Jugando a Ser Inmortales: Transhumanismo y Singularidad Tecnológica (El día en que dejemos de ser humanos
Transhumanismo y singularidad tecnológica. Fuente: Google imágenes
La versión clásica Porque la vida es un sueño y los sueños, sueños son (Calderón de la Barca), podría ser sustituida actualmente por otras de la siguiente guisa (i) porque la vida es una simulación y las simulaciones (aunque no acierten casi nunca) simulaciones son, o (ii) porque la vida humana es transmutarse y transmutado por la tecnología soy, aunque las hay aún peores. Hoy os vamos a hablar del transhumanismo , así como de los que algunos consideran el fin de la humanidad tal como la conocemos, con vistas a “trascender primero a la y trans-humanidad y finalmente a la post-humanidad, paso que ha sido denominado singularidad tecnológica, un punto de no retorno. ¿De que versa todo esto?. Digamos que se trata de un debate muy activo en el campo del pensamiento actual en el que intervienen todo tipo de agentes y movimientos, científicos, filosóficos, culturales, incluidos el arte cinematográfico y como no, aquellas tribus o sectas que se nutren debida o indebidamente de todas las fuentes posibles para defender sus propias posiciones ¿ideológicas? (y si había pocas sectas, ahora pare la abuela). Empero la ciencia y en especial, así como la deficiente popularización de la actividad investigadora han ofrecido y lo siguen haciéndolo, cada día más, argumentos que alimentan este debate. Y aquí emerge la cinematografía de la ciencia ficción que no es ajena a este movimiento, sino que lo nutre y es nutrida del mismo en un mecanismo de retroalimentación positivo, como veremos posteriormente. Que personajes reconocidos de tantos ámbitos de la cultura humana se enzarcen en estas discusiones nos habla tanto de la importancia del tema, como también de lo perdida que se encuentra la humanidad en busca de un futuro mejor. Lo que acabo de apuntar resulta ser tan solo el titular de una inefable tragedia que nos persigue y carcome, desde que el hombre es hombre. Hablamos sencillamente del temor a la muerte, de nuestra efímera naturaleza como individuos.
Este post puede considerarse una continuación de otro post anterior basado en una noticia titulada, “Morir joven, a los 140”, que no deja de ser un primer paso hacia ese transhumanismo, con independencia de la intención de sus autoras. Ya les guste o les pese, su libro pasará a formar parte de este acalorado, apasionante y tenebroso debate.
Por mucho que una parte considerable de la los científicos alcen la voz altaneramente proclamando su ateísmo orgullosamente, no dejan de ser humanos y como corolario, a gran parte de los mismos les aterra su mortalidad. ¿Y los que financian la investigación científica?. ¿No son humanos? ¡También!. De no ser así, tal corriente a la que no alcanzo a encontrar un apelativo que la pueda calificar rigurosamente, debido a su transversalidad, recibiría mucha menos atención. Si realmente la gobernanza mundial tuviera objetivos/prioridades claras, sinceras y razonables, este debate científico/filosófico/ético/esotérico, no recibiría tanta atención, si bien en el mundo hispano parlante no ha calado tanto en los memes ciudadanos, como ha ocurrido en otras culturas, especialmente las anglosajonas. La ciencia desea matar a Dios (léase deidades y religión) y al hacerlo deviene en un inevitable el miedo a la muerte, vestida con todo tipo de camuflajes, aunque a mí no me engañan, si bien tal hecho puede ocurrir incluso a sus proponentes. Personalmente reconozco que, como casi todos, temo mi fecha de caducidad, y ya sufrí una crisis a ¡los diez años!, lo que a la postre impelió a que mis padres, tan asombrados como los clérigos que conocíamos, terminaran por enviarme a un psicólogo. Otra cuestión muy distinta es que la mayor parte de los ciudadanos prefieran echar el candado a su lengua, antes de confesar esta gran angustia existencial. El ser humano se encuentra perdido: su mente bastante aislada del exterior, salvo por la información que le proporcionen sus sentidos, siempre muy limitados. En otras palabras, nuestra mente está encerrada dentro de una cuba, fabricando su propia realidad, como proclamaría a los cuatro vientos y con clarividencia el filósofo Bruno Latour.
Sin embargo reitero que la prensa científica no frena sino que se acelera, alimentando esperanzas, vanas o no. Y como tratamos de un tema que nos afecta a todos, desde diversas disciplinas, se lanzan mensajes que nos vienen a decir: “mi disciplina también es importante a la hora de lograr la inmortalidad«. ¡Más leña al fuego! Una de las características más novedosas de la transhumanidad estriba en que la narrativa y filmografía (largometrajes y telefilmes) de ciencia ficción se entrelazan en muchos discursos, como podréis observar más abajo. No os asombréis, ya que incluso son muchos los colegas que defienden que la narrativa de Julio Verne, era la muestra de su enorme poder visionario, es decir cuando la ficción torna en realidad. Y aquí sí que soy de la opinión de que la ficción puede alimentar los deseos e incluso “progresos” de parte de la comunidad científica. Visionar esta filmografía (lo cual está al alcance de casi todos, por cuanto no exige que el espectador tenga un elevado nivel cultural) efectivamente ayuda a comprender casi todas las opiniones, propuestas, escuelas y sectas, involucradas. No se trata de una opinión gratuita, como podréis leer en los textos que abajo os dejo a vuestra consideración.
