EL TRIÁNGULO ROMA, MADRID, VIENA: EL PAPADO, LA MONARQUÍA CATÓLICA Y EL IMPERIO DURANTE LA HEGEMONÍA DE LA CASA DE AUSTRIA


Del 2 al 4 dediciembre se celebró el Congreso Internacional La dinastía de los Austria: las relaciones entre la Monarquía Católica yel Imperio, organizado por el Instituto Universitario “La Corte en Europa”de la Universidad Autónoma de Madrid, grupo de investigación CAM HUM/2007-0425y la Universidad Rey Juan Carlos. Fue coordinado por el Prof. Dr. José MartínezMillán y el Prof. Dr. Manuel Rivero Rodríguez, y patrocinado por el Ministeriode Ciencia e Innovación, la Comunidad de Madrid, la Universidad Autónoma deMadrid (Vicerrectorado de Investigación, Facultad de Filosofía y Letras,Departamento de Historia Moderna), la Universidad Rey Juan Carlos, el InstitutoUniversitario “La Corte en Europa”-UAM, Ediciones Polifemo, el InstitutoHistórico Austriaco de Madrid y la Fundación Lázaro Galdiano. Durante el primerdía, el congreso tuvo lugar en la Universidad Autónoma de Madrid, y los últimosdos en la Fundación Lázaro Galdiano.

José Martínez Millán introdujo el Congresosobre la Casa de Austria, que fue durante los siglos XVI y XVII la dinastía quecon más fuerza marcó la historia europea. La dinastía se dividió en dos ramasfamiliares separadas, que actuaron desde las cortes de Madrid y Viena, sedesrespectivas del Monarca católico, que ejercía el liderazgo sobre el linaje, ydel Emperador. Las interacciones entre ambas ramas no afectaron únicamente aEspaña y al Imperio, sino también directamente a los Países Bajos y al norte deItalia, al mantenimiento de la frontera común con el Imperio Otomano y, engeneral, a todo el continente europeo. De este modo, el Monarca españolencabezaba un orden basado en la lealtad dinástica y la defensa del catolicismocontrarreformista. Por ello, el tercer elemento imprescindible fue el Papado,que no solo marcaba espiritualmente el rumbo de las dos grandes cortescatólicas, sino que también pretendió guiar los objetivos políticos de losAustria hacia un gran programa de actuación contra herejes e infieles.


El siglo XVII marcóel punto de inflexión de este orden, sobre todo la Guerra de los Treinta Años(1618-1648), pues mostró tanto el cenit en la colaboración entre ambas familiascomo sus límites y su fracaso definitivo, que quedó cerrado con la desapariciónde la rama española tras la Guerra de Sucesión (1714). La Guerra de los TreintaAños ha sido tratada en abundantes manuales, en los que las guerras han sidorelacionadas con la pésima política de los Austrias, que finalmente habríadesembocado en la decadencia de la Monarquía española. En la historiografía delsiglo XIX, y desde una perspectiva negativa, la historia de la Casa de Austriallegó ser un pretexto para fustigar a la Iglesia, y dar un contexto históricoal anticlericalismo. Desde una perspectiva positiva, las actividades de losAustrias fueron contempladas dentro del contexto del Siglo de Oro. De estamanera se perfilaron diferentes interpretaciones según distintas ideologías eincluso en la historiografía actual se pueden distinguir una valoraciónnegativa y una positiva. En este Congreso se propuso estudiar la Casa deAustria como una historia de familia en la que las Cortes de Madrid, Viena yRoma, con su particular funcionamiento, pueden ayudar a entender mejor lasclaves de la historia moderna europea.

