“El monólogo puede ser un vehículo de transmisión de la ciencia”
Entrevista a Eduardo Sáenz de Cabezón, investigador de la Universidad de La Rioja y ganador del concurso de monólogos científicos Famelab
“¿Un diamante es para toda la vida? Psssssshhh, ¡un teorema sí que es para toda la vida!”. Así arranca el monólogo de Eduardo Sáenz de Cabezón Irigaray (1972, La Rioja), que le ha hecho ganador de la final de la primera edición española de Famelab, el concurso de monólogos científicos organizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Sáenz de Cabezón, Doctor en Matemáticas y profesor el área de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad de La Rioja de la Universidad de La Rioja, representará a España en la final internacional de Famelab en el Festival de Cheltenham (4-8 de junio), con este monólogo que presenta la diferencia entre teorema y conjetura en matemáticas, la Conjetura del Panal de Abejea y el Problema de Kelvin. Pero antes, nos habla de su experiencia como monologuista científico y de las relaciones entre humor y matemáticas.
El jurado consideró un mérito que hubiera utilizado las matemáticas para mi monólogo
Antes de nada, enhorabuena por su premio. Es una gran alegría que un matemático sea el primer ganador de Famelab, ¿creía usted que un monólogo sobre matemáticas fuera a ganar el concurso?
En la primera fase pensé que podría sí ser una ventaja, ya que en la semifinal querrían tener una representación de las distintas ciencias, y a lo mejor no había demasiados monólogos de matemáticas en comparación con otras ciencias como biología, química… Pero en la final yo no vi ni ventaja ni desventaja en hablar de matemáticas aunque luego, en las valoraciones del jurado, me dijeron que consideraban un mérito el que hubiera utilizado las matemáticas para el monólogo, y ya que parece que tienen menos relación con cosas cotidianas, son más abstractas, etc.
Entonces, ¿cree que partía de un prejuicio de que los matemáticos y las matemáticas no son divertidos?
Algo así me lo comentó uno de los concursantes de la semifinal. Me dijo que antes de que yo empezara, al ver que era matemático, pensó ‘pobre, que es matemático’, pero que tras mi presentación pensó ‘¡qué suerte, es matemático’, porque tenemos una gran cantidad de temas que tratar.
Hay cantidad de matemáticas que tienen aplicación en la vida cotidiana o en otras ciencias, y luego, por otro lado, son fuente de muchas curiosidades
Uno en principio no lo pensaría, ¿hay muchos temas susceptibles de convertirse en contenido de monólogo?
Sí: hay muchas cosas en matemáticas que se pueden presentar de manera muy amena. Hay cantidad de matemáticas que tienen aplicación en la vida cotidiana o en otras ciencias, y luego, por otro lado, son fuente de muchas curiosidades. Aunque sí que es verdad que a veces, para presentar ciertos contenidos matemáticos, hay que utilizar unos conceptos a los que pueden ser un poco arduo llegar.
¿Cómo decidió usted su tema?
En principio yo había pensado en presentar la conjetura del panal de abeja y el problema de Kelvin, que son el ejemplo que uso dentro del monólogo. Yo había hecho unas charlas y talleres aquí en la Universidad de la Rioja para alumnos de secundaria y uno de ellos trataba sobre estos tema. Luego me pareció que se tenía poca profundidad, así que lo envolví todo en la distinción entre teorema y conjetura, que sí que es una cuestión clave en matemáticas.
¿Cuál fue la clave para construir un monólogo usando estos conceptos matemáticas? ¿Cómo combinó las matemáticas y el humor?
Para mi la clave fue encontrar una analogía con la permanencia que tienen las matemáticas: las verdades eternas de las matemáticas. Luego, al hilo de lo que voy hablando fui encontrando la manera de meter un chiste, una broma, usando las palabras o las situaciones que se dan en el monólogo.
¿Tenía experiencia previa como monologuista?
No, nunca había utilizado el formato del monólogo, pero sí he participado en actividades de cuentacuentos, que tiene ciertas similitudes.
¿Qué valor cree que tiene este concurso?
Creo que puede ser un vehículo de transmisión de la ciencia, o por lo menos, para atraer a la gente al tema. Yo opino que sí existe un interés por la ciencia, pero hay pocos medios de transmisión.
