Walter Noll, el matemático que nunca se aburrió

El pasado 6 de junio, a la edad de 92 años, falleció el matemático Walter Noll. Era Profesor Emérito de la Universidad de Carnegie Mellon University, y conocido universalmente por sus contribuciones a la Mecánica de Medios Continuos.

Walter Noll

Walter Noll nació en Berlín, Alemania, el 7 de enero de 1925.  Un periodo difícil en su vida fue el de la Segunda Guerra Mundial, que interrumpió sus estudios. Aunque su familia no era partidaria del nazismo, fue reclutado en 1943, y su principal preocupación fue mantenerse su vida cuando veía como la mayoría de sus compañeros de clase perecían en la contienda. Después de la guerra sufrió muchas privaciones como todos los berlineses; sabía lo que era pasar hambre y necesidades.

Estudió Matemáticas en la Universidad Técnica de Berlín, en la Universidad Humboldt y en la Universidad de París, obteniendo su doctorado en la Universidad de Indiana en 1954, con la disertación titulada «On the Continuity of the Solid and the Fluid States», dirigida por Clifford Truesdell. En 1955 comenzó a trabajar en la Universidad de Southern California, y después en Carnegie Mellon, en 1956. Ha sido profesor visitante de numerosas instituciones: Johns Hopkins, Karlsruhe, el Israel Institute of Technology, la École Polytechnique de Nancy, Pisa, Pavia, y Oxford.

Walter Noll fue un investigador estrella en Termodinámica y Mecánica de Continuos, una persona extremadamente apreciada por la comunidad científica en estas áreas. Es famoso por el llamado método de Coleman-Noll que da restricciones sobre las clases de materiales que pueden darse en la naturaleza de acuerdo con la Segunda Ley de la Termodinámica.

Son también celebrados sus resultados sobre las dislocaciones en materiales, colaborando con Clifford Truesdell, usando la geometría diferencial y abriendo una nueva vía de trabajo en contraposición a las teorías basadas en la estructura cristalina debidas a Krener. Es en este campo en el que yo mismo he desarrollado parte de mi trabajo de investigación, en colaboración con el profesor Marcelo Epstein, estudiando la uniformidad y homogenidad en términos de las estructuras geométricas asociadas (G-estructuras, cuyo grupo es el grupo de simetrías materiales).

En su vida personal, Noll se casó tres veces al enviudar en dos ocasiones. Su actual viuda, Marilyn Smith Noll, declaró que en sus últimos años, su marido le comentó que en ningún momento de su vida se había sentido aburrido, pensando siempre en problemas matemáticos. Su hija Virginia Cassidy declaró que crecer junto a su padre había sido como hacerlo junto a una estrella del cine como Brad Pitt.

Walter Noll deja un legado fundamental en Mecánica de Continuos, sirva esta entrada como un modesto homenaje a su continua inspiración.

Anexo por Marcelo Epstein:

La labor científica de Walter Noll, tanto en contenido como en estilo, ha ejercido una influencia enorme no solamente sobre aquéllos que tuvieron la gran fortuna de colaborar con él directamente, sino sobre muchos más quienes, como yo, sin haberlo hecho, lo consideran su maestro y mentor. Para expresar el aspecto estilístico de Walter Noll, no encuentro una comparación más certera que con el gran pianista canadiense Glenn Gould. Si aceptamos la distinción de Nietzsche entre lo apolíneo y lo  dionisíaco, no cabe duda que tanto Gould como Noll pertenecen a lo apolíneo, o sea a una trayectoria guiada por un ideal estético racional y puro, reason over passion, como dicen los ingleses, o kalokagathia, como decían los griegos. Lo bello, si verídico, es dos veces bello. Guiado por ese ideal, Noll formuló definiciones precisas de conceptos hasta entonces aceptados vagamente. También, como en el caso de Leibniz comparado con Newton, creó nuevas notaciones y nueva terminología que permitió resolver muchas cuestiones no solamente en la formulación teórica sino también en la implementación numérica hoy tan en boga. Clifford Truesdell, su supervisor de tesis, le rindió el más alto homenaje cuando, en la dedicatoria de uno de sus libros, lo llamó su maestro. Volviendo a la comparación con Gould, Noll fue un pensador eternamente original. Así como Gould podía arrancarle a una suite francesa de Bach alguna melodía enterrada en la mano izquierda que a nadie se le había ocurrido resaltar, también Noll encontraba en todo tema que trataba esas recónditas melodías matemáticas de la mano izquierda del piano. Noll era matemático. Cuando lo encontré por primera vez, allá por 1972 o 73, siendo yo estudiante en Haifa, me acerqué tímidamente y le pregunté por qué no aplicaba su genio a la matemática pura o a la física teórica. Su respuesta fue muy importante para mi incipiente futuro. Me contestó que la mecánica de los medios continuos le proporcionaba, más que cualquier otro campo de investigación, la oportunidad de aplicar todas las ramas de las matemáticas y que por eso no la cambiaría por ninguna otra área de estudios. O sea, el lenguaje de la mecánica es tan rico que le permite a uno expresar sus ideales de la mejor manera. Sobre ese pequeño encuentro he pensado a menudo durante más de cuarenta años.

 

NB: En esta página se puede encontra una interesante nota autobiográfica.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, ICSU, CorBI)

 

 

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