Fontán
Este año tuve conocimiento de la publicación del libro Viaxe xeométrica de Domingo Fontán, escrito por Alberto Fortes y publicada en 2021 por Edicions Laiovento, centrado en los años que el matemático gallego dedicó a la elaboración de un mapa de Galicia que maravilló a sus contemmporáneos, tanto en España como en Europa, por su precisión y rigor geométrico.
Dispuesto a conseguir este libro me acerqué a la Librería Couceiro, en la Praza de Cervantes, 6, de Santiago de Compostela, aprovechando una visita a mi universidad alma mater. Y allí conseguí el libro, pero para mi sorpresa, el librero me ofreció una segunda visión, en forma de novela, sobre el mismo personaje. Se trataba de la novela Fontán, escrita por Marcos Calveiro, y publicada en Editorial Galaxia en 2015.
Los que conocen mi apetito lector se imaginarán ya que devoré los dos libros, aprovechando además las horas de espera y vuelo en un reciente viaje a Praga. Debo decir que ambas obras están escritas en gallego, y que aconsejo una edición de ambas en castellano tan pronto sea posible, porque la figura de Domingo Fontán debe ser mucho más conocida y no solo en Galicia.
Domingo Fontán nació en Porta do Conde, un lugar ubicado en el ayuntamiento de Portas, Pontevedra, el 17 de abril de 1788. Sus padres tenían una buena posición económica, y su tío materno, Sebastián era párroco de Noia y se hizo cargo de la aeducación de Domingo y su hermano Andrés. Domingo destacó enseguida por su capacidad intelectual, lo que le hacía objeto de burlas de sus compañeros, según cuenta Marcos Calveiro en su novela biográfica.
En la Universidad de Santiago de Compostela estudió primero Filosofía, pero también Derecho y Cánones, Ciencias Exactas y Teología. Fue el discípulo preferido de José Rodríguez González, «el matemático de Bermés», y ocupó como él la entonces llamada Cátedra de Matemáticas Sublimes.
Fontán vivió tiempos convulsos, y sufrió muchas veces las injusticias de los poderosos (tampoco su carácter parecía de los que se callan ante las iniquidades). La invasión francesa, las Cortes de Cádiz, la vuelta de Fernando VII (el indeseable que traicionó al pueblo español), las guerras carlistas, todo esto junto con la persecución a la personas de ideas liberales, marcó sus vida, sin que olvidemos que fue diputado de las Cortes por el Partido Liberal Moderado desde 1836 a 1843, por su querida provincia de Pontevedra.
Fontón aprendió todo lo que necesitaba saber sobre la triangulación geodésica de su maestro, ya que José Rodríguez participó en la medición del meridiano de Barcelona a Formentera con los franceses Biot y Aragó y el español José Chaix, continuando así la medición que Delambre y Mechain estaban realizando desde Dunkerque a Barcelona.
Concibió la idea de trazar un mapa de Galicia siguiendo los métodos científicos, con la creencia de que tal mapa serviría no sólo para trazar las vía sde comunicación, sino para poder distribuir administrativamente el Reino de Galicia de una manera que optimizase recursos y riquezas. Este trabajo ingente lo emprendió en 1817 y lo concluyó en 1834, siendo presentado en la Corte a la Reina Gobernadora María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, la cuál ordenó la impresión del mapa. La Reina le nombró además ese mismo año Director del Observatorio Astronómico de Madrid.
En el libro de Alberto Fortes se detalla este trabajo, que fue una auténtica aventura, plagada de episodios chuscos unos y duros otros, ante las dificultades de grupos carlistas y bandoleros. En particular, es muy recomendable la recreación del levantamiento de la antigua provincia de Tui, que Fontán realizó con Xosé Dionisio Valladares en los meses de mayo y junio de 1829.
El 24 de octubre de 1866 Domingo Fontán falleció en la Villa de Caldas de Cuntis (Pontevedra) de cistitis aguda; había acudido a Cuntis para tomar sus afamadas aguas y tratar de mejorara sí su salud. Los restos de Fontán reposan, desde el 30 de diciembre de 1988, en el Panteón de Gallegos Ilustres sito en el Monasterio de Bonaval de Santiago de Compostela.
Recomiendo vivamente la lectura de los dos libros citados, más técnico el de Alberto Fortes y centrado en el levantamiento de la carta geográfica, más novelado el de Marcos Calveiro y por tanto de lectura más ágil. En cualquier caso, dos libros necesarios para dar más a conocer a uno de los científicos españoles más notables del siglo XIX, por el que confieso profesar una enorme admiración.
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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).