Las matemáticas españolas mueren de éxito

La comunidad matemática española no ha conocido en su historia un período de mayor florecimiento y reconocimiento que el conseguido en estos últimos años, pero en ello lleva el germen de un fracaso cuyas causas analizamos en esta entrada, a la vez que se proponen algunas medidas para paliarlo.

Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla

Que las matemáticas eran fuente de riqueza ha sido siempre evidente para muchos de nosotros, aunque su carácter de bien común provoca que su valor sea invisible. Porque, ¿quién s el propietario del teorema de Pitágoras? Recientemente se han publicado estudios que muestran el valor económico de las matemáticas con su papel en el PIB de un país y en el empleo (Reino Unido, Países Bajos, Francias, Australia, España) y los porcentajes son elevados y sorprendentes.

Pero el advenimiento del Big Data ha supuesto la auténtica revolución. La demanda de matemáticos ha crecido como la espuma, y las facultades de matemáticas no dan abasto para cubrir estas necesidades de las empresas. Cada vez se necesitan más y más matemáticos, y esto ha creado un enorme problema, fundamentalmente en la enseñanza secundaria.

En efecto, las oposiciones a profesor de matemáticas se cubren solo parcialmente, y en muchos casos, por graduados ajenos a la disciplina, insuficientemente preparados para enseñarla en las aulas. El problema es menor en los departamentos y facultades de matemáticas, pero también comienza a notarse ya que las empresas ofrecen salarios no comparables con los que puede ofrecer la universidad con una beca de doctorado o una ayudantía.

El lector de esta entrada podría pensar así (y no le faltaría razón): si lo que hacen falta son más matemáticos, formemos a más. Y así lo están hacindo en algunas facultades. Por ejemplo, la Universidad de Sevilla ha aumentado el cupo de entrada en un 50% pasando de 50 a 75 estudiantes en primero, y la Universidad de Málaga los ha aumentado de 75 a 85. Por su parte, la Universidad Politécnica de Madrid inició un grado nuevo de Matemátcas con 50 alumnos en primero.

También las universidades privadas han dado pasos en ese sentido. Por ejemplo, la Universidad Antonio de Nebrija ha aprobado un grado que comenzará el próximo curso, y universidades como la Universidad Central de Madrid (UNIE) lo tienen también en oferta.

Sería necesario que más universidades públicas aumentaran el número de alumnos en primero, pero aquí nos topamos con el problema creado por el enorme error de la tasa de posición cero implantada tras la crisis económica de 2008-2009. Esta medida economicista ha provocado un tapón en la reposición del profesorado universitario agravado por la alta edad media de los docentes. Precisamente cuando más necesaria era la renovación de plantillas, pensando en ese horizonte de jubilaciones masivas, los políticos de turno cerraron la posibilidad (y no lo han arreglado tampoco sus sucesores).

Esto lleva a que cuando se plantea en algunas facultades el aumento de alumnos, la pregunta es si se tienen suficientes docentes para abordar nuevos grupos, y la respuesta es no.

¿Cómo resolver estos problemas que empiezan a ser ya acuciantes? Evidentemente, poner en marcha una renovación de las plantillas docentes, de manera que no solo se cubran las vacantes por jubilación, sino que se aumenten las plantillas. Y tendremos que acostumbranos a nutrirnos no solo de los recursos españoles, sino también de candidatos extranjeros que quisieran incorporarse a nuestras facultades. Hay ya análisis de sobra para saber de que cifras estamos hablando, basta ya de análisis que acaban en los cajones de la administración, porque es hora de pasar a la acción. Mientras se trabaja en la reposición, se debería también aprovechar a los propios jubilados que quieran aportar su experiencia voluntariamente (y con su salario actual), siempre me ha parecido de muy mal gusto esa calificación de clases pasivas. Con las precauciones necesarias, para que no sea una solución en falso, ya hemos visto como enseguida se tergiversan las cosas en el mundo universitario, tal y como ha ocurrido con los profesores asociados,

Est aumento de profesorado permitiría un aumento de matriculación en los grados de matemáticas con lo que iríamos resolviendo el problema de la falta de matemáticos.

El problema del profesorado de matemáticas en la enseñanza secundaria presenta características diferentes que analizaremos en la próxima entrada.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

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3 comentarios

  1. Qué razón llevas Manuel
    Creo sinceramente que las Facultades de Matemáticas no preparan para la docencia de futuros profesores y en muchos casos tampoco para la investigación. El asunto del Big Data está generando muchos puestos, pero en muchos casos es cambiar vida(mucha) por dinero( poco) , y como todas las modas pasará cuando el avance de la inteligencia articula sea mayor. Mientras tanto nuestros escolares recibirán la misma enseñanza de siempre( eso en el mejor de los casos)
    Un saludo
    Santi

  2. De León confirmó que había perdido la dirección por lo que el CSIC consideró un gasto inapropiado, y Science Insider ha visto informes de auditoría interna que enumeran anomalías.

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