Instruir para la excelencia

Como ya contábamos en una entrada anterior del blog esta semana, el programa de doctorado Severo Ochoa-La Caixa ofrece una serie de becas para cursar el postgrado en el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT). Éste es el segundo año de la convocatoria (que está abierta hasta el 18 de febrero), y los seleccionados en 2013 ya están en el centro. En el cuarto número del boletín del ICMAT se incluyó un reportaje sobre éste programa, y otras apuestas por la formación de excelencia en el ICMAT. Reproducimos a continuación el contenido en la  sección de “Selección de los ICMAT Newsletter” del blog.

Un nuevo programa de investigación predoctoral auspiciado por La Caixa ofrecerá a jóvenes investigadores la posibilidad de gozar del mismo ambiente, los mismos recursos y las mismas oportunidades que ofrecen los grandes centros de investigación matemática del mundo. Los muros del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) guardan las claves para formar a futuras figuras de la investigación matemática.

Lorena Cabeza

Sacar lo mejor de los mejores puede parecer, a primera vista, una tarea complicada, pero, como en cualquier receta, tan sólo hace falta saber cuáles son los ingredientes necesarios y mezclarlos con sabiduría y esmero. Ése ha sido uno de los objetivo del ICMAT desde su nacimiento, antes incluso de que contara con sus propias instalaciones. Desde entonces, los esfuerzos del Instituto han empezado ya a dar sus frutos y los primeros científicos formados en su seno ya están en algunos de los centros de investigación más renombrados del globo. Desde septiembre de este año el Instituto ha recibido un nuevo espaldarazo a su política de formación de investigadores gracias al nuevo Programa Internacional de Doctorado de La Caixa, un proyecto promovido por la Fundación La Caixa en colaboración con el Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco) que ofrece cinco contratos predoctorales a cada uno de los centros distinguidos con la acreditación de excelencia Severo Ochoa.

La iniciativa tiene como precedente el Programa Internacional de doctorado en Biomedicina de La Caixa, que en los últimos años ha formado a 200 estudiantes de 37 países distintos. Los resultados obtenidos con este proyecto han animado a la Fundación La Caixa a ampliarlo a los centros de investigación Severo Ochoa. El programa de biomedicina “se puso en marcha en 2008 y se mantuvo hasta el 2012, cuando se decidió ampliar a todos los centros que estuvieran en condiciones de competir internacionalmente para atraer talento joven a nuestro país”, explica Ignasi Calvera, subdirector del área de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundación La Caixa y responsable de su programa de becas. “Los beneficiarios de este programa son no sólo los becarios sino también los centros de investigación. Se propone que un contingente significativo de jóvenes en su máximo momento de creatividad se incorporen a un centro de excelencia”. La Caixa ha invertido un total de 4,6 millones de euros para las 40 becas de los 8 centros Severo Ochoa, y cada una de las ayudas tendrá una dotación de 115.000 euros. Se trata de becas de excelencia y de carácter marcadamente internacional. Como señala Calvera: “Para la Fundación es muy importante que las convocatorias se hagan a nivel internacional y se fallen mediante procesos de concurrencia competitiva por evaluación de pares”. El objetivo es atraer a los mejores investigadores jóvenes de todo el mundo.

Esta convocatoria no es la única que asegura al ICMAT un flujo de jóvenes investigadores con los que reforzar sus principales líneas de investigación e inyectar savia nueva al sistema. Desde el año pasado existe también un programa de ayudas a la Formación de Personal Investigador (FPI) específico para los centros Severo Ochoa que ofrecerá una media de seis becas anuales a cada uno de los centros que ostentan el galardón. “Para el ICMAT contar con programas como estos es vital, porque le permiten desarrollar su propia estrategia de política científica sin depender de la aleatoriedad que supone presentar proyectos y no saber si le van a asignar contratos o no”, dice Manuel de León, director del ICMAT. “La investigación descansa en gran parte en la formación de investigadores. Contar con recursos humanos fijos nos permite hacer nuestra propia política científica y decidir qué líneas de investigación queremos potenciar o iniciar, y eso es fundamental para no sólo mantener el nivel de investigación, sino aumentarlo”.