Empero alcanzar la inmortalidad, deviene ineludiblemente en una transformación mental, social e incluso de toda la biosfera en su conjunto, cuyas consecuencias, para lo bueno y lo malo, vivimos en un mundo limitado, con recursos limitados, por lo que la pirámide demográfica “natural” (término y concepto que molesta a muchos y transhumanistas) se vendría abajo, obligando casi a prohibir so pena de muerte nuevos nacimientos; que nuevos seres humanos surgan sobre la faz de la Tierra, disfruten o padezcan de la vida. ¿Bastante egoísta por nuestra parte, no?. Otros defendemos dejar una biosfera saludable para las futuras generaciones (nuestros hijos y bla. bla, bla) se deleiten de la misma. Y a estos últimos se nos tachará, “once again” de ir contra el progreso, como siempre, es decir de ser humanistas reaccionarios. Empero ¿Qué es el progreso si la ficción nos dirige por ciertos “senderos sospechosamente luminosos”?. Parece ser que el progreso es aquello que en un determinado momento y lugar, las clases dirigentes, ricas y poderosas, dictan lo que debe ser: sí o sí.
Sin embargo, en todo este asunto, totalmente existencialista, surge una paradoja, que yo ya había constatado con amigos y contertulios, usando otros argumentos y contextos. Si a los seres humanos nos aterra la muerte, al pensar en la inmortalidad somos muchos los que comenzamos a sentirnos también desasosegados e intranquilos. Porque la eternidad, es decir, “para siempre”, se nos antoja también inquietante, a poco que lo pensemos. Se vea como se vea, se trata de otro tipo de condena: ¿Y qué haríamos: siempre lo mismo eones tras eones? ¿No terminaríamos infinitamente hastiados? La mente humana tampoco se encuentra preparada con vistas a digerir la inmortalidad, a no ser que a uno le aterre tanto la mortalidad, como para no pensar en ello.
Personalmente considero que a nivel del conjunto de toda la humanidad, este tema puede esperar hasta que logremos resolver nuestros más mortales problemas que son muchos, demasiados. Y todo ello soslayando que lo que más deseamos es alcanzar una inmortalidad de nuestra propia y exclusiva individualidad. Si a una persona le hablas de una inmortalidad colectiva, de una especie de mente global, la mayoría vuelve a zozobrar, porque si ya no puede reconocerse a sí mismo, si ya no es “él”: ¿Qué diferencia habría con la muerte….. si yo ya no soy yo.
Os dejo con este apasionante tema mediante un par de noticias “aparentemente inocentes” (marketing para los que no conocen el tema), otra en la que un antiguo conocido y experto en Inteligencia Artificial (IA) (Ramón) matiza lo que a día de hoy es viable y lo que no, así como un resumen bastante extenso de Wikipedia (el 50% del original), ya que el artículo de la enciclopedia libre es inusitadamente largo, demostrando que muchos ciudadanos se encuentran enormemente interesados en este tipo de elucubraciones visionarias. Habrá que retomar este asunto algún día, pero fragmentadamente, ya que es extremadamente complejo y enormemente rico en matices.
Finalmente os explico mi postura. El ser humano ha creado una sociedad depredadora que devasta todo lo que encuentra a su paso, con independencia de que unos pocos poderosos vivan a expensas de la mayoría de los ciudadanos. Considero que tal inmortalidad, en caso de llegar, tan solo estará al alcance de una minoría privilegiada: los más ricos y poderosos. No obstante cabe recapacitar si merecemos vivir en este maravilloso planeta, dada la devastación que provocamos en él, por lo que quizás haya que dar paso a otras alternativas que podrían terminar siendo una pesadilla para aquellos que acrítica/irreflexivamente la desean.
Juan José Ibáñez
Entremos ya pues en materia…….preparados… listos….. ya……los INMORTALES…….
La tecnología y la robótica auguran un salto evolutivo de la especie. ¿A qué coste?
La ideología transhumanista (….) pretende ofrecer a nuestras sociedades contemporáneas un relato futurista que dé una cobertura filosófica, moral e, incluso, espiritual a la dimensión tecnológica del proyecto neoliberal posmoderno en este siglo XXI.
Para esta corriente tecno-optimista, tenemos ante nosotros la responsabilidad de conducir el proceso evolutivo de la humanidad y de transformar radicalmente (“mejorar”) al ser humano mediante la interacción e implementación en nuestro cuerpo y mente de tecnologías emergentes más allá de los condicionamientos y límites que nos impone la naturaleza, de la que somos parte inescindible. (¿quién puede demostrar tal estupidez?).
Según el movimiento transhumanista, y tal como afirma (….) el ingeniero de Google Ray Kurzweil, la singularidad será un acontecimiento que sucederá dentro de unos años con el aumento espectacular del progreso tecnológico, y debido al desarrollo de la inteligencia artificial y a la convergencia de las tecnologías NBIC (nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información y de la comunicación y neurocognitivas). Esa situación ocasionaría cambios sociales, culturales, políticos y económicos inimaginables, imposibles de comprender o predecir por cualquier humano anterior al citado acontecimiento. En esta fase de la evolución el transhumanismo predice que se producirá la fusión entre tecnología e inteligencia humana, dando lugar a una era en que se impondrá la inteligencia no biológica de los posthumanos. A lo largo de este proceso el transhumanismo quiere difundir una ideología y una cultura favorables al “mejoramiento humano” (del inglés human enhancement) a través de la adopción de unas mejoras artificiales en el ser humano (genéticas, orgánicas, tecnológicas) con el objetivo declarado de hacerlo más inteligente, más longevo, más perfecto, más feliz, incluso para que pueda llegar a alcanzar la inmortalidad cibernética y la conquista del universo. No obstante, esta cosmovisión puede comportar riesgos. ¿Estamos preparados para ese cambio radical o bien pensamos que hay que conservar nuestro patrimonio genético y seguir siendo “personas humanas”, con nuestras limitaciones, pero conservando nuestra libertad y dignidad inalienables?
