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Fuente Colaje Imágenes Google

En este bitácora hemos defendido desde hace casi dos decenios que el patrimonio cultural, material e inmaterial de la humanidad, a lo largo de su historia, nos resulta ahora imprescindible en esa batalla que estamos perdiendo contra el calentamiento climático, Sus prácticas sustentables deben ser rescatadas, inventariadas, analizadas y muchas de ellas aplicadas en la lucha contra la degradación de los suelos, la soberanía alimentaria, la pérdida de biodiversidad y la mitigación del calentamiento de la atmósfera. Hemos abundado hasta la saciedad, y seguiremos en la brecha incidiendo en que prácticas del pasado pueden enseñarnos mucho más que seguir jugando con nuevas tecnologías, lo cual no quiero decir que desdeñe las últimas. En consecuencia, nos hace feliz que la sociedad, las instituciones y “algunos científicos” comiencen, no ya discutir sino, a tomarse el tema con la seriedad que exige. Y así me siento feliz al mostraros la siguiente nota de prensa “Informe pide que el conocimiento de los pueblos indígenas se incluya en la política climática”. El documento aludido, que puede bajarse libremente de Internet, es avalado por las más altas instituciones internacionales, como podréis observar al leer la nota de prensa (traducida automáticamente de la versión original en Suajili). Y perdonar porque me emociono. Podéis pasar y leer sin más dilación la nota de prensa, soslayando esta desiderata previa.

A nivel profesional, la etnoedafología, etnobotánica y etnoagricultura no han sido más que muy colateralmente materias de estudio y publicación, pero sí de mi interés. No me encontraba ni en la época adecuada ni en la institución adecuada, ni en el país apropiado. No obstante, me percaté de su importancia cuando era un veinteañero, es decir hará unos 45 años.  Todo comenzó a los tres o cuatro meses de iniciar lo que se denominaba “tesis de licenciatura o tesina” en el CSIC (actualmente tal título se extinguió). Armado con la arrogancia inherente a la juventud y mi bagaje “teórico” universitario me lance a investigar en la ecología del paisaje, los suelos y su microfauna en áreas de montaña. Al toparme por primera vez con un paisaje maravillosamente biodiverso y edafodiverso, como lo es La Sierra de Ayllón, digámoslo claro, no entendía casi nada. Por un lado, estaban mis conocimientos teóricos, por otro todo aquello que visionaba, pero ¿cómo enlazarlo? Un entrañable amigo y colega me abrió la puerta y allanó el camino. Se trataba de leer todo lo que pudiera sobre el pasado agrario y paisajístico, estudios que en aquella época eran etiquetados como de “geografía regional”. También me recomendó vívidamente hablar y preguntar a los paisanos. Así lo hice y donde había noche, amaneció y comenzó la luz. Las piezas del puzle fueron encajando como si se autoensamblaran espontáneamente. Todo finalizó mucho después, al término de mi tesis doctoral “Ecología del Paisaje y Sistemas Edáficos en el Macizo de Ayllón. En aquel libro de más de 500 páginas, trate muchos temas que, por aquella época, eran casi considerados impropios de un científico experimental, como la gestión milenaria del agro, la vivienda rural y un largo etc. Por ejemplo, en algunas viviendas tradicionales aparecían exporadicamente unos bloques que resultaron ser lateritas.  ¡Una pista a rastrear! Busqué en el campo y terminé encontrando bauxitas y plintosoles. 

Muchos años después (2006) en Filadelfia, cansado de simposios de física y matemáticas aplicadas a la edafología, entré en uno de etnoedafología, tan solo por curiosidad. Francamente, salí de la sala tan impresionado como para cambiar mis hábitos vacacionales (siempre unido a actividades profesionales, congresos, simposios, etc..) comenzando a viajar por los paisajes de las tierras Latinoamericanas. Eso sí, ya me interesaban tanto el paisaje y los suelos, como las prácticas de las culturas precolombinas.  ¡Una experiencia indescriptible! Por esta razón, en nuestra bitácora, abrir la categoría “Etnoedafología y Conocimiento Campesino, en la cual hemos almacenado los numerosos posts detallando las proezas de diversas culturas indígenas y, como no las prácticas tradicionales campesinas. También hemos clamado aquí y en alguna que otra publicación por la imperiosa necesidad de financiar y redactar unLibro Rojo de las Prácticas Tradicionales Sustentables”. En mi Researchgate podéis bajaros las escasas publicaciones que he redactado en este sentido.

