El sobrino de El Gatopardo

Hace unas semanas, tras mi lectura de ‘El Gatopardo’, escribí una entrada en Matemáticas y sus fronteras sobre las aficiones matemáticas de su protagonista. Mi admirado colega Guillermo P. Curbera, matemático sevillano, tuvo la amabilidad de enviarme copia del libro que él y un matemático ya jubilado de la Universidad de Palermo, Benedetto Bongiorno, escribieron sobre Giovanni Battista Guccia, fundador del prestigioso Circolo Matematico de Palermo, y, maravilla de la historia, ¡sobrino del Príncipe Fabrizio!

Curbera y Bongiorno han recosntruido la historia como auténticos detectives, tirando de los hilos de la trama que iban apareciendo ante sus ojos. El resultado es un bello libro, titulado “Giovanni Battista Guccia. Pioneer of International Cooperation in Mathematics” y publicado por Springer en 2018.

La introducción del libro refleja algunas de las claves. Contiene el texto de la conferencia que Edmund Landau impartió en Palermo en abril de 1914. Landau s emuestra agradecido y entusiasmado en poder estar en esta ciudad, cuna de lo que entonces era la sociedad matemática más importante del mundo, el Circolo Matematico de Palermo, fundado por Guccia en 1884, que además publicaba la revista Rendiconti del Circolo Matematico di Palermo. De la relevancia de ambas instituciones, baste decir que entre los socios del Circolo había en ese momento 140 matemáticos de Estados Unidos y otros tanto de Alemania (dos de las grandes potencias matemáticas) y que la revista publicaba 1200 ejemplares, contando en su Comité Editorial con los matemáticos más prestigiosos del momento.

Guillermo Curbera

 

Ese año de 1914 fue el de la celebración de los 30 años, y Landau impartió la conferencia inaugural de un evento en el que participaron 120 sociedades, academias y otras instituciones de 20 países diferentes.

 

Guccia fue un buen matemático de la época, dedicado a la geometría algebraica y discípulo de Luigi Cremona, aunque su investigación quedo fuera de las nuevas corrientes de la naciente relevancia de esta disciplina. Tampoco su dedicación al Circolo le dejó mucho tiempo libre para seguir con sus investigaciones.

La familia de Guccia era noble, y con una cierta fortuna de la que él dedicó una parte a poner en marcha el Circolo. Pero no había muchos datos sobre su historia personal, y fue cuando Buongiorno y Curbera descubrieron el parentesco de Guccia con Giulio Fabrizio Tomasi, el Príncipe de Lampedusa, que comenzaron a trazar la relación entre ambas familias. Los palacios de ambas familias eran vecinos, y esto permitió que Tomasi influyera en los intereses matemáticos de su sobrino.

 

Guccia, en su juventud

Los autores repasan la historia completa de los Tomasi, vistaron archivos, buscaron la conexión del astrónomo jesuita Giuseppe Piazzi (el descubridor del primer asteroide, Ceres (elevado ahora a la categoría de planeta pequeño) y el padre Pirrone de la novela “El Gatopardo”; encontraron personajes que les pusieron en la pista de una  sección perdida del Archivo Diocesano de Palermo, y consiguieron sus respuestas. El resultado es este maravilloso libro que recomiendo sin dudar a todos los interesados tanto en la literatura como las matemáticas.

Por cierto, para terminar, decir que tengo el honor de haber publicado tres artículos en el Rendiconti del Circolo Matematico di Palermo; después de leer el libro de Bongiorno y Curbera, mi ego ha crecido unos cuantos metros.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

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