Dürrenmatt y las matemáticas

Hace ya un tiempo leí cuatro de las novelas más representativas de Friedrich Dürrenmatt, y me llamó mucho la atención las referencias matemáticas que incluían. En esta entrada descubriremos porqué ese interés del autor.

Friedrich Dürrenmatt

Digamos de entrada que Friedrich Dürrenmatt fue pintor y escritor, nacido en Konolfingen, en el Cantón de Berna, el 5 de enero de 1921, y escribió siempre en alemán. Falleció en Neuchâtel, el 14 de diciembre de 1990, tras una vida en la que destacó sobre todo por sus obras de teatro. Pero también era aficionado a la novela negra y dejó obras que ya son clásicas en el género.

Dürrenmatt comenzó sus estudios de filosofía, filología alemana y literatura alemana en la Universidad de Zúrich en 1941, pero tras un primer semestre, se trasladó a la Universidad de Berna, donde también estudió ciencias naturales. En 1943, decidió convertirse en autor y dramaturgo y abandonó su carrera académica. Pero esos estudios marcaron sin duda su literatura.

En La sospecha (1951), aparece este diálogo entre la doctora Marlok y el comisario Hans Bärlach:

– Veo que le gustan las matemáticas – dijo la doctora Marlok encendiendo otro cigarrillo. Aún seguía en pie junto a la cama del comisario, no titubeante y solícita como suele acercarse la gente al lecho de un enfermo, sino como quién se instala junto a un reo al que ya se ha amarrado al potro y cuya muerte se considera justa y deseable, un procedimiento objetivo que extinguirá una existencia inútil – Enseguida pensé que pertenecía usted a esa clase de locos que juran por las matemáticas. La ley es la ley. Equis es igual a equis. La frase más monstruosa que jamás ha subido hasta ese cielo eternamente sangriento y nocturno que gravita sobre nosotros …

En Justicia (1985), cuando el protagonista entra en el despacho del consejero Kohler, se encuentra:

Ni un cuadro en las paredes, solo libros hasta el techo. Obras de matemáticas y ciencias naturales exclusivamente. Una biblioteca respetable.

En El encargo (1986), se encuentra este texto:

D. escuchó el informe de la F. y, aunque solo eran las once, pidió distraídamente una copa de vino, se la echó, también distraídamente, al coleto, pidió una segunda copa y dijo que aún seguía ocupado con la inútil cuestión de saber si el principio de identidad A = A era válido, pues él suponía dos A idénticas, cuando solo podía haber una A idéntica a sí misma, y sea como fuere, referido a la realidad aquello era un absurdo, ningún hombre era idéntico a sí mismo porque estaba sometido al tiempo y, en rigor, en cada momento era distinto del que había sido en el momento anterior, …

Navegando por la red en busca de esas fuentes matemáticas de Friedrich Dürrenmatt, encontré una noticia en la que se cuenta que recibió un título honorífico de la Universidad de Temple en 1969. La misma noche en que se le concedió el título, se representó en Temple una obra suya, El meteorito. En esa página web está su discurso de aceptación y una entrevista realizada por Violet Ketels, profesora del departamento de inglés de Temple. Y esta es una parte de la entrevista (recomendamos su lectura íntegra en la web porque es toda una joya intelectual), en la que se explica su interés por las matemáticas:

K: Siempre se vuelve a la paradoja, a la dialéctica.

D: Uno de los libros más importantes que existen para mí es el de un judío ruso que estudió matemáticas en Zúrich y que llegó a ser profesor en Quebec, donde murió muy joven. Se llamaba Alexander Wittenberg. Como tesis doctoral escribió un libro sobre el pensamiento en conceptos. En su libro analizó las matemáticas y demostró que cada sistema lógico termina automáticamente en una paradoja. Estoy en contra de la expresión «El mundo es absurdo». Sólo digo que el mundo es una paradoja.

K: Tenemos que aceptar la paradoja como una descripción del mundo.

D: Sí. Yo diría que cuando la teología reconoce la paradoja de tratar de representar lógicamente lo que sólo existe existencialmente, entonces es posible una nueva teología. Diría paralelamente: sólo podemos describir la naturaleza describiéndola con conceptos construidos, con matemáticas. Estas son las leyes naturales. La cuestión es sólo qué aspecto de las matemáticas es aplicable a la naturaleza. Muchos no lo son.

K: De nuevo evoca usted a Kierkegaard. Él habla de la paradoja de la Encarnación, de que el cristianismo tiene que ser captado «en virtud de lo absurdo». No es razonablemente aprehensible.

D: Sí. El nivel superior del pensamiento son las matemáticas. Pero incluso en las matemáticas tienen lugar muchas cosas que son ficciones conscientes que yo creo. Yo actúo como si hubiera una figura con la que pudiera medir un círculo. La cifra Pi. En realidad este número es infinito. Nunca es preciso. Ese es un ejemplo del proceso dialéctico: que hago algo que no funciona.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

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