¿Qué aspecto tiene una matemática?
Esta entrada está motivada por dos testimonios de dos matemáticas, una joven, Marithania Silvero, recientemente galardonada con el Premio Vicent Caselles, y otra más veterana, Nalini Joshi, una pionera en un colectivo donde las mujeres han tenido difícil entrada.
En una reciente entrevista en El País, Una joven matemática refuta una conjetura establecida hace 30 años, Marithania Silvero, experta en Teoría de Nudos, declaraba: <<“No he sentido un trato diferente al de mis compañeros, pero sí es verdad que conozco a compañeras que han tenido otras experiencias”, resume para admitir que su mundo no es ajeno a los prejuicios comunes en la sociedad. “Cuando digo que soy matemática, a veces me dicen: ‘No lo pareces’. Entonces yo les pregunto, ¿qué aspecto tiene una matemática?”, lamenta ante la persistencia de estereotipos e ideas preconcebidas.>>
Si nos fijamos en su aspecto, Martithania no difiere mucho de cualquier joven de su edad, y para la entrega de su premio, acudió arreglada como correspondía a la relevancia del evento. Su pregunta es oportuna, porque, ¿qué pinta tienen las mujeres que se dedican a la investigación matemática? ¿Tendrán que ser unas frikis mal vestidas y desarregladas? ¿No pueden ser nujeres poderosas y atractivas? Este tipo de cuestiones no se plantean a los matemáticos jóvenes.
El aspecto es importante, y si Marithania no da lo esperado para una matemática, vamos a conocer lo que le ocurría a nuestra querida colega Nalini Joshi. Nalini es la primera mujer catedrática de la Universidad de Sidney, y la primera directora de su Facultad de Matemáticas y Estadística. Es también académica de la Academia de Ciencias de Australia, ha sido Presidente de la Sociedad Matemática Australiana y desde 2018 es Vicepresidente de la Unión Matemática Internacional (IMU). Su investigación es de primera línea y ha conseguido importantes resultados en la ecuación de Painlevé.
Pero Nalini es de familia birmana, y ha tenido por ello y por ser mujer interesantes experiencias en su vida profesional. Confiesa: “Cuando asisto a las sesiones académicas, vistiendo un traje negro, con una etiqueta con mi nombre, me confunden a menudo con una persona del servicio. Y no soy la única”.
Conozco personalmente a ambas mujeres. A Marithania porque he sido miembro del jurado que le otorgó el premio, y coincidí en la entrega. Una mujer joven, llena de vida, consciente de que estaba allí porque su valía intelectrual no tenía nada que envidiar a la de sus colegas masculinos que también habían sido premiados, Y a Nalini por su trabajo en IMU, donde hemos coincidido varias veces (además nos ha visitado no hace mucho en el ICMAT): otra mujer a la que nunca le han regalado nada y se ha tenido que trabajar duramente su actual prestigio matemático.
Así que, cuando nos pregunten o preguntemos sobre qué aspecto debe tener una mujer matemática, tendríamos que hacer una reflexión profunda sobre lo que en realidad estamos mostrando: prejuicios y convenciones desfasadas.
Esto me lleva a otra de as afirmaciones de Marithania en la citada entrevista: “Silvero también admite la ausencia de modelos actuales que orienten a las jóvenes hacia el mundo de la ciencia. Cree que no valen figuras decimonónicas porque las niñas y adolescentes no se identifican con ellas. De hecho, reconoce que no tuvo un modelo claro al que seguir, que lo construyó a partir de las actitudes de aquellos que le transmitían la pasión por la ciencia a la que se ha dedicado.”
Insistimos muchos en tomar modelos como Emmy Noether o Ada Lovelace o Sofia Kovalévskaya, por citar algunas de las grandes matemáticas de la historia. Sus vidas no fueron fáciles y las tres son ejemplos de superación para poder dedicarse a lo que les gustaba, la ciencia, las matemáticas. Deberíamos tener en cuenta la reflexión de Marithania, y quizás modelos como ella misma o mi admirada Nalini Joshi calasen mejor entre las niñas y adolescentes.
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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).
[…] escrito con 115 colaboradores diferentes de todo el mundo. Una de sus colaboradoras es precisamente Marithania Silvero, que ha resuelto en 2015 una conjetura planteada por Kauffman 30 años […]
Deberían dejar claro que una mujer, por su condición sexual, no tiene ninguna dificultad de entrada en nuestro país para ser Matemática o lo que le venga en gana.