Y os dejo, sin más dilaciones sobre esta noticia, una genuina buena nueva.  

Juan José Ibáñez

Continúa………..

Informe pide que el conocimiento de los pueblos indígenas se incluya en la política climática

por la Universidad de East Anglia

Un nuevo informe destaca cómo el reconocimiento de los sistemas de conocimiento de los pueblos indígenas y las comunidades locales podría hacer más para abordar el cambio climático que muchos enfoques actuales.

También aboga por garantizar la inclusión plena y equitativa de los pueblos indígenas y las comunidades locales en los procesos de políticas.

El informe, publicado como libro blanco, ha sido elaborado por un equipo internacional de 12 autores liderado por el profesor Ben Orlove de la Universidad de Columbia en EEUU, entre los que se encuentran el dr. Neil Dawson de la Universidad de East Anglia (UEA) en el Reino Unido, y la doctora Victoria Reyes-García de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) y el Instituto de Ciencias y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), en España. El equipo también incluyó a cinco académicos indígenas.

Copatrocinado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, el documento fue una respuesta a los crecientes llamamientos para que se prestara atención internacional a la cultura en la ciencia y la política del cambio climático.

A menudo se asume que las respuestas al cambio climático deben involucrar nuevas tecnologías o cambios de comportamiento impulsados por los gobiernos y las grandes empresas. Sin embargo, los autores se basan en diversa literatura y estudios de casos para ilustrar por qué el reconocimiento de los sistemas de conocimiento de los pueblos indígenas y las comunidades locales agregaría mucho a los enfoques científicos occidentales y representaría un cambio transformador necesario de los esfuerzos actuales de arriba hacia abajo.

Este conocimiento, en poder de los 400 millones de pueblos indígenas del mundo, además de muchas comunidades locales y tradicionales, aporta formas alternativas de comprensión y formas probadas de abajo hacia arriba de abordar problemas globales complejos, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Sin embargo, contraproducentemente, muchas de estas comunidades continúan sufriendo discriminación social, política y económica, a menudo incluyendo violencia y desplazamiento de sus territorios, y son las más afectadas por el cambio ambiental y climático.

El Dr. Dawson, investigador de la Escuela de Desarrollo Internacional de la UEA y uno de los autores principales del informe, dice que «respetar los derechos humanos de los pueblos indígenas, sus territorios y sus conocimientos podría hacer mucho más para abordar el cambio climático que muchas soluciones propuestas«.

«Es impactante que esto represente un cambio tan grande, pero este informe muestra que las diversas visiones del mundo necesitan mucho más reconocimiento en la política y la ciencia climáticas«.

Los ejemplos detallados en el informe incluyen la contribución de la espiritualidad mapuche a la mitigación del cambio climático en Chile, los procesos consuetudinarios que guían la reubicación de las aldeas costeras en Fiji, el conocimiento local de la gestión del agua en la Sierra Nevada española y las prácticas indígenas de manejo de incendios para la conservación de los bosques en Bolivia.

También examina la resiliencia asociada con los muros de piedra tradicionales para la agricultura en la región de la Cordillera de Filipinas, la gestión local del riesgo de inundación en asentamientos informales en Sierra Leona y el conocimiento indígena en entornos urbanos, como el área de la Bahía de San Francisco y el Valle de Phoenix en los Estados Unidos.

La colaboración reforzada entre la ciencia occidental y estos diversos sistemas de conocimiento se ha pedido cada vez más en los informes internacionales, como una forma de mejorar la eficacia de la acción climática.

«En pocas palabras, muchos organismos internacionales ahora recomiendan roles y oportunidades mucho más prominentes para que los líderes y representantes indígenas influyan en las decisiones y compromisos en las negociaciones climáticas globales y las estrategias climáticas a nivel nacional», dijo el Dr. Reyes-García, Profesor ICREA en ICTA-UAB.