Constatamos que la aspiración de perfeccionarse es intrínseca a la naturaleza humana, que ha aunado los mecanismos selectivos propios de la evolución con la transmisión del saber científico-técnico (….) y cultural (….). Autores clásicos como Ovidio (Metamorfosis) ya soñaban en “mutaciones” de los seres humanos que hoy constituyen la pretensión de los transhumanistas, que auguran así un “humano mejorado” (o “transhumano”) primero y de un “posthumano” superior después. Como afirmaba Günther Anders, uno de los padres de la tecnoética, el ser humano actual padece de “envidia prometeica”: se descubre inferior a las máquinas que ha fabricado y aspira a “transformarse” radicalmente usando la tecnología a su alcance. (….) No se trata ya de la curación de enfermos, sino de potenciar a las personas sanas mediante el impresionante arsenal tecnológico en desarrollo de modo que se genere un abismo entre humanos mejorados y no mejorados. Tecnologías de uso dual como (….)prótesis externas e internas al estilo de Blade Runner que nos doten de superpoderes; técnicas genéticas como el CRISPR para modificar nuestro ADN de forma eficiente y permanente; métodos farmacoquímicos o electromagnéticos de aumentar artificialmente —y sin esfuerzo— nuestras funciones cerebrales como la memoria, la agudeza sensorial o la capacidad de cálculo o intervenciones con células troncales que regeneren nuestros tejidos viejos o dañados son algunos de los ejemplos de aumento de nuestras capacidades que nos convertirían en transhumanos.
Para adelantar el advenimiento de la singularidad, el transhumanismo nos propone tres elementos fundamentales: la superinteligencia, la superlongevidad y el superbienestar. En relación con la superinteligencia, esta corriente de pensamiento insiste en que la explosión predictiva…….
La Singularidad Tecnológica y su futuro: Cerca o Lejos
Publicado por Carmen Vallejo el 28 marzo, 2016
Recuerdo esos años de mi infancia de Epi y Blas donde a aquellos niños y niñas nos enseñaban que significaba cerca o lejos. Era un mundo totalmente analógico, y que hoy a los ojos de los adolescentes es como hablar de la “prehistoria”. Pues bien, una sensación de desfase parecida, he tenido cuando acabo de leer que estamos cada vez más próximos al diseño de una inteligencia sobrehumana, que se denomina Singularidad Tecnológica, y que algunos expertos afirman que está más cerca de lo que creemos y otros autores señalan que todavía quedaría barreras que superar.
Pero vayamos por parte ¿Qué es la Singularidad?
“La Singularidad es un hipotético acontecimiento futuro en el que el progreso tecnológico y el cambio social se acelerarán debido al desarrollo de inteligencias artificiales sobrehumanas, cambiando nuestro mundo de manera tal, que cualquier ser humano anterior a la Singularidad sería incapaz de comprender o predecir. (…) Algunos pensadores identifican el comienzo de la Singularidad con la aparición de máquinas tan inteligentes como los humanos, y capaces de diseñar máquinas aún más inteligentes”
Pues bien en torno a ella, a quienes comoRay Kurzweil, el conocido científico, inventor, asesor tecnológico del Gobierno de EEUU, y autor de la “La Singularidad está cerca“. Donde afirma: “Un análisis de la historia de la tecnología muestra que el cambio tecnológico es exponencial, al contrario de la visión ‘lineal intuitiva’ del sentido común. Así que no experimentaremos cien años de progreso en el siglo XXI, sino que serán más como 20.000 años de progreso (al ritmo de hoy)”.
Por su parte el co-fundador de Microsoft, Paul Allen, en “La Singularidad no está cerca” admite que la Singularidad llegará, que es posible comprender por completo el cerebro y que los nuevos sistemas de hardware y software nos deslumbran a todos. Pero sostiene que la comprensión de los sistemas naturales y muy especialmente el cerebro avanza despacio y serán necesarios nuevos enfoques que aún hoy no vislumbramos. Frente a la Ley de los rendimientos acelerados de Kurzweil, Allen propone El freno de la complejidad. (…)
Debo reconocer que estas cuestiones siempre me dejan un poco sorprendida, porque mientras el mundo se plantea retos como hacer frente al cambio climático para la supervivencia de nuestro planeta y en consecuencia como afectará a los seres humanos. De forma paralela, una serie de investigadores están pensando cómo llegar a esa Singularidad, que conlleva inteligencia artificial, a la inmortalidad biológica, la descarga mental y otras tecnologías y para ello se proponen:
Inteligencia artificial (IA) (……)
(….) Para finalizar, estoy segura queel futuronos depararácambios que solo lasmentes de grandes visionarios pueden atisbar en el horizonte como Julio Verne, o ser excepcionales observadores como Darwin, y me quedo con una de sus frases: “No puedes depender de tus ojos cuando tu imaginación está fuera de foco”.
Inteligencia Artificial superior? El futuro es el binomio humano-máquina
Escriben novelas, juegan al go como dioses, son cirujanos… Los logros de las máquinas son portentosos, pero la Inteligencia Artificial aún está muy lejos de superar a la humana y el futuro no será una distopía: resultará de la cooperación hombre-máquina.
