Las señales que las universidades y el CSIC no parecen ver

En esta entrada se hace una reflexión sobre la formación de investigadores, señalando aspectos que están siendo obviados por nuestras universidades y el principal Oragnismo Público de Investigación (CSIC), y que ponen en peligro a medio plazo la renovación de investigadores.

 

Universidad de Oxford

Uno de los aspectos más relevantes de la investigación es la formación de nuevos investigadores, que es algo más que una simple transmisión de conocimientos de maestro a discípulo, ya que, por una parte implica nuevos hallazgos, y por otra está en muchos casos ligada al trabajo colectivo de un laboratorio o, en cualquier caso, a la cultura común de un grupo de investigación.

Esta formación ha estado siempre vinculada a las becas FPI del Ministerio de Ciencia e Innovación, y a las FPU del Ministerio de Universidades. Aunque los ministerios han ido cambiando de nombres e incluso han estado fusionados en otros momentos (se echa de menos una mayor estabilidad en este tema), los dos tipos de beca han permanecido por años. Los dos tienen como objetivo la realización de una tesis doctoral; las FPI asignadas directamente a un proyecto, las FPU basadas en su primera fase en la excelencia académica del candidato. Existen más becas, tanto por parte de algunas Comunidades Autónomas como universidades; el ambicioso programa JAE de 2005 y 2006 del CSIC quedó eliminado en la crisis económica (la gran oportunidad perdida del CSIC desde su creación). También hay financiación privada proviniente de la Fundación Areces o la Fundación La Caixa y algunas instituciones algo más modestas.

Me voy a referir al caso de las matemáticas, ya que es donde tengo la información directa, aunque es posible imaginar que esto mismo ocurra en otras disciplinas. Hasta ahora, era normal que un doctor, recién defendida su tesis, buscara una estancia postdoctoral en algún centro extranjero, tratando de enriquecer su bagaje matemático y poder retornar en algún momento a España. Pero cada vez me enc uentro a más graduados en Matemáticas (o en el doble grado de Física y Matemáticas) que ya no hace ni tan siquiera su máster en España. Inicia su preparación para el doctorado en una universidad prestigiosa que lo acepta, y luego busca desde ese trampolín un centro de investigación para desarrollar una tesis doctoral. Son estudiantes de excelencia, con expedientes académicos muy brillantes, y que a un coste similar pueden hacer ese máster y doctorado en el exterior (con contratos predoctorales de una cuantía muy superior a las becas españolas). Y no sólo eso, ya estamos viendo también casos de estudiantes que hacen lo mismo con el grado.

Universidad de Cambridge

Es una dinámica que, de continuar, llevará a que España pierda un buen porcentaje de los estudiantes de matemáticas más brillantes. Un motivo, aparte del prestigio académico, es lo farragoso y la lentitud de los trámites administrativos para solicitar una beca, que no se han resuelto a pesar de las promesas de las autoridades. Y por otro lado, las pésimas prespectivas ee encontrar en un plazo razonable un puesto fijo (lo del tenure track se quedará en nada, y ojalá me equivoque).

¿Qué hacer para conseguir que un máster o un doctorado en España resulte tan atractivo como uno en Oxford, Cambridge o Stanford, por citar solo algunas universidades de excelencia? Creo que estas circunstancias merecen primero una cuantificación para ver hasta donde llega el fenómeno que señalo. Y en segundo lugar, averiguar las causas. Y a continuación, poner remedios. Hacer como que no pasa nada es la actitud habitual, y así nos va.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

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