Contenido del libro «El naturalista en su siglo: homenaje a Mariano de la Paz Graells en el CC aniversario de su nacimiento»

                     

Ilustración del «Catálogo de Moluscos» de Graells, publicado como apéndice en el Tratado de Historia Natural de Bouchardat (Madrid, 1847).

Transcripción libre de la conferencia de presentación del libro, el 16 de Septiembre de 2009, en el Centro Riojano de Madrid. Segunda parte: Contenido e instrucciones para la lectura

La lectura puede comenzar por el final, viendo la cronología del siglo XIX, época en la cual la educación era, si no directamente mejor que hoy (decir esto sería inconveniente), si (con toda seguridad) más integrada. Nuestros conocimientos en la actualidad se reducen más a disciplinas puntuales o particulares, aisladas y falta esa capacidad de integración que abundaba más en el pasado.  La época de Graells (1809-1898)  es, ni más ni menos que el siglo XIX. Mediante este tipo de aproximación se encuentran sincronías sorprendentes y fructíferas entre acontecimientos diversos. La decadencia de Graells coincide con la de Isabel II y la de ciertas instituciones y modos de contemplar el mundo; también con la pérdida de una concepción romántica que fue marginada en aquella época pero que  hoy vuelve a tener algo que ofrecer.

 

El índice onomástico permite una aproximación temática a partir de  personajes o instituciones.

Los catorce capítulos presentan un orden que, espontáneamente,  fue surgiendo en el curso de su elaboración. Los cinco primeros son de aproximación general al personaje, su historia y  su obra. No interesa aquí distinguir la pura biografía de su aplicación o su discusión. Los siete siguientes se dirigen a aspectos puntuales de la vida y obra de Graells (Botánica, Zoología, Museo, Academia, Oceanografía). El último capítulo, por Andrés Galera viene a servir de resumen y dar un colofón formal a los anteriores.

 

Para entrar en pormenores de los capítulos, en el primero, “Graells y sus críticos, fortuna historiográfica del naturalista decimonónico” Santos Casado hace un estudio metabiográfico de Graells, es decir un estudio ordenado de sus biografías teniendo en cuenta que cada biógrafo escribe desde la perspectiva de su  tiempo y sometido a obligaciones de su entorno.


La historia es una ficción y es problema de cada uno interpretarla en busca de una objetividad. Tal es la tarea del científico y por eso el segundo capítulo titulado «Memorias, catálogos, prontuarios, manuales…..la obra impresa de Mariano de la Paz Graells», corresponde a Carolina Martín Albaladejo e Isabel Izquierdo Moya, profesionales de la entomología y conocedoras de la obra de Graells, en el que aportan datos fundamentales para su consideración objetiva. El capítulo contiene la lista actualizada de las publicaciones de Graells: Un total de más de ciento cincuenta publicaciones en el terreno de la Historia Natural (taxonomía, clasificación de plantas y animales, zoología aplicada, vertebrados,…..). Esto nos da pie para adentrarnos en el estudio de Graells que queríamos hacer: La recuperación del valor actual de un personaje histórico tal y como se muestra en el capítulo siguiente, titulado “Aproximación progresiva a un naturalista del siglo XIX”. El capítulo está escrito por Juana Gutiérrez de Diego y busca la aproximación personal al naturalista mediante el análisis de algunas de sus fotografías, grafológico y algunas de sus obras que contienen un interés especial o filantrópico (Los meteoroscopios orgánicos, Recursos que ofrecen a los pobres nuestras playas, Recursos que ofrecen a los pobres nuestros campos). Se establece así un nexo de relaciones personales entre el lector y el autor con el personaje.

 

Pero hoy en día el trabajo del científico es ante todo profesional. Santiago Aragón, biógrafo de Graells, es el autor del capítulo cuarto y ofrece en él, como su título indica una Semblanza íntima de un naturalista romántico. Para ello ha buceado en los archivos del Museo Nacional de Ciencias Naturales y presenta el análisis de una serie de documentos originales que presentan la figura del naturalista desde una perspectiva ampliamente contrastada.

 

El capítulo 5 “El último naturalista” se desarrolla a partir de la frase de Graells agonizante: “Esto se ha terminado”. Todo se termina cuando alguien lo considera terminado y muchas cosas sólo empiezan cuando alguien considera que deben empezar. En ambos casos las decisiones no se acompañan siempre de largos razonamientos. Graells trabajó en la estela de Linneo y de Torrubia, como tal impulsó de manera ejemplar el estudio de la taxonomía, la clasificación e identificación de las especies animales y vegetales de España, comprendiendo bien su misión importante que consistía en descubrir el orden de la naturaleza. Que tal orden era establecido por una divinidad en su origen y cuyo descubrimiento requiere sacrificios como los de Fernando Amor, Juan de Isern y Eduardo Carreño:

 

Volviendo así a destacar que la historia es toda una ficción y nuestra decisión, consistente en creerla o no, será algo tan personal como el hecho de disfrutarla o no. La evocación de la vida de Graells hará revivir en cada uno aspectos diferentes, según lo que en ella busquemos. Pero aquí surge una cuestión recurrente que se refiere tanto a algunas de sus actividades como a su vida y su figura. Santiago Aragón (2005) la ha expresado en relación con el jardín de aclimatación y aquí se expresa en general: ¿Por qué Graells ha suscitado tan poco interés en los estudios históricos? ¿Por qué su figura y su obra han sido casi olvidadas?

