becas-curie 

Acciones Marie Skłodowska-Curie y porcentaje del PIB de los países destinados a Investigación y desarrollo.

 Calumnia, que algo queda (slander as much as you like, there will always be something left)   Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra (Let him who is without sin cast the first stone)  

No me gusta escribir este tipo de post, ni redactar artículos de denuncia tan frecuentemente. ¡Os lo puedo jurar!. Y este va más allá de lo que yo mismo me hubiera imaginado antes de comenzar su redacción, hace cinco días. Sin embargo, se pueden adoptar dos tipos de actitudes profesionales en cualquier ámbito de la cultura que se encuentran palmariamente enfrentados. Por un lado están los que se acogen al corporativismo acrítico (es decir se aferran y entrelazan como un lobby con vistas a defenderse de cualquier agresión, interna y/o externa), irritándose ante cualquier crítica, ya provenga de otros, ya de su propia comunidad: ¡desgarrándose las vestiduras!. La otra deviene en denunciar todo aquello que enturbia el ambiente y la ética en el seno de una comunidad, en este caso científica, con vistas a erradicar los motivos desde la raíz.  Personalmente amo la ciencia, por lo que deseo fervientemente que la actividad investigadora sea lo más limpia posible, aun a sabiendas que, a menudo, sufro las consecuencias. Tocan las campanadas de la media noche. Llevo ya muchas horas, demasiadas, pensando en todo lo sucedido y en como redactar el presente post. Esta entrega no deja de ser más que una continuación de otra anterior que llevaba por título Los Cárteles de la ciencia, Malas Conductas Científicas y la Revisión por Iguales (Un caso Reciente en la Ciencia del Suelo)”. Aclaremos que este tipo de contiendas son muy frecuentes en ciencia, ¡demasiado!. Hace años, redacté varios post tras leer el apasionante libro que lleva por título: “Anatomía del fraude científico”. Comencemos pues reproduciendo la reseña de esta monografía, que puede  visionase al pinchar en su enlace, por cuanto comenta  temas que, auella parte de la comunidad científica global que se adhiere a la actitud del lobby, no desearía escuchar jamás (así son de hipócritas). 

 El fraude impregna todo tipo de instituciones y, hoy en día, el mundo de la ciencia, el último bastión de la confianza y el respeto, no constituye una excepción. Se han descubierto docenas de casos en el pasado cuarto de siglo y los titulares continúan. Horace Freeland Judson argumenta que no podemos quejarnos del fraude en la ciencia como si sólo se tratara del trabajo individual de algún científico particular. Por el contrario, debemos buscar sus causas y sus remedios en las mismas estructuras y cultura de las instituciones científicas. Judson detalla con cuidado todos los tipos de fraude científico y el modo en que ocurren, considera la autonomía de las ciencias, incluyendo las revisiones y el arbitraje de los papers y expone el fracaso de las respuestas académicas, gubernamentales y legales. También muestra cómo la tendencia hacia la publicación de papers en internet promete nuevos descubrimientos de fraude y sugiere cómo podemos restaurar y defender la integridad del mayor monumento del esfuerzo humano: las ciencias.

 Y adelantemos que como siempre, los norteamericanos ante tal panorama, comenzaron a instaurar comisiones de ética para castigar el fraude y la mala praxis mucho antes que los europeos. Como señala el autor, un experto de gran prestigio internacional en la materia, la madurez de un país (o de una disciplina) en lo que concierne la indagación investigadora, no reside en ocultar la mala conducta científica (habría antes que acabar con la naturaleza humana), sino en reconocerla sin tapujos e intentar castigarla/erradicarla lo más objetivamente que se pueda. Y así en EE.UU. estos tribunales no solo conciernen al Gobierno de la nación, sino que fueron creados desde hace más de 15 años en numerosas universidades del país. Pues bien, en el aludido post dedicado a los cárteles de la ciencia en edafología, ya mostramos parte del agrio y escabroso debate que se estaba produciendo en el seno de la comunidad de la ciencia del suelo Europea. Todo comenzó tras las más que graves acusaciones vertidas por un anónimo autoproclamadoAkhanaten Mcdonald”, en la lista de distribución, cuyas iniciales, de nombres y apellidos, eran las mismas que el de un edafólogo de enorme prestigio que, sin dudarlo, se adhirió a la acusación manteniendo viva la guerra, al lanzar otra andanada 24 horas después. El lío que se generó llegó a las más altas instancias del establishment internacional, y yo personalmente mantuve un tenso intercambio de correos electrónicos con ellos. Finalmente se llegó a un acuerdo: ciertas acusaciones se borrarían de determinadas páginas Web oficiales, y yo a cambio no echaría más leña al fuego en la mentada lista que llegaba a varios centenares de colegas. Empero unas semanas después, se ha producido una nueva incursión al objeto de hurgar más en la herida,  por lo que me siento liberado para romper mi compromiso. Como mentamos en el post previo, se acusaba a varios colegas, y muchos ellos del sur de Europa, de crear un cartel con vistas a promocionar y elevar el factor de impacto de ciertas revistas en las que ellos(as) eran editores y/o revisores habituales. La acusación fue analizada y desmentida para la mayor parte de ellos por respectivas editoriales tras su estudio, si bien a una minoría les costó un correctivo. Es decir, unos pocos fueron condenados (con o sin razón), mientras que la mayoría considerados inocentes, constatándose que habían sido injuriados. No es mi deseo adherirme a ninguno de los dos bandos. Eso sí, reitero que existen otros cárteles y malas praxis, ajenas a la del debate, que siguen impolutamente limpios, “como la Virgen María”, si bien en realidad son mucho más peligrosos por encontrarse en las alturas, y llevar varios decenios funcionando en la más absoluta impunidad. Y lo peor de todo es que somos muchos los que pensamos que estos atacaron a los “acusados”, más que nada (es decir esencialmente) para evitar “competencias indeseables”. En fin me callo, porque si no….

Pues bien, resulta que hace pocos días, un colectivo de jóvenes investigadores  de la División de Suelos perteneciente a la European Geosciences Unión (Unión Geofísica Europea) ha redactado una carta pública en la que los firmantes se  “llevában las manos a la cabeza”, clamando justicia ¿?….. sobre varios puntos de una polémica que ya parecía finiquitada. Abajo os reproduzco enteramente su contenido por si alguien desea adherirse a tal impresentable panfleto. El documento de marras llevaba por título: “Open letter concerning scientific misconduct in the European Soil Science community (Carta abierta acerca de la mala conducta en la comunidad científica europea de la ciencia del suelo). Su cándida o malévola desiderata no tiene desperdicio. Personalmente considero que la falta de tino, imprecisiones y falacias del escrito puede ser debida a (i) la bisoñez de los firmantes y su carencia casi absoluta de experiencia y/o (ii) ser inducidos a protestar por personal más maduro de sus staff institucionales. Dudo que se trate de jóvenes inocentes, precisamente, por cuanto la mayoría pertenecen a un club de países del centro y norte de Europa. A penas existen firmantes de los países del este y menos aún de los mediterráneos de la UE. Tras su envío y lectura a una lista de distribución,  la reacción de varios colegas ha sido, fulminante, inmediata. Algunas de las réplicas proceden de los acusados, pero otras muchas no. Así les reprocharon  y refutaron gran parte de sus argumentos con sus réplicas Saskia Keesstra (Presidenta actual de la Comisión), Marc Oliva, Artemi Cerdá, Paulo Pereira, José Antonio González Pérez, el asombrado norteamericano Glenn Wilson (USDA ARS) al que le llegó el documento casi por casualidad (hasta donde yo sé), y  finalmente cabe mentar “hasta el momento” la acertada respuesta de Heike Knicker, cuyo contenido fue aplaudido por muchos otros colegas (leer aquí la Réplica de Heike Knicker).Todas las respuestas han sido muy críticas y yo he escogido para reproduciros aquí la primera de ellas que me pareció más completa, si bien desconocía que su autor «quizás” también había sido acusado. ¡Da igual!, ya que las repuestas, en su totalidad, inciden en las mismas críticas y debilidades de varios argumentos esgrimidos por estos preocupadísimos jóvenes investigadores (¡Qué Dios nos pille confesados!, si son nuestro relevo generacional y no espabilan).

En primera instancia, cabría pensar que su bisoñez fuera la responsable de la incoherencia de muchas de las reclamaciones incluidas en su documento.  Pero no lo creo, ya que se da el caso de que existen algunos elementos, demasiados, coincidentes entre el ataque del anónimo “Akhanaten Mcdonald” y la de estos jóvenes inexpertos. Tampoco dicen nada de los contra-argumentos que yo redacté y distribuí en la susodicha lista, que no eran precisamente baladíes, por cuanto implicaban a alguno de los atacantes con la misma contundencia de que ellos hicieron gala en la carta de “Akhanaten Mcdonald”, y la nota (con fichero adjunto) del “gran edafólogo” y editor de un “Journal” del mayor prestigio.   Os vuelvo a recordar la existencia de un post previo acerca del comportamiento nuestros estudiantes y aprendices, que, como muchos adolescentes, pueden ser parcialmente inocentes, pero por otra egoístas y quizás algo peor. Me refiero más concretamente a esta entrega: La arrogancia de los jóvenes investigadores y tecnólogos. ¿Por qué?. Veámoslo.

En su monografía, “Anatomía del fraude científico”, el autor ya nos advierte que cuidadito, cuidadito con los principiantes, ya que en EE.UU. algunos de ellos han mostrado un patrón de mla conducta muy repetitivo, que describimos en el post El Fraude Científico y los denominados “Jóvenes Prodigiosos”. Y así puede darse el caso de que su misiva fuera producto de los pensamientos/instrucciones de sus responsables senior, ya que de no ser así, el tema sería aún más oscuro  y daría lugar a pensar en sentimientos xenofóbicos. También pudieron haberlos escuchado, y con vistas a hacerles «la pelota», se lanzaron al ruedo espontáneamente, esperando alguna recompensa. 