La conferencia inaugural de Josef Forbelsky, dela Universidad Carolina de Praga, ofreció un amplio panorama de las relacionesde Bohemia con la Monarquía Católica y el Imperio en los siglos XVI y XVII,visto desde el terreno de la literatura. Distinguió en ellas tres etapas: unperíodo de acercamiento durante el imperio de Carlos V, el desarrollo de lasrelaciones con Fernando II y el estallido de la Guerra de los Treinta Años enel siglo XVII. A continuación, en la sesión de la mañana, Franz Bosbach, de laUniversidad Duisburg analizó el concepto de la Monarchia Universalis que resulta fundamental para entender laideología política de la Casa de Austria. Explicaba que, dentro del contexto dela Guerra de los Treinta Años, llegó a ser interpretado negativamente como unaamenaza para la libertad, y sirvió como causaiusta dentro del marco del Ius adbellum. Alexander Koller, del Istituto Storico Germanico, se centró en eltriángulo de la Corte imperial, la Corte hispana y la Curia. Ante laconvergencia de intereses entre la Monarquía Católica y el Papado, respecto ala defensa de la religión católica, hubo una intensa colaboración entre losrepresentantes que se encontraban en la Corte imperial, que fue muy eficaz enlos asuntos confesionales. En este sentido, Koller destacaba el círculo entorno a la Emperatriz María en la Corte imperial. Stefano Andretta de laUniversidad Roma Tre, se centró en la intermediación veneciana en durante lasnegociaciones de paz de Westfalia. Ésta reflejaba la secularización de lasrelaciones internacionales, y significó una ruptura con la praxis de lasincursiones arbitrales del “padre comune” de las potencias católicas, UrbanoVIII.

En la sesión de la tarde de la Sala A, sesiguió profundizando en las relaciones entre la Curia y las Cortes imperial ehispana, y el significado de la confesionalidad en la política anterior a laPaz de Westfalia. Thomas Brockmann, de la Universidad de Bayreuth, evaluó la políticaconfesional del Emperador Fernando II, conocido como un monarca cuya política ypersonalidad fueron marcadas por la religión. Una revisión de su política, abase de las “Wiener Akten”, sin embargo, muestra que estos conceptos merecenser matizados. Alessandro Catalano secentró en la biografía del cardenal Ernst Adalbert von Harrach(1598-1667), que resulta reveladora a la hora de entender las redesclientelares que articularon las relaciones entre Roma, Viena y Madrid. Lapolítica del papa Urbano VIII fue el tema de la ponencia de Silvano Giordano dela Universidad Gregoriana de Roma, quien explicó como este papa intentó imponer un realismo político ybuscó equilibrar las relaciones entre Francia y España. Sin embargo, dichapolítica de neutralidad favoreció siempre a la monarquía francesa. CómoUrbano VIII intentaba imponer su política manteniendo en lo posible suindependencia de las injerencias desde Viena y Madrid, lo explicó Pétér Tusorde la Universidad Péter Pázmány de Budapest, a raíz de sus intentos deobstaculizar la vuelta del Cardenal Pázmány a Roma, quien en una misiónanterior se había mostrado muy eficaz para favorecer los intereses del MonarcaCatólico y el Emperador.

El siguiente bloque del Congreso tuvo como temala expresión cultural y artística de la ideología política de la época de lahegemonía de la Casa de Austria. Macarena Moralejo Ortega, de la Universidad deValladolid, trató las noticias contemporáneas a la boda entre Francisco deMedici y Bianca Cappello en 1579, en base a documentos inéditos,particularmente la misiva del humanista y erudito Berdizzotti. Agustín Bustamante García, de la UniversidadAutónoma de Madrid, se centro en la empresa descomunal de la construcción de ElEscorial, que guarda en su arquitectura funeraria el inmenso mausoleo, de“escala heroica”, donde se enterraban los monarcas hispanos desde Carlos V, aimitación de los grandes mausoleos de época romana. Andrea Spiriti de laUniversidad dell’Insubria, trató el patronazgo artístico del papa Inocencio XI,en particular respecto al programa artístico en su palacio en Como, expresiónde una exaltación de la política austriaca.