 

En la segunda parte los capítulos son más específicos. Los autores han desarrollado aspectos de la vida de Graells que coinciden con sus actividades propias. Para ello ha sido necesaria la participación de investigadores procedentes de disciplinas diversas. En primer lugar se encuentran dos capítulos de Botánica. El sexto, por Paloma Blanco Fernández de Caleya nos ilustra sobre las relaciones de Graells con otros botánicos de la época entre los que se encuentran que marcaron su vida desde la infancia como en el caso de Lagasca, quien era ya amigo de su padre. Se destacan sus relaciones con otros botánicos (Webb, Bourgeau,..) y la labor desempeñada en el Jardín.

 


Narcisus graellsii, Webb. Icón original

conservado en el Real Colegio Alfonso XII de El Escorial.


Una de las sorpresas del libro consiste en la presentación de la colección botánica de Graells conteniendo pliegos de herbario, plantas tipo e icones de muchos botánicos europeos contemporáneos de Graells (Amor, Boissier,  Carreño, de Candolle,  Cavanilles, Lagasca, Reuter, Rojas Clemente,…..) que se conserva en el Real Colegio Alfonso XII del Escorial en el capítulo octavo, por Domingo Perea, María Andrea Carrasco y Paloma Blanco.

 

El capítulo 8 trata sobre la contribución de Graells a la entomología española, por Ignacio Pérez, Vicente Marco, Fernando Moreno y Javier Saenz de Cabezón. En él se ofrece la relación de taxones descritos por Graells, así como su labor como entomólogo y en particular su trabajo aplicado en la lucha contra la filoxera.

 

El capítulo titulado “La institucionalización del Zoología en España”, Santiago Aragón presenta la aportación de Graells a la incipiente Zoología española, su participación en el proyecto de aclimatación de especies exóticas de fauna útil y en la Comisión del Pacifico y del Mapa Geológico.


Sanguinus graellsii, Espada.

Especie de primate descrita por Jiménez de la Espada en la Expedición del Pacífico y nombrada en honor de Graells.

 

A continuación dos capítulos se dedican al Museo de Ciencias Naturales. El décimo, por Isabel Izquierdo y Carolina Martín contiene la actividad de Graells en la dirección del Museo y en su obra científica poniendo de manifiesto la complejidad e importancia de la interacción entre la persona y la institución que dirigió. Cuenta con documentos e ilustraciones originales de la época. El capítulo 11 por Julio González-Alcalde trata sobre el Pantógrafo, un aparato conservado en el Museo de Ciencias Naturales desde los tiempos de Graells.

 

Otro capítulo fundamental es el titulado Graells en la Academia, por Alberto Gomis. En él se ofrece una visión de la labor de Graells como académico. Graells formó parte de treinta y ocho academias y sociedades científicas, lo cual indica su relevancia indiscutible en la Historia Natural del siglo XIX.

 

El capítulo titulado “Orígenes de la Oceanografía y sus precursores: un entomólogo hispano se asoma al mar”, obra de Luis Valdés Santurio, presenta una aproximación global a la historia de la Oceanografía, una ciencia madura y avanzada, institucionalizada, a la cual Graells contribuyó en la medida de las posibilidades de su época. El debate se abriría en torno a cómo ha de servir la ciencia al hombre o el hombre para la Ciencia.

 

Termina la obra con un capítulo titulado “la naturaleza útil”, por Andrés Galera en el que se presenta la labor de Graells en su entorno:

 

«¿Qué provecho, qué bienes sacaría la sociedad de nuestros estudios si estos se limitaran a satisfacer la curiosidad del sabio?», pregunta Graells en el consabido sanedrín académico de las ciencias en respuesta al discurso de Llorente, justificando la respuesta en el utilitario desarrollo de la vida humana a expensas del saber: ¿no son deudoras de las ciencias aplicadas las ventajas que hoy disfruta la sociedad?, interpelamos parafraseando su pensar.

 

 

Reflexionar hoy sobre la tarea de un naturalista ha sido tarea de la máxima actualidad:

 

En su libro Sobre la interpretación de la naturaleza el filósofo Diderot explica la necesaria convergencia entre teoría y práctica, argumenta la imprescindible complicidad de observar con pensar para desenredar la maraña de fenómenos naturales

 

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