 Comenzaremos exponiendo brevemente una síntesis en español castellano de las preocupaciones de estos jóvenes, para continuar después abundando en las razones de mis sospechas sobre este último punto

De su carta abierta, es decir en el documento: “Open letter concerning scientific misconduct in the European Soil Science community“ redactado pocas semanas después de la EGU eneral Assembly, podemos extraer las siguientes inquietudes.

 1. Ellos dicen querer contribuir al debate pero no lo hicieron en su momento, por lo que lo único que han conseguido ha sido echar más leña al fuego.

 2. Dicen sentirse muy preocupados ante el escándalo del que han sido informados acerca de la mala conducta de los revisores y editores de los artículos remitidos a varios Journals de las Ciencias del Suelo del mayor prestigio. Consideran que actitudes como las leídas dan lugar a pensar que se sienten desamparados, temiendo por el devenir de sus carreras profesionales.

 3. Claman por proponer reglas explicitas de ética en el mundo de las publicaciones científicas con vistas a evitar las malas conductas científicas.

 4. Demandan que se clarifiquen las consecuencias de las acciones de estos “perpetradores” en la carrera científica de muchos jóvenes inocentes que se sienten desamparados y confundidos.

 5. Piden que se garantice la protección de los acusados aunque también…….

 6. Se encuentran de acuerdo con la publicación de informes anónimos y la protección de sus autores cuando se realizan prácticas como las denunciadas en el “Akhanaten Mcdonald report”, es decir la que dio lugar a este escándalo.

 7. Solicitan que se informe y adiestre a los jóvenes científicos para que no caigan en la tentación de adherirse a este tipo de comportamientos reprochables desde todos los puntos de vista.

 8. Reclaman procedimientos transparentes para la elección de los cargos ejecutivos de la EGU, de tal modo que sean seleccionados científicos honestos que lideren y velen por que se sigan procesos transparentes y honestos en los procesos de evaluación de los documentos enviados a las revistas científicas con vistas a su publicación. 

 9. Denuncian que, durante la asamblea general tanto el debate, como las actas que se derivaron del mismo, dejaron mucho que desear, por estar sesgados e incompletos.

 10. Denuncian la falta de transparencia en la concesión de los galardones que ofrece la División de Suelos de la EGU a sus investigadores senior y junior. Del mismo modo solicitan que tales premios se ofrezcan teniendo en cuenta una mayor cobertura geográfica y así alcanzar  “un balance cultural más equitativo” para lo cual también demandan que se presenten más nominaciones para los premios otorgados a los jóvenes científicos.

Como decimos en España, da la impresión de que los firmantes acaban de  “caerse del limbo” al suelo. En otras palabras se encuentran por primera vez ante el mundo real, que no atesora nada de ideal, por lo que piden un amparo, que reemplace al de sus progenitores, en el mundo de la ciencia.

En este sentido cabría decirles que se lean libros como el aludido de la Anatomía del fraude científico”, con vistas a que entiendan como trabaja y que conflictos acaecen en el seno de la actividad científica actual. Aquí no hay ni mamás ni papas para protegerles de los “malos”, sino una guerra sin cuartel, bajo el imperio del publica o perece. Tampoco suelen funcionar bien las distinciones entre buenos y malos. No es oro todo lo que reluce, ni debe uno confiar en los que se rasgan las vestiduras, ya que aquí todos somos jueces y partes “de algún modo”. El comportamiento de los científicos es un reflejo del social. No hay nada de especial que nos distinga de las tropelías que vemos en otros ámbitos de la vida, como hemos reiterado “ad nauseam», en este blog. Os recurso que en la asignatura que impartí durante cinco años sobre filosofía y sociología de la ciencia (UPM, Madrid), los estudiantes “me obligaron” a que les explicara “como se redacta un paper”  A petición expresa hablamos una hora de todo el proceso, desde que se escribe un borrador de artículo, hasta que finalmente, “si hay suerte”, este es publicado. Tuve que exponer varios ejemplos literales (incluyendo respuesta de revisores y decisiones de editores a algunas de mis publicaciones), que yo he sufrido en mis carnes. Tras escuchar la desiderata, más o menos vinieron a decirme “se nos está quitando las ganas de ser científicos”. ¿No queráis saber de qué va esto?. ¡Pues no preguntar hasta que lo sufráis, cuando llegue el momento!.  Pero analicemos punto por punto sus reclamaciones.

 Sobre el punto (1) reitero que su documento, inocente o no, ha dado lugar a que  en la práctica el debate continúe y más aún por cuanto algunas de sus demandas carecen de lógica o simplemente son irrealizables.  El punto (2), que concierne a su desamparo, tan solo cabe responder: ¡bien venidos al mundo real!, aquí, de momento no hay papas ni mamás que velen por vuestros intereses. Quedan pues vuestros mentores, algunos de los cuales os protegerán, mientras que otros se aprovecharán (exprimirán) del esfuerzo que realicéis y quizás luego os echen a la calle. La indagación científica es deliciosa, empero el entorno que la envuelve tan salvajemente competitivo como cualquier otro. Y así, como muchos se sentirán darwinistas, apelo a él y espeto: (a) el pez grande se come al chico y (b) solo sobreviven los más aptos y/o sin vergüenzas. No seáis ingenuos, por favor. Y entremos en el punto (3), que tiene mucha, demasiada, sustancia. Todo el debate de los Senior sobre el caso “Akhanaten Mcdonald” se zanjó con intercambio de mails en el que yo insistía en lo mismo que vosotros. Solicité por activa y por pasiva, códigos éticos claros, precisos y obligatorios sobre los puntos tratados y alguno más. ¿Cuántas referencias bibliográficas, a lo sumo, debe incluir un paper de otros previos publicados en la misma revista que el documento sujeto a revisión? Hablamos de porcentajes respecto al número total de referencias, ya que este variará según sea la naturaleza de la indagación. Seguidamente reclamé que se impusiera un límite de artículos que los editores jefes pueden publicar anualmente en las revistas que dirigen. ¿Por qué?. Por la sencilla razón que el susodicho “edafólogo de campanillas”, entre otros muchos, se excedía en publicar muchos artículos anualmente en la revista de la que era editor jefe, pero atacaba ferozmente a los acusados, cuanto en realidad no atisbo diferencias. Mientras el acusado intentaba promocionar la revista de la que era editor, el acusador la utiliza descaradamente en su propio beneficio. Francamente no sé si su conducta resulta ser más recriminable. ¿Qué pensáis vosotros?. Recordemos que una cuestión es sugerir y otra obligar, si bien en la práctica la frontera puede ser considerada un tanto difusa. Todo depende de la desesperación. UInos aceptan, el artículo es publicado y luego protestan. Empero lo lógico sería recriminar al editor, denunciarle si es posible y luego buscar otra revista para publicar su manuscrito: ¡hay muchas!. El caso es que nadie le acusó, que yo tenga noticia ¿¿??¿Tomó el establishment nota de ambas propuestas?. Seguro que no.  Existen demasiados interesas creados, demasiados lobbies y demasiados carteles, como para que muchos de nosotros agachemos la cabeza. Recordar: ¡pública o perece!. Y en estos casos, quien realmente atesore pensamiento crítico y desee ser independiente, corre un serio riesgo de salir peor parado que nadie. ¡De eso sí que se bastante!, por desgracia. Pero la libertad tiene un precio.  Estoy con vosotros en lo concerniente a aclarar y luego acatar las reglas del juego, ya que yo y otros investigadores Senior también podríamos entonces acusar a ciertos grupos de presión que comandan varias editoriales por su mala conducta. ¿Porqwué no incidieron los jóvenes estudiantes en este tema? Posiblemente entonces, vosotros os dieras cuenta de enorme dimensión del problema, llevándoos las manos a la cabeza. Pero vayamos ahora al punto (4). No hay ninguna consecuencia. Cada país tiene su propio sistema de valoración de la actividad investigadora  y acceso al staff de las Instituciones. Vosotros en estos momentos estáis compitiendo fundamentalmente con los colegas de vuestros propios países. Es en los Estados de la UE que han sufrido más la crisis, y que corresponden por lo general a los que padecen de sistemas de I+D más débiles y peor financiados, en donde el número de convocatorias de proyectos, becas y contratos se han reducido brutalmente, como detallo más abajo. Justamente en estos casos los jóvenes investigadores tienen le imperiosa necesidad de acudir a convocatorias internacionales como las  Acciones Marie Skłodowska-Curie, y por cierto con un relativo éxito. Dado que el número de plazas para entrar en el staff es muy reducido (con toda seguridad mucho menor que en los Estados que han sufrido en menos grado la desdichada crisis económica) la competencia es draconiana, agónica. Fijaros en las siguientes cifras. Me comentaba el director de un centro de ciencias agrarias del CSIC que si el joven ha publicado menos de 10 publicaciones anuales en revistas de impacto durante los últimos años, no tiene ninguna posibilidad de éxito. ¡Es una barbaridad!. Espero que en países como Alemania, Suiza, Austria, Holanda o Bélgica, no estéis sometidos a tan infame presión. Del mismo modo, cuando un artículo es rechazado de una revista se busca otra con vistas a enviar el manuscrito. Se trata de una práctica cotidiana, incluso para los Senior. Eso sí, es muy probable que os topéis con otro cartel o lobby distinto del que acusáis. No existen diferencias marcadas en los IF de la mayor parte de los Journals que admiten artículos de las ciencias del suelo. En 2006 ocurrió un caso parecido y se tomaron las medidas oportunas. Sorprende que en aquel caso, la supuesta mala praxis se ocultó al público y en el que actualmente nos ocupa/preocupa se publicitara a bombo y platillo caso ¿no?. Yo me pregunto las razones, ¿y vosotros, ¿¿?? Ahora bien, si sois simplemente inocentes, tener en cuenta que vuestros mentores pueden pertenecer a algún lobby. ¿Son muy comunes, aunque obviamente se oculta. Yo personalmente conozco varios lobbies, algunos muy potentes y comandados por colegas cuya procedencia coincide con la de los países cuyos jóvenes han firmado en mayor número el documento que enviáis. Raramente, por su menor peso en la ciencia actual son los investigadores de los países del Sur de Europa los “malvados”. ¡Cuidado, cuidado!. Y llegado este punto me solivianto.