La actividad del centro en cuanto a seminarios, workshops, escuelas avanzadas, etc., es incesante, y las visitas de los investigadores más potentes del mundo en su área se suceden también de manera ininterrumpida. Además, en el Instituto se anima a los estudiantes a contactar con investigadores de distintas áreas y participar en actividades paralelas como, por ejemplo, la comisión de divulgación, lo que les ayuda a abrir sus horizontes y adquirir una visión interdisciplinar. Todo ello permite a los estudiantes “empaparse” de una cultura diferente, de excelencia, la misma que guía la forma de trabajo de los grandes centros de investigación matemática del mundo. “Si tienes ese ambiente, y pones a un estudiante con buenas aptitudes y que viene bien formado de la etapa anterior, va a hacer cosas mucho mejores de las que haría en otro entorno”, añade De León.

A juicio del director del Instituto, tres son los factores que intervienen en la calidad de un doctorando: “Uno, la formación inicial, es decir, lo que ha estudiado en el grado más el máster. Dos, quién dirige la tesis y el grupo en el que se incardina. Y tres, el entorno en el que se hace. Si las tres cosas son buenas el resultado, salvo caso de fuerza mayor, será de excelencia. Ésa es la estrategia”, afirma.

El ICMAT hace un especial énfasis en reforzar los dos últimos aspectos, el grupo de trabajo en el que desarrolla su tesis el doctorando –para lo que cuenta con investigadores de primera línea- y el ambiente en el que la lleva a cabo, buscando la interdisciplinariedad y la presencia y colaboración de los más grandes matemáticos de la actualidad a escala internacional. Pero, ¿qué puede hacer en relación al primero, la formación inicial del doctorando?

“En estos momentos el Instituto está explorando la posibilidad de hacer un máster y un programa de doctorado propios, porque queremos que los estudiantes vengan con una preparación de la más alta calidad posible”, dice Manuel de León. Este programa, que sería impartido por los propios investigadores del centro, podría estar listo para el curso 2014-2015. Entretanto, los estudiantes de grado pueden introducirse en el día a día de la investigación en el ICMAT en la Escuela JAE de Matemáticas, donde durante un mes, al inicio de las vacaciones estivales, se les ofrece una mirada distinta a esta disciplina, más cercana a la creatividad, innovación y frescura que requiere la investigación, y donde los alumnos toman contacto con científicos del Instituto de alto nivel.

Además, el ICMAT apoya iniciativas como las Olimpiadas Matemáticas o el proyecto de Estímulo del Talento Matemático (Estalmat), que recientemente ha visto cómo se ha materializado uno de sus frutos más palpables: el primer doctor en matemáticas que ha pasado por este programa, Javier Gómez Serrano, leyó su tesis en el Instituto y ya es investigador postdoctoral en la Universidad de Princeton. De aquellos tiempos, Gómez Serrano recuerda: “Iba una vez a la semana, los sábados, a una sesión de tres horas en la Complutense. Hacíamos matemáticas, pero muy diferentes a las que se hacen en el colegio. Madrugar un sábado para estar a las 10 allí era doloroso, pero yo lo pasaba muy bien. Nos llevábamos todos genial y era divertido, siempre fue una experiencia positiva”.

“Muchos de estos chicos –señala De León- reciben ofertas de varias universidades y centros de investigación para hacer allí sus estancias postdoctorales. Para el ICMAT es un orgullo que esto sea así. Se trata de un indicador de que hacemos las cosas bien”.

Del ICMAT a Princeton, Oxford o California

El concepto de excelencia puede resultar escurridizo. El reto es concretarlo, establecer unos parámetros que lo definan y, sobre todo, materializarlo. Índices de impacto y factores bibliométricos aparte, una forma de determinar si un centro es o no de excelencia es calibrar dónde van sus doctores a realizar sus estancias en el extranjero. El resultado final es el que acredita si la formación que han recibido ha sido o no de excelencia.

“Nuestros doctores, tras leer su tesis, están en Princeton, Califormia, Inglaterra, Alemania… Formamos gente de muy alto nivel, si no, no los querrían ahí”, dice Manuel de León, director del ICMAT. Uno de estos investigadores es Javier Gómez Serrano, el primer científico que ha pasado por el programa de Estimulación del Talento Matemático (Estalmat)  cuando aún era un estudiante de secundaria. A día de hoy es investigador postdoctoral en la Universidad de Princeton. De su paso por el Instituto, afirma: “(El ICMAT) me dio la posibilidad de trabajar en un tema en el que estaba interesado, interactuar con investigadores punteros a nivel mundial y hacer mi tesis con los medios adecuados”.

