Historia de las Plantas de Bernardo Cienfuegos

Bernardo Cienfuegos nació en Tarazona hacia 1580. Su padre y su abuelo eran, al parecer, alquimistas

En su Historia de las Plantas, una obra que no llegó a la imprenta pero cuyo manuscrito se encuentra en la Biblioteca Nacional intenta realizar una síntesis del saber botánico a lo largo de la historia. En ella se lee:

Dice bien Miconio que es de España y que se cría en montes, que lo es muy alto, y frio, Moncayo, en tierras húmedas que lo son mucho aquellos prados, y junto a arroyos; porque estos prados los inunda un arroyo por su buena agua llamado de los antiguos Irves o Iros, que significa resplandeciente, por los visos azules, y verdes , que hacen sus aguas sobre unas peñas de fortísimos jaspes culebrinos por donde corre; o por el resplandor, y claridad de sus aguas, o por causa del mucho azogue, que lleva cuando sale de madre, y deja resplandecientes los prados donde para, y dentro sus aguas se coge, que vienen corriendo por diversos mineros de plata, oro, y cobre, plomo y hierro, en cuyas laderas hay antiguas oficinas de haberse trabajado, y en nuestros tiempos se han labrado de cobre, y plata, y continuamente hoy día se están labrando de antimonio, alcohol y plata, y muchas de hierro. Al otro lado inunda estos prados un arroyo que llaman Val de Milanos. Todos ellos son fértiles de hermosas, y peregrinas plantas, muchos y diversos géneros de Violas, Junquillos, Martagones, Tulipas silvestres, Fritillarias, Anemones diversas, Ranúnculos de todas suertes hasta blancos, cuatro especies de Filipendulas, Trifolio, Aleluya, Angelica, Arcangelica e Imperatoria. En lo que riega Irves mucha contrahierba y Morsus Diaboli tres diferencias, los ponzoñosos Aconitos, Flamula, Tora y Antora; envueltos para quitarles su malicia con las raíces del Morsus Diaboli: a un lado algo más seco Tapsia tan fuerte que inflama, en la parte que llaman “Prados de Agramonte”. Los Satyriones son tantos, y principalmente las especies de Manuscristi, que me causaban confusión: en suma estos prados son riquísimos de plantas. Quisiera para solo escribir las plantas de Moncayo tener un libro manuscrito más de quinientos años, que tiene don Francisco Quevedo, Caballero del hábito de Santiago, conocido por sus buenas y curiosas letras, ingenio agudo y modo nuevo de decir con que ilustra su nobleza. Aunque padece un defecto, que no cabe en hombres doctos (como lo es conocido en todo Europa por sus escritos, y las sales, y agudezas juntas con buena doctrina), y es no querer comunicar, ni prestar libros. Puédese excusar esto con decir que como es raro en lo que escribe, quiere valerse de libros raros y manejados de pocos.

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2 comentarios

  1. Si señor…
    no cambié usted ni un ápice de sus pensamientos. La ciencia discute, que no debate… y a los que nos gusta pensar… nos gusta hablar claro y conciso.

  2. Muchas gracias Eloisa. Acabo de agregar su web a la lista de amigos de este blog, lo verá en la lista titulada Más Amigos.

    Un cordial saludo y seguiremos en contacto

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