“Suponiendo” que esta vez el acusador tuviera razón, lo realmente indignante, deviene que es la primera que se acusa a investigadores del sur, de asuntos escabrosos como este, cuando en realidad los del norte son los que tradicionalmente han nadado a sus anchas en el fango de la mala praxis. Por favor rogaría a los firmantes del documento que analizaran la proporción de editores jefes que pertenecen a países del sur respecto a los del norte.  ¿¿??.

El punto 5 resulta ser una de las joyas de la corona. Efectivamente los acusados deben ser considerados inocentes, mientras no se demuestre lo contario. Sin embargo, ellos se lamentan de haber sido juzgados sin tener derecho a defenderse. Y aquí entra el juego el punto 6. Los jóvenes edafólogos extienden tal derecho de presunta inocencia a los acusadores. Yo estaría completamente de acuerdo si no fueran anónimos, ya que sin reglas de transparencia y buenas conductas, así como en ausencia de tribunales independientes que las vigilen y hagan cumplir, quien denuncia paga las consecuencias. Empero no se puede decir lo mismo de los acusadores anónimos. ¿Cómo se puede defender la inocencia de quien no se conoce?. ¿Cuál es la fórmula milagrosa? Y resulta que nadie sabemos la verdadera identidad de “Akhanaten Mcdonald”, aunque varios la sospechemos, cuando debiera ser el primero en sentarse en el banquillo de los acusados, por la sencilla razón de que ha sido demostrado que gran parte de los colegas que el denunció eran inocentes de las infamias que este cobarde vertió en Internet. En los jóvenes investigadores omiten etambién este gravísimo punto. Aquí los firmantes del documento “Open letter concerning scientific misconduct in the European Soil Science communityincurren en una falta de lógica fragante. Francamente un razonamiento lamentable indigno de aquellos jóvenes que pretenden alcanzar un puesto de científico. Tal reproche no es solo mío, sino que acaece en todas las réplicas que recibió al manuscrito aludido.

En el punto 7 los jóvenes firmantes del documento, solicitan el adestramiento necesario para que los principiantes no incurran en prácticas deshonestas. Y estoy completamente de acuerdo, aunque ampliaría tal demanda a los Senior, ya que muchos viven sin tenerlas en cuenta. Es obligación de los mentores y tutores de los jóvenes el formar/enseñar a discernir lo que es ético de lo que no lo es, lo que es buena praxis y lo que no. ¿No lo hacen? Topamos pues con un serio problema.

En el punto 8, cuando se habla de que los cargos ejecutivos tienen que ser personas honestas, etc., tan solo cabe reseñar que sean ellos los que nos muestren el camino a los Senior.  Debo suponer que todos votamos a colegas que consideramos que son honestos, porque si no fuera así, o somos necios o estaríamos votando a alguien del lobby al que pertenecemos, ¿o no?. Cuando un país vota a un Presidente para que dirija el destino de la nación, todos los electores pensarán que están votando a un político honrado. Otra cuestión bien distinta es que una vez ya electo demuestre a sus seguidores que no lo es, hecho  muy lamentablemente y frecuente en Europa. La lucha por el poder y el prometer acciones que finalmente no se cumplirán es moneda corriente en cualquier ámbito de la sociedad. ¿Y qué decir de la corrupción política?. No, los científicos no tenemos la sangre de otro color.

Los jóvenes investigadores, en el punto 9, denuncian que durante la asamblea general  las actas y el debate no fueron claras, etc. Yo no asistí por lo que poco puedo decir. Sin embargo todos las réplicas que han recibido “sin excepción”, les han contestado que expliquen la razón del por qué no intervinieron allí. ¿Estaban sordos y mudos? O ¿hablan ahora de oídas? Al parecer fueron muchos los que  colegas que mostraron su solidaridad y aliento con los acusados y no con los acusadores, por lo que una de dos (i) o todos formaban parte/simpatizaban con el supuesto lobby o los acusadores no llevaban razón. Los jóvenes firmantes debieran reflexionar o sopesar sus palabras antes de hacerlas públicas. Todo esto se me antoja un sin sentido.  ¿os dais cuenta de que, “al parecer” solo asistieron a la reunión los integrantes del lobby acusador?.  ¡No me lo creo!, y dudo que nadie lo haga.

Finalmente, el punto 10 se me antoja hilarante. Por favor léanlo de nuevo. Denuncian la falta de transparencia en la concesión de los galardones que otorga la EGU para proponer después que se distribuyan de firma más variada geográficamente, como expresión de la diversidad cultural Europea. ¡Vaya, vaya!, retornamos a ese tufillo xenófobo que me ataca los nervios. Implícitamente muestran su disconformidad a que los mentados premios primen a los jóvenes de ciertos países en detrimento de los de otros. Cuando uno observa la lista de los firmantes no deja de asombrarse. Ahora resulta que los jóvenes investigadores de los países ricos deben ser “mimados” por jugar en desventaja frente a las bárbaras huestes de los desheredados mediterráneos, reconocidos en el mundo entero por su abrumadora aportación a la ciencia internacional ¿??. Por vayamos por partes.

Por un lado se encuentran las nominaciones. Y al parecer, según las numerosas réplicas que he leído, los representantes de diversos países no nominaron a nadie. ¿Quién tiene la culpa?. ¿¿??. Parece que varios españoles lograron galardones, de lo cual como compatriota me congratulo. Pero el tema no debe centrarse en este punto, sino en la composición de los tribunales que los eligieron.  Llegados aquí  cabe mentar que los tribunales estaban bastante equilibrados por lo la acusación no deja de más que una pataleta de críos chicos.

Ciertamente entre los galardonados había bastantes jóvenes de los países mediterráneos de la UE. Como detallaré abajo, la crisis ha afectado a estos últimos mucho más que a los primeros. Empero a pesar de los brutales recortes de todo tipo, la investigación, por ejemplo en España (que es de la que tengo datos) ha mantenido un crecimiento sostenido tanto en términos cuantitativos como  cualitativos, como se puede leer en la siguiente nota de prensaMás productividad y visibilidad científica pese a la escasez de recursos”. Al parecer esto no gusta a muchos colegas y jóvenes estudiantes de los países más ricos de la UE. ¿No huele esto a xenofobia?.

No obstante, llegado a este punto, personalmente alucino cuando leo que los jóvenes firmantes demandan que los premios se ofrezcan de tal modo que abarquen una mayor cobertura geográfico-cultural. ¿Se sienten los Estados ricos y poderosos temerosos  por el buen trabajo realizado por aquellos cuya financiación ha retrocedido entre 10 y 20 años. ¿Sí?.

Un premio es un premio, y no el “chocolate para todos”. Todo apunta a que lo que aspiran es a convertir estos premios en estampitas o peor aun en el festival musical de Eurovision, en donde, con todos mis perdones, cada país presenta la peor canción del año en su territorio. Pues bien, de hacerlo, seguramente tengan más oportunidades, ya que en 2017 España ha alcanzado ¡por fin! la última posición pero… un momento. ¿Quién ha ganado?. ¡Portugal! (me alegro mucho con independencia de la calidad que atesore su canción, ¡ya era hora!: ¡es la primera vez!). Resulta que tampoco, ¡ni por esas!. No parece ser vuestro año, jovencitos. ¿Os imagináis que los premios Nóveles se otorgaran a vuestro modo?. En tal es el caso lo mejor sería irse a trabajar a alguno de los países más pobres del mundo, sin sistema de i+D, y esperar plácidamente sentado, ya que al final te tocaría la lotería.

Resumiendo, estos jóvenes parece que acaban tal polluelos de salir del cascarón y no se enteran da nada, pero hablan, critican, exigen y demandan como SuperSabios, del norte por supuesto.

Sobre La Editorial, el debate en la Asamblea de la EGU y la Opinión de los edafólogos en el Juicios de Núremberg

Señalemos que, durante un Meeting en que se trató el tema de la posible mala conducta que analizamos hoy, gran parte de los asistentes se pusieron del lado del banquillo de los acusados (mostrándoles su solidaridad y cariño) criticando el comportamiento no solo del manoseado anónimo sino de la editorial Copernicus, (observen cuantos ciudadanos de la Europa Mediterránea componen su staff) que edita los Journals de la EGU, que tampoco saló bien parada de las críticas de los asistentes. ¿Su sede?: ¡Alemania!. Digamos de paso que la Asamblea General de la EGU se realiza e ¡Viena!. Al parecer el orgullo de la raza aria de lengua germana surge de nuevo, como el Ave Fénix. Si uno observa los cargos de la división de suelos constatará que, efectivamente, existen muchos colegas del sur de Europa (y principalmente de España). Empero son electos, no elegidos a dedo por nadie. ¿Quién les vota?.

