El entralazamiento cuántico de Cormac McCarthy
Tras dieciséis años de silencio, Cormac McCarthy nos sorprende con una novela monumental, más de seiscientas páginas. En realidad, son dos novelas, El pasajero y Stella Maris, pero con un fenómeno cuántico de entrelazamiento.
Decíamos que son dos novelas entrelazadas, aunque El pasajero se publicó en su idioma original en octubre de 2022 y Stella maris en diciembre del mismo año. ¿Por qué hablar de estas dos obras de McCarthy en Matemáticas y sus fronteras? Lo entenderemos fácilmente si recordamos brevemente el argumento.
La novela sigue a Bobby Western, un buzo de salvamento, a través del Golfo de México y el Sur de EE.UU. Western está atormentado por las contribuciones de su padre al desarrollo de la bomba atómica y por su incapacidad para salvar a su hermana Alicia del suicidio, que ocurre una década antes de que tenga lugar El pasajero. Alicia era un prodigio de las matemáticas que trabajó bajo la tutela de Alexander Grothendieck. Los hermanos Western crecen en el este de Tennessee mientras su padre trabaja en Oak Ridge en el Proyecto Manhattan, bajo la dirección de J. Robert Oppenheimer. Bobby y Alicia son niños con un enorme talento matemático. Alicia estudia en la Universidad de Chicago mientras Bobby abandona Caltech para seguir una carrera como piloto de Fórmula 2 en Europa, aunque un grave accidente le deja en coma temporal y pone fin a su carrera como piloto.
El pasajero alude a que, en una inmersión de salvamento para recuperar supervivientes de un avión sumergido, Bobby descubre que falta un octavo pasajero, y que el avión parece haber sido manipulado. Sufre un auténtico acoso por parte de agentes secretos (¿FBI, CIA?). Otro dato relevante es que su casa había sido saqueada dos años antes y se habían llevado los documentos de investigación de su padre y todos los archivos familiares. Western se esconde de las autoridades, pero la persecución de Hacienda le obliga a recorrer el país como un vagabundo y acaba residiendo en Ibiza. La novela finaliza con su muerte, escribiendo una carta a su hermana, el amor de su vida
Los contenidos físicos y matemáticos de la obra la cruzan de principio y final. En la primera novela, cada capítulo lleva una introducción sobre las alucinaciones que sufre Alicia, en las que un personaje deforme, el Niño Talidomina, mantiene diálogos con ella, acompañado de una serie de compinches indescriptibles. Los capítulos de la segunda novela son las transcripciones de las sesiones psiquiátricas de Alicia en el manicomio Stella Maris donde se ha internado a sus veintiún años, a voluntad propia, y en el que se le diagnostica esquizofrenia paranoide. Estas sesiones con el Dr. Cohen, en la que debaten sobre las alucinaciones de Alicia, clarifican para el lector mucho de lo que ha sucedido en la primera novela. Los temas que tratan en esas conversaciones incluyen matemáticas, mecánica cuántica, teoría musical y filosofía, y son de lo más interesantes para cualquier matemático. Ya comentamos en una entrada anterior la extraordinaria descripción del IHES (ir a Léon Motchane, fundador del Institut des hautes études scientifiques (IHÉS)).
Los nombres de los dos protagonistas (elegidos por su padre), no son aleatorios. Alice y Bob son personajes ficticios que se suelen utilizar en criptografía en las que hay varios participantes en un experimento mental. La primera vez que se usaron con esta intención fue en un artículo de 1978 de Ron Rivest, Adi Shamir y Leonard Adleman «A Method for Obtaining Digital Signatures and Public-key Cryptosystems» (Un método para obtener firmas digitales y criptosistemas de clave pública). Rivest, Shamir y Adleman fueron los inventores de del código RSA (llamado así por sus iniciales), código que revolucionó la criptografía.
Pero también se usan estos personajes en mecánica cuántica. Recordemos el fenómeno del entrelazamiento. Cuando una partícula se descompone en dos partículas, podemos realizar mediciones posteriores en cada una de ellas. Cuando se mide el momento angular de espín de una partícula, el momento angular de espín de la otra partícula se mide simultáneamente para que sea exactamente el valor que se suma para dar el momento angular de espín total de la partícula original (antes de la desintegración). De este modo, el conocimiento de una partícula nos permite conocer la otra; los sistemas están entrelazados. Se produce una paradoja, ya que parece que alguna información debe haberse transmitido entre las dos partículas de forma instantánea, incluso aunque cada partícula estuviese en dos puntos lejanos del universo. Estas ideas son las que volvían loco a Albert Einstein y le conducían a una gran desconfianza en la mecánica cuántica.
Alicia y Bob suelen ser los nombres de los observadores en el caso de la cuántica. McCarthy ha ideado dos personajes, dos hermanos a los que además añade un amor incestuoso, quizás para argumentar más su entrelazamiento. Cada una de las dos novelas sale de una historia común, y el desarrollo de cada una influye en la otra, como dos novelas afectadas a un entrelazamiento cuántico.
Digamos que, desde el punto de vista literario, McCarthy vuelve a lograr una obra genial, aunque nos deje un montón de preguntas sin respuestas en la primera de sus novelas. Es también admirable que un hombre de noventa años, tras dieciséis en barbecho, nos brinde una obra como esta. ¡Larga y próspera vida a Cormac McCarthy!
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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).
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