

Detalles reveladores sobre las estructuras minerales a las que se enlaza el CO2

Las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) continúan subiendo. Se estima que solo en 2012, 35.700 millones de toneladas de este gas de efecto invernadero se incorporaron a la atmósfera.

FUENTE | Noticias de la Ciencia 06/02/2014

 Una parte de este CO2 es absorbido por los océanos, otra por los vegetales y otra por el suelo, de tal modo que representan algo así como almacenes de carbono, cada uno con sus características propias de funcionamiento, y donde el CO2 queda inmovilizado, mitigándose así un poco el incremento de las concentraciones atmosféricas de este gas.

Unos científicos han descubierto ahora cómo exactamente funciona este mecanismo de almacenamiento de carbono orgánico en el almacén del suelo. Básicamente, el carbono sólo se enlaza químicamente a ciertas estructuras moleculares existentes en el suelo, y no a otras que se creía que también lo permitían. Esto significa que la capacidad de los suelos para absorber CO2 necesita ser reevaluada e incorporada con su verdadera gama de características en los modelos climáticos empleados en la actualidad.

Algunos estudios anteriores establecieron que el carbono se enlaza a las partículas minerales de diminuto tamaño. En este último estudio, unos investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) y el Centro Helmholtz de Múnich, ambas instituciones en Alemania, han demostrado que la superficie de los minerales ejerce un papel tan importante como su tamaño. El carbono se enlaza a partículas minerales que tienen un tamaño del orden de las milésimas de milímetro, y se acumula allí solo en superficies rugosas y angulosas.

Se asume que las superficies minerales rugosas brindan un hábitat atractivo para los microbios. Éstos transforman el carbono y contribuyen a enlazarlo a los minerales. El equipo de la profesora Ingrid Kögel-Knabner, catedrática de ciencias del suelo en la Universidad Técnica de Múnich, descubrió concentraciones tan altas de carbono en puntos muy específicos de parcelas de suelo, que tales sitios merecen ser llamados ‘puntos calientes’. Además, en dichos puntos sigue acumulándose más carbono.

Estos puntos calientes de carbono solo se pueden encontrar en cerca de un 20 por ciento de las superficies minerales. Antes se asumía que, aparte de por las características básicas que determinan la absorción de carbono en suelos, éste se distribuía de manera homogénea en el suelo.

Gracias al estudio realizado por el equipo de Kögel-Knabner y Cordula Vogel, ahora es posible identificar con total precisión y certeza el suelo que es especialmente bueno para almacenar en él, mediante procesos artificiales de inyección, CO2 que de otro modo podría acabar en la atmósfera. Esta estrategia de almacenar CO2 por vía artificial en un medio natural en el que se supone que permanecerá inmovilizado se conoce como secuestro de carbono. Es prometedora como forma bastante expeditiva para mitigar a corto plazo el problema de la creciente concentración de CO2 en la atmósfera, pero todavía hay muchas dudas con respecto a la seguridad y la eficacia de esa estrategia, por lo que existe en la comunidad científica y en la opinión pública un debate muy acalorado sobre el tema.

En el estudio también han intervenido Carsten W. Müller, Carmen Höschen, Franz Buegger, Katja Heister, Stefanie Schulz y Michael Schloter.

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5 comentarios

  1. Hola Juanjo:
    Verdaderamente impresionante. No solo por la capacidad de retención de CO2 que tiene el suelo, y que ciertamente es soslayada muy frecuentemente, sino también por la proyección que proporciona científicamente la superficie específica de cada suelo según su composición textural y mineralógica. Aquí podríamos hablar no solo de gases (incluido el CO2) sino también de los componentes que conforman la solución del suelo, de los nichos ecológicos de virus, bacterias, biofilms, formación de complejos órgano-minerales, además de las posibilidades que posean aquellas como elementos de catálisis de reacciones tales como isomerizaciones, reacciones de síntesis e hidrólisis, y un larguísimo etc. que contempla este apartado de la química.
    Si a esto añadimos los procesos de movilidad edafológica que pueden sufrir estas nanopartículas, en el seno de la solución del suelo, la imaginación se dispara…

    Enhorabuena y un fuerte abrazo

    Salvador González Carcedo
    Y no vamos a

  2. Gracias Salvador,
    Pues si como siempre quedan muchas preguntas en el aire. Y tu puedes responder algunas. Hay muchos lectores que siguen esperando a que arranques de nuevo con tus entrega y les(nos) aclares muchos temas.
    Un abrazo
    Juanjo

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