Biocostras

Colaje: Imágenes Google

Hará tres días antes de escribir la presente entrega, que redacté un post titulado: “Los Desiertos Patrimonio Mundial de la Fertilidad Global”, cuando acabo de recibir la nota de prensa que os proporciono abajo. Pues bien, hemos editado bastantes posts sobre el tema y sabemos lo suficiente como para poder decir con contundencia, “más de lo mismo”. No vislumbro novedad digna de atención. Conociendo la actividad y la atención que despiertan estos temas en la Universidad y un Centro del CSIC en Almería (Andalucía, España), debo suponer que la redacción del texto ha sido llevada a cabo por plumillas de la prensa general que desconocen casi todo a cerca de este tema. Buscamos pues el artículo original que, traducido del suajili al español castellano, viene a decir “Las costras biológicas del suelo desempeñan un papel clave en el ciclo mundial del polvo actual y futuro”. Y tan solo el título, como el breve resumen que os he traducido abajo, nos permite al menos vislumbrar el genuino objetivo del estudio original.

Efectivamente, las biocostras cubren parte de los suelos de ambientes áridos, ya sean fríos o cálidos. Al carecer de otra vegetación, tales costras, compuestas por bacterias, hongos, líquenes, musgos y las partículas que allí quedan atrapadas, protegen a los materiales edáficos de ser arrastrados por los vientos. Sin embargo, también cabe añadir que se trata de micro-ecosistemas muy frágiles ante los impactos humanos. Tan solo el pisoteo ya las daña. Difícilmente podrían instalarse en la agrosfera y otros muchos hábitats afectados por la acción humana. Las biocostras desempañan papeles relevantes, desde diversos aspectos, en los suelos desnudos. Evitar o mitigar la erosión resulta ser tan solo uno de ellos. Por otra parte, en la investigación publicada, se nos avisa de que, junto al polvo atmosférico, también pueden viajar patógenos que afectAn la salud humana o de otras especies, aunque también el propio polvo es fuente de numerosos problemas para la agricultura, biota y salud humana. Sin embargo, como dijimos en el post que os he enlazado en las primeras líneas, la dinámica del sistema climático ha funcionado siempre con sus pros y sus contras, en lo concerniente al papel de las deposiciones eólicas. Muchos ecosistemas también se benefician de este gigantesco trasiego de partículas diminutas.  Nos parece correcto que los lectores neófitos sean conscientes del papel de estas estructuras abióticas. Ahora bien, las costras, por su naturaleza, deben ser respetadas, aunque no paliarán el problema climático. Son extremadamente sensibles. Y ante una hipotética e imaginaria pregunta tal como la siguiente ¿Qué pasaría si los desiertos estuvieran completamente recubiertas de biocostras?. ¿Qué responder? Como hemos visto en los posts precedentes que relaciono abajo, se generarían cambios biosfericos globales que, desde el punto de vista humano, cabría argumentar que según la perspectiva/enfoque y objeto de estudio considerado, podrán ser calificados como fantásticos, buenos, malos, catastróficos, etc. Por cierto, el último párrafo de la nota de prensa se me antoja inteligible. ¡Hay con los plumillas obligados a atender a la cultura científica!…. “Siempre debemos estar alerta con sus escritos”. Y así la metáfora “«Piel viva» de las tierra áridas” se me antoja hermosa, pero no deja se ser más que una metáfora. ¿Lo resultados? Dependen de los modelos, y estos cambian considerablemente conforme avanza nuestro conocimiento. Los datos apuntan a la relevancia del problema, pero desaconsejo que se tomen muy en serio, ya que otros modelitos darían lugar a otras cifras. Y así “ad nausean” Resumiendo, nada nuevo bajo el sol.

Juan José Ibáñez

Continúa………..

La costra del suelo, esencial para evitar los daños del polvo atmosférico

Cuando el suelo está cubierto por biocostras, menor es la perdida de suelo por la acción erosiva del viento y llegan menos partículas de polvo a la atmósfera

La «costra biológica» del suelo -la fina capa superficial donde habitan comunidades de bacterias, hongos, musgos o líquenes que pasan desapercibidas para la población- es imprescindible para limitar la acción erosiva del viento y reducir las emisiones de polvo a la atmósfera, y su deterioro es un riesgo potencial para el clima, el medioambiente y la salud humana.