Casi todos los asistentes al debate, coincidieron en que durante los últimos diez años desde que uno de los acusados y condenados, entró como Vicepresidente y alcanzó después el cargo de Presidente la División de Suelos de la EGU, está pasó de ser un pequeño reducto de colegas a alcanzar la segunda posición. Del mismo modo, de unos pocos posters que se presentaban al año en la Asamblea General de la EGU se ha pasado a casi 2.000. Se han constituido premios para expertos senior y junior en ciencias del suelo, editado revistas que ya se encuentran indexadas y un sinfín de actividades inimaginables en un foro como el EGU antes de esas fechasY en Gran parte gracias al acusado. No me extrañaría que tal hecho haya suscitado envidias y recelos. ¿toda una amenaza para la superioridad Aria!. Empero esto no tiene nada que ver con las razones por las que ha sido acusado. Incluso, si se aceptara que este colega español hubiera incurrido en una mala conducta editorial (cuestión que aún hay que analizar, ya que todo el proceso ha sido más que oscuro y proceloso), lo que los edafólogos europeos asistentes reconocían era el milagro que había realizado este ¡terrorista! tras un infatigable trabajo de muchos años, del que ahora vosotros os beneficiáis ¿vale?. A una persona no se la puede juzgar por un solo error, sino por el conjunto de su trayectoria profesional. Y lo que los colegas de muchos países que asistieron reconocieron abiertamente es que sin él casi ninguno de los logros conseguidos hubieran sido posiblesReitero que sin entrar en la inocencia/culpabilidad del acusado (debates y acusaciones de la índole aquí abordada son monedas de uso diario en el mundo de la ciencia, como por ejemplo en este documento: sesgos semejantes en otras disciplinas/revistas científicas), hay que agradecerle los logros alcanzados con vistas a mejorar la visibilidad de la ciencia del suelo en Europa. ¿Por qué entonces desde la propia EGU le quieren linchar?. ¿Envidia, porque es del maldito sureño?. Todo esto huele a podrido, y también a xenofobia.

Y Dejo la entradilla para ofreceros más material, que alcanza ya las 30 páginas de texto. En fin, esta vez me he excedido sobre manera. Lo lamento, pero mis ánimos antifascistas están encendidos. Os pido disculpas ya que no voy a revisar la redacción de los contenidos que expongo abajo. Es abundante y no doy más de sí. Habrá erratas, algunas faltas cde ortografía y/o deficientes gramaticales. ¡Sorry!.

Juan José Ibáñez

 Continua……….

Open letter concerning scientific misconduct in the European Soil Science community

 

Sobre los del Norte y los del Sur

 

¿Se ha extendido la xenofobia social que azota actualmente a muchos ciudadanos de los países del norte al mundo de la ciencia, calando a estos  jóvenes?

 

Seamos claros, en ambos casos, los acusados pertenecen mayoritariamente al sur de Europa, y más concretamente de los países de la Cuenca Mediterránea.  Hablamos más concretamente de Españoles, Italianos y portugueses (¡esta vez, según tengo noticia se han salvado los griegos). Del mismo modo, estos ”chavales” proceden del centro y norte de Europa. La diferencia estriba en que los senior parecen ser anglosajones y los hosting en que permitían dejar las acusaciones de una gran universidad holandesa. Por el contrario, en esta ocasión dominan los jóvenes procedentes/residentes  de habla Germana y curiosamente para mí los belgas (de estos últimos no me lo esperaba). ¿Pero que es ese lado oscuro que he insinuado con anterioridad?. Como podréis observar, la mayor parte de ellos, proceden de países en donde el estado del bienestar es fastuoso, atacando a los que vivimos peor, y más hemos sufrido la crisis económica en el sur. Que se quejen de temores y desamparos los ricos frente a los pobres da mucho que pensar. Como podéis observar  en la gráfica que encabeza el post, muchos de los Estados en donde residen las Instituciones de los jóvenes “asustados” disfrutan de un alto porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB), dedicado a la Investigación y el Desarrollo (I+D), una mayor tradición y por tanto estructuración e internacionalización de sus instituciones, y como es lógico, una tasa superior de científicos por miles de habitantes que los del sur. ¡Todo esto resulta ser muy extraño!, algo así como darle la vuelta a la tortilla.  Y comienza a atufar.

 Comencemos con aproximarnos al estado de le ciencia en los países del sur, por cuento Portugal, España y Grecia (de oeste a este), tras la denominada Segunda guerra Mundial sufrieron dictaduras durante decenios, siendo marginados de la ya económicamente floreciente Comunidad Económica Europea, hasta principios de la década de los 80 del siglo XX. Por tanto, hasta inicios de esa década el sistema de I+D de estos “Estados del Sur” resultaba ser estremecedoramente paupérrimo, cuando no inexistente de facto. Veamos el caso de España, ya que lógicamente es el que mejor conozco.

 En España la vertebración de un sistema moderno de I+D se crea en 1986 (año de fábula en mi carrera profesional) al aprobarse la Ley de la Ciencia. Sin embargo no será hasta mediados de la década de los 90 cuando en España comience a aplicarse la nefasta política del publica o perece (publish or perish). En cualquier caso, a ciencia en este país comienza a desplegarse y crecer en la literatura internacional. Empero como en casi todas las ramas del conocimiento humano, al confundirse calidad con cantidad se pierde la esencia de lo que se desea proteger, que no debiera ser nada más que la buena ciencia. Y desde entonces la literatura basura prolifera como los residuos de plástico en nuestros océanos.  Loa científicos pasan en su mayoría de prestar atención a la redacción de buenos trabajos para centrarse en el número de papers aceptados en revistas indexadas. Y así  la actividad indagadora comienza más a asemejarse y ser avaluada como si se tratase de un  Formula One Grands Prix y nuestros CV intentan competir para encabezar “the Guinness World Records”.  He denunciado en mi blog una y mil veces que tal filosofía deviene en la prostitución de la ciencia, pero también en un monumental negocio para las editoriales científicas. A lo largo de esos años, muchas multinacionales adquieren revistas de prestigio que previamente eran publicadas por editoriales modestas, muy a menudo comandadas por sociedades científicas. La globalización llegó pues rápidamente a la ciencia. Eso sí, si tenemos en cuenta otros factores, como la casi obligada adscripción de los jóvenes investigadores a proyectos, estos últimos en lugar de aprender a investigar pausadamente,  desarrollando su pensamiento crítico, se adiestran en como producir más y más papers en esta “global big factory” (¿Hacer Buena Ciencia o Publicar?: Entre la Espada y la Pared). Ser un joven investigador brillante se confunde ahora con ser un magnifico redactor de papers, cuando no es lo mismo en absoluto. Eso si, resulta imposible alcanzar una posición estable en el staff científico de una institución, si no has pasado antes una estancia de más de 2-4 años, en otras extranjeras der gran prestigio y publicando numerosos papers, tantos como puedas ya que no hay límite razonable que dé lugar a generar la sospecha de casi nadie ¿¿??. Me comentaba hace un par de meses el director de un centro de investigación agraria del CSIC, que el promedio de los jóvenes investigadores con posibilidades de alcanzar una plaza estable de científico en esta institución, rondaba una productividad de ¡diez papers anualmente”.  Hemos alcanzado la demencia total.

 Como ya sabéis los lectores más asiduos de esta bitácora, he impartido clases de filosofía de la ciencia y método científico, durante cinco años, en una Escuela de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid.  Gran parte de los contenidos se encuentran ubicados en la categoría de mi blog: Curso Básico de Filosofía y Sociología de la Ciencia. Quien se atreva leer toda la documentación allí mostrada, comprenderá que la ciencia actual viola los principios más básicos de estas materias, elaboradas con mimo durante unos 150 años.  Bien harían nuestros jóvenes investigadores en leer esta material para comprender lo que está ocurriendo actualmente.

 Y aquí surge el paradigma de Internet.  Nadie duda de los grandes beneficios que ha brindado a la comunidad científica  red de redes, aunque también conlleva nefastos y nada triviales efectos colaterales. mucha investigación relevante publicada en otros idiomas como el francés y alemán que va quedando olvidado en las bibliotecas, sepultada por el polvo (Prostituyendo la Historia de la Ciencia (Ciencia Amnésica e Imperio Anglosajón). Hoy en día aparecen en revistas como el PNAS, Sience o Nature, “sorprendentes descubrimientos que ya eran dados por válidos en manuales básicos de edafología como por ejemplo, el de P. Duchaufour. Se trata tanto de un gravísimo error, como de una tergiversación brutal de la historia de la ciencia: O un contenido se encuentra en Internet o no existes” (“El Olvido de la Ciencia: El Efecto Internet y “Ciencia Olvidada: “El Efecto Internet”).  Pero, sorprendentemente, nada de esto “parece” preocupar a la comunidad científica).

A lo largo de ese periodo España sigue escalando puestos en estos rankings cuando llega la crisis financiara de 2007/2008. El Sistema nacional de I + D, aun endeble, paga una factura casi insostenible. Se recorta brutalmente el número de proyectos, becas y contratos a los jóvenes investigadores, no reponiéndose los puestos de trabajo de los científicos seniors ya jubilados. Y así comienzan a aparecer en los rotativos españoles noticias  como las siguientes: El Gobierno precariza los contratos de miles de investigadores sin avisar y con efecto retroactivo Ciencia española: crónica de una miseria anunciada ¿Conseguirán que no investiguemos? España ha perdido 11.000 investigadores desde 2010

El gasto en I+D en 2013 se redujo un 2,8%, hasta los 13.012 millones de euros

Es la cifra más baja desde 2006, según datos del INE (datos de 2015). (….)Un 1,24% del PIB. El gasto total en I+D en 2013 ascendió a 13.012 millones de euros, lo que significa un descenso del 2,8% respecto a los 13.392 millones del año anterior y la cifra más baja desde 2006. El gasto español en I+D llegó a su mejor año en 2010 (14.588 millones), después de aumentar paulatinamente desde los 11.815 de 2006, los 13.342 de 2007, los 14.701 de 2008 y los 14.582 de 2009. A partir de entonces, se ha producido un lento descenso: 14.184 millones en 2011, 13.392 en 2012 y 13.012 en 2013. El gasto de 2013 representó el 1,24% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 1,30% de 2012 y el 1,39% de 2010. La media de la UE ronda el 2%.

