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Terrazas en el Cañon del Colca Perú. Fuente: Education Portal

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Construcción de terrazas con suelos artificiales en el Cañón Del Colca: Perú. Fuente ClimateTechWiki

Finalizamos nuestro “curso básico sobre los tipos de suelos del mundo”, conforme a las directrices dimanantes de la WRB (FAO, 1998) vamos a ofreceros algunas reflexiones sobre las numerosas deficiencias que detectamos en los Grupos de Suelos de Referencia (GSR) denominados Antrosoles y Tecnosolesde acuerdo al mentado sistema clasificatorio. No pretendo repasar ni ofrecer mi opinión sobre cada GSR, ni mucho menos, por cuanto toda taxonomía adolece inevitablemente de problemas conceptuales. Sin embargo se trata de un caso especial, al menos para mí, aunque sospecho que también para la mayoría de los edafólogos que ignoran estas cuestiones, a no ser que estén versados sobre las modificaciones que el ser humano ha ido generando en la edafosfera a lo largo de su historia. Bastaría con leer los post incluidos en nuestra categoría Etnoedafología y Conocimiento Campesino, para percatarse de mis tesis. En mi opinión, se trata de deficiencias, por no hablar de errores, de gran calado. El problema obedece a que al menos en la elaboración de la WRB, al parecer no se consideró oportuno incluir a personas con un moderado conocimiento etnoedafológico. Vimos por ejemplo que la WRB discernía entre tipos de suelos de la siguiente guisa: Antrosoles Plágicos, Térricos, Irrágricos Hórticos. Del mismo modo, en la monografía Lecture notes on the major soils of the world, los autores describen estos taxa, abundando sobremanera en los detalles que caracterizan a los Antrosoles Plágicos,  soslayando otros muchos, cuando en realidad este edafotaxa resulta ser de los menos sofisticados entre todos los que han creado las sociedades humanas a través de su historia. Podemos entender que gran parte de los expertos que contribuyeron a esta obra eran europeos, Sin embargo, contemplarlos como la quintaesencia de los Antrosoles del pasado deviene en un lamentable chauvinismo del viejo continente que no tiene justificación alguna. Incluir a las amazónicas terras pretas do indio como Antrosoles Hórticos no deja de ser una barbaridad, ya que el dominado biochar, del que tanto hemos hablado, no es un  mero residuo, sino un tipo de materia orgánica sometido a un proceso sofisticado de transformación que ni tan siquiera la tecnología moderna ha sido capaz de descifrar a día de hoy.  Se trataría pues de puros Tecnosoles, por mucho que el absurdo criterio de clasificación de los “artefactos” para el diagnóstico de los Tecnosuelos lo impida. Otro caso más reciente concerniría al que describimos en nuestro post sobre “agricultura extrema”. Pero existen muchos más. Del mismo modo, la WRB incluye a los suelos urbanos como Tecnosoles, empero soslaya casos como el de los sustratos artificiales que se utilizan en jardinería e invernaderos.

En otros post os hemos hablado de como ciertas culturas precolombinas al parecer recogieron suelo/tierra, la tamizaron con vistas a eliminar los materiales más inertes (cantos y gravas) acarreándolos luego a otros lugares, construir terrazas, irrigarlas tras la construcción de presas y acueductos con vistas a obtener cultivos muy productivos con varias cosechas al año. ¿A dónde incluir este tipo de suelos y gestión de los mismos elaborados también por la cultura denominada Zapoteca? ¿No son dignos también de ser calificarlos como Tecnosoles?. ¿Cuál es la razón?. Posiblemente ocurriera lo mismo en el Cañón del Colca  y sus increíbles sistemas Aterrazados e irrigados que forman una catena de casi tres mil metros de altitud y de los que se sospecha un proceso similar al acaecido en Oaxaca por los Zapotecas.  

Cierto es que han sido bien considerados y caracterizados los suelos de arrozal o paddy soils como Antrosoles Hidrágricos. Sin embargo, el SE asiático atesora muchos más. Permítanme contarles una historia.