La siguiente jornada, el Congreso abrió con unasesión en la Sala A, sobre las relaciones familiares entre las dos ramas de ladinastía. María José Rodríguez Salgado de la London School of Economics secentraba en el fracaso de las negociaciones respecto al matrimonio entreRodolfo II e Isabel Clara Eugenia. Resulta que existió un problema dejerarquía, puesto que Rodolfo, como Emperador, no podía actuar como cabeza defamilia y no aceptó que este  papelfuera asumido por el rey español. Justamente, la política matrimonialcorrespondía al jefe de la dinastía. A continuación Katrin Keller de laUniversidad de Viena presentó algunos de los resultados del proyecto dedicado ala edición de los diarios de Ernst Adalbert von Harrach. Juan Manuel CarreteroZamora, de la Universidad Complutense de Madrid,  analizó la creación de una fiscalidad de guerra en Artois yel Flandes francés, en la época de Luis XIV, y explicaba que se produjo uncambio sustancial con el gobierno de este rey. Las relaciones entre las dosfamilias de la Casa de Austria fueron examinadas por Renate Schreiber, deViena, a través del archiduque Leopoldo Guillermo de Austria, gobernador de losPaíses Bajos desde 1647 hasta 1656, quien desde el momento de su llegada, fueobservado con recelos en Bruselas, por temor a que dejara prevalecer losintereses imperiales antes que los de la Monarquía hispana. Enrique SolanoCamón, de la Universidad de Zaragoza, analizó las relaciones entre las dosramas familiares dentro de un escenario histórico más amplio, desde que CarlosV fue coronado Emperador en 1519 hasta los tratados de partición. Se concentróen lo que llamó el espejismo de una concepción unitaria de la política de laCasa de Austria. El mismo personaje retratado por Schreiber, fue objeto de laponencia de René Vermeir de la Universidad de Gante, quien se centraba en losmotivos de la candidatura de Leopoldo Guillermo como gobernador de los PaísesBajos. Explicaba que, a pesar de que las relaciones entre las dos ramasfamiliares no eran óptimas, finalmente se impuso el argumento de la necesidad de que Flandes estuvieragobernado por un príncipe de la sangre con tal de poder disciplinar a lasélites. Para cuidar los intereses de la Corte española, se decidió rodearle deconfidentes españoles.

En la sesión de la sala B, tuvieron lugar unaserie de conferencias sobre la política respecto a los problemas sucesorios dela dinastía en el siglo XVII. Así, Lucien Bély, de la Universidad de laSorbonne IV, habló sobre la política mantenida por la Casa de Austria y la Casareal de Francia, analizando el enredo de los vínculos personales, losenfrentamientos políticos y las negociaciones diplomáticas. Los problemassucesorios en el Imperio, particularmente los que se produjeron con Matías yRodolfo, fueron analizados por Jan Paul Niederkorn de la ÖsterreichischeAkademie der Wissenschaften. Jesús María Usunariz de la Universidad de Navarra,reflexionó sobre el crucial Tratado de Oñate y las razones que pudo habertenido la Monarquía Católica para volver a la alianza agresiva de losHabsburgo. Las relaciones entre las dos ramas de la Casa durante y después dela paz de Westfalia, fueron el tema de las siguientes conferencias. AlistairMalcolm, de la Universidad de Limerick, las analizó a través de las embajadasdel conde de Peñaranda a Praga y Francfort en 1657-1658. Michael Rohrschneider,de la Universidad de Köln, tuvo como tema la separación de las dos ramas de laCasa de Austria en las negociaciones de la Paz de Westfalia y explicó que la Pax Austriaca en realidad nunca habíatenido mucha posibilidad de éxito, por el problemático trascurso de la guerra,y el fallo de los enviados imperiales y españoles en desarrollar una políticade Congreso común y detallada. Lothar Höbelt, de la Universidad Wien, trató lasnegociaciones para los dobles matrimonios de 1654-1657 entre las Cortes deMadrid y Viena, haciendo énfasis en la necesidad que tenía la MonarquíaCatólica del apoyo imperial en el contexto de la contienda con Francia, y laspolíticas faccionales de algunos ministros que preferían una boda con Saboya.Andrea Weindl, del Institut für Europäische Geschichte Mainz, se centró enEspaña y la liga del Rin de 1658, cuando Francia intentó influir en la elecciónimperial.

Eltema de las sesiones de tarde en la Sala A, fue la relación entre la religión yla política en la Corte imperial y la de la Monarquía Católica. TomásAlbaladejo Mayordomo, de la Universidad Autónoma de Madrid, hizo su exposiciónsobre Francisco Terrones del Caño, predicador de la Corte de Felipe II desde1588, autor de un tratado de retórica, basado en su experiencia comopredicador, titulado “Instrucción de predicadores”.El personaje de Sor Margarita de la Cruz, fue tratado en la ponencia deFrédérique Sicard, de la Universidad de Caen, quien resaltó su papel en lapolítica cortesana en tiempos de Felipe III, particularmente respecto a lacaída en desgracia del duque de Lerma. La “iconografía pía” de la sobrina deMargarita de la Cruz, la reina Margarita, fue analizada por Sabina de Cavi, dela Flemish Academia Centre for Science and the Arts. Mostró que los retratos representaban sus cualidades dereina piadosa, y que fue retratada acompañada de objetos o animales quesimbolizaban la fidelidad conyugal.

