Como Darwin es utilizado por Engels I
En la Introducción de su obra ”La Dialéctica de la Naturaleza” (1875), Engels escribe:
Es de notar que casi al mismo tiempo en que Kant atacaba la doctrina de la eternidad del sistema solar, CF Wolff desencadenaba, en 1759, el primer ataque contra la teoría de la constancia de las especies y proclamaba la teoría de la evolución. Pero lo que en él era sólo una anticipación brillante tomó una forma concreta en manos de Oken, Lamarck y Baer y fue victoriosamente implantado en la ciencia por Darwin en 1859, exactamente cien años después.
¿Que podemos extraer de la lectura entre líneas de este párrafo?. Al menos las siguientes conclusiones (3):
1. Que la formación científica de Engels dejaba mucho que desear. Ninguna teoría digna de tal nombre existió en la ciencia que pueda con propiedad ser llamada «de la constancia de las especies», así como, tampoco hay una teoría única, en términos estrictamente científicos que pueda llamarse «la teoría de la evolución». El conjunto de conocimientos acerca de la evolución puede, efectivamente, denominarse «Teoría de la Evolución», pero como tal conjunto de conocimientos no se ciñe al concepto de teoría en sentido estricto (una explicación de algo que puede ser sometida a experimentación) y, por ser, en este sentido patrimonio común, no puede asociarse exclusivamente con la obra de un solo autor. Es un grave (y todavía frecuente, pero no por ello menos grave) error asociar a Darwin con la teoría de evolución, así a secas. La suya no es «la teoría de evolución». La de Darwin es, no lo olvidemos, la Teoría de Evolución de las Especies por Selección Natural. Nada que pueda someterse a experimentación y,…. por tanto, una tautología.
Pero no una tautología cualquiera, sino una que, como veremos más adelante, resulta muy útil al materialismo.
2. Que la transformación de las especies (evolución) es muy anterior a Darwin y que, al menos cien años antes de la publicación de “El Origen de las Especies” según Engels, en 1759 Wolff ya había hablado de ello.
3. Que en el momento de escribir este texto, le conviene a Engels dejar a Darwin en el lugar del vencedor, en donde le resulta útil para sus propósitos. La visión de la Ciencia como combate y de Darwin como vencedor implica, como veremos, el utilizarlos a ambos, a la Ciencia y a Darwin, para sus propósitos. Será el propio Engels quien ponga de manifiesto más adelante, la falta de objetividad y de rigor de sus propios planteamientos.
En un artículo titulado “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, publicado en 1876, dice Engels:
Darwin nos ha dado una descripción aproximada de estos antepasados nuestros. Estaban totalmente cubiertos de pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían en los árboles y formaban manadas.
Esta información está tomada de esa joya llamada “The Descent of Man and Selection in Relation to Sex”, publicada en Londres en 1871 y que es casi seguro que muchos de los que celebran el centenario de Darwin no habrán leído con mucho detenimiento.
Pero sigamos buscando entre los papeles de Engels. En una obra curiosamente titulada “Del socialismo utópico al socialismo científico”, publicado en Inglaterra en 1875, leemos:
La naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica, y las modernas ciencias naturales nos brindan para esta prueba un acervo de datos extraordinariamente copiosos y enriquecidos con cada día que pasa, demostrando con ello que la naturaleza se mueve, en última instancia por los cauces dialécticos y no por los carriles metafísicos, que no se mueve en la eterna monotonía de un ciclo constantemente repetido, sino que recorre una verdadera historia. Aquí hay que citar en primer término a Darwin, quien, con su prueba de que toda la naturaleza orgánica existente, plantas y animales, y entre ellos, como es lógico, el hombre, es producto de un proceso de desarrollo que dura millones de años, ha asestado a la concepción metafísica de la naturaleza el más rudo golpe.
Un fragmento que demuestra cómo Engels disfruta con la lectura de Darwin, pero no por su elevada calidad científica sino por su contribución al apoyo de sus principios materialistas.
Y aquí empieza a surgir la duda principal: ¿Es cierto, cómo dice Engels, que Darwin ha probado que el hombre sea el producto de un proceso de desarrollo o más bien al contrario, es decir, que el triunfo de Darwin consiste precisamente en haber dicho lo que Engels quería oir?. De momento nos quedamos con una duda que será resuelta más adelante……..
Bibliografía
Engels, F. Obras Escogidas III. Editorial progreso. Moscú 1976.
Lectura aconsejada:
- Manual para detectar la impostura científica: Examen del libro de Darwin por Flourens. Digital CSIC, 2013. 225 páginas.
- ¿Está usted de broma, Mr Darwin? La Retórica en el corazón del darwinismo. OIACDI, 2015. 306 páginas.