FUENTE | Agencia EFE; 15/04/2016
En esta cuarta revolución industrial se ha producido una deificación de la técnica: se proclaman promesas de un Dorado que llegará de la mano de robots, Inteligencia Artificial (IA) y automatización. Los más osados vaticinan un mundo ‘transhumano’ y la ‘singularidad’: futuras inteligencias artificiales que en 30 años superarán con mucho a la humana. (….)
El director del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ramón López de Mantarás, reconoce que las máquinas han superado al humano en tareas específicas, en áreas donde se puede «delimitar mucho el problema» y hay reglas claras. «Pero el mundo real es mucho más complejo que un tablero de juego: las reglas no son claras, hay mucha incertidumbre, mucha imprevisión, muchas cosas que no se ven. (…) La Inteligencia Artificial no tiene conocimientos de sentido común«, sostiene.
Los robots industriales suelen dedicarse a una única tarea y en el caso de que puedan realizar más su reprogramación es costosa y lenta, aclara el profesor del departamento de Automática, Ingeniería Eléctrica y Electrónica e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid, Antonio Barrientos. Es la causa de que Mercedes y Toyota hayan sustituido algunas máquinas por humanos para tareas de personalización de coches: no es que la persona lo haga mejor, pero (…) «Tenemos mecanismos mentales muy poderosos y las máquinas, aunque son muy fuertes y tienen una capacidad de cálculo enorme, no procesan la información de una forma tan compleja», subraya Barrientos.
López de Mantarás critica los cantos de sirena de la ‘singularidad’: «No hay ningún soporte científico para estas afirmaciones. La realidad es otra. Estamos en un estadio muy inicial porque es una ciencia que tiene sólo 60 años. Las matemáticas llevan miles de años». «Algunos no tienen ni idea de (…)
Según el estudio de la Universidad de Oxford Technology at work 2.0: the future is not what it used to be, la percepción y la manipulación, la inteligencia creativa y la inteligencia social son los tres cuellos de botella para la automatización.
Integrar percepción, representación, razonamiento, acción y aprendizaje en un sistema integral es casi una utopía a día de hoy, según López de Mantarás. La clave del progreso, según estos expertos, está en la combinación de las inteligencias artificial y humana. «Necesitamos desarrollar habilidades que nos permitan trabajar con las máquinas más que competir contra ellas», destacan desde la Universidad de Oxford.
La Federación Internacional de Robótica (IFR) coincide: «En el futuro habrá robots trabajando mano a mano con humanos, lo que ayudará a reemplazar procesos rígidos de producción con estructuras flexibles». «Va a haber una reconversión. Por un lado hay profesiones que se están destruyendo, que van a poder ser ejecutadas por una Inteligencia Artificial, pero también van a aparecer nuevas» (…). IFR pronostica que en los próximos años gracias al crecimiento del uso de robots se creará un millón de puestos de trabajo de alta calidad (….).
«El gran error es pretender dar una autonomía completa a las máquinas. (…) Mucho del software que nos parece que lo hace todo de forma automática está periódicamente revisado por humanos. El futuro está en la simbiosis humano-máquina», subraya López de Mantarás. No sólo considera que la cooperación conllevará menos problemas éticos, sino que además sus resultados conjuntos serán muy superiores a los individuales. «El equipo es mejor que cualquiera de ellos por separado» (….). «Por supuesto que seguiremos siendo insustituibles. Y por muchísimos años. Ni mis bisnietos ni mis tataranietos van a ser sustituidos por las máquinas inteligentes», concluye el científico.
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«La realidad con la que convivimos es una simulación de nuestro cerebro»
El transhumanismo (abreviado como H+ o h+) es un movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como eventual objetivo transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnología ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual.[1] Los pensadores transhumanistas estudian los posibles beneficios y peligros de las nuevas tecnologías que podrían superar las limitaciones humanas fundamentales, como también la tecnoética adecuada a la hora de desarrollar y usar esas tecnologías.[2] Estos especulan sosteniendo que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de transformarse en seres con extensas capacidades, merecedores de la etiqueta «posthumano«. (…). Esta hipótesis se sostendría en los trabajos del filósofo británico Max More, quien empezaría a articular los principios del transhumanismo como una filosofía futurista en 1990, y a organizar en California un grupo intelectual que desde ese entonces creció en lo que hoy se llama el movimiento internacional transhumanista.[4][5]
Influenciado por trabajos y obras primarias de ciencia ficción, (…) El transhumanismo ha sido descrito por Francis Fukuyama como «la idea más peligrosa del mundo»,[6] mientras que Ronald Bailey considera que es un «movimiento que personifica las más audaces, valientes, imaginativas e idealistas aspiraciones de la humanidad».[7]
Según Nick Bostrom,[1] impulsos transcendentalistas de esta índole se han expresado al menos desde la misma búsqueda de la inmortalidad en la Épica de Gilgamesh, así como también en las misiones históricas de la fuente de la juventud, el elixir de la vida, y otros esfuerzos de querer vencer al envejecimiento y la muerte.
Existe un debate sobre si la filosofía de Friedrich Nietzsche puede considerarse como una influencia del transhumanismo, a pesar de la exaltación del «Übermensch» (el superhombre), debido a su énfasis en la autoactualización en lugar de la transformación tecnológica (…) El cosmismo ruso (…).