Las emisiones de polvo pueden llegar a causar daños muy importantes, ya que el desplazamiento de grandes cantidades de partículas puede ser muy perjudicial para la salud humana, además de facilitar la entrada de plantas invasoras que desplazan a la vegetación local original y arrastrar microorganismos que pueden colonizar nuevos hábitats o patógenos que resulten perjudiciales para la salud de las personas, de los animales o de las plantas.

Así lo ha puesto de relieve un equipo internacional de científicos, que ha estudiado cómo esas «biocostras» consiguen reducir las emisiones de polvo a la atmósfera y ha calculado que esa fina capa que cubre el 12 por ciento de la superficie terrestre del mundo (principalmente zonas áridas) puede reducir las emisiones mundiales de polvo en un 55 por ciento y evitar la liberación de unos 700 millones de toneladas de polvo cada año.

«Piel viva» de las tierra áridas

Los científicos, que han publicado hoy los resultados de su investigación en la revista Nature Geoscience, han corroborado la importancia de esa «costra», que comparan con lo que sería la «piel viva» de las tierras áridas del mundo, en la gestión del cambio ambiental global.

Los científicos han observado que si la pérdida de esa capa del suelo, inducida por el cambio climático y la intensificación del uso de la tierra, es tan grave como se espera, en el año 2070 la carga de polvo mundial aumentará hasta un 15 por ciento.

Entre los investigadores que han llevado a cabo este trabajo está el español Emilio Rodríguez Caballero, del Departamento de Agronomía de la Universidad de Almería, quien ha explicado a Efe que esas «costras biológicas» del suelo se localizan en la mayoría de los suelos desprovistos de vegetación, en ecosistemas naturales de las denominadas tierras secas, aquellos donde el agua es el principal recurso limitante para el crecimiento de la vegetación.

Protección frente a la erosión

Rodríguez Caballero ha destacado el importante papel que desempeñan esas comunidades de bacterias, hongos, musgos, líquenes o algas y, sobre todo, la protección que ejercen frente a la erosión eólica.

Los modelos de distribución de esas «biocostras» apuntan a que su cobertura va a disminuir «drásticamente» debido al cambio climático y a la intensificación de uso de la tierra durante las próximas décadas, ha explicado el investigador, quien ha advertido de que eso provocará que aumenten las emisiones de polvo a la atmósfera.

Intercambio de energía solar y formación de nubes

Y en ese sentido ha puesto el foco en la importancia y el papel fundamental que el polvo tiene en el intercambio de energía solar con la superficie terrestre, en la formación de nubes y en otros muchos fenómenos, por lo que es de esperar que su papel reduciendo las emisiones de polvo atmosférico sea también muy relevante para el balance de energía del planeta.

Tienen mucho que ver esas emisiones con la llegada por ejemplo de polvo africano a Europa, ya que ocurren en las zonas con poca vegetación y con condiciones climáticas que favorecen la emisión de polvo y su ascenso a la atmósfera; una vez allí se transportan a largas distancias, siguiendo las corrientes atmosféricas.

Aporte extra de nutrientes

Rodríguez Caballero ha señalado también el empobrecimiento de los suelos desde los que se producen las emisiones de polvo, que con frecuencia son también poco fértiles, y el efecto negativo de este fenómeno sobre la vegetación local, mientras que en las zonas en las que se produce la deposición de ese polvo ocurre el efecto contrario, debido a un aporte extra de nutrientes.

El investigador ha alertado de que ese aporte extra de nutrientes, cuando ocurre en zonas particularmente estériles, puede causar daños muy importantes, ya que facilita la entrada de plantas invasoras que desplazan a la vegetación local original, y ha avisado de que el polvo puede llevar también microorganismos que pueden colonizar nuevos hábitats o patógenos que resulten perjudiciales para la salud de las personas, de los animales o de las plantas.

Biological soil crusts play a key role in current and future global dust cycling

Las costras biológicas del suelo desempeñan un papel clave en el ciclo mundial del polvo actual y futuro

Este estudio muestra que al estabilizar el suelo, las costras biológicas del suelo reducen las emisiones globales de polvo atmosférico en un 60%, lo que corresponde a ~700 Tg de polvo por año. Según los modelos de pérdida de cobertura de estas estrcturas, este efecto se reducirá en el futuro, lo que conducirá a aumentos no solo en las emisiones de polvo, sino también en el enfriamiento radiativo global.

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Cianobacterias de los suelos en medios áridos, biocostras y cambio climático

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