Las matemáticas elegantes de Yoko Ogawa

Acaba de aparecer en español una nueva novela de Yoko Ogawa, Perfume de hielo (Funambulista, Madrid, 2009), que se une a La fórmula favorita del profesor (Funambulista, Madrid, 2006). En estas dos novelas, la elegante prosa de Ogawa se une a la elegancia de las matemáticas para crear páginas de una indiscutible belleza.


 


Yoko Ogawa

Yoko Ogawa nació en Okayama en 1962. Estudió en la Universidad Waseda de Tokyo. Es en 1986 cuando inicia una carrera de escritora, obteniendo con su primera novela, Cuando la mariposa se descompone, 1988, el Premio Kaien. Su siguiente novela El embarazo de mi hermana, se convierte inmediatamente en un best-seller en Japón, y Ogawa pasa a ser una de las novelistas más populares de ese país.

 

En 2003 publicó La fórmula preferida del profesor, que obtiene varios premios (el Premio Yomiuri, el Premio de las Librerías Japonesas y el de la Sociedad Japonesa de Matemáticas). La novela es adaptada al cine y al cómic. La novela cosecha también un gran éxito en el extranjero (en España, va ya por su séptima edición).

 

Actualmente vive con su familia en la antigua ciudad mercantil de Kurashiki y se dedica exclusivamente a la literatura.

 

Yoko Ogawa ha recibido numerosos premios por su obra: 1988 Premio Kaien por Desintegración de la mariposa (Agehacho ga kowareru toki); 1990 Premio Akutagawa por El embarazo de mi hermana (Ninshin karendaa); 2004 Premio Yomiuri por La fórmula preferida del profesor (Hakase no aishita sushiki); 2004 Premio Izumi por Burafuman no maiso; 2006 Premio Tanizaki por Mina no koshin.

 

Las “novelas matemáticas”

La fórmula preferida del profesor cuenta la historia de una madre soltera que entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas que perdió en un accidente de coche la memoria, que sólo le dura 80 minutos y que le obliga, como un nuevo Sísifo de la mente, a dejarse notas en su chaqueta para que al comenzar un nuevo día recuerde lo esencial de los anteriores.

El único familiar del profesor, su cuñada, es la que contrata a esta asistenta. El profesor se irá encariñando con ella y su hijo de 10 años, al que bautiza «Root» («Raíz Cuadrada» en inglés) y con quien comparte la pasión por el béisbol, hasta que se fragua entre ellos una verdadera historia de amor, amistad y transmisión del saber, no sólo matemático.

 

Sirva este párrafo para apreciar algunas de las enseñanzas del profesor:

«Mira qué maravillosa sucesión de números. La suma de los divisores del 220 es igual a 284. Y la de los divisores de 284, igual a 220. Son números amigos. Son una combinación muy infrecuente, sabes. Fermat o Descartes sólo lograron descubrir un par, cada uno de ellos. ¿No te parece hermoso? ¡Que la fecha de tu cumpleaños y el número grabado en mi reloj de pulsera estén unidos por un lazo tan maravilloso…! »

 


Acaba ahora de aparecer una nueva novela de Yoko Ogawa, Perfume de hielo. En ella, la joven periodista Ryoko comienza, tras la muerte por suicidio de su novio Hiroyuki (perfumista en Tokyo) una búsqueda para conocer quién era éste de verdad. Descubre que en su niñez y adolescencia había sido un talento matemático, ganador de numerosos concursos matemáticos; su anciana madre conserva los trofeos en una habitación de la casa familiar.

 

 

Baste esta conversación entre Ryoko e Hiroyuki  para ver como las matemáticas impregnan sutilmente la novela (y nuestras vidas):

«En otra ocasión, cuando estábamos esperando cerca de casa a que cambiara el semáforo en un cruce dije, irritada:

– Aquí siempre nos toca esperar.

– El tiempo promedio de espera es la mitad de quince segundos – contestó él al instante.

– ¿Cómo lo sabes?

– El semáforo cambia de color, rojo o verde, cada medio minuto. Si se encuentra en verde, el tiempo de espera es 0. Si está en rojo, el tiempo de espera oscila linealmente entre 30 y 0 segundos, lo que por simetría da un promedio de 15 segundos. Considerando a la vez las probabilidades de estado y los correspondientes tiempos de espera, resulta un total de (0+15)/2, es decir, 7,5 segundos.

– Rooky, entre todas las personas que están en este cruce, estoy segura de que tú eres el único que piensas en el tiempo medio de espera.»

La búsqueda en el pasado de Hiroyuki lleva a Ryoko a Praga, donde descubre un misterio que relaciona los olores y las matemáticas, y explica las razones del abandono de las matemáticas por Hiroyuki.

 

Colaboración con Masahiko Fujiwara

Recientemente, Yoko Ogawa ha dado un paso más en su aproximación a las matemáticas, iniciando en 2006 su colaboración con el matemático japonés Masahiko Fujiwara escribiendo Yo ni mo utsukushii sugaku nyumon (Una introducción a las mateméticas más elegantes del mundo), un diálogo entre un novelista y un matemático sobre la extraordinaria belleza de las matemáticas.

Masahiko Fujiwara nació en 1943 en Shinkyo, Manchukuo (ahora China). Los padres de Fujiwara fueron autores populares en Japón; el comenzó a escribir cuando realizó una estancia de dos años como profesor asociado en la Universidad de Colorado, publicando el libro Wakaki sugakusha no Amerika en el que explicaba lo que era un campus americano al público japonés. Tras visitar la Universidad de Cambridge, escribió otro libro, Harukanaru Kenburijji: Ichi sugakusha no Igirisu. Se ha ido convirtiendo en un autor popular en Japón, y así, su libro La diginidad de un estado, fue un auténtico bestseller en 2006. En este último libro, critica la preponderancia del pensamiento occidental en la cultura japonesa, y propugna una vuelta a los valores tradicionales. Toma postura en contra de la globalización, a la que considera una estartagema de los Estados Unidos para dominar el mundo tras la guerra fría. A la vez, fustiga la economía de mercado, que ha contribuido a aumentar la brecha entre pobres y ricos.

 

Los aficionados a la literatura de Yoko Ogawa y a las matemáticas, quedamos a la espera de la traducción al español de Una introducción a las matemáticas más elegantes del mundo. Estamos convencidos que no nos defraudará.

 

 


Manuel de León (CSIC y Real Academia de Ciencias) es Director del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT).

 

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