La ira de los humillados

La última entrega de Petros Márkaris, La ira de los humillados, nos lleva de nuevo a la Atenas de Kostas Jaritos, ahora en su nuevo cargo de director de Seguridad del Ática, y enfrentado a un tema de gran actualidad, las leyes educativas.

Se ha producido un asesinato en la Universidad, el del profesor Temístocles Rodakis, que enseñaba matemáticas en la Facultad de Economía. Un profesor odiado por la mayoría de sus alumnos por su carácter tiránico, con una tasa de suspensos colosal, y enemigo acérrimo de las humanidades. Tan pronto el equipo de Homicidios se hace con el caso, acontece otro asesinato similar, el de Stéfano Rokkos, secretario de enseñanza media en el Ministerio de Educación, y coordinador de la reestructuración de los estudios de bachillerato que marginaría todavía más los estudios humanísticos. Parece pues claro que la motivación viene por ese lado.

Jaritos recurre a sus conocidos para desentrañar el problema, y como les comenta Marios Famelis, profesor de filosofía en la Universidad de Atenas:

“En los últimos años se ha observado una caída en picado del interés por los estudios de humanidades, con un aumento paralelo del interés por los estudios económicos y de tecnología. Este hecho ha generado una enorme preocupación, por no decir alarma, entre los que impartimos materias en el área de humanidades. La razón no es únicamente la reducción del interés de los estudiantes, sino también la progresiva marginación de los estudios humanísticos. … El conocimiento de la historia y de la civilización es la base sobre la que se sustenta una ciudadanía concienciada. La reducción del interés o la indiferencia hacia estas materias podría tener consecuencias nefastas para la sociedad y para la política.”

Así que hay una motivación clara, la lucha por la enseñanza de las materias relativas a las humanidades frente a los estudios tecnológicos. Otro elemento aparece en la trama cuando se produce el asesinato de tres antiguos estudiantes suspendidos por Rokkos y que, aparentemente, son los asesinos. Ahora es el temor a que estos acontecimientos frenen el desembarco de empresas tecnológicas en Grecia que están contribuyendo al aumento del empleo y a la mejora de la economía. A la vez, aparece en escena el problema del bullying en la escuela y en el acceso a la universidad, problema que han sufrido los asesinos. Y es del papel de víctimas como se han convertido en victimarios.

No seguiremos desentrañando la trama, porque como toda novela negra es fundamental para llegar hasta el final de la obra, pero si señalar el acierto de Márkaris, una vez más, en traer con sus novelas al debate los temas que acucian a la sociedad griega, pero que son extrapolables a cualquier país de nuestro entorno.

¿Podría ocurrir algo así en nuestro país? La verdad es que escuchando las diatribas de algunos políticos contra las leyes educativas no sería nada raro, pero nosotros nos dedicamos a las matemáticas, y no hay tecnología posible sin nuestra disciplina, pero también somos una parte indisociable de las humanidades.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

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