 El CSIC ha perdido el 10% de su personal en año y medio

Hasta 2010 su plantilla iba en aumento a pesar de los recortes presupuestarios entre noviembre de 2011 y junio de 2013

 La ciencia en España treinta años después de su primera ley

(Envejecida, pobre, superviviente). La ley de 1986 situó a la ciencia por primera vez en la agenda política española, sentando los cimientos de la investigación, así como su financiación, organización y coordinación entre el Estado y las autonomías

 Inversión en I+D: Gasto en Investigación y Desarrollo en los países de la UE, en % del PIB: España sigue cediendo puestos en la tabla europea de inversión en I+D

Los países nórdicos, con Finlandia a la cabeza, y Alemania siguen liderando la clasificación

 La competitividad con anterioridad a la crisis ya era enorme, empero ahora alcanza límites enfermizos.  Y así, los jóvenes investigadores españoles se lanzan a pedir cualquier tipo de beca o contrato de todo tipo de convocatorias que leen, siendo, lógicamente las más solicitadas las que otorga la UE.  Arriba, encabezando el post, podéis observar el puesto que ocupan los jóvenes científicos del estado español en las prestigiosas Acciones Marie Skłodowska-Curie. Hace unos 15 años tal posición en el ranking hubiera sido inimaginable. Dicho de otro modo nuestros “chavales” ya no pueden envidiar a nadie, al menos en número de papers.

Sin embargo lo mismo ocurre con los investigadores senior, y en espacial los que no alcanzan los 50-55 años. No juzgo la calidad de le investigación en España, sino la producción bajo el paradigma sociológico del publica o perece (publish or perish). Si tenemos en cuenta el PIB destinado a la ciencia en España y el número de investigadores,  puede demostrarse que en este país una gran número de científicos publican mucho, muchísimo. Así por ejemplo, España es el tercer país de la Unión Europea por número de documentos producidos en el área de la biotecnología. Sin embargo, en la Web Of Science | FECYT, la disciplina en la que más destaca España por el factor de impacto resulta ser las Ci9encias Agrarias, en donde se sitúan las justamente los “International Journals” en ciencias del suelo.

 Xenofobia en Europa, ¿xenofobia en ciencia?.

 Todos nos encontramos bajo el sometimiento de la dictadura financiera y sus grandes mentiras. La derechización y a menudo la xenofobia de los ciudadanos europeos es más que evidente tras la crisis económica de 2007-2008. Y dentro de esta movimiento que se asemeja preocupantemente al que se produjo antes de la Segunda Guerra Mundial  (World War II), muchos políticos echan las culpas a los países mediterráneos europeos, vertiendo una gran cantidad de mentiras que contaminan la mente de los ciudadanos de la UE. Llegando incluso a fragrantes e ignorantes provocaciones como la producida por el holandés Dijsselbloem en el parlamento Europeo. Más aún cuando hace tan solo una década alardeaban de su solidaridad con los ciudadanos del tercer mundo, hoy se niegan a dar asilo a los que padecen insufribles calamidades.   Y así, por ejemplo, podemos leer:  

La extrema derecha avanza en Europa al ritmo que crece la xenofobia Alza de la extrema derecha en Europa : ¿Existe hoy un peligro fascista?

 El presidente holandés del Eurogrupo dice que los países del sur gastan el dinero «en alcohol y mujeres» ….. Pero el “angelito” cree que lleva toda la razón, por lo no se retracta de ningún modo. “Dijsselbloem se niega a disculparse por decir que los países del sur se gastan la ayuda ‘en copas y mujeres’; “No puedo gastarme el dinero en alcohol y mujeres y después pedir ayuda”, refiriéndose a los países del sur que, como Grecia, necesitan colaboración solidaria para poder salir de su angustiosa crisis. Sinn embargo, veamos los países europeos que realmente dispendian más dinero en alcohol y prostituciónEste innombrable holandés parece no leer ni comics, ya que a pesar de su cargo ,ignora que las draconianas condiciones del rescate en gracia han dado lugar a : Drogas, depresiones y prostitución: los efectos de un lustro de crisis en Grecia (la Prostitución en Grecia ha aumentado en un 1.500% (mujeres jóvenes y desempleadas son los nuevos objetivos de la mafia)

Crisis griega: el crecimiento de la industria del sexo muestra que la austeridad ha violado los derechos de las mujeres.Alrededor de un tercio de los griegos están viviendo por debajo del umbral de la pobreza, y los niños y las familias constituyen una proporción significativa de los más vulnerables como consecuencia de las brutales medidas de austeridad. (….) cientos de miles de personas han sido expulsadas en bloque del sistema de salud”, dice Cossé. “Algunas viven en las calles y otras van allí para buscar drogas o clientes para el trabajo sexual”. (…) muchas mujeres no han tenido otra opción que el trabajo sexual. Muchas piden apenas unos pocos euros a cambio de sus servicios, habiéndose vistas forzadas a bajar los precios a causa de la competencia. Otras ofrecen sexo sin protección para aumentar sus ingresos (..)En Grecia, las mujeres casadas tienen prohibido trabajar legalmente en la industria del sexo. Expulsadas de los burdeles —que en general se considera que son más seguros que trabajar en la calle— terminan trabajando ilegalmente, enfrentándose potencialmente a un mayor riesgo de violencia y problemas de salud (….) Esto es bien sabido y está bien documentado. Pero una consecuencia del desempleo masivo en Grecia es ampliamente ignorado: la creciente tasa de mujeres que recurren al trabajo sexual para llegar a fin de mes.

 Un pueblo suizo paga 262.000 euros por no aceptar refugiados; Extranjeros a los que Suiza no quiere El partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses ficha al «Hitler negro» Verdaderos Finlandeses

(el número de extranjeros en ese país tan solo alcanzan la cifra del, 5,7% de la población sin extranjeros) mientras que en España, por ejemplo suman el doble, el 10,7%)

El avance de la ultraderecha en Finlandia complica los rescates financieros europeos

Los países del norte de Europa, no quieren ayudar a solucionar la crisis económica de los países del sur, si bien no tuvieron problemas para resolver los problemas de otros como Islandia e Irlanda)

Países Europeos que no quieres refugiados: Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa, Eslovaquia

 Holanda se plantea utilizar cárceles vacías para acoger refugiados: Como la tasa de criminalidad descendió en los últimos años, muchos penales han cerrado. Ahora, el gobierno propone reabrirlos para dar techo a las 50.000 personas que llegaron en 2015. ¡Bien venidos!

Bruselas abre expediente a tres países del Este por negarse a acoger refugiados

Open letter concerning scientific misconduct in the European Soil Science community

We are a group of early career scientists (PhD students to junior professor/lecturer level) working in Soil Science and connected disciplines. In a time that needs a “March for Science” to stand up against fake news, we believe that scientists themselves have a great responsibility to respect the codes of good scientific practice. We have followed, with great concern, the recent developments regarding the scientific misconduct in reviewer and editor activities in relation to citation stacking, affecting several major soil science journals.

As a result of these events, there is great uncertainty about the reliability of the peer-review process.  A first step towards solving the resulting crisis has been taken at this year’s EGU General Assembly through the start of a discussion on the role of editors and reviewers. This discussion was predominantly led by senior EGU officials and editors of the affected journals. Affected, however, are predominantly the authors, often early career members of our research community. Therefore, we believe our perspective on this form of citation stacking can be of great use to further elucidate the impact of the recent events on our scientific community. Hence, in this letter we would like to contribute to the ongoing debate, share our perspective and make suggestions on how to avoid future misconduct from the viewpoint of early career scientists.

In the following we would like to address these four, in our opinion, unresolved  issues:

i.         The consequences of manipulating citations for early career scientists.

ii.         How to report and avoid future misconduct, specifically by editors.

iii.         The ethical standards our community should follow.

iv.         Leadership and excellence within the European Soil Science Community.

We encourage all EGU early career scientists who support our notion to share this letter and join us as signees. Responses to this letter can be sent to:

SoilScienceEurope@gmail.com

A chronologically ordered list of references and documents related to the debate is added to this letter together with the names and institutes of the signees. Please note that we do not claim to represent our institutes in general, or the scientific community beyond the signees of this letter. 

(….)

i. The consequences of manipulating citations for younger scientists

A large part of the discussion so far has been focused on the issues arising from inflated impact factors (Minasny & McBratney 2016; EGU & Copernicus online reports 27th/28th Feb 2017). For early career scientists and the public, it is an equally severe issue if citations are recommended only for a selected group of papers, without justifying why these papers should be especially important or representative for a reviewed manuscript. How can policy makers and the public make scientifically sound and fact driven choices when our method of selecting the most trustworthy sources of information is guided by impact factors and citations that have been inflated or skewed towards a selective choice of studies and researchers?

Similarly, early career scientists thatapply for jobs are assessed not only by the number of publications and their impact factors, but to a large extent by the number of citations and, hence, the actual impact their research papers have accumulated. We feel that this has not been treated as a key issue in the ongoing discussion.

Our questions are the following:

1.   How can early career scientists who do not profit from citation stacking be assured that they have fair evaluation chances in future application processes when competing against researchers who profit from citation boosting?

2.   Which rules should be established to ensure that a large variety of research from different groups is represented when reviewers and editors suggest references?