Cuando me encontraba trabajando en el libro “Pedodiversity” (“edafodiversidad”), tras leer el artículo elaborado por un contribuidor chino, observe que hablaba de suelos en riesgo de extinción y la aparición de otros nuevos de origen antropogénico. Sin embargo me llamó la atención que casi todos o todos los edafotaxa en peligro de desaparecer resultaban ser también antrópicos. Al interpelarle curioso por el tema el edafólogo chino me respondió que en las áreas de China que él había estudiado “todos los edafotaxa” eran, de un modo u otro, milenariamente Antrosoles. Quizás algún día podamos conocer en profundidad los secretos etnoedafológicos que esconde esta civilización/imperio, densamente poblada desde hace más de 5.000 años.    

También cabe reseñar que algunos suelos antrópicos no fueron creados intencionalmente para la agricultura, como en el caso de los concheros. Estos restos no dejan de ser más que un vertedero alimentario. A este respecto, os narramos el increíble caso de Los inicios de la protoagricultura paleolítica del Pueblo Kawésqar en la Patagonia Chilena, es decir de Antrosoles Paleolíticos. ¿Y qué decir como esos invertebrados a los que denominamos los ingenieros del suelo terminaron, con el empujón de la cultura arahuaca, a su modesta geo-biotecnología, por crear suelos que no hubieran aparecido naturalmente en los territorios que habitaban?.  Sin ser exhaustivos, también cabe recordar que no pueden considerarse como Antrosoles hórticos a las sabanas inundables amazónicas (que también parecen existir en la propia selva ecuatorial), al considerar que elevar el suelo de sus cultivos y construir sistemas de drenaje para evitar sus inundaciones estacionales, va mucho más allá de la adicción de enmiendas orgánicas. ¿Cómo debiéramos clasificarlos entonces?. Lo mismo puede alegarse de las chinampas. Incluir unos suelos elaborados artificialmente en medio de una laguna como Antrosoles térricos se me antoja una simplificación injustificable. Tengan o no tengan la cantidad de artefactos que obliga la WRB para su adscripción a los Tecnosoles, deberían ser considerados como tales.

Eso sí, seguro que de saberlo habrían incluido lo que nosotros denominamos suelos inteligentes o smart soils. Sin embargo, a pesar de que en un principio la WRB evaluó considerar, los campos minados “anthro-belic” como un calificador, no fueron finalmente incluidos en ningún edafotaxa de tal esquema clasificatorio, a pesar de que en algunos países ya estaban cartografiados. No ocurrió lo mismo con los derrames de petróleo ¿?. Al parecer estos artefactos mortíferos no cumplían el contenido del 20% de artefactos (en volumen) en su seno (no era necesario con vistas a cumplir su propósito) como para que debiera prohibirse el tránsito por ellos en numerosos enclaves, por desgracia. En este último caso concreto no podía hablarse de Tecnosoles, estoy de acuerdo. No obstante un calificador más genérico si hubiera sido oportuno.

Y podríamos citar numerosos ejemplos más incluidos en nuestra categoría Etnoedafología y Conocimiento Campesino. Sin embargo allí están para el lector que desee abundar en el tema.   

Resumiendo: Ni los GSR que conciernen a los Antrosoles ,como tampoco el de los Tecnosoles se encuentran debidamente definidos y clasificados, siendo caricaturas paupérrimas de la enorme diversidad de los suelos creados por el ingenio humano o intensamente modificados para su provecho. Cuando se desea elaborar una taxonomía se debe incluir a los expertos que sean necesarios so pena de terminar proponiendo chapuzas. Por esta razón me entristece que en el Grupo de trabajo al que he pertenecido de la Alianza Mundial por el suelo, entre fotos, risas y celebraciones soslayase a las primeras de cambio mi propuesta de elaborar un Libro Rojo de los suelos y Prácticas Tradicionales Sustentables por cuanto se trata de una patrinomio Natural y cultural de la humanidad, que dicho de paso, debiera haber sido más que bien venido por los  que dicen ser expertos en Antrosoles y Tecnosoles.

Juan José Ibáñez

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