Volviendo a nuestro asunto principal. Por cierto… ¿Cuál es nuestro asunto principal? En el párrafo sexcentésimo quincuagésimo sexto del Origen de las Especies.

El párrafo comienza de esta manera:

 

But we must return to our more immediate subject.

 

Que nuestro traductor, con cierta gracia, ha traducido así:

 

Pero tenemos que volver a nuestro asunto principal.

 

Lo cual nos da pie a preguntar: ¿Cuál es nuestro asunto principal en esta obra?

 

 

 

 

 

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ALTERNATE GLACIAL PERIODS IN THE NORTH AND SOUTH.

 

But we must return to our more immediate subject. I am convinced that Forbes’s view may be largely extended. In Europe we meet with the plainest evidence of the Glacial period, from the western shores of Britain to the Ural range, and southward to the Pyrenees. We may infer from the frozen mammals and nature of the mountain vegetation, that Siberia was similarly affected. In the Lebanon, according to Dr. Hooker, perpetual snow formerly covered the central axis, and fed glaciers which rolled 4,000 feet down the valleys. The same observer has recently found great moraines at a low level on the Atlas range in North Africa. Along the Himalaya, at points 900 miles apart, glaciers have left the marks of their former low descent; and in Sikkim, Dr. Hooker saw maize growing on ancient and gigantic moraines. Southward of the Asiatic continent, on the opposite side of the equator, we know, from the excellent researches of Dr. J. Haast and Dr. Hector, that in New Zealand immense glaciers formerly descended to a low level; and the same plants, found by Dr. Hooker on widely separated mountains in this island tell the same story of a former cold period. From facts communicated to me by the Rev. W.B. Clarke, it appears also that there are traces of former glacial action on the mountains of the south-eastern corner of Australia.

 

Alternancia de períodos glaciares en el Norte y en el Sur

Pero tenemos que volver a nuestro asunto principal. Estoy convencido de que la opinión de Forbes puede generalizarse mucho. En Europa nos encontramos con las pruebas más claras del período glaciar, desde las costas occidentales de la Gran Bretaña, hasta la cordillera de los Montes Urales y, hacia el Sur, hasta los Pirineos. Podemos deducir de los mamíferos congelados y de la naturaleza de la vegetación de las montañas, que Siberia sufrió igual influencia. En el Líbano; según el doctor Hooker, las nieves perpetuas cubrían en otros tiempos el eje central y alimentaban glaciares que bajaban a 4.000 pies por los valles. El mismo observador ha encontrado recientemente grandes morrenas a un nivel bajo en la cordillera del Atlas, en el norte del África. En el Himalaya, en puntos separados por 900 millas, los glaciares han dejado señales de su anterior descenso muy bajo, y en Sikkim, el doctor Hooker vio maíz que crecía en antiguas morrenas gigantescas. Al sur del continente asiático, al otro lado del Ecuador, sabemos, por las excelentes investigaciones del doctor J. Haast y del doctor Hector, que en Nueva Zelandia, en otro tiempo, inmensos glaciares descendieron hasta un nivel bajo, y las plantas iguales encontradas por el doctor Hooker en montañas muy distantes de esta isla nos refieren la misma historia de un período frío anterior. De los hechos que me ha comunicado el reverendo W. B. Clarke resulta también que hay huellas de acción glaciar anterior en las montañas del extremo sudeste de Australia.

Lectura aconsejada:

 

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