We argue that there should be clear and transparent consequences for perpetrators who inflate citations of current or former students and associates, if it is proven that they have used their positions as reviewers or editors to suggest imbalanced literature recommendations. ii. How to report and avoid future misconduct

At this year’s EGU SSS division meeting, a significant part of the discussion on citation stacking and impact factor manipulation focused on the fact that the accusations were sent to the administrators and editors of affected journals anonymously. Indeed, “odd” developments in some of the affected soil science journals were previously reported in published articles (Minasny & McBratney 2016; Savenije 2017).  Included in these anonymous reports were the names of the accused scientistsWe agree that publishing anonymous, unverified reports that state the names of colleagues is not at all a practice that should be followed when reporting scientific misconduct. The issues with this procedure have been identified before (i.e. Pimple 2016). However, the anonymous reporting of scientific misconduct cannot be condemned per se.

To protect a reviewer from potential personal repercussions when reviewing, the anonymous peer-review processhas been established in modern science. Without the assurance of anonymity, many members of our research community would hesitate to raise objective concerns in a review process. A whistleblower who reports scientific misconduct needs the same protection. This is particularly true for early career scientists, who may hesitate to report scientific misconduct out of fear of negative consequences for their own career and who may assume that their chances to publish submitted manuscripts will be reduced if suggestions by reviewers and editors are not followed (see, for example, discussion on “reporting scientific misconduct” at retractionwatch.com, link to be found below; Titus et al. 2008; Kornfeld & Titus 2016).

Our suggestions are as follows:

1.   We strongly encourage the establishment of a trustworthy system that protects both the rights and reputation of an accused scientist and the whistleblower in order to enable the reporting and fair investigation of scientific misconduct. These systems have been suggested previously (Fischbach and Gilbert 1995) and do exist for many national science foundations (see for example the web presence of DFG 2017 on “research ombudsman”, the US or UK office of research integrity, links to be found below).

  1. A binding, and very restrictive guideline should be followed by editors and reviewers of scientific journals, clarifying what type of suggestions can be made during the review process. Similarly, clear guidelines to differentiate between the roles of editors and reviewers should be given.
  2. More specifically, we argue that an editor or reviewer should have the right to suggest references only if those are vital for a specific subject of the manuscript. Generally, the handling editor should interact with the reviewers first and receive their agreement. Above a certain number of suggested references (e.g. >3) a detailed motivation of the suggestions should be obligatory to avoid suggestions of exhaustive, unverified lists of references. If serious doubts are raised concerning the literature review for a submitted paper, it should lead to a reject & resubmit recommendation by the editors.

We argue that the role of the handling editor should be mainly to evaluate and balance the comments of reviewers and minimize his/her influence on the review and revision process beyond this task. Therefore, we would like to encourage the chief editors addressed in this letter to publishclear guidelines for the handling editors about their tasks and how they differ from those given to reviewers during the peer-review process.

iii. The ethical standards our community should follow

Leadership in science requires loyalty and responsibility towards the whole community that it represents, including whistleblowers trying to shed light on misconducts. The problem is not the lack of ethical guidelines in science (i.e. ALLEA 2017; Nature editorial 2017; a summary of examples of good scientific practice guidelines in different European countries can be found in DFG 2013), but rather that they are not properly applied. Towards our colleagues and the general public we are obliged to be reliable and accountable for the compliance of ethical and professional standards. This includes taking the responsibility and consequences if systematic violations of these standards from official representatives are evidenced. We feel that early career scientists, in particular, will lose their faith and trust in the scientific system if misconduct within the leadership does not lead to consequences. This may eventually result in lowering our standards and consequently corroding the trust that society has in the quality of our scientific work.

Our requests are as follows:

1.   To learn how to avoid and to deal with scientific misconduct, a vital part of university teaching to undergraduate, graduate and PhD students should prioritize good scientific practice over striving for positions, papers and impact.

2.   Senior scientists must encourage early career scientists in their groups to be aware of problems  about scientific misconduct, also within their own groups.

To our early career colleagues we say: If we want to ensure that scientific data is the fundament for political, socio-economic and environmental  decisions, we need to stand up and speak out against scientific misconduct. This also includes electing and supporting leadership that commits to fairness, transparency and condemning scientific misconduct (the next election of EGU division presidents and treasurers is scheduled for autumn 2017).

iv. Leadership and excellence within the European Soil Science Community

The current case of scientific misconduct in our community was not the first and will likely not be the last. Other scientific communities have been struck by similar issues in the past, leading to major consequences for the involved personnel and institutions (see Van Nordeen 2013). From our perspective, while the editors of the journals affected by manipulations spoke out very promptly, we were disappointed by the response from the current leadership of the SSS division at the division meeting during the general assembly of the EGU in April 2017. Ensuring a transparent investigation of the ongoing crisis and to avoid future misconduct requires independent leadership in our division. We are concerned that the handling of this situation at the division meeting by our current presidency is potentially catastrophic concerning the ethical standards in our community. In light of these developments, we highly appreciate the rapid response from the EGU Executive Committee to the EGU SSS division in response to imbalances in earlier published division minutes (published on May 15th 2017) from our division’s presidency (Update June 7th 2017: New revised SSS division minutes released, see link below).

(The following section was amended on June 8th 2017 on the basis of replies towards the open letter, including new revised EGU SSS division minutes)

In our opinion, a lack of transparency also taints the mechanisms by which scientists are recognized within the Soil Science community. For example, EGU’s guidelines for best practices for award and medal nominations state that to increase diversity in the group of EGU awardees and medalists, we encourage the EGU membership to consider gender, geographical and cultural balance”. Currently, there are too few nominations for the Outstanding Young Scientists Award across all sub-divisions of EGU SSS to fulfill these guidelines. A more active advertising by everyone within the European Soil Science community is needed to increase the number of award nominees in the future.

 We encourage that:

  1. EGU’s guidelines currently exclude researchers that are actively or were recently involved with representative functions at EGU for one year from nominations. We suggest an extension to a three year minimum
  2. More efforts need to be taken by all members of the Soil Science community to increase the number of award nominations (for example, conveners should suggest one of their younger invited speakers for the following year’s award, if suitable for nomination).  

Our conclusions

We urge the addressed senior researchers to establish a clear road map as to how this crisis will be handled and which actions will be taken to avoid future misconducts. In particular, this response should include (i) a way of handling the reporting of scientific misconduct, (ii) evaluating the role of and guidelines for editors and reviewers to avoid citation boosting, (iii) a re-evaluation of the leadership’s own role and the consequences if there is a conflict of interest between their position as a leader of our division and the judgement of scientific misconduct and citation boosting, and (iv) a re-evaluation of the guidelines for the award practices at the EGU SSS division.

In the light of the outlined subjects of concern, we argue that the current leadership of EGU’s SSS division has to critically review their role and actions taken or not taken to solve this ongoing crisis of trust in the review processes and in the ethical standards of our field. Personal consequences and an evaluation of the current leadership’s suitability to guide this process should not be excluded.

References (chronological order)

  • Fischbach, R.L., Gilbert, D.C. 1995. The ombudsman for research practice. Sci Eng Ethics 1: 389-402.
  • Titus, S.L., Wells, J.A., Rhoades, L.J. 2008. Repairing research integrity. Nature 453: 980-982.
  • DFG. 2013. Safeguarding good scientific practice. DOI: 10.1002/9783527679188.oth1. (german and english)
  • Van Noorden, R. 2013. Brazilian citation scheme outed. Nature 500: 510-511.
  • Kornfeld, D., Titus, S.L. 2016. Stop ignoring misconduct. Nature 537: 29-30.
  • Minasny and McBratney. 2016. More on Soil Science Journal’s Impact factor. Pedometron 39: 12-19.
  • Pimple, K. 2016. Misconduct: Don’t let which hunts taint investigations. Nature 538: 171.
  • Savenije, H. 2017. Announcement by EGU and Copernicus. doi:10.5194/soil-volume3-issue1-editorial.
  • ALLEA. 2017. The European Code of Conduct for Research Integrity – Revised Edition.
  • Nature (editorial). 2017. Integrity starts with the health of research groups. Nature 545: 5-6.
  • Keestra, S (in function as EGU SSS division president). 2017. SSS division meeting minutes. Received on May 15th 2017

    Replica de Paulo Pereira

    Dear colleagues Dear young scientists   The open letter that you sent to the community was forwarded to me and, therefore, I am not sure whether it reached all scientific community.   https://docs.google.com/document/d/1Xx08GNdeK97uLRQzRLStweTKIXC971mm4H4JorX0Iho/pub   Reading through the allegations in the letter, I think I have the right to answer to this, even though the letter did not reach me directly. I think that to ask these questions there is no need to write an open letter. It would be enough to discuss them openly, when all the community is present, such as the SSS division meeting and the town hall meeting where the issues related with the citation staking and strategy for improvement of the peer-review process were discussed and clarified (as Saskia stated in her letter). I am sure that sending this kind of statements will not improve the dialogue and will only increase the tensions within the community. SSS has done a great work for young scientists in the last years and I believe that all of you had opportunities, if you wished to take them. As things were posed in the letter, it seems that all this work was not true, that undercover things were happening, which you did not know, perhaps only because you did not ask… This letter has a face and this deserves an answer to the facts raised. I would like to state that I respect your opinion and all the issues that you raised. Your opinion is truly valuable, but there are several sensitive aspects, which I would like to touch upon below. In your letter you say that: “We have followed, with great concern, the recent developments regarding the scientific misconduct in reviewer and editor activities in relation to citation stacking, affecting several major soil science journals (first displayed in the so called “Akhanaten Mcdonald” report, see link below)

     Ethically it is very worrying that the letter based their concerns on an anonymous report that had the intention to damage people careers and lives. The report per se is unethical because it is attacking persons without a face. If there is a misconduct, it cannot be fought even with a worse misconduct. If the authors of the anonymous report have nothing to fear and are confident in what they say, why they would like to remain anonymous? The facts provided in the anonymous report were manipulated and this is the fact. Any person, or institution should not give credit to a report with no face and start making interpretations based on unfounded accusations. Based on this, any of us could make unfounded allegations against any colleague, without true evidence. The reaction that this letter and others had to the report was the problem…because others gave credit to this…The reports released by the journals involved (the ones who you really should give credit) refuted all the accusations of the existence of a Cartel, and this is the true. You mentioned EGU report, but you should see these as well:

     Catena

    https://www.journals.elsevier.com/catena/news/from-the-editors-letter-to-the-catena-community

     Geoderma

    https://www.journals.elsevier.com/geoderma/news/from-the-editors-letter-to-the-geoderma-community

    “A first step towards solving the resulting crisis has been taken at this year’s EGU General Assembly through the start of a discussion on the role of editors and reviewers. This discussion was predominantly led by senior EGU officials and editors of the affected journals. Affected, however, are predominantly the authors, often early career members of our research community”

     This was an open discussion. If some of you were there you were free to speak and raise your concerns. As far as I remember SSS was always an open community and young researchers always had an important voice. As I mentioned before there was a town hall meeting about this topic, I was there and I raised my voice (by the way I am a young researcher also). I am not sure if any of you where there, but if yes, you should have voiced your concerns there. The town hall meeting was the place to raise your questions.