«Pero, como ilustra el informe, esto no es tan rápido y fácil de lograr. Los sistemas de conocimiento son altamente complejos, arraigados en diferentes visiones del mundo y valores. Aunque a veces se asume que están desactualizados y no son relevantes para el mundo moderno, los sistemas de conocimiento indígenas son activos, dinámicos, contemporáneos y altamente resistentes«.

Los sistemas de conocimiento no solo incluyen valores, como las creencias espirituales y las conexiones con la naturaleza, sino también formas de decidir, organizar y gobernar, administrar y cuidar activamente la tierra y los recursos. Desempeñan un papel crucial en la gestión sostenible de gran parte de los ecosistemas, especies y recursos críticos del mundo.

«Existe un consenso creciente de que no estamos respondiendo al cambio climático con la velocidad o efectividad necesarias«, explicó Rosario Carmona, investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres en Chile.

«Para enfrentar este desafío, necesitamos urgentemente entender el problema desde una perspectiva diferente. Los valores y cosmovisiones de los pueblos indígenas tienen mucho que aportar«.

El informe, titulado «Patrimonio cultural inmaterial, diversos sistemas de conocimiento y cambio climático», describe los pasos que deben tomarse para mejorar el reconocimiento de los sistemas de conocimiento indígenas y locales, como los derechos plenos y seguros a los territorios e idiomas indígenas, el respeto de los derechos y destaca las características de una colaboración más equitativa.

El desarrollo de la comprensión intercultural, la confianza y los procesos de gobernanza adecuados puede llevar años y va en contra de muchas suposiciones y formas arraigadas de abordar las crisis ambientales, pero el informe dice que esto es esencial para mantener los ecosistemas y las personas.

A nivel local, se podría lograr una acción climática más efectiva asegurando los derechos a los territorios indígenas y apoyando a las instituciones consuetudinarias. Las estrategias climáticas nacionales y las contribuciones determinadas a nivel nacional deben incluir la gobernanza consuetudinaria y la administración local como vehículos para lograr niveles de emisiones sostenibles.

A nivel internacional, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático debería elevar el papel de la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas y facilitar una dotación más directa de recursos para los Pueblos Indígenas y las comunidades locales a fin de apoyar la aplicación y la resiliencia de diversos sistemas de conocimientos.

Además, los procesos de evaluación del IPCC deberían incluir a más académicos indígenas como autores de la evaluación/autores principales, utilizar formas más amplias de citación y estudios de casos para la próxima Ronda de Evaluación 7 y más allá, y más síntesis de evidencia relacionada con los roles desempeñados por los pueblos indígenas y las comunidades locales a través de sus sistemas tradicionales pero en evolución.

Explora más a fondo

Científicos advierten sobre las implicaciones dañinas de perder los sistemas de conocimiento indígenas y locales

Más información: Informe: Patrimonio cultural inmaterial, diversos sistemas de conocimiento y cambio climático

Operado por University of East Anglia 

 

algún artículo del bloguero

Ibáñez, J.J.  2011. Revistando el pasado para mejorar el futuro de la agricultura ecológica genuinamente sustentable: Etnoedafología Primer taller regional de Edafología de la UNISS. Universidad.  La facultad de Ciencias

Ibáñez,J.J.,  López-Lafuente,A. & Lobo, A. 1996. Cambio climático y acción antrópica en el Mediterráneo. Lecciones del Pasado. In: (pp. 183-204), Erosión y Recuperación de Tierras en Áreas marginales. T. Lasanta & J.M. García Ruíz (eds.), Instituto de Estudios Riojanos & Soc. Esp. Geomorfol., Logroño.

Ibáñez, J.J. 2015. Mirando hacia el pasado para mejorar el futuro: Un viaje por las culturas precolombinas. En: La Sociedad, la Agricultura y el SueloTello, J.J. Jaizme-Vega, M.C. y Porcuna, J.L. (Eds). La Sociedad, La Agricultura y el Suelo. Sociedad Española de Agricultura Ecológica. SEAE gobierno de Canarias, pp.247-270.

 

Los Suelos como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad: Libro Rojo de las Prácticas Tradicionales Sustentables

Tesis De licenciatura: Importancia de la Nematofauna Edáfica en los Ecosistemas Forestales y su Dinámica

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Un comentario

  1. Thank you for highlighting the importance of indigenous knowledge in combating climate change! How can we further integrate these valuable insights into mainstream climate action efforts?

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