Diego Córdoba recibe el Premio Miguel Catalán de la Comunidad de Madrid

Ayer se entregaron en la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid los Premios de Investigación Julián Marías y Miguel Catalán, convocados por la Dirección General de Universidades e Investigación de la Consejería de Educación y Empleo, y que tienen como objetivo incentivar y recompensar el esfuerzo de los investigadores, tanto a lo largo de su trayectoria profesional como en los períodos iniciales.

Los Premios Miguel Catalán y Julián Marías tienen una dotación económica de 42.000 euros cada uno en la categoría de carrera científica y de 21.000 euros cada uno en la categoría de investigadores menores de 40 años.

Los premios han sido entregados por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, acompañada de la consejera de educación Lucía Figar.

El premio ‘Miguel Catalán’ a la carrera científica ha sido para María Teresa Miras Portugal por su investigación en neurociencia,  y el premio Julián Marías ha reconocido la labor en economía de Juan Velarde Fuentes.

En la modalidad de investigadores de menos de cuarenta años, Diego Córdoba Gazolaz, ha sido premiado con el Miguel Catalán por sus brillantes investigaciones en el campo de las Matemáticas, por su excepcional trabajo en ecuaciones en derivadas parciales en relación con la mecánica de fluidos.

El premio Julián Marías ha sido para Juan Ramón Rallo Julián por sus aportaciones al área de la economía.

El trabajo de Diego Córdoba

Diego Córdoba es Profesor de Investigación en el ICMAT-CSIC. Se doctoró en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EEUU), donde fue profesor, regresó a España en 2001 con uno de los primeros contratos Ramón y Cajal -en el que obtuvo el número uno de esta primera convocatoria-.

Además de haber recibido otros premios como el de la Sociedad Española de Matemática Aplicada (SEMA) al joven investigador en el año 2005, en 2008 consiguió una de las prestigiosas ayudas del Consejo Europeo de Investigación (European Research Council, ERC) Starting Grants. Estas ayudas, dotadas con cuantías de hasta dos millones de euros cada una, quieren impulsar el liderazgo de jóvenes científicos “a punto de establecer o consolidar un grupo independiente de investigación en Europa”.

Diego Córdoba trabaja en el campo de las ecuaciones en derivadas parciales y su relación con la mecánica de fluidos. Su investigación se ha publicado en revistas internacionales tales como Annals of Mathematics o PNAS, entre otras.

El trabajo de Diego Córdoba y sus colaboradores se centra en el estudio de las singularidades, es decir, un comportamiento inesperado al introducir una variable en una función, por lo demás, continua. En la realidad, estas singularidades se plasman en acontecimientos como la ruptura de una ola o la formación de un tornado. Sobre el papel, el fenómeno se traduce en que una de las variables que describen ese fluido como su velocidad, su presión o su densidad –entre otras-, cambia de forma explosiva y alcanza un valor infinito.

En 1755 Leonhard Euler escribió por primera vez las ecuaciones diferenciales que rigen el movimiento de un fluido llamado ideal, sin fricción en sus moléculas; casi un siglo más tarde Claude-Louis Navier y Gabriel Stokes introdujeron la fricción, la viscosidad, y llegaron a las ecuaciones de Navier-Stokes. Hoy estas ecuaciones son esenciales en los modelos de simulación de clima y en los que describen cómo fluye el aire en torno a las alas de un avión –entre otros muchos ejemplos-.

Los modelos se alimentan de soluciones siempre aproximadas, obtenidas gracias a la gran capacidad de cálculo de las computadoras. En realidad, las ecuaciones de Navier Stokes aún no se saben resolver de forma que informen con total certeza de cómo se comportará un fluido de ciertas características, y en determinadas condiciones, en un tiempo dado.

Con ese objetivo en el horizonte los matemáticos investigan las ecuaciones preguntándose, por ejemplo, si admiten o no singularidades.  “Son ecuaciones muy complejas y todavía no se han desarrollado las herramientas matemáticas necesarias para capturar una visión global del fenómeno”, explica Córdoba.

 

 

 

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