Primeras propuestas transhumanistas
Julian Huxley, nieto de T. H. Huxley, biólogo, fue uno de los primeros que acuñó el término ‘transhumanismo’ en 1957. Las ideas fundamentales del transhumanismo fueron planteadas por primera vez en 1923 por el genetista británico J. B. S. Haldane en su ensayo Dédalo e Ícaro: La ciencia y el futuro, que predijo que los grandes beneficios provendrían de las aplicaciones de las ciencias avanzadas a la biología humana. En particular, él estaba interesado en (….). Su artículo provocó una avalancha de interés académico y popular. J. D. Bernal, un cristalógrafo de la Universidad de Cambridge, escribió El mundo, la carne y el diablo en 1929, en la cual especula sobre las perspectivas de colonización espacial y sobre cambios radicales en el cuerpo humano y la inteligencia a través de la biónica y las mejoras cognitivas.[11].El biólogo Julian Huxley es generalmente considerado como el fundador del «transhumanismo», acuñando el término en un artículo escrito en 1957:
Hasta ahora la vida humana ha sido, en general, como Hobbes la describió, «desagradable, brutal y corta»; la gran mayoría de los seres humanos (si aún no han muerto jóvenes) han sido afectados con la miseria… podemos sostener justificadamente la creencia de que existen estas tierras de posibilidad, y que las actuales limitaciones y frustraciones miserables de nuestra existencia podrían ser en gran medida sobrellevadas… La especie humana puede, si lo desea, trascenderse a sí misma – y no sólo de forma esporádica, un individuo aquí de una manera, un individuo no de otra manera, sino en su totalidad, como humanidad.[12]
Esta definición difiere, aunque no sustancialmente, de su único uso común desde los 1980s. Las ideas planteadas por estos pensadores fueron exploradas en la ciencia ficción de los 1960s; notablemente en 2001: A Space Odyssey (película) de Arthur C. Clarke, en el que un artefacto alienígena otorga un poder trascendental a su portador.[13]
Inteligencia artificial y la singularidad tecnológica
Véase también: Singularidad tecnológica
El científico informáticoMarvin Minsky escribió sobre las relaciones entre el ser humano y la inteligencia artificial empezando en los 1960s.[14] En las décadas siguientes, este campo siguió generando pensadores influyentes, como Hans Moravec y Raymond Kurzweil, que osciló entre el ámbito técnico y en especulaciones futuristas en la vena transhumanista.[15][16] La coalescencia de un movimiento transhumanista identificable comenzó en las últimas décadas del siglo 20. (…)
Crecimiento del transhumanismo
Los primeros autodenominados transhumanistas se reunieron formalmente a principios de 1980 en la Universidad de California en Los Ángeles, que se convirtió en el centro principal del pensamiento transhumanista. Allí, FM-2030 dio clases sobre sus ideas futuristas. (….) En 1986, Eric Drexler publicó Engines of Creation: The Coming Era of Nanotechnology,[23] que discutía las posibilidades de la nanotecnología y los ensambladores moleculares, y fundó el Foresight Institute.[24] Por su parte las oficinas del Alcor Life Extension Foundation, como sede de la primera organización sin ánimo de lucro destinada a la investigación y el fomento de la criónica, pasaron a ser un centro de importancia para los futuristas. En 1988, durante el auge de la cibercultura, el filósofo Max More fundó el Instituto Extropiano y, en 1990, fue el responsable principal de una doctrina formal transhumanista que tomó la forma de Principles of Extropy.[25] (…)
El transhumanismo es una clase de filosofías que buscan guiarnos hacia una condición poshumana. El transhumanismo comparte muchos elementos del humanismo ¿¿?? (….) En 1998 los filósofos Nick Bostrom y David Pearce fundaron la World Transhumanist Association (WTA), una organización internacional no gubernamental que trabaja por el reconocimiento del transhumanismo como un objeto legítimo de la investigación científica y la política.[27] En 1999, la WTA redactó y aprobó la Declaración Transhumanista.[28]The Transhumanist FAQ, preparado por la WTA, dio dos definiciones formales de transhumanismo:[29]
En contraste con el Instituto Extropiano,[32] los miembros de la WTA consideran que el impacto tecnológico sobre la sociedad hace necesario prestar la misma atención a las cuestiones sociales que a las técnicas.[3] Una preocupación en particular es el acceso igualitario a las tecnologías de mejora humana de todas las clases sociales y regiones.[33] En 2006, una batalla política en el interior del movimiento transhumanista entre el liberalismo libertario y la izquierda liberal ascendente resultó en una reubicación de la WTA en el centro izquierda del espectro político bajo la dirección de James Hughes.[34][33] En 2006 el consejo directivo del Instituto Extropiano detuvo las operaciones de la organización y declararon que su misión estaba «esencialmente completada».[32] Esto dejó a la World Transhumanist Association como principal referente del movimiento transhumanista.
El blog temático transhumanista de Zoltan Istvan está en medios mainstream como Psychology Today y The Huffington Post.[35][36]
Teoría (mejor lo elimino casi todo, vaya tela…..)
