Parásitos en la melena del león

El 1 de julio de este año, El País publicó una interesante entrevista con George Steiner. En ella, ante la pregunta de si se  arrepentía de no haberse arriesgado a lanzarse al mundo de la creación, confesaba que sí, pero que él se consideraba mas bien el cartero, el mensajero de los creadores a los alumnos. Y seguía: “Y he dicho también –y algunos no me lo han perdonado nunca- que el más grande de los críticos es minúsculo comparado con cualquier creador.” Cuando se le pregunta quien no le ha perdonado, si son colegas suyos de universidad, responde: “Así es. Es que en la universidad hay una vanidad descomunal. Y les sienta mal que les digas claramente que son parásitos. Parásitos en la melena del león.”

Cuando leí la entrevista y llegué a esta parte, me dije: “George Steiner, you made my day”, y prometí escribir sobre los diferentes tipos de parásitos que pululan por nuestros campus (algunos en particular en la melena del león). Y busqué alguna información mas y encontré esta otra entrevista del 24 de agosto de 2008 también en El País.  Steiner se pregunta cuando está hablando del capítulo de su libro ‘Envidia’, de su libro ‘El lenguaje de Eros’: “¿Sabe por qué soy tan poco popular entre mis colegas académicos? Hay una razón muy sencilla. Siendo joven ya dije que había una diferencia abismal entre el creador y el profesor, o editor, o crítico. Y a los colegas no les gusta escucharlo. El capítulo más difícil de escribir en este libro, Envidia, es precisamente sobre esa relación con los profesores. Fue una pesadilla escribirlo. Sudé en cada frase.” Y mas tarde: “ ¿Cómo se siente uno al vivir rodeado de los grandes sin serlo? Fui el miembro más joven de la Universidad de Princeton, ahí vivía al lado de Einstein y de Oppenheimer, y ahí supe qué eran los gigantes.”

Cuando se va a la Real Academia Española, se encuentra esta definición de parásito: “Dicho de un organismo animal o vegetal: Que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo.”,  y “Dicho de una persona: Que vive a costa ajena.“

De tal manera que la característica principal es vivir a costa del otro (en este caso, el león) pero sin llegar a acabar con él, porque una vez muerto el huésped, el parásito se quedaría sin su provedor de alimento.

Es curioso como la evolución de huéspedes y parásitos está relacionada, y en este artículo se cita un interesante libro, “El encantador de saltamontes”, de David G. Jara (Guadalmazán, Córdoba, 2016) que habla precisamente de parásitos y su evolución.

George Steiner

El león padece parásitos internos (como las lombrices intestinales) y externos (como los mosquitos o los tábanos), todos muy molestos. Y tiene razón George Steiner, en los campus proliferan los parásitos. Son aquellos que aprovechan esa situación mientras el huésped es útil, y se apresuran a cambiarlo si vienen mal dadas. La lealtad no es precisamente una valor en alza en el mundo universitario.

En los últimos años de mi vida he tenido la ocasión de convivir en los campus universitarios. Y también la de conocer a gigantes como los que mencionaba Steiner, estos muy escasos. Pero también he podido conocer a gente de menor talla, estos muy abundantes; alguno incluso, como se da en el mundo animal, queriendo hacerse pasar por león. Y aunque parásitos y huéspedes parecen evolucionar en paralelo, alguno de ellos se ha quedado anclado en el pasado. Pero siempre habrá parásitos de parásitos dispuestos a dar lo mejor de sí. ¡Todo sea por mantener el equilibrio!

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, ICSU).

 

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