En la sesión de la Sala B, se empezó examinandoel impacto de la Guerra de Sucesión en los reinos de Cerdeña y de Mallorca, ylas consecuencias de ésta para la Corte imperial. El profesor Lluís Guía, de laUniversidad de Valencia, abrió la sesión con una ponencia sobre lasconsecuencias del conflicto sucesorio para los oficiales reales de Cerdeña, unaisla que era uno de los territorios más hispanizados de la Monarquía. La Paz de Utrecht, que puso fin la Guerra de Sucesión, no se puedeconsiderar una fecha conclusiva en cuanto a la rivalidad entre Carlos VI yFelipe V, que siguió estando presente durante sus reinados, argumentaba laprofesora Virginia León Sanz de la Universidad Complutense. Explicaba queCarlos VI, después de la muerte de José I, accedió al trono sin renunciar a laherencia española, aspirando a un segundo imperio tan grande como el de CarlosV. La suerte de los austracistas bajo el reinado de Felipe V fue estudiada porel profesor Eduardo Pascual Ramos de la Universidad de las Islas Baleares en suponencia sobre la confiscación y secuestro de los bienes en el reino deMallorca tras la Guerra de Sucesión. La sesión terminó con una exposición de MaríaÁngeles Pérez Samper, de la Universidad de Barcelona, que explicaba la maneraen que los reyes españoles intentaron establecer una relación con elPrincipado, a través de sus visitas, que tenían un alto significado político.

El día4 de diciembre, en la Sala A, se celebraron una serie de conferencias sobre lasrelaciones entre la Monarquía hispana y el Imperio, esta vez estudiadas através del Archiduque Alberto, Carlo Manfredi, Saavedra Fajardo, Samuel vonPufendorf y el III marqués de los Vélez. La conferencia de Luc Duerloo, de laUniversidad de Antwerpen, tuvo como tema el archiduque Alberto, haciendohincapié en que la falta de reglas claras en la herencia de los Habsburgo fueun factor de inestabilidad y tensión determinante en las relaciones entre elarchiduque Alberto y su hermano Rodolfo. Pierpaolo Merlin, de la Universidad deCagliari se centró en la figura del conde Carlo Manfredi (1551-1618), yconcretamente en su misión a Praga efectuada en 1604-1605. La actividad deSaavedra Fajardo en la política centro-europea (1633-1646), fue analizado porTibor Monostori de la Universidad ELTE de Budapest. Monique Weis, de la Universidad Libre de Bruselas, reflexionó sobre loscomentarios de Samuel von Pufendorf respecto a la Monarquía hispana en su obra«Introducción a la historia de los reinos y estados más importantes que seencuentran en este tiempo tan complicado». La sesión finalizó con una exposición sobre la embajada extraordinariadel III marqués de los Vélez en el Imperio y Polonia (1572-1575), por RaimundoA. Rodríguez Pérez, de la Universidad de Murcia.

En laSala B, Ignasi Fernández Terricabras, de la Universidad Autónoma de Barcelona,comenzó con un análisis de la política conciliar de Felipe II y de losemperadores Fernando I y Maximiliano II. Rubén Gonzalez Cuerva, de laUniversidad de Autónoma, enfatizó la importancia de los embajadores españolescomo creadores de política y elemento de acercamiento entre las dos ramas de ladinastía con el caso de Baltasar de Zúñiga. Este ministro ha sido tradicionalmenteseñalado como el principal instigador para que Felipe III se embarcara en 1618en la Guerra de los Treinta Años, pero la ponencia se centró en los orígenes deesta nueva política de implicación en Centroeuropa, situándola en la entrada dela Monarquía hispana en la Liga católica del Imperio y el proceso denegociación que llevó a ello entre 1609 y 1610. El antecesor de Zúñiga fueGuillén de San Clemente, cuya larga embajada en Praga, desde 1581 hasta 1608,fue el tema de la ponencia de Javier Arienza Arienza, de la Universidad deSzeged, Hungría. Cecilia Mazzetti di Pietralata, de la Bibliotheca Hertziana deRoma, habló sobre los hermanos Paolo y Federico Savelli, quienes simultaneabansus cargos en la Iglesia en Ferrara y Bolonia con los de embajadores delEmperador en Roma. Las relaciones entre los reyes polacos de la dinastía de losVasa y los reyes españoles de la Casa de Austria entre 1598 y 1648 fueroncomentadas por Ryszard Skowron, de la Universidad de Silesia. La sesión terminócon una exposición de Andrea Sommer, de la Österreichische Akademie derWissenschaften, sobre Calderón y el teatro imperial en Viena.