Tuvieron lleno en el teatro Alfil, ¿qué impresiones recibieron del público?
Estupendas: la gente que estuvo allí se lo pasó muy bien. Como dices, hubo lleno y todas las entradas estaban vendidas desde la semana siguiente a que se pusieran a la venta, así que parece que si hubiera habido un recinto más grande también se hubiera llenado. También tuvimos un gran impacto posterior en prensa.
Tengo que admitir que iba con cierta precaución: creía que se podía quedar en una cosa muy superficial y de espectáculo.
Y usted, ¿que impresión se llevó, como público del resto de participantes?
Pues quedé gratamente sorprendido. Tengo que admitir que iba con cierta precaución: creía que se podía quedar en una cosa muy superficial y de espectáculo. Sin embargo, me encontré que todos los semifinalisitas habíamos hecho un esfuerzo por transmitir contenidos científicos. Además me lo pasé muy bien viéndolo.
¿Puede contarnos brevemente cual fue el proceso?
En la primera fase había que enviar un video a la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Recibieron alrededor de 70 propuestas, de las que escogieron 13, que pasamos a una semifinal que fue en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Allí Malcom Lowe, periodista de la BBC, impartió una master class sobre comunicación científica, en la que aprendimos bastantes herramientas comunicativas en el contexto de los monólogos y en otros. En la semifinal hicimos una presentación de los monólogos frente al jurado, que hizo la segunda selección.
¿Cómo llegó usted al certamen? ¿cómo se animó a presentar el video?
A raíz de las conferencias de divulgación que organizamos en el contexto de la universidad, surgió la iniciativa ‘ciencia en los bares’, donde dábamos charlas científicas en bares. Yo di una que gustó mucho a la gente de la facultad, y a partir de esto me animaron ellos a presentarme al concurso de Famelab, yo no lo conocía.
Mis compañeros están encantados: he recibido muchas felicitaciones.
¿Cómo han valorado sus compañeros de la Universidad este premio?
Están encantados: he recibido muchas felicitaciones. Es verdad que a veces en este tipo de cosas que están a caballo entre el mundo científico y el de la comunicación a veces se reciben críticas por los dos lados, pero en este caso no ha sido así, ha sido muy bien valorado por ambos sectores.
¿Se animará a seguir con este formato?
Sí, de hecho la mayor parte de los semifinalistas estamos preparando un espectáculo de monólogos científicos a partir de esto, para llevarlo a distintos lugares. Lo estrenaremos el 1 de junio aquí en Logroño. En este primer espectáculo estaremos seis de los semifinalistas.
Al ganar la fase nacional, participará en la fase internacional en el Festival de Cheltenham de l 4 al 8 de junio, ¿qué nos puede contar sobre ello?
Ahora tenemos que traducir el monólogo al inglés y adaptar un poco los chistes a un contexto internacional.
¿Qué expectativas tiene?
Más que nada, disfrutar del festival de ciencia y de la final de Famelab. Respecto al concurso, creo que habrá muchos factores que no controlamos en cuanto a quién pasará a la final, quién ganará la final, etc. Los concursantes somos muy variados, de países muy diferentes, y los criterios son menos claros.
Destacado:
Más información:
El video del monólogo en la final de FameLab España puede verse en:
Eduardo Sáenz de Cabezón (24 Junio 1972, Logroño, La Rioja) es Doctor en Matemáticas, profesor del área de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad de La Rioja. Sus principales intereses como investigador son el Álgebra conmutativa computacional, topología algebraica y sus aplicaciones, álgebra combinatoria.
FameLab nació en 2005 gracias a una idea original del Festival de Cheltenham, cuyo principal objetivo era fomentar la divulgación de la ciencia identificando, formando y dando a conocer nuevos talentos entre los que trabajan en ciencia a través de un formato innovador, el monólogo científico. Desde 2007 el certamen se ha vuelto global, y a día de hoy se celebran competiciones en más de 20 países de Europa, Asia, África y Estados Unidos. A nivel mundial son ya más de 3.800 personas las que han participado en alguna de sus ediciones.
Famelab España se ha celebrado por primera vez este año 2013, y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (), han sido los encargados de organizarla, junto al British Council.
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Ágata A. Timón es responsable de Comunicación y Divulgación del ICMAT.