Otro investigador que hoy es profesor ayudante en la Universidad de California, Rafael Granero, considera que el Instituto “reúne a un gran número de matemáticos de altísimo nivel. Eso queda patente cuando las Starting Grants del ERC (Consejo Europeo de Investigación en sus siglas en inglés) van a investigadores del ICMAT. El centro aporta un ambiente de trabajo muy bueno y grandes investigadores, por lo que es ‘fácil’ que salga investigación de alto nivel”.

Mario García

Mario García, que actualmente desarrolla su trabajo sobre geometría diferencial compleja en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, destaca “la oportunidad de realizar investigación sin obligaciones docentes”, el hecho de que sus directores, Luis Álvarez Cónsul y Óscar García Prada, fueran “investigadores de primer nivel” y el tener “la oportunidad de visitar centros de prestigio en París y Londres”.

Por su parte, Roberto Rubio, que tras leer su tesis realizó una estancia de más de tres años en Oxford y en breve marchará al Instituto de Matemática Pura y Aplicada de Río de Janeiro, un centro de referencia en Latinoamérica, destaca su participación “en la creación de la comisión de divulgación” a través de la propuesta de la realización de un graffiti matemático, una actividad emblemática del Instituto creada con el fin de “llegar a audiencias pocos habituales”.

Los nuevos doctores que acaban de entrar al ICMAT gracias al programa de ayudas de La Caixa ya han podido experimentar algunas de las ventajas que supone trabajar en el Instituto. Uno de ellos, Álvaro del Pino, señala: “Estoy pudiendo viajar mucho, hay recursos para ello. Además, al ICMAT viene gente de nuestra área muy puntera. No creo que se pueda pedir mucho más”.

En la misma línea habla Juan Cavero, otro de los beneficiarios de las becas La Caixa: “Me acerqué al ICMAT en un principio por el área de investigación, pero cuando veo cómo se trabaja, las instalaciones, y todos los cursos, seminarios, congresos, etc., pienso, ‘aquí tengo que estar sí o sí’. Y estoy encantado”.

Ambos doctorandos acaban de empezar su tesis, pero ya acarician la idea de posibles destinos para sus estancias postdoctorales de investigación. Si bien ambos señalan que aún es pronto para siquiera pensar en ello, Del Pino afirma que tiene “la vista puesta en Francia, donde está el grupo de investigación más fuerte” en su área (topología y geometría diferencial y simpléctica). Cavero no concreta, aunque es consciente de que, viniendo del ICMAT y siendo becario de La Caixa, “no debería tener ningún problema”.

Otra cuestión es que España sea capaz de aprovechar todo ese capital humano que tanto tiempo, esfuerzo y dinero ha costado formar. Todos los investigadores postdoctorales entrevistados para este reportaje han coincidido en que la vuelta a España tras sus estancias en el extranjero es, a priori, “muy difícil”. Uno de ellos, Mario García, que volverá al Instituto el año que viene para un período de al menos dos años, explica: “Me gustaría al menos tener la oportunidad de asentarme en España como científico, pero soy consciente de que esa posibilidad es remota. Creo que sería muy duro para mi mujer y mi hija tener que irnos de nuevo tras haber vuelto a casa. La ciencia es una parte muy importante de mi vida, pero me plantearía dejarla si España no me brinda la posibilidad de trabajar en ello”. Ofrecer a estos investigadores un puesto de trabajo en nuestro país sería una forma de reforzar el círculo virtuoso que centros de excelencia como el ICMAT se esfuerzan en crear.

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Boletín ICMAT

El Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) lanza este boletín con el que quiere mostrar a la comunidad científica y a todos aquellos interesados en el avance de esta disciplina la actividad investigadora de excelencia que se lleva a cabo en el centro. En él se incluirán, además, contenidos matemáticos divulgativos dirigidos al público general. El boletín quiere ser un reflejo de lo que ocurre en el ICMAT y, de manera más amplia, en un centro de excelencia de investigación matemática. Se presentarán temas de interés relacionados con la investigación matemática actual, la actividad científica del centro y algunos de los perfiles desatacados de la comunidad científica.

Los autores de estos artículos son los propios investigadores del Instituto u otros matemáticos que colaboren con el ICMAT, además de un equipo especial dedicado a la comunicación de las matemáticas.

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Puede descargar los números publicados hasta ahora:

Primer número. Primer trimestre 2013

Segundo número. Segundo trimestre 2013

Tercer número. Tercer trimestre 2013

Cuarto número. Cuarto trimestre 2013

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