Por latarde, en la Sala A, se comentaron las relaciones entre la Monarquía Católica yel Imperio en la Guerra de los Treinta Años. Luis Tercero, de la Universidad deViena, explicó que la Paz de Westfalia quedó inconclusa, hasta la restituciónde la Ciudadela de Frankenthal, una estratégica fortaleza, en el corazón delImperio, que inicialmente quedó retenida en manos españolas. Fernando Negredo del Cerro, de laUniversidad Carlos III, planteó la hipótesis de que, ante la situacióninternacional en el año 1631, la Monarquía no pudo hacer uso de todos susrecursos para resolverla debido a la debilidad del sistema de valimiento. Elponente explicó que el peso de la política interior y la propia situación delvalido y su círculo deben tenerse en cuenta para poder entender la toma dedecisiones poco audaces, que finalmente conducirían a una derrota de losHabsburgo. David García Cueto, de la Universidad de Granada, destacó el papelde Federico Savelli, quien siendo embajador imperial en Roma, también colaborócon la rama de los Austrias hispanos ante el Pontífice. Otro importanteembajador imperial en la Corte de Roma fue Theodoro Ameyden (1586-1656), al que tampoco se ha valorado su defensade los intereses, no sólo de Viena sino también de Madrid, en la corte papal.

En lasala B, presidida por el Prof. Dr. Silvano Giordano, se trataron las relacionesentre la Monarquía Católica y el Imperio a través de las redes clientelares enBohemia, y la figura del Cardenal Pázmány, y se terminó con un análisis delgobierno de Carlos VI en los Países Bajos meridionales. Pavel Marek, de laUniversidad de Bohemia del Sur, habló de Sdenco Adalberto Popel de Lobkowicz,un cliente español en la Corte imperial. Los antecedentes del viaje delcardenal de Pázmány a Roma en 1632, fue el tema de la exposición de Tibor Martíde la Universidad católica Péter Pázmány de Budapest. Klaas van Gelder, de laUniversidad de Gante, habló sobre el Emperador Carlos VI y los Países Bajosmeridionales (1716-1725). Explicaba que la estructura de poder español que elnuevo régimen austriaco encontró fue importante pero que no debe sersobrevalorado.

Laconferencia final estuvo a cargo de Gianvittorio Signorotto de la Universidadde Modena. Para comprender la Europade la segunda mitad del siglo XVII es necesario no perder de vista la perspectivade las tres cortes, Madrid, Viena y Roma, sin menospreciar el papel de Franciaen este complejo triángulo. En 1640 el concepto de “crisis” invadió todo elcampo católico. Durante la segunda mitad del XVII estuvo claro que una accióncomún entre las cortes de Viena, Madrid y Roma parecía imposible. Roma trató entodo momento de contrarrestar los poderes entre las monarquías hispana yfrancesa, emergiendo ella por encima de ambas cortes enfrentadas. Nunca Romallegó a ser española, ni siquiera con Felipe II, tampoco llegó a ser francesa,supo, por tanto, jugar con el poder de ambas monarquías. El año de 1660 marcóel fin de la Europa Católica. A partir de la década de 1660 los acontecimientosparecen dar un giro en este triángulo. Una hija de Felipe IV, Margarita Teresa,contrajo matrimonio con el emperador Leopoldo I, con la bendición del Pontífice,no obstante, al poco tiempo, por la muerte de la joven emperatriz, las alianzasse destruyeron. Por otra parte, cuando el nuncio Carlo Bonelli pidió a laMonarquía española ayuda ante el ataque francés, recibió una respuestanegativa, lo que encendió el recelo del Pontífice a la política de Felipe IV, yempeoró las relaciones con España pero a la vez, provocó que Roma se centraseen el Imperio. La radical ofensiva religiosa de la Pietas Austriaca de losemperadores en sus territorios, contó en todo momento con el apoyo de Roma. Elcierre de este recorrido histórico entre las tres cortes, Viena, Madrid y Romase encuentra en los años entre el fin de la Europa Católica (1660) y lamodernidad. Años que tuvieron como protagonistas la crisis de la conciencia yel fin de la armonía europea.

 

GijsVersteegen, IULCE-UAM

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