Políticos: aparten sus manos de la educación
Los resultados del Informe PISA de este año muestran que, en matemáticas, España se sitúa 10 puntos por debajo de la media de la OCDE. La situación se repite año tras año y las respuestas de los políticos siguen el mismo patrón. Manuel de León, director del ICMAT, reflexiona sobre el tema a continuación.
El informe PISA se trata de un estudio comparativo, en el que entra la estadística y por tanto sujeto a un cierto rango de certeza, pero que nos dice claramente como estamos posicionados con respecto a otros sistemas educativos.
Una vez más, como ocurre cada tres años, el Informe PISA ocupa las portadas de los periódicos españoles, y todo tertuliano que se precie se dedica a examinar los puestos en los que España ha quedado en los tres temas estudiados: competencia matemática, comprensión lectora y competencia científica. A continuación analizamos los resultados en las matemáticas. España obtiene esta vez 484 puntos, 10 por debajo de la media de la OCDE (494) y lejos de los países asiáticos como Japón (536), Corea del Sur (554) o el líder, Shanghai, China (613). Más o menos, como siempre (el propio informe señala que “No se producen cambios significativos en los resultados de España en matemáticas a lo largo del tiempo (2003: 485; 2012: 484).” Y añade: “Si tenemos en cuenta la mejora en el estatus socio‐económico de los alumnos entre 2003 y 2012, hay una tendencia negativa en el rendimiento de los alumnos en matemáticas”.
Y más o menos, con las mismas conclusiones, algunas positivas: nuestro sistema es bastante más igualitario que la media de la OCDE, ya que la procedencia socioeconómica tiene menos incidencia en los resultados académicos de un centro, aunque esta equidad comienza a resquebrajarse; y otras no tanto: tenemos un porcentaje demasiado bajo en alumnos excelentes (los estudiantes con rendimiento alto o excelente en Matemáticas no supera el 8% frente al 13% de media de la OCDE), y un porcentaje demasiado alto en alumnos que fracasan (un 24%, casi en la media). Se examinan también 14 Comunidades Autónomas españolas, y hay una preocupante diferencia de rendimiento entre estas, debida en más del 85% a diferencias socioeconómicas, lo que no ocurre en otros países como Italia o Canadá; pero señala el informe que estas diferencias de resultados no son debidas al modelo educativo. Una reflexión para los políticos ahora que tanto se debate sobre el modelo autonómico, el modelo federal e independencias varias.
Es también revelador lo que dice el informe en otros aspectos: por encima de un mínimo, no todo es cuestión de más o menos financiación; y en el caso de España, el informe dice textualmente: “Los resultados son inferiores a los que se esperarían en función de su PIB per cápita”. Y señalan que nuestras infraestructuras son superiores a la media, que el número de horas lectivas es superior a la media (pero no en matemáticas), que la ratio alumno/profesor es inferior a la media, y que la escasa autonomía de los centros no favorece mejores resultados. En fin, leánse ustedes el informe en la página web http://www.mecd.gob.es/inee/Ultimos_informes/PISA-2012.html del Instituto Nacional de Evaluación Educativa.
¿Qué se debería hacer a la vista de un informe como este, que nos devuelve cada tres años una imagen que no varía mucho de una ocasión a la siguiente? En primer lugar, preocuparnos, porque los resultados no nos gustan. Como ha hecho la ministra de Educación de Finlandia, cuyo país ha bajado al puesto 12 (ya nos gustaría a nosotros tener que preocuparnos por esto), y que ha tratado el asunto con alarma y como señal de una necesidad de cambio. En España, como siempre, se han comenzado las lecturas partidarias: si una comunidad ha quedado por encima, dice que son fruto de las reformas que ya habían iniciado; si está por debajo, se justifica que se han conseguido mejoras o se echa la culpa a los recortes en educación. Unos dirán que este informe justifica la LOMCE, y que la culpa la tiene la LOGSE; otros echarán mano de los recortes. Y así, discutiendo si son galgos o podencos, ya vamos a por nuestra séptima ley educativa.
Si se analizan los resultados de los diferentes países, se verán los factores que influyen en un mejor sistema educativo (y, como consecuencia, en buenos resultados en la comparación PISA). Por ejemplo, la cultura del esfuerzo, la implicación familiar, el respeto y valoración social del profesorado, programas coherentes y pruebas regulares para evaluar la evolución del aprendizaje.
¿Quieren nuestros políticos que aumenten los alumnos de excelencia? Potencien el programa ESTALMAT de estímulo del talento matemático, que malvive en diez comunidades autónomas con recursos insuficientes (este año el primer alumno ESTALMAT ha leído la tesis doctoral en nuestro instituto y está ahora haciendo una estancia postdoctoral en Princeton). ¿Quieren ustedes corregir el fracaso escolar? Impliquen a las familias y al entorno social, y ya en última instancia, promuevan iniciativas como las de inserción laboral de la Fundación Peñascal en el País Vasco.
Y, por favor, cuando se elabore una ley educativa, dejen trabajar a los profesionales, a los profesores de matemáticas que dedican sus vidas a la noble profesión de enseñar, a veces en condiciones muy difíciles; a los investigadores en educación matemática, que conocen como nadie el tema, y que tienen además el conocimiento de sistemas educativos de otros países; y a los investigadores de las matemáticas, que también pueden aportar muchas ideas y tratar de pasar a las aulas los últimos resultados de la disciplina. Cuenten con ellos también para la formación continua, un tema que parece liquidado en nuestro país, e inviertan en este tipo de actividades, son fundamentales para que nuestro profesorado esté al día.
Y, sobre todo, no hagan política con la educación, no usen este tema para las descalificaciones, o para apuntarse un tanto. La educación es el futuro de nuestro país, de nuestros jóvenes, no quieran ganar escaños con ella.
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Manuel de León (CSIC, Real Academia de Ciencias, Academia Canaria de Ciencias) es Director del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), Profesor de Investigación del CSIC y Miembro del Comité Ejecutivo de IMU.