¿Carrera científica?

Hoy, 6 de marzo de 2010, los jóvenes investigadores españoles (2.500 según El País), se han manifestado para pedir al gobierno un incremento en la inversión en I+D+i, y, en particular, una definición más clara de los objetivos en recursos humanos que les permita continuar y estabilizar sus carreras profesionales en el campo de la investigación.

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El problema de los recursos humanos

En este blog hemos publicado varias entradas en las que se debatía sobre el problema de recursos humanos en nuestro país, especialmente en el caso de las matemáticas (aunque la mayoría de los comentarios son válidos para cualquier disciplina).

La Ley de la Ciencia que, presumiblemente se debatirá el próximo 12 de marzo en el Consejo de Ministros, se supone que dará respuesta al problema. Pero conviene primero sepamos de qué problema estamos hablando, y que básicamente se reduce a la escasez de contratos y a una limitada Oferta de Empleo Público para la investigación, situación agravada por la escasa (o nula en muchos casos) coordinación entre las políticas científicas estatales y autonómicas (convendría que nuestros políticos repasaran a este respecto la Constitución Española), la necesidad de una planificación a largo plazo,  así como a las inadmisibles trabas burocráticas para los contratos.

La Ley de la Ciencia trata de dar respuesta a estos dos últimos problemas, pero los recursos dependen únicamente de las prioridades del gobierno de cada momento (y de la de los gobiernos regionales). La coordinación que se contempla con las CCAA es vital; el problema es que estas cuentan ya con los mecanismos de los que todavía carece el Estado y algunas están más a pedir que se les transfieran directamente los recursos que a coordinar políticas científicas.

La carrera científica

Cuando se habla de una carrera científica, a veces se interpreta como una progresión continuada y garantizada desde la obtención de un grado y un doctorado a la consecución de un puesto permanente. No creo que la mayoría de los manifestantes exigieran esto, pero sí tener muchas más oportunidades de conseguir contratos, de poder competir y hacerse un futuro. Y necesitamos aumentar, y mucho, el elenco de investigadores.

Estos jóvenes científicos representan el futuro de España, diría más, el único futuro que tiene España. Somos un país que hemos derivado al sector servicios, que debemos por tanto apostar por la generación de conocimiento y la innovación subsiguiente como factores para el crecimiento económico. Se nos vende cada cuatro años la voluntad de cambiar de modelo económico y acabamos apostando como siempre al ladrillo y al turismo. La sigla clave para nuestro país es E+I+D+i, Educación+Investigación+Desarrollo+innovación. Ese es el gran pacto que no acaba de llegar.

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Manuel de León (CSIC y Real Academia de Ciencias) es director del Instituto de Ciencias Matemáticas.

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Un comentario

  1. Mucha culpa de esto la tienen los investigadores.
    La finalidad de la ciencia en España debe ser crear empleo y no sólo la excelencia.

    Si hay que decidir entre dar una subvención a un catedrático de 20000 euros para que se vaya un año a EEUU o dar 1 beca predoctoral debe decidirse por lo segundo.

    Mi opiniónes que las personas con nacionalidad española deben tener prioridad para obtener estas becas.

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