España y la Olimpiada Matemática Internacional

La Olimpiada Matemática Internacional (OMI) se creó en Rumanía en 1959, y desde ese momento se ha convertido en una cita anual a la que acuden jóvenes estudiantes, organizados en equipos nacionales, para competir con sus conocimientos matemáticos. El concurso dura dos días, y está diseñado para poner a prueba la capacidad de resolución de problemas de los participantes a través de seis desafiantes problemas matemáticos; resolver perfectamente cada uno conlleva obtener 7 puntos, de manera que la puntuación máxima que puede obtener un equipo es de 252 puntos.

No se trata sólo de la capacidad de cálculo en bruto, sino que entran en juego la creatividad, la intuición y la habilidad para idear y articular pruebas complejas. Cada equipo puede contar con un máximo de 6 estudiantes. Estos deberán haber nacido menos de veinte años antes del 1 de julio del año de participación en la OMI. Los concursantes deberán haber cursado normalmente estudios primarios o secundarios a tiempo completo a partir del 1 de diciembre del año anterior a la OMI o, en el caso de los estudiantes educados en casa, no haber recibido un diploma de enseñanza secundaria (o equivalente) y estar trabajando para obtenerlo el 1 de diciembre.

Las lenguas oficiales de la OMI son el inglés, el francés, el alemán, el ruso y el español. Una curiosidad es de donde salen los problemas propuestos. Pues bien, cada uno de los países participantes que no sea el país anfitrión presenta un máximo de seis propuestas de problemas, con sus soluciones, para que el Comité de Selección de Problemas las reciba antes de una fecha fijada. Las propuestas deberán abarcar, en la medida de lo posible, diversos campos de las matemáticas preuniversitarias y presentar distintos grados de dificultad. Deberán ser novedosas y no podrán haber sido propuestas ni utilizadas en ningún otro concurso de matemáticas. Las propuestas deberán estar escritas únicamente en las lenguas oficiales. Las propuestas y soluciones deberán ir acompañadas de sus versiones en inglés.

Hay un montón de normas de tipo ético para garantizar que el concurso se realice con todas las garantías de equidad, y evitar cualquier intento de influir en los resultados. Por ejemplo, cada concursante recibe los problemas en uno, dos o tres idiomas, previamente solicitados en el formulario de inscripción, con las traducciones aprobadas por el Jurado. Al menos una de las lenguas solicitadas deberá ser una de las cinco lenguas oficiales.

El número total de premios (primero, segundo y tercero) debe ser aprobado por el Jurado y no debe superar la mitad del número total de concursantes, a menos que lo aprueben al menos dos tercios de los miembros del Jurado. El número de primeros, segundos y terceros premios debe estar aproximadamente en la proporción 1:2:3. Podrán concederse premios especiales a las soluciones que el Jurado considere sobresalientes. Los premios se entregan en la Ceremonia de Clausura. Si un concursante no ha recibido uno de estos premios, si recibirá un Certificado de Mención de Honor si ha obtenido siete puntos por la solución de al menos un problema.

La última Olimpiada Matemática Internacional se acaba de celebrar en Tokio (Japón), concretamente en Chiba, del 2 al 13 de julio. Pasado más de un mes del evento, parece un buen momento para reflexionar sobre este tipo de concursos, su utilidad educativa y las participaciones españolas a lo largo de los años.

La OMI ha ido evolucionando mucho a lo largo de tantos años de existencia, y desde hace ya unas décadas, está dominada por China, ganadora indiscutible en los últimos cuatro años. En general, los países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, Vietnam, Singapur, están copando las posiciones de privilegio. Rusia mantiene también un nivel, junto con Rumanía y Ucrania. Estados Unidos es también un líder, pero Europa Occidental no es capaz de estar a esos niveles. España se mantiene en un nivel intermedio, ha ocupado este año el lugar 35, pero el desempeño ha sido muy bueno, consiguiendo una medalla de plata, tres de bronce y una mención honorífica.

El equipo español

Este tipo de concursos despierta alguna polémica al considerarlos elitistas; sin embargo, algunos de los matemáticos más destacados, galardonados más tarde con medallas Fields, hicieron sus primeros avances en las OMI. Por otra parte, detrás de un equipo que va a una OMI, hay miles de estudiantes que han participado primero en las fases regionales, luego en las nacionales, y finalmente, los seleccionados en la fase internacional. Se ha movilizado al profesorado, al alumnado y a las familias, y también a las autoridades educativas. Se consigue además una atención mediática que llega a la sociedad y así los ciudadanos son conscientes de la relevancia de las matemáticas. Y si están orgullosos de nuestros deportistas olímpicos, conseguimos también que lo estén de nuestros olímpicos matemáticos. Una última observación es que nuestros chicos y chicas aprenden a convivir con colegas que, como ellos, tienen un amor y una facilidad para las matemáticas, lo que redunda en su formación tanto matemática como humana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esperemos que en 2024, en la OMI a celebrar en la universidad de Bath en el Reino Unido, nuestro equipo tenga una destacada participación. Lo contaremos en Matemáticas y sus fronteras.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

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5 comentarios

  1. As these brilliant minds come together, much like the teamwork required for effective problem-solving, they shine a light on how diverse perspectives can lead to innovative breakthroughs.

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