Es una cuestión de debate si el transhumanismo es una rama del «posthumanismo» y cómo el posthumanismo debe ser conceptualizado en relación con el transhumanismo. Éste último se refiere a menudo a una variante o forma activista del posthumanismo por sus críticas desde el conservadurismo,[6] el cristianismo[38] y el progresismo.[39][40] (…)
Objetivos
(….) Aunque muchos teóricos y partidarios del transhumanismo buscan aplicar la razón, la ciencia y la tecnología para reducir la pobreza, las enfermedades, las discapacidades y la malnutrición en todo el mundo, el transhumanismo se distingue en su enfoque particular en la aplicación de las tecnologías para la mejora de los cuerpos humanos de forma individual. Muchos transhumanistas valoran activamente el potencial de las tecnologías futuras y los sistemas sociales innovadores para mejorar la calidad de toda vida, a la vez que tratan de hacer efectiva la igualdad consagrada en los sistemas políticos y legales democráticos mediante la eliminación de las enfermedades congénitas.
Los filósofos transhumanistas argumentan que no solo existe el imperativo ético perfeccionista de tratar de progresar y mejorar la condición humana, también es posible y deseable para la humanidad el entrar en una fase de la existencia poshumana, en la que los humanos controlen su propio futuro proceso evolutivo. En tal fase, la evolución natural sería reemplazada por el cambio deliberado.
Algunos teóricos, como Raymond Kurzweil, piensan que el ritmo de la innovación tecnológica se está acelerando y que en los próximos 50 años se puede producir no solo radicales avances tecnológicos, pero, posiblemente, una singularidad tecnológica, que puede cambiar fundamentalmente la naturaleza de los seres humanos.[45] Los transhumanistas que prevén este cambio tecnológico masivo en general sostienen que es deseable. Aunque, algunos también tienen que ver con los posibles peligros del cambio tecnológico extremadamente rápido y proponer opciones para asegurar que la tecnología avanzada se utiliza de manera responsable. Por ejemplo (….)
Aunque muchas personas creen que todos los transhumanistas se esfuerzan para la inmortalidad, esto no es necesariamente cierto. Hank Pellissier, director general del Institute for Ethics and Emerging Technologies (2011-2012), ahora manejado por Kris Notaro (2012- ) encuestaron transhumanistas, y de 818 encuestados, 23.8% no quería la inmortalidad.[47] Algunas de las razones eran que sería aburrido, la superpoblación de la Tierra, y que «querían ir a la otra vida.”[47]
Ética
Los transhumanistas se involucran en enfoques interdisciplinarios para entender y evaluar las posibilidades de superar las limitaciones biológicas recurriendo a la futurología y varios campos de la ética. A diferencia de muchos filósofos, críticos sociales, y activistas que ponen el valor moral en la preservación de los sistemas naturales, los transhumanistas ven el mero concepto específico de lo «natural» como problemático, que se convierte en un obstáculo para el progreso.[48] En consonancia con esto, muchos defensores transhumanistas destacados se refieren a los críticos del transhumanismo en la derecha y la izquierda política en forma conjunta como «bioconservadores» o «bioludistas»
Muchos creen que el transhumanismo puede causar mejoramiento humano injusto en muchos ámbitos de la vida, especialmente en el plano social. (…) El mismo escenario puede ocurrir cuando las personas tienen ciertos implantes neuronales que les da una ventaja en el lugar de trabajo y en los aspectos educativos.[50]
Corrientes
Hay una variedad de opiniones o posiciones dentro del pensamiento transhumanista. Muchos de los principales pensadores transhumanistas sostienen puntos de vista que están en proceso de revisión y el desarrollo constante.[51] Algunas corrientes distintivas del transhumanismo se identifican y enumeran aquí en orden alfabético: Abolicionismo, Extropianismo, Immortalismo, Posgenerismo, Singularitarianismo, Tecnicismo, Tecnogaianismo, Transhumanismo democrático, Transhumanismo libertario, una ideología política que sintetiza el libertarianismo y transhumanismo.
Espiritualidad
Aunque algunos transhumanistas muestran una fuerte espiritualidad, la mayoría no son creyentes.[56] Una minoría de transhumanistas, sin embargo, siguen formas liberales de tradiciones de la filosofía oriental como el budismo o el yoga o han mezclado sus ideas transhumanistas con religiones occidentales como el cristianismo liberal o el mormonismo.[27][57][58] A pesar de la actitud laica prevaleciente, algunos transhumanistas tienen esperanzas asociadas tradicionalmente a las religiones, como la inmortalidad.[59] Muchos nuevos movimientos religiosos, originados a finales del siglo XX, han abrazado explícitamente las metas transhumanistas de transformar la condición humana mediante la aplicación de la tecnología para la alteración de la mente y el cuerpo, como el raelismo.[60] Mientras que la mayoría de pensadores asociados con el movimiento transhumanista se centran en las metas prácticas del empleo de la tecnología para ayudar a alcanzar vidas más largas y saludables, algunos consideran que la comprensión futura de la neuroteología y la aplicación de la neurotecnología permitirá a los humanos obtener un mayor control de los estados alterados de la conciencia, a menudo interpretados como «experiencias espirituales» y alcanzar de esta forma una mayor auto conciencia.[61]