    Similarly, early career scientists that apply for jobs are assessed not only by the number of publications and their impact factors, but to a large extent by the number of citations and, hence, the actual impact their research papers have accumulated. We feel that this has not been treated as a key issue in the ongoing discussion”.

    Our questions are the following:

  1. How can early career scientists who do not profit from citation stacking be assured that they have fair evaluation chances in future application processes when competing against researchers who profit from citation boosting?
  2. Which rules should be established to ensure that a large variety of research from different groups is represented when reviewers and editors suggest references?

We argue that there should be clear and transparent consequences for perpetrators who inflate citations of current or former students and associates, if it is proven that they have used their positions as reviewers or editors to suggest imbalanced literature recommendations“

 We all agree with this. Our scientific performance has impacts on our career. However, if the questions are not posed in the proper place, things cannot be known or solved. One question arises, how can you evaluate if early career researchers are favoured by citation boosting? Do not confuse this with very active persons that attend to many conferences, organize many sessions, become visible, disseminate their research and work hard! People that work hard to create an international network and work with many persons around the world.

When an editor or reviewer suggests a paper to read, normally, if there is a reason to recommend some additional work, they suggest literature that they are familiar with and think that if the author agrees, can be useful for them. This is the choice of the author.This letter claims about “clear and transparent consequences”, but do not make any reference to the damage caused to innocent people, and the consequences for the responsible(s) of anonymous report

 “At this year’s EGU SSS division meeting, a significant part of the discussion on citation stacking and impact factor manipulation focused on the fact that the accusations were sent to the administrators and editors of affected journals anonymously. Included in these anonymous reports were the names of the accused scientists (i.e. “Akhanaten Mcdonald report”). We agree that publishing anonymous, unverified reports is not the best way to deal with scientific misconduct. The issues with this procedure have been identified before (i.e. Pimple 2016). However, the anonymous reporting of scientific misconduct cannot be condemned per se and key elements of the “Akhanaten Mcdonald report” concerning citation stacking were well substantiated and required investigation.“

 As I mentioned before, the credit to an anonymous report should be zero. It is extremely unethical publishing an anonymous report, mentioning names, based on alternative facts that were proven to be wrong. If you compare the allegations done by the anonymous report and what was published by the journals, you will find that there is no Cartel or whatever it was called. Giving credit to something that was proven to be fake is a very serious question. Question: the facts were well substantiated, but were they true? The EGU report destroyed all the allegations that damaged severely people lives and careers.

 “To protect a reviewer from potential personal repercussions when reviewing, the anonymous peer-review process has been established in modern science. Without the assurance of anonymity, many members of our research community would hesitate to raise objective concerns in a review process. A whistleblower who reports scientific misconduct needs the same protection.

 It is clear that the role of the reviewer should be protected, no doubts about this. However, the protection of the whistleblower, can raise a lot of discussion. A person or group of persons that make serious accusations to their peers should give their name(s) to the community, to know where these accusations come from, based on what, with what propose and if they are real. The persons accused have the right to defend themselves and their good name, and if the accusations are anonymous there is no one to respond to and continue the discussion. I hope that none of you lived the unpleasant situation of receiving such an accusation, and I hope you will not have. In a previous sentence this letter condemn the actions of the persons behind this, quoteIncluded in these anonymous reports were the names of the accused scientists (i.e. “Akhanaten Mcdonald report”). We agree that publishing anonymous, unverified reports is not the best way to deal with scientific misconduct.And now pretends to protect them…This is a bit biased…

 “This is particularly true for early career scientists, who may hesitate to report scientific misconduct out of fear of negative consequences for their own career and who may assume that their chances to publish submitted manuscripts will be reduced if suggestions by reviewers and editors are not followed (see, for example, discussion on “reporting scientific misconduct” at retractionwatch.com, link to be found below; Titus et al. 2008; Kornfeld & Titus 2016).”

 In my opinion, if you felt that your work was not published because you did not include a reference, this should be discussed openly immediately. How can anonymous reporting, which is moved by the fear, improve the science transparency and integrity? 

“We strongly encourage the establishment of a trustworthy system that protects both the rights and reputation of an accused scientist and the whistleblower in order to enable the reporting and fair investigation of scientific misconduct”

Once an anonymous whistleblower spread in the community faked news or alternative facts, the reputation of the accused is damaged for life. The wistleblower can be protected if he shows his name and fundament strongly his accusations. The investigation carried out cleaned the idea of Cartel. So now that the accusations were proven to be wrong, where are the responsible(s) for the accusations? To whom the affected can ask for explanations and move to legal acts if is the case? Even this letter proves, that many people still continue referring to the anonymous accusations, which were proven false, without referring to the real facts and reports that refuted all the accusations, and this still continues affecting the careers and reputations of accused scientists.  

“Towards our colleagues and the general public we are obliged to be reliable and accountable for the compliance of ethical and professional standards. This includes taking the responsibility and consequences if systematic violations of these standards from official representatives are evidenced. We feel that early career scientists, in particular, will lose their faith and trust in the scientific system if misconduct within the leadership does not lead to consequences. This may eventually result in lowering our standards and consequently corroding the trust that society has in the quality of our scientific work”

 It is very correct what you are saying, however the letter claims to punish what and whom? Innocent people that were involved in a “story” that proven to be faked? If the letter aims to look for transparency, which is what we all want, let’s start to know the author(s) of the anonymous report, so that the discussion can continue openly…  

“In our opinion, this lack of balance and transparency also discredits the mechanisms in which scientists are recognized within the Soil Science community. For example, EGU’s guidelines for best practices for award and medal nominations state that “to increase diversity in the group of EGU awardees and medallists, we encourage the EGU membership to consider gender, geographical and cultural balance”. Since 2011, the outstanding early career scientist award in EGU Soil System Sciences (SSS) division has been given to 1 German, 1 Portuguese, 2 Italian and 3 Spanish researchers

 This is correct that we should defend gender and geographical diversity. However, before claiming anything, it is important to substantiate your opinion and double-check the procedures. Since 2011 the outstanding early career award was given to: 2011 Joao Nunes (Portugal), 2012 Claudio Zaccone (Italy), 2013 Raul Zornoza (Spain), 2014 Markus Steffans (Germany), 2015 Paulo Pereira (Lithuania), 2016 Agata Novara (Italy) and 2017 Vicky Arcenegui (Spain) (The countries are the ones where the awardees work. The same for Duchafour medal awardees). In total, 1 from Portugal, 1 from Lithuania, 1 from Germany, 2 from Italy, and 2 from Spain. It seems to me, that there is a geographical diversity, and the outstanding young researcher selection cannot be only based on nationality. First of all it should be based on people’s achievements. 5 men and 2 women were selected. But I agree that it is important that more women should be nominated for the prize.   Regarding the Duchafour medal: 2011, Stefan Doerr (UK), 2012 Jose Torrent (Spain), 2013 William Shotyk (Canada), 2014 Johan Six (Switzerland), 2015 Ingrid Knogel-Knabner (Germany), 2016 Heike Knicker (Spain), and 2017 Peter Smith (UK). In total, 2 from UK, 2 from Spain, 1 from Switzerland, 1 from Canada and 1 from Germany. As in the previous case 5 men and 2 women, and, as mentioned before more women should be nominated for the prize.   One last thing, the letter advocates for diversity, but the colleagues that signed this letter are: 11% from Belgium, 4% from Sweden, 10% from Austria, 41% from Germany, 7% from Czech Republic, 6% from The Netherlands, 11% from Switzerland, 2% from France, 1% from Italy, 1% from UK and 3% did not show the affiliation. Many countries of Europe are not represented, therefore in the essence, the letter is not diverse. Where are the East European Countries, or the Balkans, or the Mediterranean… This is very incomplete. The majority of the supporters of this letter are from a specific group of countries, which, by the way, are the ones with the best conditions to have an academic career        

“The nomination of these researchers were earned by their outstanding contributions to Soil Science which do not stand to argue. However, the EGU panel for Award nominations in SSS has clearly not kept up to its own standards that include the diversification of the recipients across the European research community. Given the fact that awardees are also chosen based on an evaluation of the influence and impact of their work, which is in return assessed by the number of publications and citations, this corrodes our trust in a balanced selection system for these types of awards“

If the letter questions the process, it automatically questions the awardees, because their selection depends on the committee. SSS has the fairest election of OYSA awardees of EGU, as Saskia answered. The decision is not made by the president, but by a commission composed of the past awardees and the SSS president. To win the prize, young scientists have to be nominated and trusted by their colleagues. Young researchers that are active have strong possibilities to win the prize and for this is important to work hard. One of the criteria is the publications, not the citations. For publications, me, you and all, just have to work hard…     

