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Suelos selenitas; Polo Norte Lunar. Fuente: NASA

¡Noticia electrizante!, ¡Noticia con mucha chispa!. Como todos sabéis en las últimas décadas se ha estudiado mucho y especulado soberanamente acerca de los suelos marcianos, el contrario de lo acaecido con ese satélite natural que nos ilumina casi todas las noches y al que denominamos La Luna.   Sin embargo, en septiembre de 2014 diversos boletines de noticias se hicieron eco de los últimos, con una nota de prensa que en algún rotativo llevaba por título “El insospechado papel de las chispas eléctricas en la evolución geológica lunar”. En este última, por ejemplo, se puede leer “Interpretar correctamente las huellas de la historia registrada dentro de esos cráteres oscuros y fríos requiere conocer bien qué procesos afectan a sus suelos”. Y es que “al perecer” la gélida cobertura de suelos polares lunares echa chispas. Según los investigadores que han llevado a cabo tal sideral descubrimiento, en el lado oculto de nuestro satélite “las tormentas periódicas de partículas energéticas solares pueden haber alterado notablemente las propiedades del suelo en los cráteres más fríos del satélite a través de un proceso que incluye chispas eléctricas”. ¿Quién decía que la edafosfera de la luna era inerte?. ¿?. ¡Todo lo contrario!. Las mentadas partículas la cargan eléctricamente, generando campos eléctricos que a su vez producen chispas y así modifican su estructura ¿edafológica?. Tal hecho, acaece en los cráteres polares del lado oscuro de la Luna, que así podrían llegar a parecer ¿discotecas? ¿castillos de fuegos artificiales?. ¡A saber!. A expensan de más información, en nuestra bitácora los acuñaremos como chisposuelos selenitas. Os recuerdo que, a pesar de mis dudas, y a la espera una versión oficial el Grupo de Trabajo de la IUSS que elabora una Clasificación Universal de Suelos, este colectivo de “sabios” considera/baraja incluir los regolitos/suelos de otros cuerpos celestes en su constructo taxonómico.  Y esta sí que es una sorpresa. También cabe mentar que se sospecha que estas zonas polares pueden albergar agua, y de ser así, podrían detectarse edafotaxa con estructuras superficialesbpoligonales, ya detectadas en Marte y posiblemente permafrost. Por tanto, si fuera el caso, los chisposuelos deberían incluirse como un subgrupo de la categoría de Crisololes/Gelisoles extraplanetarios. ¡Noticia electrizante!, ¡Noticia con mucha chispa!. ¡Noticia celestial de ser cierta!. ¿Qué Juanjo desvaría?. Probablemente, aunque yo no soy el proponente que insinuó clasificar los suelos de otros mundos, sino este consejo de sabios. Mientras tanto los sedimentos marinos de La Tierra, siguen siendo despreciados por los mentados sacerdotes de la ciencia del suelo. Por favor, no os electrocutéis.  Os dejo pues con esta buena nueva llegada desdela Luna.

¡Haiiii que calambre!.

Juan José Ibáñez

El insospechado papel de chispas eléctricas en la evolución geológica lunar

La Luna parece un lugar tranquilo, pero una investigación basada en modelación digital sugiere que, en la escala geológica del tiempo, las tormentas periódicas de partículas energéticas solares pueden haber alterado notablemente las propiedades del suelo en los cráteres más fríos del satélite a través de un proceso que incluye chispas eléctricas, un hallazgo que podría cambiar el concepto científico que se tiene de la evolución de las superficies planetarias en el sistema solar.

FUENTE | Noticias de la Ciencia 17/09/2014

 Los resultados del estudio, realizado por científicos de la NASA y de la Universidad de New Hampshire, en Estados Unidos ambas instituciones, sugiere que las partículas de alta energía procedentes de grandes tormentas solares poco comunes penetran en las regiones polares y heladas de la Luna, y cargan eléctricamente el suelo. La carga puede crear chispas eléctricas, o rompimiento electrostático, y este proceso ha modificado posiblemente la propia naturaleza del suelo polar lunar, lo que sugiere que las regiones que se hallan permanentemente a la sombra, las cuales contienen pistas sobre el pasado de nuestro sistema solar, pueden haber estado más activas de lo que se creía anteriormente.

Interpretar correctamente las huellas de la historia registrada dentro de esos cráteres oscuros y fríos requiere conocer bien qué procesos afectan a sus suelos. A tal fin, el equipo de Andrew Jordan, de la Universidad de New Hampshire, construyó un modelo digital para estimar cómo las partículas de alta energía detectadas por la sonda LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter), en órbita a la Luna, pueden crear campos eléctricos notables en la capa superior del suelo lunar.

Las partículas solares de alta energía, después de ser creadas por las tormentas solares, avanzan a través del espacio interplanetario y bombardean la Luna. Estas partículas pueden acumular en el suelo cargas eléctricas más rápidamente de lo que este puede disiparlas, y debido a ello pueden surgir chispas eléctricas, sobre todo en sitios delas frías regiones polares que estén sumidos en la sombra de manera permanente. Esos puntos son lugares únicos, donde las temperaturas pueden ser tan bajas como 240 grados centígrados bajo cero (400 grados Fahrenheit bajo cero) y donde puede existir hielo de agua.

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