De forma más general, los transhumanistas apoyan la emergencia y convergencia de tecnologías como la nanotecnología, biotecnología, tecnología de la información, ciencia cognitiva (NBIC), y tecnologías futuras hipotéticas, como la realidad virtual, inteligencia artificial, transferencia mental y criónica. Creen que los humanos pueden y deberían usar estas tecnologías para volverse más que humanos.[64] Apoyan el reconocimiento o la protección de la libertad cognitiva, la libertad morfológica y la libertad reproductiva como libertades civiles, para así garantizar a los individuos la elección de emplear las tecnologías de mejora humana en sí mismos y en sus hijos, y convertirse progresivamente en transhumanos y finalmente en poshumanos, lo que está considerado el clímax de la evolución participativa.[65] Algunos consideran que las técnicas de mejora humana y otras tecnologías emergentes podrían facilitar esta transformación a mediados del siglo XXI.[45]
Un informe de 2002 titulado Converging Technologies for Improving Human Performance, encargado por la National Science Foundation y el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, contiene descripciones y comentarios sobre el estado de la ciencia y tecnología NBIC de destacados científicos de estos campos. El informe discute los usos potenciales de estas tecnologías para alcanzar las metas transhumanistas de mejora del rendimiento y de la salud y también, los trabajos actuales en la planificación de aplicaciones de esas tecnologías de mejora humana en el ejército y en la racionalización de la interfaz hombre máquina en la industria.[66]
Aunque los debates internacionales sobre las tecnologías convergentes y los conceptos de NBIC incluyen fuertes críticas a las orientaciones transhumanistas y su presunto carácter de ciencia ficción,[67][68][69] las investigaciones en tecnologías de alteración del cerebro y del cuerpo se han acelerado bajo el patrocinio del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que está interesado en las ventajas en el campo de batalla que proporcionarían los supersoldados.[70]
Algunos teóricos, como Raymond Kurzweil, creen que el ritmo de la evolución tecnológica se acelera progresivamente, y que en los siguientes cincuenta años no solo aparecerán avances radicales, sino que sobrevendrá una singularidad tecnológica, que puede cambiar la naturaleza fundamental de los seres humanos.[45] Los transhumanistas que prevén este cambio masivo por lo general sostienen que es deseable. Sin embargo, también estudian los posibles peligros de un cambio tecnológico extremadamente rápido, y, consecuentemente, proponen opciones para asegurar que la tecnología sea usada de forma responsable. (…)
Práctica
Aunque algunos transhumanistas adoptan un enfoque abstracto y teórico de los beneficios percibidos de las tecnologías emergentes, otros han ofrecido propuestas específicas para modificar el cuerpo humano, incluyendo los hereditarios. Los transhumanistas a menudo se refieren a los métodos de mejora del sistema nervioso humano. Aunque algunos proponen la modificación del sistema nervioso periférico, el cerebro se considera el denominador común de la persona y por lo tanto es un objetivo principal de las ambiciones transhumanistas.[63] (…)
Tecnologías de interés
Véase también: Nanomedicina
Tecnologías Convergentes, un reporte del 2002 explorando el potencial para la sinergia de lo nano-, bio-, info- y cogni-tecnologías, se ha convertido en un punto de referencia en un futuro cercano la especulación tecnológica.[73]
Ficción y arte
Artículo principal: Transhumanismo en la ficción
Los temas transhumanistas han aparecido cada vez más en la literatura. La ciencia ficción contemporánea a menudo contiene elogios a la vida humana perfeccionada mediante la tecnología, establecida en sociedades utópicas o tecno-utópicas. Sin embargo, en muchas ocasiones se acompañan estos elogios de cautela. En los escenarios más pesimistas aparecen distopías en las que el uso de la bioingeniería ha producido horrores. El género del ciberpunk, (…..) Los entornos transhumanistas han adquirido popularidad en otros medios desde finales del siglo XX. Algunas obras con relación con el transhumanismo son las películas (Star Trek, 1979; Blade Runner, 1982; Gattaca, 1997; The Matrix, 1999), Lucy, 2014), las series de televisión (Ancient de Stargate SG-1 y Borg de Star Trek), manga y animé (Ghost in the Shell, Neon Genesis Evangelion), juegos de rol (Transhuman Space, Eclipse Phase), series (The Six Million Dollar Man, Futurama) y videojuegos (Deus Ex, Half-Life 2). Muchos de estos trabajos se consideran parte del movimiento cyberpunk y/o género denominado Postcyberpunk. (….)
Debate
La misma noción y perspectiva de mejoramiento humano y las cuestiones relacionadas despiertan controversia pública.[76] Las críticas al transhumanismo y sus propuestas tienen dos formas principales: los que cuestionan la verosimilitud de las metas transhumanistas (críticas prácticas); y los que cuestionan los principios morales o visión del mundo que sostienen propuestas transhumanistas o subyacentes transhumanismo (críticas éticas en sí). Sin embargo, estas dos corrientes a veces convergen y se solapan, en particular cuando se considera la ética de cambiar la biología humana en la cara de un conocimiento incompleto.
Los críticos u opositores a menudo ven las metas transhumanistas como amenazas hacia el humanismo o los valores humanos.[77] Algunos también argumentan que la firme defensa de un enfoque transhumanista para mejorar la condición humana podrían desviar la atención y los recursos del cambio social o de problemáticas sociales.[3] A veces, sin embargo, hay fuertes desacuerdos (….)