“Hence, while we do not want to call into question the award winners and their outstanding contribution, we criticize the EGU SSS panel for not fulfilling its own standards of aiming to select award winners that represent the whole of the European Soil Science community. For example, based on this year’s attendance numbers for the EGU General Assembly 2017, the SSS outstanding young scientists award has gone to awardees representing only about 35% of EGU’s European attendees [Germany (15%), Italy (11%), Spain (7%) and Portugal (2%)]. It is unclear whether this bias is related to a lack of nominations from other European countries, a lack of transparency in the selection process, or a conflict of interest”

 As you may saw in Saskia letter, there is a lack of nominees from several countries. Without this, people cannot receive the award There is a contradiction in the letter statement. First say’s , we criticize the EGU SSS panel for not fulfilling its own standards of aiming to select award winners that represent the whole of the European Soil Science communityand later on defend thatbased on this year’s attendance numbers for the EGU General Assembly 2017, the SSS outstanding young scientists award has gone to awardees representing only about 35% of EGU’s European attendees [Germany (15%), Italy (11%), Spain (7%) and Portugal (2%)]”. Why the prizes should go to the most represented countries? Because they have more funds to go to EGU assembly and therefore, can send more people? The letter claims for diversity, but as things are posed is excommunicating the researchers from countries that do not have the possibility to attend such an expensive conference. In my opinion, this idea can lead to discrimination of some countries and researchers representing these countries.  Should the prizes represent all Europe? Or only the European countries that have more representatives at EGU Assembly? All the Soil scientists in past SSS meetings were invited to nominate young students. The nomination should be sent to EGU secretary…not to SSS division president, thus how can the letter argue about lack of transparency from the part of SSS president regarding the nominations?   “In the light of the outlined subjects of concern, we argue that the current leadership of EGU’s SSS division has to critically review their role and actions taken or not taken to solve this ongoing crisis of trust in the review processes and in the ethical standards of our field. Personal consequences and an evaluation of the current leadership’s suitability to guide this process should not be excluded”   The letter bases some of the concerns on faked information, alternative facts (anonymous report) and procedures that the colleagues did not know (OYSA). This is unacceptable in a scientific community: scientists more than the others should first examine the facts and then make conclusions. Some of the information that the letter exposed is incorrect, makes unfounded accusations against the SSS division leadership and the OYSA awardees that are part of awardee commission. In my opinion, to solve all the important questions that you are raising, it is important to have an open discussion in the proper place, and the proper forums. It would be also important to speak with the persons that can answer to your doubts and clarify the procedures, and be active in making suggestions on how existing procedures could be improved.    All the best and thanks for raising your concerns, Paulo Pereira 

List of signees in alphabetical order (at date: June 4th 2017)

Dr. Emilien Aldana-Jague; Université catholique de Louvain; Earth and Life Institute

Yolanda Ameijeiras Mariño, MSc.; Université catholique de Louvain; Earth and Life Institute

Dr. Louise C. Andresen; University of Gothenburg; Department of Earth Sciences

Dr. Roey Angel; University of Vienna, Department of Microbiology and Ecosystem Science

Marijn Bauters, M.Sc.; Ghent University; ISOFYS Lab

Dr. Mats Björkman; University of Gothenburg; Department of Earth Sciences

Dr. Jan Blöthe; Bonn University; Department of Geography

Dr. Petr Capek; University of South Bohemia in Ceske Budejovice, Department of Ecosystem Ecology

Dr. Chiara Cerli; Universiteit van Amsterdam; Institute for Biodiversity and Ecosystem Dynamics

Dr. Anne Daebeler; University of Vienna, Division of Microbial Ecology

Dr. Kateřina Diáková; University of South Bohemia; Department of Ecosystem Biology

Janina Dierks, M.Sc.; ETH Zürich; Institute of Agricultural Science

Dr. Sebastian Doetterl; Augsburg University; Water and Soil Resources Research

Dr. Olivier Evrard; Université Paris-Saclay; Laboratoire des Sciences du Climat et de l’Environnement

Dr. Lucia Fuchslueger; University of Antwerp; Department of Biology

Lars Ganzert; Leibniz-Institute of Freshwater Ecology and Inland Fisheries, Experimental Limnology

Dr. Gina Garland; ETH Zurich, Sustainable Agroecosystems

Dr. Norman Gentsch; Leibniz Universität Hannover, Institute of Soil Science

Dr.-Ing. Markus Graf-Rosenfellner; Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, Chair of Soil Ecology

Dr. Marco Griepentrog; Ghent University; ISOFYS Lab

Roman Grüter, M.Sc.; ETH Zurich, Soil Protection

Dr. Volker Häring; Ruhr-University Bochum, Institute of Geography

Julian Helfenstein, MSc.; ETH Zurich; Plant Nutrition

Dr. Pedro Hervé-Fernández; Ghent University; Laboratory of Hydrology and Water Management

Dr. Florian Hirsch; Brandenburg University of Technology; Chair of Geopedology and Landscape Development

Dr. Eleanor Hobley; Technical University of Munich; Chair of Soil Science

Filip Hrbácek, Mgr.; Masaryk University Brno, Department of Geography

Dr. Klaus Jarosch; University of Bern, Institute of Geography

Dr. Stefan Julich, Technical University of Dresden; Institute of Soil Science and Site Ecology

Dr. Michael Kaiser

Dr. Eva Kastovska; University of South Bohemia, Faculty of Science, Department of Ecosystem Biology

Dr. Katharina Keiblinger; University of Natural Resources and Life Sciences Vienna; Department of Forest and Soil Sciences

Frédérique Kirkels, M.Sc; Utrecht University; Department of Earth Sciences

Petr Kotas; University of South Bohemia; Global Change Research Centre AS CR

Dr. Oliver Korch; Augsburg University; Institute of Geography

Dr. Sabine Kraushaar; University of Vienna; Department of Geography and Regional Research

Sonja Leitner, Mag.; University of Natural Resources and Life Sciences; Institute of Soil Research

Viviana Loaiza, M.Sc.; ETH Zurich; Sustainable Agroecosystems

Vera Makowski, M.Sc.; Technical University of Dresden; Institute for Soil Science and Site Ecology

Kewan Mertens, M.Sc.; Katholieke Universiteit Leuven

Dr. Carsten W. Müller; Technical University of Munich; Chair of Soil Science

Dr. Elisabet Nadeu

Dr. Victoria Naipal; Laboratoire des Sciences du Climat et de’l Environnement

Silke Neu, M.Sc.; Technical University of Dresden; Chair of Wood and Plant Chemistry

Gaetano Pecoraro; University of Salerno, Department of Civil Engineering

Dr. Engil Isadora Pujol Pereira, ETH Zürich; Sustainable Agroecosystems

Jakob Pferdmenges, M.Sc.; Justus-Liebig-University Giessen; Institute of Landscape Ecology and Resources Management

Dr. Christopher Poeplau; Thünen Institute of Climate-Smart Agriculture

Isabel Prater, BSc.; Technical University of Munich; Chair of Soil Science

Dr. Eric Pohl; Helmholtz Institute Freiberg for Resource Technology

Dr. Leonardo Ramirez-Lopez; BUCHI Labortechnik AG; Flawil, Switzerland

Dr. Taru Sanden; Austrian Agency for Health and Food Safety; Department for Soil Health and Plant Nutrition

Dr. Jörg Schaller; Bayreuth University; Environmental Geochemistry

Calogero Schillaci, MSc.; Department of Agricultural and Environmental Sciences; University of Milan

Dr. Hannes Schmidt; University of Vienna; Division of Microbial Ecology

Johannes Schmidt, M.Sc; Leipzig University; Institute of Geography

Dr. Jörg Schnecker; University of Vienna; Department of Microbiology and Ecosystem Science

Dr. Anna Schneider; Brandenburg University of Technology; Chair of Geopedology and Landscape Development

Christian Schneider, Dipl.-Geogr.; Leipzig University; Institute of Geography

Dr. Wolfgang Schwanghart; University of Potsdam; Institute of Earth and Environmental Science

Steffen Schweizer, M.Sc.; Technical University of Munich; Chair of Soil Science

Dr. Carlos Sierra; Max-Planck Institute for Biogeochemistry; Theoretical Ecosystem Ecology

Dr. Philipp Stojakowits; Augsburg University; Institute of Geography

Mounir Takriti, Mag; Lancaster University; Lancaster Environment Centre

Dr. Marie-Liesse Vermeire; Université catholique de Louvain; Earth and Life Institute

Dr. Alix Vidal; Technical University of Munich; Chair of Soil Science

Marijn Van de Broek, MSc.; KU Leuven; Department of Earth and Environmental Sciences

Jeroen Van Leeuwen, MSc.; Wageningen University and Research; Department of Plant Sciences

Elizbaeth Verhoeven, MSc.; ETH Zurich; Sustainable Agroecosystems

Dr. Cordula Vogel; Technical University of Dresden; Institute of Soil Science and Site Ecology

Alexandre Wadoux, MSc.; Wageningen University; Soil Geography and Landscape Group

Dr. Martin Wiesmeier; LFL Bayern; Institute for Organic Farming, Soil and Resource Management

Benjamin Wilde M.Sc.; ETH Zurich; Sustainable Agroecosystems

Dr. Birgit Wild; Stockholm University; Department of Environmental Science and Analytical Chemistry

Florian Wilken, M.Sc.; Augsburg University; Institute of Geography

Patrick Wordell-Dietrich, Dipl.-Geogr.; Technical University of Dresden; Institute for Soil Science and Site Ecology

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