Algunas de las críticas más conocidas del programa transhumanista se refieren a las novelas y películas de ficción Estas obras de arte, a pesar de presentar mundos imaginarios en lugar de los análisis filosóficos, se utilizan como piedras de toque para algunos de los argumentos más formales.[3]
Viabilidad
El sociólogo Max Dublin, en su libro Futurehype: The Tyranny of Prophecy (que se podría traducir como ‘la exageración del futuro: la tiranía de la profecía’), comenta varias predicciones fallidas pasadas acerca del progreso tecnológico y argumenta que las predicciones futuristas modernas serán también desacertadas. También critica lo que ve como cientifismo, fanatismo y nihilismo en el transhumanismo y (…) Los pensadores que defienden la verosimilitud del cambio tecnológico masivo a corto plazo enfatizan lo que describen como un patrón de incremento exponencial en las capacidades tecnológicas humanas. (….) Broderick destaca que muchas de las predicciones que parecían imposibles en los inicios de la ciencia ficción se han cumplido, como la energía nuclear y los viajes espaciales a la luna. También argumenta que las predicciones actuales se basan en el racionalismo (…)
Excesiva autoconfianza
La primera categoría se basa en lo supuestamente inapropiado del hecho de que los seres humanos se coloquen a sí mismos en el lugar de Dios. (…) En este punto de vista, el transhumanismo es solo otro representante de la larga línea de movimientos utópicos que tratan de crear «el cielo en la tierra«(…)
La espiral de la biocomplejidad es una representación de la complejidad de los múltiples niveles de organismos en su medio ambiente, que es visto por muchos críticos como el último obstáculo para la ambición transhumanista.
Otra crítica se dirige principalmente a la genética, cual Jeremy Rifkin definida como «la modernización de los organismos existentes y diseño de otros totalmente nuevos con la intención de perfeccionar su desempeño«,[84] y, más específicamente, los intentos para lograr las metas transhumanistas por medio de la modificación genética humana de embriones en orden de crear «bebés de diseño«. Se hace hincapié en el tema de la biocomplejidad y la imprevisibilidad de los intentos de orientar el desarrollo de productos de origen biológico evolutivo. Este argumento, elaborado en particular, por el biólogo Stuart Newman, se basa en el reconocimiento de que (…) Sin embargo, desde un punto de vista práctico, los protocolos internacionales sobre investigación de la condición humana no representan un obstáculo legal a los intentos de los transhumanistas de mejorar sus capacidades mediante la ingeniería genética. (….)
Los transhumanistas y otros partidarios de la ingeniería genética no rechazan completamente el segundo argumento, pues hay una gran incertidumbre sobre los resultados de los experimentos en ingeniería genética en humanos. Sin embargo, los transhumanistas dicen que el mayor riesgo descansa en no usar ingeniería genética, porque las tecnologías actuales ya amenazan el entorno[89] y un gran número de humanos muere por causas potencialmente solucionables. Esto implica que los beneficios potenciales de las tecnologías de mejora humana superan los peligros potenciales, así que el imperativo moral, si hay alguno, sería empezar a usar estas tecnologías tan pronto como sea posible.[90] Además, los transhumanistas añaden que «alterar la naturaleza» es algo que los humanos han hecho durante milenios con beneficios tangibles.
Trivialización de la identidad humana
(….) En el libro de 2003 Enough: Staying Human in an Engineered Age, el ético ambientalista Bill McKibben argumentó extensamente contra buena parte de las tecnologías apoyadas por los transhumanistas, incluyendo la elección en la línea germinal, la nanomedicina y las estrategias de prolongación de la vida. Aseguraba que estaría moralmente mal que los humanos modificaran aspectos sustanciales de sí mismos (o de sus hijos) en un intento de superar limitaciones universales como el envejecimiento, la mortalidad, y la limitación biológica de las habilidades cognitivas o físicas (…).
División genética
Algunos autores críticos con la corriente del transhumanismo libertario se han centrado en las consecuencias socioeconómicas que estas tecnologías tendrían sobre sociedades con crecientes desequilibrios en la renta. Bill McKibben, por ejemplo, sugiere que las tecnologías de perfeccionamiento humano estarían desproporcionadamente a disposición de aquellos con más recursos financieros, ampliando, por tanto, la brecha entre ricos y pobres y creando una brecha genética.[97]Lee Silver, biólogo y divulgador científico que acuñó el término reprogenética y que ha apoyado sus aplicaciones, ha mostrado, no obstante, su preocupación de que tales métodos podrían crear una sociedad profundamente dividida entre los que tienen acceso a tales tecnologías y los que no (…)debería ser desanimada, o incluso prohibida, puesto que dotaría de aún más poder a aquellos que ya son poderosos.
Deshumanización
Tanto el activista biopolíticoJeremy Rifkin como el biólogo Stuart Newman aceptan que la biotecnología tiene el poder de llevar a cambio profundas modificaciones en la identidad de los organismos. Sin embargo se oponen a la modificación genética de los humanos ante el temor de que se difumine la frontera entre el hombre y su creación.[100][101] El filósofo Keekok Leeve considera (…)
Índice de Wikipedia
[…] sobre ese hilarante intento de evadir el envejecimiento y alcanzar la inmortalidad (ver el post: Jugando a Ser Inmortales: Transhumanismo y Singularidad Tecnológica; el día en que dejemos de ser …), cuando se cayó la venda de mis ojos y topé abruptamente con la filosofía de la Tecnociencia. […]
[…] Jugando a Ser Inmortales: Transhumanismo y Singularidad Tecnológica (El día en que dejemos de ser … […]
[…] hablando en nuestro Curso básico de Filosofía de la tecnociencia. ¿Ciencia o ciencia ficción?. Transhumanismo, poshumanismo, ya fueron adelantadas hace décadas en la literatura y filmografía. Y ahora las leo […]
Yo sí aceptaría la inmortalidad sin dudarlo. Para quienes dicen que sería aburrido, eso depende de qué tan inteligente y creativa sea la persona que vivirá por siempre. Es absurdo preferir dejar de existir solo por pensar que te vayas a aburrir. El tema de la investigación sobre qué tan alcanzable es la inmortalidad y el del viaje en el tiempo son dos intereses míos que he tenido desde hace mucho tiempo.